martes, 20 de septiembre de 2022
CARTA A MARIANA, DESDE UN LUGAR
Querida Mariana: ¿cómo inicia El Quijote? “En un lugar de La Mancha…” Acá la palabra lugar es preponderante. Tal vez en alguna ocasión vos has respondido la pregunta, casi oficial, que dice: “¿Lugar de origen?” La palabra lugar puede corresponder a una ciudad o un pueblo, pero es mucho más. Los comitecos decimos que en este lugar enterramos nuestro mushuk (ombligo, cordón umbilical). Comitán es un pueblo genial, condensa los dos extremos de la vida: el nacimiento con la muerte, porque se entierra la cinta que nos permitió nacer, un poco como para recordar la cita bíblica de que polvo somos y al polvo volveremos.
Una vez me quise pasar de listo y cuando una chica del Registro Civil me preguntó: ¿Lugar de origen?, como si fuese primo cercano de Miguel de Cervantes dije: “En un lugar de las Chiapas, de cuyo nombre sí quiero acordarme” y, ya con voz de locutor de la XEW dije: “Comitán de Domínguez”. La chica me vio como si bajara de un ovni, me di cuenta que debía hacer la traducción al lugar común y dije: “nací en Comitán de Domínguez, Chiapas”.
¿Mirás que ahora escribí “lugar común”? Es un lugar común decir lugar común, otorgamos territorialidad a la frase. Queriendo hacerme el gracioso puedo decir que muchas personas tienen como lugar de origen a un lugar común. Nosotros, los comitecos, siempre orgullosos, decimos que nacimos en un lugar de prosapia, si no somos condes y príncipes es porque la Constitución Mexicana no da “lugar” a la nobleza en nuestro país. Aunque, por ahí anda, bien chenta, mi amiga Clara Luz Conde Ramos, que en realidad es Condesa.
Y lo que me encanta es que existen lugares reales y lugares de ficción. Comitán es un lugar real, Ixtac es un lugar ficcional. ¿No sabés dónde está Ixtac? Ah, es el maravilloso pueblo donde vive Chanoc y su padrino Tsekub Baloyán, un pueblo ubicado en un sureste mexicano que no corresponde a la geografía real.
Pero, la palabra lugar la empleamos no sólo para señalar territorios geográficos, también, ¡qué bonito!, algunos la utilizan para señalar partes del cuerpo; es decir, todo lo que puede verse y tocarse es lugar.
La tía Eugenia contaba que un médico comiteco llamaba partecitas a “lugares” del cuerpo. La pregunta usual era: “¿Qué partecita te duele?”, y ya el paciente señalaba con una mano el lugar de la molestia. Una vez, una chica de dieciocho años tenía una molestia en “su partecita” y cuando el médico preguntó qué partecita le dolía, a ella le dio mucha pena tocarse el vientre, tomó la mano del doctor, la llevó a su vulva y, entornando los ojos, dijo: “acá, acá”.
Los compas abogados tienen una expresión legal que dice: “ha lugar”, que, entiendo, quiere decir que se acepta lo dicho. Me gustaría que un amigo abogado me explicara el término, porque acá la palabra lugar tiene un uso especial.
Cuando alguien pregunta por tu lugar favorito, se puede interpretar de muchas maneras, desde una ciudad hasta un espacio de la casa, pasando por alguna parte del cuerpo de la persona amada, porque, así como tenemos preferencia por ciudades y en éstas por espacios específicos, los seres humanos preferimos algunas partes del cuerpo del afecto.
¿Recordás desde dónde enviaba sus cartas el mítico y ya olvidado Subcomandante Marcos? “En algún lugar de la Selva Lacandona” Con ello, el Sub hacía indeterminado el lugar, casi casi honraba a Cervantes.
Así pues, querida mía, podemos concluir que el lugar es un sitio determinado o un sitio indefinido. Y hay de lugares a lugares, no es lo mismo haber nacido en un “lugar de la Mancha”, que en un “lugar luminoso, impoluto”. Vos y yo nacimos en un lugar privilegiado. Es cierto, Comitán no es lo que era, ya muchos pies llenos de lodo lo han manchado, pero hay muchos paisanos que cuidan su pedacito, porque saben que así preservan la luminosidad de nuestro lugar, que es el lugar favorito de nuestro lugar favorito: el corazón.
Posdata: tengo muchos lugares queridos: Ixtac, el lugar donde viven Chanoc y Tsekub; y Comitán, el lugar donde vos y yo nacimos. Una vez le preguntaron a mi amigo Gonzalo en qué lugar le gustaría vivir y él, sin dudarlo, dijo: “en la residencia de Playboy”, un mítico lugar real, era la residencia de don Hugh Hefner y de una buena cantidad de chicas que salían mostrando sus encantos en la maravillosa revista.
¡Tzatz Comitán!