sábado, 5 de febrero de 2022

CARTA A MARIANA, CON NOMBRES DE CANCIONES

Querida Mariana: el otro día mencioné a Frank Sinatra y la icónica canción New York. Hay muchos otros intérpretes de esa maravillosa canción, pero parece haber nacido con el apellido Sinatra. Es tan simple como decir que, si mencionamos a La ley del monte, esta canción viene acompañada por el nombre de Vicente Fernández, quien falleció en 2021. Y digo esto, porque en nuestro pueblo tenemos como un himno a la Canción Comitán, que compuso el autor tapachulteco Roberto Cordero Citalán, pero, pregunto: ¿cuál es el nombre de la persona que está relacionado con su interpretación? Como sucede con la canción New York, muchos intérpretes han cantado la canción Comitán, pero, a diferencia de aquélla, ésta sólo nació con el apellido del autor. Vos, ¿podés decir el nombre del artista que te gusta como canta esta maravillosa canción? ¿Se vale decir que el mejor intérprete es quien la canta en cualquier momento y en cualquier ocasión? Porque, la verdad, como el poema de “Canto a Chiapas”, de Enoch Cancino Casahonda, los estudiantes comitecos radicados en el entonces Distrito Federal no sólo vibrábamos a la hora que alguien ponía la grabación donde el gran declamador Manuel Bernal lo decía con voz prodigiosa, sino que también nos cortábamos las venas con un cuchillo de plástico a la hora que el amigo, ya la botella de ron casi consumida, se ponía de pie y, con una voz pastosa, pero con luces de trigal, decía: “Chiapas es en el cosmos…” y movía las manos como si quisiera abarcar toda la Vía Láctea y puntos intermedios. Nosotros añorábamos la tierra, sus nubes, la marimba, el aroma de la juncia fresca, la comida, los amigos, los papás, los abuelos y a las muchachas bonitas. El tapachulteco Roberto Cordero Citalán logró la piedra de oro que busca cualquier gambusino del arte: ser reconocido por el pueblo. Su canción es la canción más representativa de Comitán, la canción que hace vibrar el corazón de todo buen comiteco. La canción New York tiene a Frank Sinatra como a su mayor intérprete. No importa que el joven Michael Bublé tenga una interpretación sensacional, que, según algunos, supera a la de Sinatra, no importa, don Frank llegó primero y él le metió el sello con su nombre para siempre. ¿Y la canción Comitán? ¿Has escuchado la canción “Comiteca”? No es tan famosa como la de “Comitán”, pero es apreciada por muchos paisanos. Acá diría que sí hay alguien que se relaciona de inmediato con dicha canción: Fidel Castañeda, intérprete non y gran guitarrista. Ah, la gente disfrutaba cuando él cantaba “… qué bello símbolo tienes en la flor del tenocté…”. No es tan conocida, digo, porque incluso el nombre del autor no es mencionado con frecuencia. Su autor, don Ernesto Núñez Albores, anda un poco olvidado, en cambio, el autor de Comitán hasta auditorio tiene. Una vez me dio la loca idea de cantar Comitán a ritmo de New York. Perdón, fue una bobera, pero lo hice. Te cuento, busqué la letra de New York, New York, en español y luego comencé a cantarla sustituyendo New York, New York, por Comitán, Comitán. Pucha, es una locura, pero simpática. Si lo intentás verás que suena sabroso. ¿Por qué lo hice? Para ver si lo que dicen de Nueva York se podía aplicar a este pueblo pequeño, sin rascacielos. Digo que es una bobera, pero mirá qué dice la canción New York, New York: “Comienza a extenderse la noticia, me marcho hoy mismo, quiero ser parte de ella: Comitán, Comitán”. Entra, ¿a poco no? Alguien que prepara la maleta y parte con rumbo a Comitán porque desea ser parte de ella. ¿Mirás? Sin el glamour de la gran manzana, Comitán puede despertar ese sentimiento, así que pasé al siguiente cuarteto: “Estos zapatos vagabundos están deseando perderse por su mismo corazón, Comitán, Comitán”. ¡Entra! También entra, los zapatos vagabundos caminando por San Sebastián, por la Pila, por el Cerrito Nitre, por la Cruz Grande, por el Junchavín. ¡Entra! Así pasé al tercer cuarteto: “Quiero despertar en una ciudad que nunca duerme, y darme cuenta de que soy el rey de la colina, por encima de los demás”. Acá como que se torció la rama. Pucha. A las diez de la noche, las calles de Comitán comienzan a oscurecerse, a entrar en una burbuja silenciosa, donde sólo, de vez en vez se escuchan los rebumbios de chuchos. Pero no me di por vencido, lo armé a mi manera, pensé que Comitán