viernes, 5 de agosto de 2022

CARTA A MARIANA, CON PRODIGIOS

Querida Mariana: les digo a los grandes fotógrafos de Comitán que no se alarmen, que estén tranquilos, que sigan creando las obras geniales de todos los días. Por favor, Carlos Gordillo, Roberto Chávez, Gabriel Penagos, Hugo Nandayapa, Fab Tovar, Ricardo Castro, sigan brillando en el escenario de las imágenes. Lo que acá ven es apenas un mero divertimento de mi Paty. Pero no sólo le hablo a los grandes fotógrafos, también mando mensajes tranquilizadores a Mirtha Luz Pérez Robledo, a Marvey Altuzar. Por favor, ustedes sigan creando la obra literaria que es característica de ustedes. Lo que hizo mi Paty fue apenas un vislumbre, como el de quien abre la ventana, ve el cielo, aspira y dice algo que le nace del corazón. Pucha, a quien sí le digo que se calme es al compa que tengo frente al espejo. A ver, tranquilo Alejandro bonito, tranquilo, lo que hizo tu Paty sólo te lo envió a vos y vos sos un embelequero chismoso, porque ahí vas a compartir con tu Mariana, con tu niña. No pude resistir la tentación, sabés que la carne es débil y el espíritu más. Mi Paty me mandó la foto de la hoja, una mañana y lo hizo con el siguiente título: “Una gota en el olvido”. Pucha, de cuándo a acá. Si mi Paty odia leer, jamás ha leído a Sabines, nunca. Tal vez de pasadita ha escuchado algún verso de Mirtha, no lo sé. Pero, no le bastó enviar una foto maravillosa, sino que le puso el pie de página que, un poquito cursi, refleja lo que ella captó: una gota en el olvido. La gran flauta. Mirtha, Marvey, tranquilas, fue un mero divertimento de ella. Fotógrafos geniales, tranquilos, fue un mero divertimento. Pero, claro, al día siguiente alimenté mi asombro, porque envió la otra fotografía, la de la mariposa, pero antes, ah, como si fuera una gran narradora y mantuviera el suspense, me envió primero un mensajito: “Te mando un avión”. Pucha, mil veces me han dado el avión, pero nunca me habían mandado un avión. Ahí me tenés, como mudo, esperando, bueno, así me tuvo mi Paty, hasta que después de varios minutos envió ¡el avión! Sí, qué maravilla, qué diseño tan de avión moderno. ¿Has visto el bombardero Northrop Grumman B-2 Spirit? Pues, ¡Dios mío!, los diseñadores tomaron el espíritu de esta maravillosa creación de la naturaleza. Y Paty, así, bien tranquila, como si caminara por el Aeropuerto Felipe Ángeles, vio el prodigio y con su celular modesto tomó la fotito que me compartió. Y las dos fotografías son sensacionales. Cada una de ellas abre puertas a la grandeza del universo. Vi la fotografía de la hoja con la gota encima y pensé en lo que mi Paty escribió: “una gota en el olvido”, e imaginé que me acercaba a la gota y entraba para ver lo que ella contenía. ¡Ah, cuántas imágenes! La gota, esencia del reflejo, nos habla de lo prodigioso en lo sencillo. Pero no sólo era la gota, era la gota encima de la hoja, era la hoja con la gota, encima de esa textura de cemento, era ese fondo con el dibujo de los gusanitos basurita. Era el Todo en una breve parcela de la tierra, de un minúsculo planeta del universo. ¿Y qué decir ante el diseño de esa mariposa? Checá una foto del avión mencionado, avión que es uno de los “inventos” más geniales del ser humano, y terminarás pensando lo que los sabios repiten a cada instante: nada hay nuevo bajo el sol. Cada fotografía es sensacional. El fondo parecería hecho especialmente para resaltar el prodigio. Vi el avión y vi que frente a él había un alambre (enormísima torre), supe que comenzaría a dar vuelta para emprender el vuelo de reconocimiento. ¿La pista era la del aeropuerto Benito Juárez con baches? ¡No importaba! Porque este maravilloso avión despega en forma vertical y luego asume su condición de vuelo. Posdata: duerman tranquilos, maravillosos fotógrafos y poetas de Comitán, mi Paty sólo se divirtió un rato, caminó con atención a lo sencillo, tomó fotitos y les puso un pie, un pie que sonó como si Sabines apareciera y con su voz grave, de bolo fabuloso, dijera: ¿Cómo puede decirse un amanecer en Comitán? A veces basta tener una mirada atenta, un espíritu dispuesto, para sorprender el misterio en la más minúscula manifestación de vida.