lunes, 16 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA MIRADA SORPRENDENTE

Querida Mariana: mirá este apunte. ¡Sensacional! Una mañana, la artista se paró en lo altito de Guadalupe, se sentó, recargada sobre la pared sacó la libreta de apuntes y dibujó este apunte, maravilloso, genial. En este siglo, siglo de la imagen, todo mundo puede pararse en el lugar que lo hizo la artista y, con el celular, tomar una fotografía. La artista se paró frente al espacio, con su mirada pepenó la esencia y luego con su mano realizó el boceto. Magistral, soberbio. No fue la instantánea de la cámara, fue el tiempo decantado, porque ella, en el proceso del dibujo, disfrutó lo que veía y lo que fue apareciendo en la hoja que, al principio, era un lienzo blanco. ¿Mirás en el extremo de esta foto las perforaciones de la hoja, donde está la espiral que une las hojas del cuaderno de dibujo? Debo decirte que este apunte no es único, ¡no!, nuestra artista realizó muchos más. Ella vino a Comitán, disfrutó el pueblo, se reunió con amigos, caminó el pueblo y, con el cuaderno bajo el brazo, se dedicó a hacer apuntes del pueblo. ¿Cómo es que tengo esta copia en mis manos? Ah, te cuento la historia. Mi amiga Aurorita Avendaño Román, del mero barrio de San Sebastián (aunque ahora vive por el rumbo de Nicalococ) me envió un archivo con los apuntes comitecos que realizó su amiga. ¡Ah, ya basta, Alejandro! ¿Quién es la artista que realizó este portafolio de apuntes comitecos? Te cuento lo que Aurorita me contó. Sucede que en noviembre 2024 la polaca Kalina Winska vino a Comitán. Kalina es una joven que estudió artes plásticas y es muralista. El arte es parte de su día a día y, como mirás en este boceto, es una artista con una gran capacidad para transmitir lo bello. Sus bocetos me hicieron revisitar nuestro pueblo. Su trazo tiene la magia de envolver lo cotidiano en una burbuja sin ruidos, sin alteraciones, sin la carga pesada del estruendo. La hija de Aurorita conoció a Kalina en el año 2007, cuando compartieron departamento en Alemania, país donde ambas estudiaban. Ahora Kalina radica en Seatle, USA. En noviembre se descolgó de allá y llegó al pueblo donde Aurorita la recibió en su casa. Kalina tiene en su espíritu esencias mexicanas, porque hace años, su abuela viajó a México y en su estancia también pepenó algo de nuestro carácter. Aurorita me contó que un día, en Polonia, ella y su hija estuvieron en casa de la abuela de Kalina y la abuela se sentó ante el piano y tocó “cucurrucucú paloma”, todos la cantaron. ¡Ah, qué prodigio! Una canción mexicana, interpretada al piano por una mujer polaca y cantada en aquel país, en una tarde memorable. No conocí a Kalina, pero en nombre de nuestro pueblo le agradezco su generosidad para con esta tierra, por todo lo que ha significado su amistad con nuestras paisanas y la forma en que ese puente se ha ido construyendo con un extremo en aquel país y otro en el nuestro. ¡Ah, la gran capacidad del género humano de romper fronteras para dibujar un arcoíris en los cielos! ¿En dónde están los apuntes que ella realizó en nuestro pueblo? No sé, no quise preguntar a Aurorita. Capaz que me decía: qué te importa, carota de torta. No, no, ella no me hubiera contestado así, pero como siempre soy muy penoso para meterme en vidas ajenas y respeto las intimidades, prefiero quedarme con la duda, porque pensé que estos apuntes bien podrían estar en las paredes del Museo de la Ciudad, museo que nos quedó a deber mucho, porque nuestra identidad está representada con una serie de murales en vinil, con lo que el visitante recibe una imagen plástica. Estos originales le darían realce. Es una mera idea loca. No sé si Aurorita es dibujante, pero sí sé que escribe, escribe textos bonitos donde plasma recuerdos de su infancia comiteca. Sin su permiso comparto con vos la descripción que hizo de la visita de la polaca Kalina: “…salía a caminar y se sentaba a pintar algunos rinconcitos de nuestro Comitán. Ella regresaba muy animada contándonos que muchas personas se le acercaban curiosas a ver qué hacía, y otras curiosas por su gran altura y su fisonomía muy distinta por su color de piel tan blanco y sus lindos ojos claros (…) se llevó recetas de lo que le llamaba la atención en las comidas que jamás había probado…” Posdata: ¿mirás que el puente continúa, se intensifica? Ya imagino a Kalina, con el mandil, preparando algún guiso comiteco, en tierras norteamericanas o polacas. ¡Tzatz Comitán!