es una ciudad cuyo espíritu nunca duerme, siempre está alerta. Además, como acá no se menciona el nombre de la ciudad, seguí, con el siguiente cuarteto, ya dudando, la verdad. “La melancolía de este pequeño pueblo se está desvaneciendo. Tendré un flamante nuevo comienzo en la vieja Comitán”. Con calzador, pero entró. Pensé que quien tenía ese sueño vivía en un pueblo más pequeño que el nuestro, casi una ranchería, así que deseaba renacer en una ciudad más grande. Seguí. “Si puedo conseguirlo allí, lo conseguiré en todas partes, está en tus manos, Comitán, Comitán”. ¡Entró! Por supuesto que sí, Comitán no es el corazón del Sueño Americano, pero si lo es para quien busca una ciudad afectuosa. Así, canté Comitán a ritmo de New York, New York, y no estuvo tan mal. Fue una locura, pero me divertí. Pero, insisto, no hay un intérprete que pueda relacionarse directamente con la canción icónica de nuestro pueblo. Ha sido cantada por muchos y a algunos les gusta más una versión que otra. Bueno, con decir que hay una versión interpretada nada más y nada menos que por la gran Eugenia León. Hay muchas versiones en marimba y algunas en piano. Cothy Soto la interpreta. Hay varias en silbido. Una vez pasé por un taller mecánico y escuché que, mientras limpiaba un carburador con gasolina, el maestro silbaba Comitán, Comitán de las Flores, donde están mis amores… Tenemos una canción que es como un himno para los comitecos. ¿Hay un poema que sea el emblemático de esta ciudad? Por ahí está un poema bonito de Mirtha Luz Pérez, que en uno de sus versos dice: “No soy de Comitán, Comitán es mío”, pero la gente no se ha apropiado de ese poema a cabalidad. Si me forzás tantito, digo que el poema que más llega a los comitecos, por lo que dice del pueblo es de Jaime Sabines, donde se pregunta ¿Cómo puede decirse un amanecer en Comitán?; es decir, el poema que más se acerca a la identidad comiteca, fue escrito por un tuxtleco; la canción Comitán es de un tapachulteco y la canción Comiteca es de un tuxtleco. Así son los procesos creativos trashumantes, generosos. Se habla de una perspectiva especial que posee quien llega a una tierra desde otra tierra. Todo lo ve con ojos novedosos, esta novedad le permite apropiarse de elementos que, de tan cotidianos, desaparece en el asombro de los nativos. Don Leo Ross, conocido por muchos comitecos, grabó varios discos con comitecos. Él compuso la canción “Ángel o mujer” que fue interpretada por una voz comiteca sensacional: Ramiro Soto Crócker. En casa tuvimos el disco y a mí me gustaba escuchar “Ángel o mujer”. Don Leo tuvo una disquera, Kontiki, donde grabó muchos discos, incluyendo los maravillosos discos malcriados de doña Lolita Albores, que son una muestra fidedigna del modo de ser picaresco del comiteco. Por ahí en Internet miré la foto del disco donde está la canción “Ángel o mujer”, interpretada por Ramiro Soto y ejecutada por la Orquesta Internacional de Zefer Nandayapa. ¡Nadita! Don Leo (una vez lo conocí, lo tuve de invitado en un programa de radio, simpático) compuso una canción también para Comitán, él, que nació en Motozintla. La canción se llama Balún Canán. También la interpreta Ramiro. Si querés escucharla está en el Internet. Muchos paisanos la recuerdan. Comienza así: “En la ribera azul del Lago Montebello y con la brisa que bajaba del pinar, en una noche iluminada por la luna, cerré tus ojos con los besos que te di…” y por ahí va. Más adelante aparece mencionado el título de la canción: “…cuando sedienta de pasión tú pronunciaste las dos palabras del ritual Balún Canán, la hermosa luna se escondió tras una nube…”, y por ahí sigue. A don Leo tampoco se le recuerda como debería recordársele. Él contribuyó al engrandecimiento cultural de este pueblo. La Orquesta Sinfónica de Chiapas ha tenido la gentileza de interpretar Comitán al final de sus conciertos en esta tierra. La gente, después de escuchar a Bach, se sublima con las notas de esta canción. Posdata: sí, cuando estudiábamos en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, echábamos trago y soltábamos lágrima cuando colocábamos el casete y aparecían los primeros acordes de la marimba con la canción Comitán. Tal vez el mejor intérprete de la canción Comitán es aquel que toma la guitarra o toca la marimba o el teclado del piano y canta: “…siempre tendré presente este recuerdo, la esperanza divina de mi vida…”