viernes, 23 de abril de 2021

CARTA A MARIANA, CON OCTÁGONOS NEFASTOS

Querida Mariana: las formas geométricas están en todos lados. El gran pintor Cézanne nos enseñó que las formas básicas del dibujo son el prisma, la esfera y la pirámide. En estas figuras están contenidas todas las formas del universo. A mí siempre me han llamado la atención las formas geométricas. Los artistas, arquitectos, diseñadores, ingenieros, danzantes y demás fauna humana están en contacto permanente con las formas, con las líneas. Los encargados de Protección Civil nos enseñan que hay algo que se llama Triángulo de la vida, que consiste en protegerse al lado de un objeto que resista el derrumbe para que quede un espacio donde exista posibilidad de sobrevivencia. Los amantes de la naturaleza saben que hay algo que se llama Círculo de la muerte, donde hormigas ciegas forman un círculo y dan vueltas y vueltas y vueltas… Ahora, la Secretaría de Salud obligó a las empresas de productos comestibles a colocar octágonos de fondo negro en sus etiquetas. Estos octágonos advierten cuando el contenido tiene excesos de sustancias dañinas al cuerpo. Hace dos años, los consumidores de la Crema de elote, de Campbell’s no sabían que esta latita de apenas 430 g contiene calorías, azúcares y grasas trans en exceso. ¡Pucha! Los consumidores de la famosa Coca Cola no sabían que el producto contiene calorías y azúcares en exceso. Las autoridades sanitarias advierten que el consumo de estos productos es nocivo para la salud. La pregunta, como siempre, querida niña, es ¿los consumidores hacen caso de estas advertencias? Quienes tienen el hábito (vicio) de tomar su coca a la hora de la comida o acompañando los taquitos de chicharrón, ¿han dejado de consumirla al ver los octágonos negros? Lo más probable es que han ignorado dichas formas geométricas. Como diría Chespirito: Gallina que come pico, aunque le quemen el huevo. Los optimistas afirman que estas etiquetas no son para quienes ya adquirieron la nefasta costumbre de consumir productos nocivos. ¡No! Las advertencias son, por ejemplo, para las madres conscientes, para quienes son formadores de las nuevas generaciones. ¿Qué madre, en posesión de sus cinco sentidos, ofrecerá una coca cola a sus hijos, si está viendo en los octágonos negros que ese refresco tiene exceso de calorías y exceso de azúcares? ¡Ninguna! Porque sabe que si sus hijos consumen ese refresco se volverán obesos y podrán desarrollar diabetes. Hace años, las autoridades sanitarias obligaron a las empresas tabaqueras a colocar imágenes que advierten las enfermedades que ocasionan el consumo del cigarro. Las imágenes son contundentes. Hay, por ejemplo, en las cajetillas de cigarros, imágenes de lenguas y bocas afectadas por el cáncer, o de pulmones afectados por enfisema. La pregunta, niña mía, es: ¿dejaron de fumar los viciosos? No. El vicio anula la razón. Los optimistas afirman que esas imágenes en cajetillas están colocadas para que ningún padre de familia ofrezca un cigarro a sus hijos. Todo, parece, está dirigido a una nueva generación, una generación más sana. La aparición del Covid-19 ha demostrado que las personas con severos daños en su salud son los que tienen menos probabilidades de sobrevivencia, en caso de contagio. Ahora, las autoridades sanitarias, y el sentido común, sugieren consumo de productos naturales, a la vez que sugieren el rechazo de productos que, en sus latas y empaques, contengan los octágonos negros. Si en una lata o empaque aparece un octágono ya advierte que ahí hay riesgo. ¿Qué decir ante esta latita de crema de elote que contiene tres octágonos? Nadie, en su sano juicio, tomaría un producto que advirtiera que contiene sustancias nocivas. ¿Nadie? En comunidades rurales es común escuchar historias de personas que tomaron veneno. A pesar de ver la figura de la calavera en la botella lo toman como si fuera agua. Así como las formas geométricas están en todos lados y envían señales, los comportamientos humanos inexplicables están a la orden del día. Posdata: Sé lo que es el vicio. Fumé durante muchos años. Pero un día, vi en el cielo algo como un octágono negro y supe que era una llamada de advertencia. Bebí alcohol y coca cola y consumí excesos de calorías, de azúcares, de sal y de grasas trans. Hoy procuro llevar una vida más sana. No como cuchito ni bebo alcohol ni cervezas ni refrescos embotellados ni embutidos ni lácteos. Llevo más de quince años con una dieta más natural. Siento que tomé una buena decisión. Los optimistas piensan que en el futuro habrá una generación más sana, en lo físico y en lo espiritual. Yo no soy tan optimista. El mundo sigue enviando muchos mensajes dañinos a través del cine, por ejemplo. La semana pasada vi dos películas, una francesa y otra norteamericana. En las dos hubo personajes que fumaban. La chica protagonista de la película francesa fumaba (con exceso) cigarros Gitanes y los dos protagonistas de la película gringa (una chica y un chico) fuman cigarros Camel. Un amigo cinéfilo, experto, me contó que las grandes empresas firman convenios publicitarios con las empresas productoras de cine para que aparezcan sus marcas e impacten en todo el mundo. No es casual que Tom Hanks, en la cinta El Náufrago, sea empleado de FEDEX. Cuando vemos dicha cinta, millones de cinéfilos recibimos el mensaje. Cuando queremos hacer un envío, pensamos en FEDEX.