sábado, 29 de febrero de 2020

CARTA A MARIANA, CON UN ACTO SOBERBIO




Querida Mariana: Hace años, una delegación de integrantes de la Rial Academia de la Lengua Frailescana llegó a nuestro pueblo. Se celebraba la feria de agosto, los amigos de Villaflores llegaron para sostener un encuentro con amigos comitecos. El acto se efectuó en el Teatro de la Ciudad. Fue un encuentro sensacional. El teatro estuvo hasta el tope, con una audiencia que disfrutó la participación de esos excelsos contadores de anécdotas. Fue un encuentro, pero parecía una competencia, cuando intervenía un integrante de la Rial y el público se botaba de la risa, un comiteco tomaba el micrófono y decía una anécdota que superaba a la anterior, pero esta euforia tardaba poco, porque instantes después, un compa frailescano se reventaba una anécdota que era recibida con algarabía. Al final, como siempre sucede en encuentros de personas inteligentes, todo mundo salió ganando. Después de hora y media (que ya casi alcanzaban las dos) los asistentes abandonaron la sala con una cara de satisfacción.
Te he contado con anterioridad que celebro y reconozco el trabajo que realizan los integrantes de la Rial, en forma unida han logrado preservar el modo de hablar de aquella ciudad y fomentan, a través de exposiciones, charlas, libros, talleres y encuentros, la identidad de su pueblo.
Ellos tienen un modo de hablar especial, tienen rasgos culturales diversos y se sienten orgullosos de su pasado histórico. En Comitán también se preserva la identidad. En 2028, el pueblo celebrará los quinientos años de su fundación. El cronista Amado Blanco sostiene que Comitán fue la primera ciudad fundada en Chiapas. Muchos (como dijera el presidente de la república) tienen otros datos, otros otorgan el primer lugar a Chiapa de Corzo y unos más a San Cristóbal. La discusión, en realidad, es irrelevante, porque no es carrera de fondo. La certeza es que las tres ciudades fueron trazadas en 1528 y muchas personas tienen a dicha fecha como la señera de la identidad, olvidando que nuestros pueblos vienen de un tiempo más lejano, de una cultura madre.
En fin, las anécdotas se cuentan en las lenguas originarias, y, como la mayoría de los habitantes de Villaflores y de Comitán es mestiza, las anécdotas se cuentan en español, en un dialecto sin igual. ¡Ah!, qué disfrutable resulta escuchar los modismos y regionalismos, contados con una gracia especial, porque, has de comprender, no todo mundo tiene el don de contar anécdotas, así como no todo mundo tiene la gracia de contar chistes. Hay personas con gracia y otras son sin gracia; es decir, desgraciadas.
De aquel encuentro quedó un grato sabor de boca entre toda la audiencia. Por eso, ahora que me enteré que habrá un nuevo encuentro entre contadores de anécdotas de Villaflores y de Comitán, rápido pensé avisarte. Sucede que Sergio, el chef del restaurante Ta’bonitío, invitó a contadores de anécdotas de aquella ciudad y de ésta. Llegan renovados. Todos los participantes del encuentro son destacadísimos intelectuales de Chiapas y poseen el don de la gracia, son agraciados.
El viernes 6 de marzo, a partir de las siete y media de la noche, estarán en el Ta’Bonitío grandes contadores de anécdotas para disfrute de toda la audiencia. Llegan remasterizados, llegan con ánimos renovados, saben que el público de Comitán aprecia la anécdota simpática, la subidita de color, la anécdota que es parte importante de la tradición cultural del pueblo, porque la anécdota es como la síntesis del carácter de los pueblos, ahí están concentrados nuestros sueños, nuestros deseos, nuestros complejos, nuestros afanes. La anécdota nos presenta ante el mundo como somos. Ahí no hay forma de ocultar nuestra esencia, no hay forma de maquillar nuestro carácter, por eso, insisto, la labor que realizan los de la Rial, como grupo, y los comitecos en forma individual (porque no somos muy dados a formar grupos que jalen para el mismo lado) es esencial para mantener nuestro modo de ser. La poeta Rosario Castellanos decía: “Debe haber otro modo (…) otro modo de ser humano y libre”. Bueno, pues la anécdota es un camino, porque la anécdota es eminentemente humana y no permite corsés ni ataduras. La anécdota se cuenta sin ambages, se hace en círculos de amigos y de familiares, se cuenta con los cercanos. Cuando se realiza un acto público, como el que se realizó años antes en el Teatro de la Ciudad o como el que se llevará a cabo el próximo viernes, la comunidad se hermana, se hace más cercana, porque comparten un instante lleno de gloria, donde todo mundo se la pasa bien.
