lunes, 21 de febrero de 2022

CARTA A MARIANA, CON LIBRO DE ORNÁN

Querida Mariana: vos conocés a Ornán Gómez, el escritor. La carrera literaria de Ornán ha crecido con paso firme, sostenido. Sus lectores celebramos la aparición de su libro más reciente: “La ciudad me pudrió el alma”. Un día platiqué con él y le comenté que la palabra podrir suena fuerte, es una de las palabras que representan fielmente lo que nombra. Lo podrido suena violento, porque el proceso que nombra también lo es. Los mortales estamos acostumbrados a la pudrición del cuerpo, pero difícilmente pensamos en la pudrición del alma, que debe ser (¡es!) más agresivo. Digo que la carrera de Ornán ha sido ascendente con pasos seguros. Cuando lo conocí ya era escritor, pero nada había publicado. Un día presentó su primer libro “En busca de la palabra”, una edición de la Secretaría de Educación, de Chiapas. Textos relacionados con su profesión de maestro. Años después, en una coedición de Coneculta y Ediciones Morbo (que entiendo es una editorial de Campeche) presentó el libro de cuentos “Miedo en la sangre”. En 2016 obtuvo el Premio Internacional de Novela Breve Marco Aurelio Carballo, con el libro “Anoche mataron a mi nahual”. Acá es preciso hacer la pausa para ver el ascenso de Ornán, quien, como experto alpinista, con el piolet preciso de la palabra, ha disfrutado las mieles de observar el horizonte desde la cima de alta montaña. Ornán ya es Premio Internacional. Después de ese sonado éxito, una tarde hizo la presentación de un libro que compendia algunas de sus ya famosas cartas que comparte en redes sociales. El título del libro es “Mundo raro para el señor K”. Acá alguien podrá decir si Ornán se quedó estancado, porque pasó de una novela breve a un compendio de cartas. ¡No! Vos sabés que no, su ascenso continuó, continúa, porque lo que Ornán hace es digno de elogio: él, en tiempos tuiteros, rescata el género epistolar, que tantas luces prendió en años anteriores en manos de grandes escritores de fama mundial. Y en el año 2021, Ornán dio a conocer que Coneculta-Chiapas, la institución oficial cultural del gobierno, había elegido su libro de relatos “La ciudad me pudrió el alma”, para ser publicado en su programa editorial anual. ¡Otro mérito para nuestro escritor! Y a finales del año, Ornán celebró que ya tenía en sus manos el libro, que se publicó con un tiraje de quinientos ejemplares y que ya está en distribución. De hecho, Ornán ha realizado ya algunas presentaciones presenciales (con todas las medidas de sanidad, exigidas por la contingencia sanitaria), donde sus lectores y amigos lo han acompañado y han adquirido el libro. Este libro se inscribe en lo que expertos llaman Realismo Degradado, que es una visión acerca de la oscuridad en las ciudades. Acá, Ornán también aporta al género, porque, en tiempos donde la novela se erige como la reina, él escribe cuento, forma narrativa que han relegado las grandes editoriales del mundo. Ese desplazamiento es inútil, bobo, porque el cuento es, a final de cuentas, la raíz madre de la narrativa, de ahí viene el hijo: la novela. El cuento continúa la tradición oral de los grandes pueblos. Ornán ha tenido una carrera literaria sin pausa, ha sido constante en su proceso creativo. Cuando un escritor llega a la cima de una montaña, como gran aventurero del mundo, ve que hay montañas más altas, que después del Tacaná está el Pico de Orizaba y que, un poco más allá, está el Everest. Ornán se sienta y disfruta, con sencillez, el paisaje que sólo observan los que llegan a lo alto; pero, después de ese regocijo, continúa con su vocación, porque sabe que el mejor libro aún está por escribirse, su mirada está puesta en la próxima cima, lo alcanzado apenas ya es un mero recuerdo, un sentimiento de placidez y disfrute. Posdata: sus lectores esperamos leer más cartas, muchas más, para el Señor K, y esperamos que, cuando el tiempo lo permita, tengamos ante las manos y ante la mirada el próximo libro que supere el éxito de los anteriores.