sábado, 22 de abril de 2023
CARTA A MARIANA, CON UN CAFECITO EN CUBA
Querida Mariana: una vez decidí ir a Cuba. No lo logré. No pasé de Chacaljocom. Pero quien sí ha ido muchas veces a La Habana es mi amigo el doctor Hugo Humberto Morales Zúñiga. Hace cosa de días regresó de un viaje que realizó con alumnos del Instituto de Estudios en Sexualidad Humana del estado de Chiapas, que tiene su sede en nuestro Comitán. Para orgullo nuestro es la única institución en nuestro estado que ofrece estudios profesionales en el área de sexualidad.
En un viaje que, hace años, el doctor Hugo realizó a Europa me trajo de recuerdo un llavero con una imagen bellísima de un cuadro de Van Gogh, porque anduvo en el museo donde está expuesta la obra de ese genio del Impresionismo. Y ahora, qué genialidad, me trajo un suvenir cubano: una tacita de este tamaño, mirá, así de chiquita. ¿Qué tanto le cabe a esta tacita? Yo diría que, más o menos, lo que acepta un caballito de tequila. Claro, esta tacita no es para beber tequila, sino para beber café. Con esta tacita, me platicó el doctor, toman un buchito de café. Allá en Cuba tienen un acróstico que define cómo debe ser el café, mirá:
Caliente
Amargo
Fuerte
Escaso
Ahora que si el café se aplicara al amor, el acróstico cambiaría y podría ser:
Caliente
Afectuoso
Feliz
Excitante
¿Qué preferís: una taza de café o una taza de amor? Ah, ya sé qué dirás: una taza de café con el mojol del amor y con un pan.
¿Un buchito de amor? Bien concentrado. Acá en Comitán, la verdad, estamos acostumbrados a tomar tazas enormes de café, rebozando y siempre bien endulzado, con azúcar o con panela. En Cuba, dice mi amigo, lo toman amargo y fuerte, así que un buchito es bien pegador, te activa al ciento por ciento.
Estas minucias culturales las fueron a vivir los estudiantes del Instituto de mi amigo. A mí me llena de gusto y de orgullo que existan estas instituciones que van más allá de nuestros límites geográficos. ¿Recordás que antes de la pandemia, en octubre 2019, mi jefe, el Rector de la Universidad Mariano N. Ruiz, llevó a un grupo de alumnos estudiantes de la licenciatura en Trabajo Social, a un Congreso realizado en la UNAM, la máxima casa de estudios de nuestro país? Salir del entorno ayuda a ampliar horizontes, a aprender conocimientos decisivos para el crecimiento intelectual. Ahora, en abril de 2023, alumnos del Instituto de Estudios en Sexualidad Humana del estado de Chiapas viajaron a La Habana, Cuba, a recibir enseñanzas que bien pueden calificarse con diez, porque vos sabés que Cuba es una nación con grandes avances en educación y en salud.
Viajaron a Cuba, pepenaron otras esencias culturales. No sé cuántos buchitos se tomaron a la hora del receso, tampoco sé cuántos mojitos se tomaron en La Bodeguita del Medio después de los cursos, porque la vida de un estudiante está llena de aprendizajes académicos, pero también de convivencia.
El doctor Hugo me platicó que los cubanos toman el buchito sin azúcar, por eso dicen que el café debe tomarse amargo. Cualquier despistado podría pensar que es por el bloqueo a Cuba, pero no, vos sabés que si algo sobra en Cuba es el azúcar, es una nación altamente productora de este edulcorante.
Ya tengo mi tacita para echarme buchitos. Bromeé con el doctor, le dije que como no tomo café tomaré tequila en esa tacita, pero luego, como la famosa ranita, recordé que tampoco bebo tequila, así que tal vez tome yo unos “deditos” de agua, de vez en vez, sólo para honrar el recuerdo y para decirme que una vez salí de Comitán con el deseo de conocer Cuba y me quedé varado en la primera curva de la carretera.
