martes, 28 de febrero de 2023

CARTA A MARIANA, CON AGUA DE TZIMOL

Querida Mariana: Jaime Córdova, quien nació en Tzimol y radica en la Ciudad de México, me envía fotografías de vez en vez. Me causa emoción abrir el correo y hallar sus fotos. Ayer me sorprendió con esta foto que, con su permiso, te comparto. Vos sabés que, en tiempos donde el color impera, amo todo lo que sea blanco y negro. ¿Por qué Woody Allen eligió filmar “Manhattan”, en blanco y negro? ¿Por qué Win Wenders prefirió el blanco y negro para su cinta “Las alas del deseo”? Es una bobera lo que diré, pero el color las habría echado a perder. Esas cintas habrían dejado de ser obras de arte, porque el blanco y negro les otorgó el entorno perfecto para que sus historias fueran sublimes. A veces hay noticias sensacionalistas donde nos enteramos que tal película en blanco y negro fue “coloreada”. ¡Qué aberración! La foto de mi abuela María la conservo en el original blanco y negro con que fue revelada originalmente. Esto pensé cuando abrí el correo y vi la foto que me envió Jaime. Él me dijo que la tomó hace tiempo (no sé cuántos años) y la capturó con una cámara Rolleiflex, de 6x6. Esto que, en apariencia es un mero dato técnico consigna toda una historia. ¿Rolleiflex? ¿Qué es eso? Entré a San Google y le pedí que me diera algunos datos. Me enteré que esas cámaras fotográficas son alemanas y fueron puestas a disposición de los profesionales de la fotografía en el año 1928. Estamos a punto de celebrar un siglo de tal prodigio. En mis manos (es un decir) tengo un producto de esas cámaras. Digo que es un decir, maravilloso, porque lo que produjo una cámara analógica, hoy ofrece una imagen digital. Jaime tiene impresa esta fotografía que él tomó hace años (no dijo cuántos). No sólo me enteré del año en que comenzaron a circular estas cámaras Rolleiflex, también supe que una característica de ellas fue que tenían dos lentes (fueron llamadas de “objetivos gemelos”), una de las lentes servía para ver la imagen y la otra para capturarla. ¡Ah, no, no me preguntés cómo se daba este proceso mágico! Se daba, punto. Vi una fotografía de estas cámaras y quedé deslumbrado. Mi celular de 2023, que debí comprar en 2019 o algo así tiene dos lentes, casi casi tan juntas como la de la Rolleiflex. Ahora he visto cámaras que tienen tres, tres lentes. ¡Ay, por favor, te digo que no me preguntés cómo funcionan! ¡Yo qué voy a saber! Lo que quiero decir es que la cámara de mi celular se parece mucho a su bisabuela, tiene la misma doble carita, sonríe igual. El asombro ante la belleza de esta fotografía tiene mojol en la raíz de una pregunta: ¿por qué Jaime, en Tzimol, tenía una Rolleiflex en esos años? La respuesta la tiene él, pero aventuro, porque así lo advierto (y vos también): es un apasionado de la fotografía. En tiempo que medio mundo tenía camaritas Kodak, él, fotógrafo genial, ya tenía una cámara profesional, una que, junto a su mirada privilegiada, le permitió capturar este instante. ¿Cuántos años tiene ahora la criatura que sonríe al rostro de la mujer, mientras el hombre, mirada niña también, ve hacia donde está la cámara Rolleiflex? Carlos Gordillo, quien es uno de los mejores fotógrafos de Chiapas, vio la foto y dijo: “composición genial”. Con eso queda dicho todo, una mirada experta halló la síntesis perfecta. ¿Desde dónde está tomada? No lo sé. Jaime necesitó colocarse en el lugar perfecto para la toma genial. Ahí está el río, que parece detenido; ahí están las piedras en reposo desde siempre; ahí está la sagrada familia; los mayores descansan sobre las raíces, síntesis de la vida; el niño, de igual manera, también reposa en las raíces, las de él, las de ella. Posdata: me encanta cuando se encuentran las miradas. Carlos, fotógrafo genial, se topó con la mirada de Jaime y ambos hicieron que la cuerda del universo sea lo que ahora miro desde acá, desde la ventana de mi sala: un cielo con raíces milenarias, un agua quieta, pero llena de vida. Me gusta el blanco y negro. Tal vez algo de mirada de miura existe en mí, la vida me presenta un capote rojo y yo me muevo porque lo veo en blanco y negro.