lunes, 24 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN ARTISTA VISUAL DE EXCELENCIA

Querida Mariana: acá está el artista, uno de los genios de la lente. En la región tenemos excelentes fotógrafos, Gerardo Hernández es uno de ellos. Tiene obra genial, exquisita. Juro que más de dos lectores de la Arenilla número 34 con quienes me he topado alabaron las fotografías que acompañan la crónica del maestro Benito Vera, cronista municipal de La Trinitaria, tierra de gente culta. Sí, todo se conjuntó para que el artículo quedara bellísimo, al texto deslumbrante del maestro Benito se unió un trabajo fotográfico de excelencia. Por eso, al encontrar a Gerardo en la oficina de Comunicación Social, del Ayuntamiento Trinitarense, le pedí, por favor, que permitiera que le tomara una fotografía, para que vos conocieras al autor de esas fotos sublimes. Entiendo, sin saber bien a bien, que un buen fotógrafo reúne una serie de características que se activan a la hora que se para frente a su objetivo. Una vez, no recuerdo porqué, iba en un grupo de caminantes que andaba por calles de la Cruz Grande, dentro del grupo iba el gran fotógrafo Bob Schalkwijk (andaba tomando fotografías de la región para el libro “Comitán, una puerta al sur”). En la chorcha él se paró frente a una casa con teja y paredes de bajareque, que ya no existe, y comentó que un elemento a considerar en la fotografía es la hora. Entendí que uno de los principales aliados del fotógrafo es la luz, pero hay instantes del día en que la luz se muestra más bella, más atractiva. Esto, ¡segurísimo!, es uno de los elementos que Gerardo domina, en nuestro número más reciente está la prueba. Las fotos de San José Coneta son bellísimas. Pero, por supuesto, en estas imágenes hay más conjunción de virtudes. El fotógrafo convocó todos los elementos para el resultado supremo, como un mago tomó las esencias que permiten una obra genial, que hacen el prodigio de la creación artística. Gerardo es uno de los más grandes fotógrafos de Chiapas. Ahora él trabaja en la oficina de Comunicación Social del Ayuntamiento de La Trinitaria. El presidente tuvo el tino de elegir al ingeniero Abigail Domínguez, un gran comunicador, para coordinar a los medios de comunicación y éste, también, la capacidad de elegir a su equipo: César Pérez, quien también es uno de los grandes fotógrafos de Chiapas, para la foto fija, y a Gerardo para que se encargue de los videos. El trabajo que este equipo realiza es de excelencia, es el mejor de la región, sin duda alguna. Gerardo lleva más de diez años ejerciendo la fotografía en forma profesional, ya acumuló una gran experiencia en realizar la crónica visual, pues ha laborado en ayuntamientos de Tzimol, Las Margaritas, Altamirano, Comitán y, actualmente, en La Trinitaria. Si el cronista municipal es el maestro Benito, Gerardo y los demás integrantes de Comunicación Social, están haciendo la crónica histórica a través de imágenes. El presente de ese municipio está resguardado, el futuro les pertenece. Conocí a Gerardo hace varios años, muchacho talentoso realizaba videos creativos. Su talento comenzaba a brillar. Le gusta el género del terror, en sus creaciones propias hay monstruos, esto lo emparenta con el gran director de cine Del Toro. Por el momento cumple con su trabajo y lo hace con gran profesionalismo. Su carácter es desenfadado y con cierta reserva al mismo tiempo, no se instala en la pedantería, todo lo hace con sencillez, casi con humildad, por eso sus resultados son sublimes. Sé que seguirá así, sencillo, porque quien se sube al ladrillo ya no crece y la obra de Gerardo debe crecer para honra de esta tierra magnífica. Posdata: los lectores de Arenilla hallaron la crónica sensacional que en cada número nos obsequia el maestro Benito, pero en este número hallaron un mojol de lujo: las fotografías de Gerardo. Es nuestro privilegio. Acá está la foto del autor de ese trabajo maravilloso. Por lo regular, los fotógrafos siempre están detrás de cámara, haciendo su trabajo. Tuvimos la fortuna de hallarlo dispuesto a posar. Nuestra fotografía sólo da testimonio de su creatividad, está muy lejos de la belleza de su mirada, quede sólo como constancia de nuestra admiración. ¡Tzatz Comitán!