Siete de los mejores contadores de anécdotas estarán en el Ta’Bonitío. Como anfitriones estarán Enrique Robles Solís, Héctor “El güero” Castellanos y José Antonio Alfonzo Pinto (quienes son los mero lek de la anécdota comiteca); recibirán con honores a los amigos de Villaflores: Enrique Orozco, Jorge Luis Zuarth, Juan José Solórzano Marcial y Marco Antonio Besares (quienes siempre le ponen ñapa a la inteligencia y a la carcajada.)
Como decían los clásicos anunciantes: “No te lo podés perder.”, porque será una noche, como dice el anuncio del restaurante “para llenarse el corazón y botarse de la risa.”
¿Cómo se le hace para apartar lugar? No sé, pero entiendo que podés ir al restaurante y ahí te darán informes. Lo que sí sé es qué ofrecerá esa noche el chef Sergio Caballero; presumió que, mientras los comensales se botan de la risa, pueden beber un pitutazo de macharnuda, Zapaluta en llamas (pucha, qué bonito nombre, debe ser en honor al padre Naty, personaje favorito de la anécdota comiteca), agua de chilacayote, agua de temperante con vino blanco espumoso, tascalate, comiteco, posh y demás taguarnices que alimentan el espíritu. ¿Y para cenar? Pues los platillos tradicionales del pueblo, con el toque gourmet del Ta’Bonitío: hueso comiteco, pan compuesto, pellizcadas, chalupas y butifarras.
¿Cómo lo mirás? El acto es una gran oferta cultural. El encuentro es un homenaje a los pueblos de Chiapas, de manera preponderante a los pueblos de Villaflores y de Comitán. Y cuando digo los pueblos me refiero a las personas que tienen el don y la gracia de contar los hechos cotidianos y extraños en forma graciosa y simpática. Acá en Comitán todo mundo recuerda a doña Lolita Albores, quien, además de ser la cronista vitalicia, se distinguió por contar anécdotas con una gracia especial y al mero modo comiteco. Óscar Bonifaz, quien, además de ser escritor, poeta, dramaturgo, cronista y promotor cultural, también se ha distinguido por ser uno de los grandes contadores de anécdotas de Comitán. Quien conoce a Bonifaz sabe que en cuanto uno se acerca a él, él desenfunda la primera anécdota, lo hace con tal desparpajo que si fuera boxeador noquearía en el primer asalto a su contendiente, pero como no es boxeador sino es (permitime el término) un compartidor de alegría, sus oyentes se botan de la risa y quieren más. He visto a oyentes que terminan llorando, que terminan hamaqueándose de la risa, con las manos sobre el estómago, porque el ataque de risa es incontenible. ¡Ah!, qué disfrute de vida tan galán.
Estos encuentros de “cuenta anécdotas” son un homenaje a todos los hombres y mujeres que, en las salas de las casas, a la hora del café con pan, aprovechan la reunión y comienzan a desgranar anécdotas, porque saben que la risa es el condimento ideal de la vida; son un homenaje a todos los hombres y mujeres que, en las mesas de cantinas, a la hora del amigo, se vacían en anécdotas; son un homenaje a los grandes escritores que han privilegiado el humor; son un homenaje a la riqueza de nuestra lengua, el español, y sus tesoros escondidos que se llaman dialectos. La noche del 6 de marzo, en el Ta’Bonitío aparecerá el dialecto villaflorense y el dialecto comiteco con toda su riqueza lingüística. Sí, mi niña, tenés razón, la presencia de los amigos de la Rial y los amigos comitecos será un homenaje a la amistad.
Posdata: Lo que en un momento fue conocido como los discos malcriados de la Lola Albores, no son más que un rescate precioso y preciso de nuestro modo de ser, son un reportorio de anécdotas finas, grotescas, simpáticas y subidas de tono. “¿Acá es donde hablan de vos? Hablarán de tu abuela, porque de mí ¡no! Yo soy niña.” Así son las anécdotas, como los grandes cuentos de la literatura universal tienen torceduras geniales, que mueven a risa.
Por cierto, el chef me contó que el cover es de cincuenta pesitos por persona. Más barato que el cine. En lugar de palomitas y refresco que valen ciento veinte pesos, mejor gastás los ciento veinte en un buen pitutazo de temperante con vino espumoso y una orden de chalupas. Digo. Digo que acá estarán reunidos dos elementos esenciales de toda cultura: la gastronomía y la palabra. Esencias que no deben perderse en nuestros pueblos. Este acto cultural es como un acto de resistencia ante la globalización del lenguaje y de los alimentos. Con este tipo de actos cimentamos nuestros guisos, los guisos tradicionales, y nuestra palabra, la que recibimos de nuestros mayores. ¿Acá es donde hablan de vos? ¡Sí, acá es!