jueves, 12 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON PRODIGIOS

Querida Mariana: lenguaje e imaginación. Esto dijo Carlos Fuentes acerca del compromiso del escritor. La periodista Ari Peralta hizo un ejercicio de imaginación con el lenguaje, en redes sociales publicó una foto donde aparecen Óscar Eduardo Ramírez Aguilar, gobernador del estado de Chiapas, y Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, presidente de la mesa directiva del congreso del estado de Chiapas. La fotografía fue acompañada del siguiente texto: “imagínense un día, dos jóvenes platicando sobre sus sueños y propósitos… y años después, uno, como presidente del congreso del estado de Chiapas, le toma protesta al otro como gobernador constitucional de Chiapas”. Veinte años, más o menos, dista de un momento del otro. Ari nos invitó a imaginar ambos extremos y el trayecto. Es toda una lección de vida, porque hay objetivos, metas, esfuerzos, disciplina, compromiso social y, tal vez por encima de todo, lealtad en el sueño compartido. La periodista nos dijo que imagináramos a los dos jóvenes sembrando ideales. Sí, los imaginé en un espacio arbolado, sentados en la sombra, recibiendo el aire fresco de Comitán; los imaginé impetuosos, reflexivos, seguros de sí mismos, con un objetivo bien definido. Ellos, desde ese planito, con verdes, pájaros y tenue rumor de viento, dijeron que, si actuaban conforme a sus principios, lograrían sus sueños. Desde la planicie vieron a lo lejos, muy lejos, la cima de la montaña. Los imaginé, entonces, como esos maravillosos escaladores que ven la punta del Iztaccíhuatl y se dicen, convencidos, ¡la alcanzaremos! En este sencillo ejercicio de imaginación está presente el valor y arrojo, al lado de una tenaz preparación. Lo más sencillo de la vida es caminar por la senda que transitan los demás. Quienes, como dijo el poeta, “hacen camino al andar”, son los que alcanzan los más altos cielos, son quienes caminan al lado de las aves más osadas, los que se hablan de tú con las águilas. Los predestinados son quienes, desde la altura, dominan los valles, son los que tienen el espíritu de Marco Polo y el corazón de Alejandro Magno. Acepté el juego de imaginación, querida mía, porque los Alma Grande ven lo que los simples mortales no alcanzamos a ver. Sin duda que Óscar Eduardo y Luis Ignacio vieron que estaban frente a un muro, supieron entonces que debían escalarlo para ver qué más había. Hoy, esos soñadores están convencidos que hay más retos, que todos tienen un candado, pero toda cerradura tiene una llave. No hay pases mágicos ni hechizos divinos, la clave es lo que esos dos muchachos vislumbraron: disciplina en los objetivos, fuerza y determinación para alcanzar lo deseado. El comiteco Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, en su cargo de presidente del congreso, le tomó la protesta al comiteco Óscar Eduardo Ramírez Aguilar, como gobernador del estado. Imaginé el inicio, los vi diseñando su porvenir, creyendo en sus capacidades, en la bondad de sus proyectos, en la entereza de sus decisiones; como si fueran dos de los tres mosqueteros los escuché decir: uno para todos y todos para uno. El trabajo en común, fortalecido por una meta común. Carlos Fuentes nos indicó que el lenguaje y la imaginación hacen el prodigio de la creación. Acá, dos cultivadores de la palabra imaginaron un destino mejor para la sociedad y alcanzaron una meta. Posdata: vi a Óscar Eduardo y a Luis Ignacio, con las manos en las nucas, sintiendo el aleteo del aire; los vi abrir los ojos, ponerse de pie y gritar con las manos levantadas: ¡A por los sueños!; los vi luchar sin descanso, sin desmayo, por el deseo de servir a Chiapas. Y hoy ahí están nuestros paisanos, en la cumbre. ¡Tzatz Comitán!