viernes, 7 de febrero de 2020

CARTA A MARIANA, CON UNA FRASE CERTERA




Querida Mariana: Hoy comparto una foto luminosa. Una estudiante de la escuela Fray Matías de Córdova participa en el acto donde se conmemora un aniversario más de la Promulgación de la Constitución Política Mexicana. Como en toda la patria, en Comitán se conmemoró esta fecha tan importante para nuestro calendario cívico.
La niña se llama Camila Guillén Roblero; no sólo ella participó, también Aldo Alexander López Ruiz leyó una semblanza histórica (ambos alumnos fueron diputados por un día en el Congreso Infantil.) ¡Ah! Qué orgullo al escuchar la voz de esos niños comitecos, al hablar de la Constitución de nuestra patria y de los derechos de los niños mexicanos. Los alumnos de la Matías vestían un uniforme donde el blanco y el verde son los colores dominantes: el blanco de la pureza y el verde de la esperanza. Luego de la participación destacada de estos niños, el maestro de ceremonias anunció la participación de quien daría el mensaje oficial, el presidente municipal pasó al podio y dijo un discurso conceptual, donde resaltó que, gracias a la lucha de valerosos mexicanos, en nuestro país gozamos de libertad de culto, de libertad de expresión y de la libre asociación. Lo dijo muy bien, ninguno de los asistentes podrá decir lo contrario. Todos los elegidos para hacer uso de la palabra esa mañana lo hicieron de manera muy digna.
Bueno, toda esta vuelta, para decir que me impresionó una frase de remate que, en su discurso, dijo el presidente: “Comitán es de todos.”
Sí, vos dirás que esto lo sabemos bien, pero yo he constatado que no es así. Por esto, pienso que la frase del licenciado Emmanuel es pertinente. A ver, nuestra ciudad (el municipio) se llama Comitán de Domínguez, sabemos que tal nombre honra a don Belisario, máximo héroe civil de nuestra patria, pero (lo digo en serio, porque así me lo dijeron), un amigo con apellido Domínguez me dijo un día: “¿Ya mirás? Comitán es ¡nuestro!” Sí, lo dijo un poco en broma, pero cuando vi sus ojos, con el brillo que tienen algunas joyas, supe que su orgullo iba más allá del mero chascarrillo. No, ya lo refrendó el presidente, Comitán es de todos. Me encantó escuchar que dijera eso, con esa convicción. Fue un recordatorio que, por ejemplo, en política, más allá de colores de partidos políticos, nuestro pueblo tiene el color natural de siempre. Comitán no es rojo, ni verde, ni morado, ¡no!, Comitán es de todos. ¡Qué frase tan certera, tan de poner todo en el lugar que le corresponde! Si todos los comitecos reconociéramos tal certeza, nuestro pueblo caminaría con paso más firme hacia el progreso. A veces titubeamos, lo hacemos porque, o pensamos que somos los únicos propietarios o nos sentimos excluidos. Estos extremos, el sentimiento de propiedad privada o el deslinde de responsabilidad no le hace bien al Todo que es de todos.
Comitán ¡es de todos!, dijo el presidente municipal esa mañana. ¿Todos los comitecos lo apreciamos así? Yo pregunto, sólo pregunto. Cuando un ciudadano entiende que el pueblo es de todos se sabe incluido y, a partir de ese instante, brotan dos sentimientos esenciales: el del amor por ese territorio y el compromiso para que dicho espacio sea más digno. Cuando voy a visitar a amigos a sus casas veo cómo las estancias están limpias, los jardines tienen flores y árboles de tenocté; me enseñan con orgullo fotos familiares y señalan a los abuelos y me cuentan cómo el abuelo era constructor de barriles para guardar comiteco y la abuela se dedicaba a elaborar gaznates que eran muy buscados por los vecinos del barrio. Veo el orgullo posado en su mirada.
Posdata: Sí, como dijo el presidente, Comitán es de todos, cada espacio de este pueblo nos pertenece y debemos velar por conservarlo como conservamos el hogar particular. Sí, me gustó esa frase de remate, fue como la confirmación de algo que puede generar reflexión. Que nadie se sienta excluido, que nadie deje tareas al otro. Comitán es de todos, por lo tanto, todos debemos velar porque el pueblo crezca de manera armoniosa. Conozco a muchos amigos comitecos que identifican perfectamente lo que esa mañana brincó como chapulín luminoso en los oídos de todos los que presenciamos el acto cívico donde conmemoramos la promulgación de la constitución; esos amigos aportan su esfuerzo para el bien común, porque este pueblo no tiene más color que el color natural de su gloria. Comitán ¡es de todos!