sábado, 26 de septiembre de 2009

DAY BY DAY


"Day by day" se llama una canción de los años setentas. Escribir esto es como decir: "La canción de todos los días es el día tras día". El tiempo es agua. Escucho a cada rato lo de "¡Cómo pasa el tiempo!". Los viejos dicen, con frecuencia: "¡Ya se fue el año!".
¿Adónde van los años? ¿Adónde va el día tras día? Comencé a escribir este texto a las cinco con catorce de la mañana y ahora ya son las cinco con quince y, en menos que canta un gallo, serán las cinco con dieciséis.
En esos segundos comenzó a irse el día, la vida. No nos damos cuenta cómo llega el tiempo y cómo se va. El tiempo es como el aire.
Un día el hombre inventó el tiempo para medir cómo se le va el día tras día. Tal vez el hombre que no tiene conciencia del tiempo ¡vive más! Nos mata esa certeza de que el tiempo se agota. Sin advertirlo nos preocupa lo efímero de la vida.
A veces pienso en algo como un reservorio del tiempo; algo como un basurero donde se concentra todo el tiempo que "vuela", que se agota.
Ya son las cinco con veinticuatro. El tiempo se ha ido para no volver jamás. Digo una obviedad, pero quiero pensar que esos segundos no se han ido; quiero pensar que se han transformado. Esos segundos los he convertido en palabras. Estas palabras, entonces, poseen el tiempo. En su corazón está ese reservorio.
Ahora vos, lector apreciado, invertís tu tiempo. Como si este cuaderno de apuntes fuera una Casa de Bolsa "metés" tu tiempo con la esperanza de obtener ganancias.
¿En qué lugar nos pagan más intereses por nuestro tiempo invertido? ¿Quiénes son esos hombres de "cuello blanco" que nos quitan nuestros segundos con la promesa de que obtendremos ganancias chonchas? ¿Quiénes son esos hombres que obtienen riquezas aprovechando el tiempo que nosotros les dimos a guardar?
¿Se vale decir: "¿Guardás mi tiempo? Luego Vuelvo por él?"
¡Dios mío! Ya son las cinco con veintinueve. El tiempo se me ha ido. Apenas me queda algo para entrar a bañarme, cambiarme (de ropa, el cambio interior es más complejo y dilatado), y salir "volando" para ir a la Universidad donde las alumnas de la Licenciatura en Trabajo Social están invirtiendo su tiempo en aras de un futuro más cierto.
¿En dónde está ese reservorio de segundos que conforman el tiempo futuro?
¡Qué joda, ya son cinco treinta y uno! Ya no tengo tiempo, ni siquiera, para buscar el disco y poner "Day by day" porque el día tras día me empuja a otras cosas.