viernes, 9 de septiembre de 2022

CARTA A MARIANA, CON NOTICIA AGRADABLE

Querida Mariana: regresamos. La vida tomó un rostro más amable. Ya lo comentamos en una carta anterior. El 29 de agosto de 2022, treinta millones de estudiantes regresaron a las escuelas. Regresamos. Las aulas se llenaron de vida, la alegría de los muchachos sembró ánimo en los patios y ahora esos arbolitos crecen estimulantes. Regresamos. ¿Recordás que en el tiempo A. P. la Fundación Alexandra Del Castillo Castellanos se hacía presente en diversas escuelas de la región para leer el cuentito “El osito que volaba”? Ah, visitamos muchas escuelas, apreciamos las caritas emocionadas de los niños y la alegría de quienes recibían el cuadernillo con el cuento, publicación que entregábamos en nombre de la Fundación Alexandra Del Castillo Castellanos. ¡Regresamos! El 29 de agosto hicimos entrega de esos cuadernillos a alumnos del primer grado de secundaria de nuestro Colegio Mariano N. Ruiz. El maestro Hugo, mi jefe, se encargó de repartir el cuentito y de leerlo. Vos que sos experta en cine sabés que el cine se ve mejor en el cine; es decir, en una sala cinematográfica. Lo mismo sucede con muchos actos de la vida, la educación no es excepción. Se puede decir que el proceso educativo se da en plenitud en forma presencial. Sí, regresamos y los niños de primer ingreso conocieron a sus compañeros y ya están interactuando, muchos ya se hicieron amigos. ¿Qué sucedió el año pasado? No hubo tal interacción, como el inicio de cursos fue virtual, los niños se conocieron a través de una pantalla. En este ciclo escolar 2022 – 2023 el inicio ya se dio en forma presencial en toda la república y lo que viví en nuestro colegio estoy seguro que se vivió con intensidad en todas las demás escuelas del país, desde preescolar hasta universidad. Después de estar en casa durante más de dos años me atreví a salir para ir al colegio, para estar al lado de compañeros maestros y de alumnos; y me dio mucho gusto poder entregar, en nombre de la Fundación Alexandra Del Castillo Castellanos el cuentito impreso. Los niños lo llevaron a casa, con la recomendación que lo compartieran con sus papás y hermanitos. ¿Mirás todo lo que provoca la Fundación? La memoria de la querida Alexandra revolotea en medio de la luz, ella, a pesar de no estar ya físicamente con nosotros, sigue presente, honrando la vida, brindándose a través de los cuentitos que publicamos en cada número de nuestra revista Arenilla. El lema de su fundación dice: “Tu palabra permanece para siempre”. Y cada vez que un niño o un adulto lee y disfruta el cuentito que distribuimos honramos su memoria. Regresamos y procuraremos acudir a escuelas para continuar con esta labor de promoción de la lectura. Lo hacemos en nombre de Alexandra y lo hacemos por la niñez de nuestro pueblo. ¿Para qué regresaron treinta millones de alumnos a las escuelas? Para prepararse. Los papás estimulan el retorno de sus hijos, a pesar de cierta incertidumbre, porque la pandemia no ha cesado; pero, con el cuidado de las medidas sanitarias, hemos reconocido que la vida debe continuar, y la vida vale la pena cuando se estimula a través del aprendizaje, cuando el conocimiento ayuda a estimular la imaginación. En las aulas se aprende en el trato con maestros, con compañeros y, por supuesto, a través de la lectura de libros. Cuando la lectura se hace por placer, cuando se disfruta un cuentito breve, inteligente, bonito, la vida toma un rostro más amable. Posdata: Regresamos. Leí en un librito que en Japón el título de sensei se aplica indistintamente al maestro y al médico. ¿Mirás qué maravilla? El médico atiende el cuerpo y la mente; el maestro atiende al espíritu. Cuando llevamos un cuentito y lo compartimos con los niños lo que hacemos es una labor de prevención. Dicen que la medicina del futuro se concentrará en la prevención. Esta palabra será esencial para el crecimiento del ser humano. Debemos comenzar a prevenir enfermedades del cuerpo, de la mente, del alma y del espíritu. Los cuentitos ayudan a prevenir la atrofia de la mente, de la imaginación. Cuando los adultos ayudamos a dar cauce a las potencialidades de los niños cumplimos con un destino más sano. Por esto regresaron treinta millones de estudiantes y muchos millones de maestros, para prevenir la desaparición del conocimiento, de la inteligencia, de la imaginación, para abonar la vida. ¡Tzatz Comitán!