martes, 23 de marzo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UNA TAZA DE CAFÉ

Querida Mariana: la Dirección de Educación, del Honorable Ayuntamiento de Comitán de Domínguez, organiza un ciclo de pláticas en las redes sociales, vía zoom, que se llama Tardes de café. El jueves 18 de marzo de 2021 tuve la oportunidad de participar, al lado del cantante Carlos Solís, joven artista de voz bella. Durante toda la transmisión estuvo presente el director de educación, el maestro Ornán Gómez, profesor y destacado escritor. Una de sus novelas mereció el Premio Internacional de Novela Marco Aurelio Carballo, ¡nadita! El director estuvo acompañado por Pedro Aguilar, José Antonio Borralles y Néstor Siddharta Cancino, quienes laboran en la Dirección de Educación. Digamos que hasta ahí todo maravillosamente normal: estuvimos los organizadores y los invitados, pero lo que a mí me llenó de gusto y me sorprendió fue que el presidente municipal interino, Roberto Antonio Álvarez Solís, dio un mensaje de bienvenida. Cada uno de nosotros estuvo en la oficina o en la casa. Yo, lo sabés, estuve desde casa. Puse mi computadora en la sala, al lado de mi mamá. Y el presidente municipal también estuvo desde su casa. Y digo que me sorprendió porque se dio tiempo para saludarnos y para saludar a la audiencia. Los presidentes municipales tienen mucho trabajo. Esa tarde cayó un gran aguacero en la ciudad, y el presidente realizó un recorrido para ver las zonas afectadas e indicar los trabajos de desazolve y mantenimiento, y, en medio de la agitada agenda, hizo un huequito para saludar y reconocer, como lo dijo, que “la cultura, la voz, la palabra, el canto, son elementos muy nuestros de aquí de Comitán”. Quedó demostrado que cuando hay voluntad, la cultura también cuenta en el desarrollo municipal. Pasamos una tarde agradable, disfrutando las canciones interpretadas por Carlos Solís y platicando acerca de libros, lecturas y pueblos. Néstor compartió el recuerdo de sus primeras lecturas e hizo una remembranza de su pueblo, pueblo genial que se llama Tzimol. Entre las primeras lecturas de Néstor estuvo la serie maravillosa de Astérix. Néstor comentó una certeza, ese libro tenía monitos. ¡Sí! Millones de franceses se aficionaron a la lectura gracias a esos libros ilustrados. Pero no sólo los franceses abrevaron de esa agua limpia. Muchos millones de lectores en todo el mundo también recibieron esa influencia luminosa. Recordamos que los argentinos, de igual manera, tuvieron a una niña sensacional: Mafalda. Ah, benditos creadores de Astérix y de Mafalda, ilustradores geniales, inteligentes. ¿Qué tuvimos en México? También tuvimos geniales ilustradores y fascinantes revistas de monitos: la Familia Burrón, fascinante testimonio sociológico de la vida vecinal en la Ciudad de México, Los Súper Sabios, Kalimán, Memín Pinguín, Tawa, y Los Agachados, de Rius. Rius logró, a través de monitos, hacer fácil el conocimiento de temas complicados y escabrosos. Sí, tiene razón Néstor, los grandes lectores pueden iniciar con las revistas de monitos, los ahora llamados cómics. Cuando fui niño, mi tía Emelina me traía libros ilustrados desde la Ciudad de México. Esos libros fueron un tesoro, una bendición. Mi abuela Esperanza, mamá de mi mamá, me traía (ah, viejita sensacional) álbumes de figuritas, completos. Contaba que cuando le faltaban dos o tres figuritas ella iba al mercado y se reunía con los grupos de niños y compraba las figuras faltantes. Esas figuritas estimulaban mi imaginación y me permitían entrar al fascinante mundo de la ilustración, porque no sólo las veía, también las copiaba en mi cuaderno de dibujo. De ver tanta imagen me volví dibujante e ilustrador. Ahora dibujo todos los días, pinto de vez en vez; de leer tanto libro me convertí en escritor. Ahora escribo todos los días. Vos sos mi motivo, vos sos el pretexto ideal para escribir estas cartas. Posdata: me la pasé muy bien. Fue una tarde de café privilegiada. No tomo café, mi tarde fue tarde de té, pero fue tarde para compartir, para decirle al mundo que el libro ha sido el mejor amigo de toda mi vida. El otro día leí en Internet un diálogo simpático de la Asociación Querer Leer. La chica le pregunta a su chico: ¿Me querés? Mucho, responde él, y luego ella (ah, niñas, niñas), pregunta: ¿más que a tus libros?, entonces él responde: No me presionés.