El doctor Hugo viajó a Cuba por primera vez hace quince años, en esa ocasión presentó una conferencia en un Congreso Mundial de Sexología, cinco años después firmó un convenio con el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. En este 2023, los muchachos que viajaron fueron la décima generación del Instituto que llevó este curso con duración de una semana. Los estudiantes son estudiantes que ya han cursado, cuando menos, la mitad de las asignaturas de la Maestría, esto garantiza un nivel óptimo para recibir las enseñanzas que les comparten los expertos cubanos.
El curso que han recibido los estudiantes del instituto comiteco inicia a las nueve de la mañana y finaliza a las tres de la tarde. El doctor dice que unas de las grandes virtudes del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba son la puntualidad, la disciplina, el rigor pedagógico y el alto grado de eficiencia.
Sin duda que los participantes del curso reciben enseñanzas de calidad en el tema de terapia sexual y la experiencia del viaje es algo invaluable.
Al término de la sesión diaria, Cuba exige un paseo por los diferentes espacios maravillosos que tiene, tomarse un buchito de café o un mojito; escuchar un poco de trova (ah, las canciones de Silvio (a mí se me perdió un unicornio azul…), las de Pablo (esto no puede ser no más que una canción, quisiera fuera una declaración de amor…); tal vez una visita a los talleres en donde fabrican los famosos puros; la puesta de sol en una playa; o tomar un helado en la famosa nevería “Coppelia”, que es un lugar que aparece en el cuento de Senel Paz, que se llama “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, que obtuvo el primer lugar en el Concurso de Cuento Internacional que promovía Radio Francia, en París; y que luego fue llevado a la pantalla. Vos, sin duda, has visto la película “Fresa y chocolate”.
El doctor me dijo que al final del curso, antes de tomar el avión para regresar a Cancún, y luego a Tuxtla, fueron a la famosísima playa de Varadero. Ah, qué deleite.
Me da gusto que estos muchachos comitecos, estudiantes de sexualidad, hayan acudido a La Habana, para profundizar en sus conocimientos. ¿Sabés quién es la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba? Nada más y nada menos que una sobrina de Fidel Castro, hija de Raúl Castro: la doctora Mariela Castro.
En el párrafo anterior, hacé de cuenta, sinteticé gran parte de la historia cubana reciente. Digo reciente, porque la historia de Cuba tiene un antes y un después, el después está signado por la Revolución. Y cuando triunfó el movimiento de los barbudos, Fidel asumió la presidencia y luego, después de décadas en el poder, pasó éste a su hermano Raúl, papá de la doctora Mariela. Hoy, la doctora Mariela también es diputada del Parlamento. ¡Qué bendición, nuestros paisanos estuvieron muy cerca del poder cubano!
Cuando el doctor Hugo me contó la ruta del viaje volví a pensar que conocer Cuba está a la vuelta de la esquina, porque los muchachos tomaron un autobús que los llevó de Comitán al aeropuerto de Chiapa de Corzo (tres horas), luego subieron a un avión que los llevó a Cancún (hora y media), y al final, avión de Cancún a La Habana, al histórico aeropuerto José Martí (cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca…).
Posdata: Cuba está a la vuelta de la esquina, de Tuxtla a Cuba lleva el mismo tiempo que de Comitán a Tuxtla. ¡Pucha máquina! ¿Por qué, entonces, no alcancé a llegar más que a Chacaljocom cuando decidí conocer Cuba? Quería presenciar ese fenómeno social muy de cerca. El famoso escritor Sergio Pitol, cuando estuve en su casa de Xalapa, me dijo que si viajaba a Cuba ahí tendría un libro. Claro, un libro con todas las experiencias vividas en un país tan complejo y tan sublime. Pero no alcancé a ir. Tal vez por esto leo a autores cubanos, para que ellos sean la mano que me lleve a su país.
¡Tzatz Comitán!