sábado, 25 de febrero de 2023

CARTA A MARIANA, CON REGISTRO DE BÚSQUEDA

Querida Mariana: el juego es sencillo, si preguntás a los comitecos ¿quién fue Rosario Castellanos?, muchos responderán favorablemente; es decir, muchas personas saben quién fue Rosario. Si preguntás: ¿quién fue Blanca Lidya Trejo?, ahí ya está difícil. Pocas personas saben de Blanca Lydia. Y resulta, así nos lo dijo Lety Bonifaz y ahora Clara del Carmen Guillén, que ella, igual que Rosario fue escritora. Rosario vivió su niñez y parte de su adolescencia en Comitán; y Blanca Lydia nació en Comitán. La poeta Clara del Carmen Guillén, quien también nació en Comitán, está empecinada en dar a conocer (visibilizar se dice ahora) la vida y obra de Blanca Lydia Trejo. Desde hace ya años se dedica, ahora sí que, con cuerpo y alma, a buscar datos de la escritora comiteca. Medio mundo aplaude su labor, es plausible, porque dedica tiempo y paga para tal fin. A veces, su entusiasmo se desborda, pero, entiendo, también debe sufrir decepciones, porque en una labor de rescate siempre existe la luz y la sombra. Si uno entra a Wikipedia halla datos mínimos que Clara está ampliando. Wikipedia dice: “Blanca Lydia Trejo fue activista feminista, canciller, profesora y escritora mexicana que cultivó la narrativa, el ensayo y el periodismo. Realizó estudios en la Casa Central de Guatemala y en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se graduó en Bibliotecología. Fue canciller del consulado en Barcelona, España”. Pucha, movidita la paisana. En Wikipedia aparecen las fechas de su nacimiento y de su muerte: nació el 25 de febrero de 1906 y falleció el 27 de septiembre de 1970. Blanca Lydia nació en nuestro pueblo 19 años antes que Rosario, seguro que no coincidieron en el pueblo, porque (así parece) cuando Rosario comenzó a crecer, la tal Blanca Lydia ya no estaba en Comitán. En Comitán ya están identificadas dos casas donde vivió Rosario: la que está en la salida del Pasaje Morales y la que está a un costado del palacio municipal, donde ahora funciona el restaurante Ta’Bonitío. ¿Y la casa donde vivió Blanca Lydia? No hay registro de ello, por el momento, Clara está empeñada en dar con ese dato y regalarlo a Comitán, porque la poeta Guillén, con gran determinación dice: “ella nació para figurar en Comitán”; es decir, Clara aporta datos para que la figura de nuestra paisana tenga el lugar que merece. Sí, es bueno que nuestro pueblo reconozca a las personas más preclaras, las que, bien, en el pueblo propio, o lejos de él, aportaron su talento y trabajo, lo que permite que Comitán siga siendo un lugar con gente que abona al desarrollo intelectual del mundo. Parece que ya nada detiene a Clara en esta labor de investigación. Qué bueno. Clara cuenta que todo comenzó un día que… Trataré de sintetizar lo que Clara cuenta: un día de 2019, Tanya Cossío la invitó a asistir a la FIL (la gran Feria del libro, en Guadalajara) para hablar acerca de literatura infantil en Chiapas, ya que ella es escritora de cuentos infantiles. En el libro “Historia y muestra de la literatura infantil en México”, viene mencionado el nombre de Blanca Lydia. El libro de literatura fue escrito por el colombiano Mario Rey, en dicho libro aparece que Blanca Lydia es mexicana; resulta que tiempo después, Clara se topó con Mario Rey en Zamora, Michoacán, y él le dijo que en su libro mencionaba a la chiapaneca Blanca Lydia, escritora chiapaneca “que es la primera antóloga de la literatura infantil en México”. ¡La luz se hizo! En medio del camino, Clara encontró una piedrita que era de oro. ¿Así que la primera persona que hizo una antología del cuento infantil mexicano fue mujer y era chiapaneca? De ahí a hallar que Blanca Lydia había nacido en Comitán fue como pasar a otro cuarto contiguo. Desde entonces, Clara del Carmen se ha dedicado con pasión a buscar en estantes y baúles en ese cuarto. Algún día, así lo esperamos, dará más datos. Por fortuna, hay personas talentosas que se han unido a esta labor de investigación. Clara ha ido a la Biblioteca Central de la UNAM, hurgado en la Hemeroteca Nacional y busca, todos los