miércoles, 22 de febrero de 2023

CARTA A MARIANA, CON AGRADECIMIENTO

Querida Mariana: los cronopios de Julito Cortázar bailan catala. En casa de los Molinari Alcázar bailamos catala, porque no lo demostramos, pero somos cronopios, ni esperanzas ni famas, ¡cronopios! Los cronopios se identifican en todo mundo, desde que Julito los creó, miles y miles de seres humanos se han identificado con esos seres imprevisibles, pero jocosos. El club de los cronopios es inmenso, casi tan inmenso como el de los solemnes, el de los que siempre visten con traje y corbata. Mi papá, todas las mañanas, se arremangaba la camisa; el papá de mi Paty, todas las mañanas, preparaba paletas en su negocio. Estos actos sencillos dictan que no eran famas ni esperanzas, también, a su modo, eran cronopios. Si le preguntás a mi Paty si es cronopio, ella te dirá ¿qué es eso?, porque ella no sabe que lo es. Esto lo digo yo. Ella no ha leído a Julito, ni falta le hace. Ella vive muy a lo Cortázar, muy a lo cronopio. ¿Recordás qué decía Julito que era un cronopio? “Un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas”. ¿Mirás por qué digo que mi Paty y yo somos un poco cronopios? Escribimos el árbol de la vida sin respetar los márgenes; somos respetuosos de las vidas de otros, pero bailamos catala con las cosas sencillas de la vida. Y ahora andamos bailando catala en agradecimiento a la vida, a las bendiciones divinas, porque esta semana, ¡ah, nadita!, primero Dios, será semana de los Molinari Alcázar. Ya empezamos el día lunes con la exposición de amigurumis que mi Paty presentó en nuestro lugar de trabajo: el Colegio Mariano N. Ruiz. Ella llevó una serie de muñequitos que ha hecho durante varios meses, muchos, con pasión y amor. Presentó ositos, conejitos, gatitos, duendes, ¡varios duendes!, pajaritos y una serie de animalitos marinos en un pequeñísimo acuario. Nuestro Rector, el Maestro José Hugo Campos Guillén, permitió que ella compartiera su talento con los alumnos de secundaria y de bachillerato. En el Colegio también bailamos catala, porque andamos celebrando el cumpleaños setenta y tres. Lo que Julito Cortázar nunca supo es que en casa se baila catala al ritmo de la marimba, un pasito para acá, otro para allá, vuelta, y paso para adelante y para atrás. Catala es una inyección de vida, es una forma de agradecer las cosas sencillas. Y, primero Dios, el viernes, se inaugurará la exposición de obra plástica de Molinarito: “Cerca del Paraíso”, que, ¡ah, las figuras que siempre reconoció Julito!, tienen relación con lo que mi Paty presentó, porque mi obra también contiene animalitos y figuras humanas. Pretende ser una llamada de atención a que no olvidemos el Paraíso. Como le pasó a mi Paty en la exposición donde los chicos y chicas estudiantes se interesaron con los animalitos y algunos de ellos dijeron que eran sensacionales, sé que cuando los niños se acercan a mi obra encuentran prodigios y soy feliz. Mi pretensión es que los espectadores de mi obra recuperen su mirada niña y vean todo con inocencia, con ojos juguetones, con espíritu dispuesto. Pinto y escribo en mangas de camisa, sin tufos pedantes. La licenciada Naty Figueroa, responsable del Museo Arqueológico de Comitán, hizo favor de ver mi obra plástica y, generosa, me invitó a compartir con la gente de mi pueblo. Ah, es mi privilegio estar presente en el cumpleaños ochenta y cuatro del INAH, bailando catala. Posdata: agradecemos a la vida esta bendición, compartir con nuestra gente un cachito de nuestra creación. Siempre te he dicho que considero un deber moral que los artistas y artesanos comitecos, antes que en cualquier parte del mundo, compartan su obra con los paisanos. Así lo hizo Carlos Bàrro en fecha reciente, viajó desde Veracruz para exponer su obra plástica en el Museo de Arte Hermila Domínguez de Castellanos; así también, mi querido amigo Adolfo Gómez Vives, hace años, viajó desde la Ciudad de México para presentar su primer libro de poesía. Hombres generosos cumplieron con su compromiso moral. ¿Cómo fue la recepción de nuestro pueblo? ¡No lo sé! Pero la recepción es lo de menos, lo importante es dar, dar a manos llenas. A mí me cabe la satisfacción de decir que cuando menos tengo es cuando más doy. No tengo más para dar, más que mi palabra y mis trazos. Que se haga una pequeña burbuja que sea salvaguarda de mi espíritu. Gracias, querida mía, por bailar catala con nosotros. ¡Tzatz Comitán!