jueves, 20 de mayo de 2010

FOR KIDS


Mi mamá me puso el suéter y salimos. La tarde era luminosa, la luz caía como una lluvia de pétalos. Yo tenía ocho años y estudiaba el tercero de primaria. Iba emocionado, porque entraríamos al cine. Era domingo: día de cine. Llegamos al Cine Comitán y, mientras mi mamá compraba los boletos, me entretuve en los cartelones de las películas por exhibirse. Siempre encontraba un mundo diferente al que tenía a la mano. Por el cine supe que existían ciudades que tenían edificios de muchos pisos (rascacielos le llamaban en ese tiempo); supe que no sólo perros y gatos habían en las calles; en un lugar de la India una retahila de monos trepaba sobre todos los techos de las casas. Por el cine supe que existían mujeres como Brigitte Bardot; que había algo que se llamaba mar y que ahí navegaban trasatlánticos. Por el cine supe que en algún lugar de África vivía Tarzán, el rey de los monos; y que Marte estaba lleno de marcianos que viajaban a la tierra para llevarse terrícolas y hacer experimentos con ellos. Pero Santo, el Esmascarado de Plata, estaba ahí para salvar a Lorena Velázquez y evitar que los marcianos hicieran travesuras interplanetarias con ella.
Mi mamá me llamó y me dijo que ese día no entraríamos al cine porque la función era "Sólo para adultos". Exhibían "Los Olvidados" de Luis Buñuel, y ya el Padre Carlos, en misa de siete, había dicho que la clasificación de la cinta era "C" y esto significaba que los niños no podíamos entrar. Mi mamá me llevó al parque, me compró un helado y nos sentamos en una banca. Luego llegó mi papá y se enteró de la restricción. Él esperó que termináramos la nieve y luego nos dijo que entraríamos al cine. El taquillero vendió los boletos, porque ya todo quedaba "bajo la responsabilidad de mi papá"; es decir, mi papá (por aquello de la patria potestad)poseía la capacidad para transformar el letrero de "Sólo para adultos" en algo como "Sólo para adultos y niños acompañados de sus papás".
Mi papá no se equivocó (nunca se equivocaba). Por el morbo fue una de las películas que más atención puse y transformó mi visión del arte. Por el cine conocí que la vida también está llena de "olvidados" y esto lo aprendí a los ocho años, gracias a mi papá. Que Dios bendiga el séptimo arte, que bendiga a Buñuel y a mi papá.