días, en el Internet. Francisco Domínguez, creador de la página “Imágenes históricas, leyendas y personajes de Comitán” ha brindado un gran apoyo; y ni qué decir de Gustavo Armendáriz, talentoso comiteco, experto en cuestiones históricas. ¿Sabés qué le compartió Gustavo a Clara?, el acta de defunción de la escritora comiteca. Gustavo ha aportado muchos datos y, sin duda, aportará más. Pero no sólo comitecos se han unido a esta maravillosa aventura intelectual. Clara cuenta que una alumna de literatura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, María Jesús Hernández Aparicio, también ha aportado imágenes y testimonios. Todo inició una mañana de 2019, luego llegó tiempo de pandemia. Clara no ceja en su intento de investigar más. Si te diste cuenta yo ignoro el apellido materno. Clara ya debe tenerlo, por ahora escribo: Blanca Lydia Trejo. ¿Cuál es su apellido materno? Por ahí debe haber ramas de su árbol genealógico. Por acá están los Castellanos y los Figueroa, ramas del árbol de Rosario. ¿En dónde están los Trejo que son parientes de Blanca Lydia? A investigar eso se dedica Clara. Ahora, poco a poco, las personas se enterarán que hubo una escritora comiteca, que nació en 1906 y está considerada como la primera persona que hizo una antología del cuento infantil en México. Llama la atención las coincidencias de Blanca Lydia con Rosario Castellanos. La ficha de Wikipedia menciona que Blanca Lydia fue activista femenina, escritora, profesora, diplomática y escritora que cultivó el ensayo, narrativa y periodismo. Bueno, pues Rosario también abarcó esas esencias: fue una gran feminista, dio cátedra en la UNAM y en la Universidad de Tel Aviv, embajadora de México en Israel y una gran escritora, que abarcó muchos géneros: novela, cuento, teatro, poesía y ensayo. Por ahora, Clara del Carmen sigue en búsqueda de más datos, lo hace con emoción. Desea que el nombre de Blanca Lydia esté en el imaginario colectivo de Comitán, quiere que alguna calle lleve su nombre, o una plaza, desea que medio mundo la conozca, la lea. Muchas personas la ayudan, la fortalecen. En el pueblo ha encontrado el respaldo de paisanos talentosos y brillantes, a los ya mencionados se unen los nombres de María Antonia Pinto Ruiz, Chusy Coutiño, María del Carmen Vázquez Velasco, Arbey Rivera, Olivia Bonifaz, Angélica Altuzar, Alba De La Cruz y muchos que se irán integrando en el camino, porque mientras más se agreguen el árbol de Blanca Lydia se mostrará con todas sus ramas y la fronda que la hace especial. Es una muy buena iniciativa, ojalá que conserve la suma de voluntades sin más interés que el de dar a conocer la vida y obra de la fulanita de tal. Clara ya menciona datos muy importantes que deben hacernos reflexionar en la grandeza de su vida: fue la primera persona que hizo una antología del cuento infantil mexicano. Pucha, eso ya es un gran argumento; lo otro es que cultivó el género del cuento infantil, pero, además, realizó una labor importante para poner sobre la mesa el tema del “abuso de los poderosos con relación al conflicto latinoamericano”. Y como Clara, poco a poco, se convierte en experta acerca de la vida y obra de Blanca Lydia tal vez hay que hacer caso a una recomendación: “La mejor novela de Blanca Lydia, para mí, es “El padrastro”, de 1941”. No sé si sea fácil conseguir dicha novela, pero ya me anda por conocerla. Clara del Carmen tiene material en pdf que comparte con generosidad. Si a vos te llama la atención conocer algo más de esta escritora comiteca, podés ponerte en contacto con Clara, en redes sociales. Me place que una importante presencia comiteca sea estudiada por sus paisanos, que sean comitecos quienes se acercan a ese conocimiento y nos lo den a conocer. Nadie más que los comitecos sabemos nuestros modos. Posdata: imagino que Clara se emociona con esta labor, se acerca a los grandes investigadores que disfrutan cada pequeño hallazgo para completar un cuadro que dé una idea más o menos aproximada. El estudio de una vida es inacabable, pero Clara ya dio el primer paso, ya tiene dos o tres figuras del gran rompecabezas. ¡Tzatz Comitán!