miércoles, 18 de noviembre de 2020

CARTA A MARIANA, CON RECUERDOS NOTABLES

Querida Mariana: Esta fotografía es de 2016. Los universitarios que acá aparecen ya egresaron de nuestra universidad. Han comenzado a buscar el camino que les corresponde, el camino que el destino que se forjen les reservará. Ellos, un día, llegaron a la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar para estudiar la carrera profesional de Trabajo Social, profesión de servicio, de nobleza, de valores éticos fundamentales. Ahí constituyeron un grupo (como acá se ve). Algunos hallaron amistades entrañables, otros solamente compartieron aula. Siempre es así. Pero lo hicieron en medio de un ambiente generoso. A ellos los conocí en el trato diario. Les impartí una cátedra donde traté de acercarlos a la lectura. Candy inauguró un portal de memes donde mostraba a un personaje con los ojos trabados y bizcos que decía: “Así quedamos cuando el Molinari nos exige tener una lectura respetuosa.” Les pasé el tip de cómo tener una lectura respetuosa; es decir, que al leer en voz alta en público recuerden que están frente a una audiencia a la que deben respetar. ¡No se claven en el texto!, fue mi insistente sugerencia. ¡Levanten la vista del texto y vean a su audiencia, que las personas sepan que a ellos les comparten la lectura! Vos sabés que el tip es muy sencillo, casi simple: Tu vista debe adelantarse a tu voz. Esta lectura es genial. Hacemos uso de una memoria inmediata, que memoriza cuatro o cinco palabras que se dice en voz alta frente a la audiencia, cuando estás en la última palabra, bajás la vista al texto de nuevo y “escanéas” el texto, y ves de nuevo a tu audiencia y decís lo que tu memoria pepenó. Eso es una lectura respetuosa. Vos y yo hemos platicado en muchas ocasiones que existen profesionales que, ante una audiencia de muchas personas, leen sin jamás alzar la vista, sin jamás dejar de ver el texto. ¡Claro! No pueden desprender la vista del texto, porque no están acostumbrados a una lectura respetuosa. Nunca practicaron. Vos sabés que la lectura respetuosa exige un entrenamiento especial que es muy sencillo, casi simple. Un alumno logra avances cuando practica esta lectura y después de cierto tiempo adquiere la destreza que (siempre he sostenido esto) permitirá que las personas que escuchan la lectura estén pendientes y reconozcan a la persona que está en el escenario. Perdón por la palabra, pero a mí me da hueva estar sentado ante alguien que lee como si estuviera sentado en la taza de su baño. Me llena de orgullo cuando alguien, en un escenario, si tiene que leer un texto, lo hace viendo hacia la audiencia. Como todas las personas me siento incluido. Conozco (¡uf, qué pena!) a muchos escritores que no leen bien su obra. El texto puede ser muy digno, pero la lectura indigna lo convierte en un bodrio. Me levanto, salgo, pienso que si el texto me interesa prefiero leerlo en la intimidad. Pero, de igual manera, conozco a muchos escritores que son espléndidos lectores de su obra. Ah, con qué gozo disfruto esas participaciones especiales. Si hacemos una encuesta, estoy seguro que la mayoría de escuchas votarán a favor de quienes leen un texto en forma respetuosa. La universidad es el laboratorio donde los alumnos se preparan para la vida práctica, para el desempeño de su profesión en la realidad. ¿Cuántos alumnos me hicieron caso? ¿Quiénes siguen practicando este método de lectura? ¿Quiénes ya tuvieron la satisfacción de bajar de un escenario en medio de aplausos, porque la audiencia reconoció ser tratada con respeto? Posdata: Gocé el meme del tipo con los ojos bizcos. Fue una mera expresión simpática de mi exigencia. En la realidad, quienes tienen bizca la mente son quienes leen en forma irresponsable, quienes, puede decirse ¡no saben leer! Llevo años, añísimos, practicando la lectura respetuosa, jamás terminé con los ojos chuecos. Llevo años comprobando cómo mi audiencia se siente bien cuando les leo a cada uno de ellos, cuando levanto la vista del texto y les hablo directo a su mirada. Llevo años insistiendo con mis alumnos universitarios en la práctica de una lectura respetuosa. El tip es muy sencillo, casi simple: la vista debe adelantarse a la voz. La fotografía es de 2016. Lejos están los tiempos. Ellos ya egresaron de la universidad. Ya obtuvieron su título. Cada uno busca su camino, cada uno se lo forja. Unos se van, otros llegan. En este 2020, los alumnos inscritos en la Mariano N. Ruiz reciben sus clases en forma virtual. La recomendación es la misma: practiquen la lectura respetuosa en sus casas. Cuando lean un texto en forma virtual ¡no se claven en el texto, vean a la cámara!