jueves, 11 de marzo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UNA JOYA LINGÜÍSTICA

Querida Mariana: vos y yo hemos coincidido en la importancia del boletín ImaginARTE. Boletín que publicó Xavier González y Lourdes De La Vega, de 1996 a 2002. En su archivo digital está un valioso inventario de nuestra identidad. El otro día, sin que lo buscara, apareció en la pantalla de mi computadora un texto que escribió mi primo Pepe Luis González Córdova (en paz descanse). Es un texto que apareció publicado en noviembre de 2000. Hace más de veinte años. Pensé en las coincidencias del universo. ¿Recordás que hace dos o tres días inicié mi carta preguntándote de qué estás hecha? Mi primo tituló su texto con esa clásica pregunta comiteca: Y vos ¿quién sos? Ambas preguntas, digo yo, caminan por la senda gloriosa del conocete a vos mismo. ¿Quiénes somos, de qué estamos hechos? Tratar de dar respuesta significa hurgar en nosotros mismos, en descubrir las nubes que pueblan nuestros cielos. Mi primo Pepe Luis fue un enamorado de Comitán, respetó como muchos, pero como pocos, nuestro modo de hablar. Por ahí hemos platicado el aporte de su libro “Glosario”, y, por supuesto, todos los demás, con relatos que se disfrutan por puños. Sabés cómo se llama uno de sus libros de relatos: “Sólo una vez se capa el cuch”. ¡Ah, son relatos muy simpáticos! Todos escritos con el modo de hablar de los comitecos. Copio el primer párrafo del texto donde José Luis habla del voseo comiteco. Mirá lo que escribió: “Los que por estas tierras nacimos, crecimos hablándonos de vos; de vos nos hablaban nuestras madres y de vos nos cantaban para arrullarnos y convidarnos a dulces sueños; el vos sonaba a intimidad en labios frescos, cuando al amor del rescoldito que quedaba en el fogón, cantaban las criadas sus consejas memorables; de vos nos peleábamos unos con otros y de vos, finalmente, nos amábamos los de antier y los de ayer; los de hoy, lamentablemente ya es otro su lenguaje”. Yo sugiero que entrés al Internet y entrés a curiosear en el archivo del boletín ImaginARTE. Hallarás material importantísimo para afianzar nuestra identidad. Acá, con tu permiso, honro la memoria de mi primo. Su colaboración en el boletín y los libros que publicó son de gran valía. Falleció joven, la sociedad comiteca lamentó su deceso. Era un comiteco de bien, que aportaba al crecimiento intelectual de nuestro pueblo. A mí me encanta el libro donde preserva muchos modismos comitecos, esas palabritas que todavía usamos los viejos, pero que poco a poco van desapareciendo en el espíritu de las nuevas generaciones. Mi primo tiene razón. Dice que quienes nacimos en este pueblo crecimos hablándonos de vos, de vos nos cantaban nuestras madres. Al final de ese primer párrafo reconoce que los jóvenes actuales ya tienen otro lenguaje. Es cierto, ustedes (los muchachos) ya no usan el voseo. La mayoría emplea el tú. Pepe pone el dedo en la llaga. Dice que nosotros crecimos escuchando el voseo, ustedes ya no. Y como no lo escucharon con la frecuencia que nosotros, es lógico de entender que ya muchos de ustedes no lo empleen. En algún momento del tiempo se cortó la línea de la tradición. La tradición se trasmite de mano en mano, de corazón a corazón. Lo mismo pasó con los nacimientos, Pepe y yo crecimos haciendo nacimientos en nuestras casas en temporada navideña. Ahora ya no todo mundo hace nacimientos, la mayoría pone árbol, natural o de plástico. Es más cómodo. La tradición se fracturó. Dejamos de pasar la estafeta y adaptamos nuevos modos de celebrar la vida, los modos que nos ha impuesto la globalización. Pepe, con sus textos, luchó por preservar la herencia que recibió de chiquitío. Él era consciente de la pérdida de la tradición y pensó que una manera de preservarla era a través de sus escritos. Cada quincena aprovechaba el boletín de Xavier y de Lourdes para que el mensaje llegara a cientos de lectores. Por desgracia, el mensaje no llegaba a los oídos de los jóvenes. Posdata: él hizo lo que le correspondía, desde su trinchera luchó por no malgastar su herencia lingüística. Él creció escuchando el cantadito del voseo que es característica de nuestro pueblo; él sabía que los pueblos son ricos en la medida que preservan su cultura. Comitán es un pueblo grande por su personalidad y esta personalidad está formada, entre otras riquezas, por su modo de hablar, por su modo de concebir el mundo a través de una palabra que tiene el brillo concedido por la pátina del tiempo. Una forma de honrar el espíritu indomable de mi primo Pepe es continuar regando la plantita que sembró, que las madres jóvenes pregunten con sus abuelas cómo eran las canciones de cuna que cantaban a sus hijos y ahora ellas se las canten a sus pichitos. Si las criaturitas se duermen con cantitos donde el voseo esté presente, el árbol de nuestra identidad no se secará.