miércoles, 28 de diciembre de 2022

POR INOCENTE

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que tienen espíritu de 10 de mayo, y mujeres que tienen espíritu de 28 de diciembre. La mujer espíritu de 28 de diciembre nació con la vocación del día de los inocentes. Su vida transcurre en medio de un espíritu juguetón, de un espíritu que hace bromas, porque su naturaleza así lo indica. Por esto, sólo es comprendida por espíritus similares. Los pedantes y soberbios no son para ella; las personas solemnes la rechazan, la odian. Ella genera sentimientos adversos en gente fifí; por el contrario, es reconocida como luz maravillosa por quienes, igual que ella, ven la vida como la ventana donde la existencia vuela como papalote. Ella, al levantarse, corre la cortina, pone música y baila, se pone un tutú y se pone en puntillas, como si fuese bailarina de ballet; se hace un peinado afro y baila como si estuviese en una disco; se viste con un batón hasta los tobillos y canta como si fuera integrante de un coro mormón. Busca los silbatos y baila al ritmo de samba, nalga a la izquierda, nalga a la derecha, brinco con ambas piernas, pasitos deslizados sobre el piso, movimiento de pelvis estilo Elvis Presley. Salta la cuerda, golpea el saco en el gimnasio; se pone un par de botas hasta la rodilla y sale a pedir dinero prestado, porque sabe que ella es la reencarnación del día de los inocentes; sabe que todo mundo es inocente, sobre todo los hombres que caen rendidos ante su belleza. Los pobres inocentes creen que ella podrá caer en sus redes, cuando, en realidad son ellos los pobres peces que terminan boqueando, sin dinero, sin sus deseos cumplidos. Es hija y a la vez madre del engaño. Su cantaleta diaria es: “inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada me debes dar”. Ella engaña, pero no miente. Desde el primer momento advierte que ella tiene espíritu de día de los inocentes, que su juego de vida es el sutil engaño, el dar gato por liebre, el encanto de la maga seductora. La versión pueblerina dice: “pégame, pero no me dejes”, ella es quien promueve el “engáñame, pero no me abandones”. El engañado vive feliz, su masoquismo lo lleva a despreciar todo lo material perdido, con tal de disfrutar el encanto de verse engañado en un acto de prestidigitación. Quien está al lado de ella vive en una permanente burbuja de artificio, donde la trampa es el puente para pasar a la otra orilla, orilla que también es puente levadizo, arena de miel ficticia. Acá nadie se siente engañado, porque el engaño es producto de lo no advertido. Acá, todo mundo sabe que el juego es, precisamente, hallar en dónde se encuentra escondida la bolita, sabiendo que todo es una ilusión óptica. Las inocentes palomitas que se dejan cautivar por esta maravillosa mujer viven felices. Todo mundo de afuera los ve con resignación, piensan que son pobres tontos, pero ellos saben, desde el principio, que el juego es el permanente acto de magia, donde nada es lo que parece. Insisto, no son engañados. Ella es la mujer más honesta del mundo, desde el primer momento advierte: soy mujer con espíritu de 28 de diciembre, conmigo nada es lo que parece, lo que me das lo desaparezco. ¿Quieres jugar? Es tan honesta su invitación que muchos aceptan y todos viven fascinados, porque les encanta ser inocentes palomitas que se dejan engañar, sabiendo que la vida no es lo que uno piensa o desea, sino el pozo de luz que tampoco existe. Mejor vivir engañados que frustrados. Con ella, la silla se vuelve mesa y la mesa se vuelve cama. Se hace el amor como si la comida fuera el acto más sexy del mundo; con ella, el brazo se vuelve labio y el labio lengua. Se hace el amor como si la palabra fuera el vehículo ideal para decir ¡te amo! A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en: mujeres que son como la hierba que crece en la base de un faro; y mujeres que son como la ventana que se abre hacia adentro. ¡Tzatz Comitán!