domingo, 22 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN LIBRO DE JOSÉ BONIFAZ

Querida Mariana: José Bonifaz presentó su primer libro: “Viva la piel”. Lo presentó la noche del 20 de diciembre 2024, en el Museo Rosario Castellanos. Paty Cajcam y yo llegamos un poco tarde, porque debimos cumplir otro compromiso, pero todavía escuchamos la participación del poeta Roberto Rico y la del autor. José tuvo casa llena. El patio central estaba lleno de amigos, familiares y más hojas del árbol comiteco. ¡Genial! Genial porque no es común hallar tanta audiencia en recitales poéticos o presentaciones de libros. Entramos con cierta pena, porque el zaguán (como debe ser) da directo al patio, éste estaba al tope, más de ciento veinte personas. Cuando entramos no faltaron las miradas que desviaron su objetivo. Imaginé que alguien comentó con quien estaba a su lado: “Ve estos, a qué horas llegan”. Qué pena. Quisimos escondernos detrás de la canasta de mimbre llena de libros, dispuestos para su venta. Pero, este desaguisado tarda poco, luego las miradas volvieron a enfocarse en el escenario, donde estaba la mesa de honor, compuesta por Roberto, por el poeta Carlos Gutiérrez Alfonzo, por José y por Diego Greene. Cuando Carmelita Bonifaz me invitó le dije que tenía otro compromiso ese mismo día, a la misma hora, ella supo el porqué de nuestra llegada tardía. Al final del otro compromiso salimos casi volando, cruzamos el parque central y caminamos por en medio de la gente que ya llenaba las calles en busca del regalo para la noche de navidad. Escuchamos a Roberto y luego al autor. José dijo que es ya parte de la cuarta generación y detalló que su bisabuelo, quien fue un Dorado de Villa, después de participar en batallas, regresó al pueblo, colgó el arma y se reunió con niños a quienes les leía poesía. Mencionó a su tío abuelo Óscar Bonifaz, luego a su tía María del Rosario Bonifaz (que estaba en la audiencia). Así trazó parte del árbol genealógico, la poesía ha estado presente desde el bisabuelo hasta llegar a él, el acto de abandonar las armas y construir una revolución con palabras fue el mensaje que aún preserva, dijo que eso es lo que lo llama a escribir. Te mando la foto que logré tomar. Después de repegarnos a la pared para mimetizarnos, logramos llegar al corredor del fondo y desde ahí vimos y escuchamos el desarrollo de la presentación. Como mirás, todos los asientos estaban ocupados y había gente parada en los corredores. Fue un acto cultural con gran presencia. Sin duda que para José y su familia fue un momento de gran relevancia. Al final del acto, el autor comentó lo siguiente: “dicen que nadie es profeta en su tierra, yo quiero ser poeta en mi tierra”. Paty Cajcam hizo fila para adquirir el libro, nos despedimos, ella se fue con su papá a su pueblo y yo tomé un taxi, ya iban a dar las ocho de la noche, hora en que me convierto en el bello durmiente. Llegué a casa, todavía alcancé a leer unos textos del libro de José, mientras tomaba un té de limón. En el prólogo, José escribió: “Mi intención con este libro es que te olvides un rato del mundo que nos rodea y que va tan rápido…” José expresó lo que todo lector o lectora siente: la literatura detiene el tiempo y entra a una burbuja con una dinámica diferente a la cotidianidad. La literatura es la coma en la oración larga, es la estación donde el tren hace una pausa. Posdata: Roberto y Carlos, los grandes poetas de Chiapas, saben que las presentaciones de libros reúnen audiencias limitadas. La audiencia de esa noche fue un árbol con muchos frutos, todo transcurrió en un ambiente de guateque, al mero estilo comiteco. ¡Qué alegre! El encuentro fue en el Museo Rosario Castellanos, museo que deberá vestir sus mejores galas para celebrar el cumpleaños cien de la escritora, en el ya próximo veinte veinticinco. Este museo honra a nuestra escritora comiteca, pero le queda a deber. Sin duda que las autoridades deberán echar las mejores flores al asador, para que todo sea un enjambre de gloria para honra de Rosario Castellanos. Fue muy emocionante ver el patio principal lleno de personas. ¡Tzatz Comitán!