lunes, 10 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, PARA BORDAR EL MUNDO (primera parte)

Querida Mariana: comparto videítos con los amigos. Es una serie que se llama: Para bordar el mundo, con Alejandro Molinari. Escribo textitos sencillos y los leo ante la cámara del equipo de Arenilla (Roberto, Cielito y Paty). Sólo escribo y leo, ya mis compañeros de trabajo se encargan de hacer la posproducción y de treparla a la página. Comparto con los amigos. El otro día recibí un atento mensaje donde una amiga me felicitaba porque declamaba muy bien mi poema. Agradecí su generosidad, el elogio, pero me hubiese gustado decirle que el textito no era poema y que no lo había declamado, simple y sencillamente lo había leído. Otro compa me dijo que esos textitos son prosa poética, ¡ah, eso sí, eso puede ser! Pero siguen siendo prosa, textitos. En Arenilla Revista compartimos también frases relacionadas con Comitán en el twitter. Como son frases sencillas, amorosas para el pueblo, les llamamos tuitazos. Un día, otra amiga generosa nos dijo que eran poemas mínimos. Pues no, son frases simpáticas, tal vez alguna de éstas llega a ser una frase afortunada y eso nos da mucho gusto. La generosidad de la licenciada Chusy y de la doctora María del Carmen permitió que una mañana despertáramos con la agradable noticia de que un tuitazo lo habían elegido para ponerlo en forma pública sobre una pared. Ahí sigue ese tuitazo, con mi nombre como autor. Ah, qué generosidad. Ya luego nos dio gusto también hallar que esta campaña ha crecido, han elegido versos de poemas de autores chiapanecos (esos fragmentos sí parte de poemas) y nuestro pueblo se ha iluminado con paredes llenas de palabras hermosas. Lo nuestro es un tuitazo, como los textos “Para bordar el mundo”, son textitos que no alcanzan la dimensión de un poema, y a la hora que los leo ¡no declamo!, porque si declamara tendría que aprender de memoria el texto y vos sabés que eso no se me da. Se me dio, cuando participé en obras de teatro debí memorizar los parlamentos y lo hice con perfección, pero a mi edad, eso ya es tarea imposible. ¡Leo! Siempre he sido un buen lector, así que aprovecho ese don para leer los textos para bordar el mundo. Antes leía mejor, ahora, con la prótesis dental me cuesta tantito, pero aún leo en forma digna. Cuando ya comience a tataratear ¡me callaré!, pero por el momento sigo honrando a mis padres, a mi pueblo y a mi Dios. ¡Leo!, no declamo. No son poemas, son textitos, tal vez como lo definió mi compa: prosa poética, eso sí lo acepto. Y resulta que uno de esos textitos llamó mucho la atención, el textito tuvo un título: “La muchacha de la ventana”, lo grabamos en el barrio de La Pila, cerca de los chorros, un lugar simbólico. Uf, gustó mucho. ¿Y ahora? A cada rato me pregunto: ¿Cómo, Alejandro, superás ese texto? ¡Difícil! Parece que ese textito fue como mi “Cien años de soledad”. Gabriel García Márquez siguió escribiendo después del deslumbrante éxito de “Cien años de soledad”, siempre dijo que consideraba a “El amor en los tiempos del cólera” como su mejor novela. ¡Mentira! Él supo que ya no habría talento para superar los “Cien años de Soledad”, pero, ¡claro!, era difícil que aceptara que ya no superaría esa obra. Una de sus últimas novelas fue “Memorias de mis putas tristes” y vos, yo, y medio mundo, sabemos que es una obra menor, casi casi con definición de malita. Pucha, el Premio Nobel de Literatura, se quedó en la orilla. Yo, gracias a Dios, seguiré bordando el mundo, desde Comitán. Escribo cada texto con pasión, pero, oh, dioses de la palabra, qué difícil será superar a mi texto de la muchacha de la ventana. Pero que quede claro, mi niña bonita, escribo textitos y los leo, no escribo poemas ni los declamo. Cuando yo escriba un poema lo diré con todas sus cinco letras. Esa será mi pretensión. Por el momento escribo textillos y los leo. Claro, los leo con pasión, los interpreto, para que llegue con toda intensidad a la audiencia. Soy un buen lector, así que leo con emoción para transmitir mi mensaje. Nunca me clavo en el texto, siempre levanto la mirada y veo a mi audiencia, hago lo que llamo Lectura Respetuosa. Posdata: el tuitazo que Chusy y María del Carmen hicieron favor de elegir para pintarlo en una pared del barrio de Guadalupe dice así: “Navegantes, felicidades, arribaron a buen puerto: ¡Comitán!” Desde este puerto maravilloso bordo el mundo y lo comparto, son bordados, soy un simple artesano de la palabra. Espero bordar una de estas mañanas un tejido que supere a la Muchacha de la ventana, o cuando menos que lo iguale. ¡Tzatz Comitán!