sábado, 17 de abril de 2010

¿DE CUÁL FUMAS?


Un afecto me dijo: "Cuando comenzás a escribir de nubes y de vientos y de esas cosas dejo de leerte. A veces volás muy alto". Otro afecto, después de leer un texto mío, me preguntó: "¿De cuál fumas?".
Ahora digo: Brincos diera por volar alto. En realidad esta es mi pretensión: volar para que mis lectores vuelen también. Pienso que todos los escritores deseamos esto. Asimismo digo que ¡no fumo algo!
¿Por qué jodidos pensamos que es necesario "fumar" algo para crear? Siempre he pensado que los clichés nos confunden.
La mayoría cree que la bohemia está relacionada con la creación y la bohemia relacionada con una vida "disipada" que tiene que ver con ambientes de borrachera y de drogadicción.
No sé bien a bien cuántos creadores han sido mariguanos, drogos o borrachos, pero estoy seguro que son más los creadores que no necesitan "meterse" algo para poder crear.
Hace tiempo un compa me dijo: "El fulano de tal ("poeta" chiapaneco) es incapaz de escribir una línea si no está bien moteado". Bueno, ese compa poeta es ejemplo de los incapaces de crear por sí mismos. Dios (llámenle naturaleza si quieren) no les concedió el don natural y tienen que recurrir a efectos especiales para crear algo.
Por fortuna, para crear no necesito ningún efecto especial, únicamente trato de estar atento con todos mis sentidos a lo que sucede a mi alrededor y en mi interior.
Aspiro a volar, aunque sea tantito. Volar para que mi obra pueda ser un objeto que levite, que produzca una sensación diferente en los "mirones" de mi obra. En fin, esta es la apuesta y a diario lo intento.
A mi primer afecto le respondí lo que acabo de escribir; y a mi segundo afecto le dije que, según yo, la única sustancia a fumar ¡es la constancia en el trabajo!
Es decir, para crear no se necesita "meterse algo". Si algunos creadores son "motos" no significa que la droga sea elemento imprescindible para crear. Debe ser muy penoso para un creador aceptar que no puede escribir o pintar una sola línea sino es por influjo de algún sicotrópico.
Mis únicas dependencias son la naturaleza y la constancia. ¡La chamba, pues!