lunes, 30 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON EL COMITECO QUE ESTUVO EN LA CASA BLANCA

Querida Mariana: el 30 de diciembre 2024 apareció en todas las portadas de los periódicos del mundo la noticia: Murió Jimmy Carter, el expresidente más longevo de los Estados Unidos de Norteamérica. Jimmy Carter ocupó la presidencia en el periodo de 1977 a 1981 y la historia reconoce dos hechos relevantes: nunca involucró a USA en una guerra (lo que le valió el Nobel de La Paz) y devolvió a Panamá la soberanía del Canal. El licenciado Jorge De la Vega Domínguez, nuestro paisano, estuvo una mañana en la Casa Blanca al lado de Jimmy Carter. Juan Carlos Gómez Aranda, gran amigo del licenciado De la Vega escribió lo siguiente en su muro de redes sociales: “Falleció Jimmy Carter, expresidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz. En esta fotografía de los años 1970, que corresponde a un almuerzo que ofreció en la Casa Blanca a una delegación mexicana, conversa con el licenciado Jorge De la Vega Domínguez, político comiteco quien fue gobernador de Chiapas, director de la Conasupo, diputado por Comitán, secretario de Comercio, presidente nacional del PRI, embajador de México en Canadá y también ocupó otros cargos de relevancia nacional”. Roberto De la Vega, sobrino del licenciado Jorge, comentó que la fotografía corresponde al año 1979. Carter falleció el 29 de diciembre 2024. No hubo necesidad de entrar al Internet para encontrar la noticia, el propio licenciado Jorge, a las cinco de la tarde con veintiséis minutos, tuvo la gentileza de enviarme la fotografía que anexo con el siguiente comentario: “Hoy falleció Jimmy Carter. Me ofreció una comida en La Casa Blanca. Grato recuerdo. Hoy falleció quien me brindó su confianza: el presidente Jimmy Carter, a los cien años”. Dije que todas las portadas de periódicos del mundo consignaron el hecho. Nosotros podemos consignar que un paisano destacado estuvo en 1979 en la Casa Blanca y comió con él. Sabemos que los mandatarios tienen encuentros, pero el licenciado Jorge comió con el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica sin ser presidente de nuestro país (poco le faltó para alcanzar la gloria y que Comitán tuviera a su primer hijo en tal posición). Pucha, qué privilegio. Recientemente otra comiteca, Patricia Armendáriz Guerra, estuvo en la Casa Blanca, acompañó al presidente López Obrador en una cena que les ofreció el presidente Donald Trump. Yo, igual que muchos comitecos, en los años setenta estuve en La Casa Blanca, pero de Comitán. Ese restaurante cambió su nombre y actualmente es La Casa Rosada. En el pueblo no consignamos estas semejanzas que impactarían al mundo: la Casa Blanca (USA) se convirtió en la Casa Rosada (Argentina). Posdata: el licenciado Jorge De la Vega Domínguez estuvo al lado del recordado Jimmy Carter, quien fue un gran lector, un gran defensor de los Derechos Humanos; sin duda que fue un tipazo. Descanse en paz. En cuanto recibí el mensaje del licenciado Jorge le envié mi abrazo respetuoso. ¡Tzatz Comitán!

CARTA A MARIANA, CON EL VIEJITO DE LA NOCHEBUENA

Querida Mariana: recuerdo las navidades de mi niñez. En casa el festejo era muy íntimo, nada de los grandes festejos con piñatas y gentío comiendo hojuelas (los llamados “pañalitos del niño Dios”), ¡no!, en casa todo era entre nosotros: mi papá, mi mamá y yo. Pero, como en las demás casas, era un momento glorioso, porque celebrábamos el nacimiento de Jesús (mi mamá hacía un bonito nacimiento) y esperábamos la llegada del Viejito de la Nochebuena. Yo me acostaba temprano, nervioso, expectante. Muy temprano, al día siguiente, me levantaba y corría a buscar los regalos que el Viejito me había dejado (fui un niño privilegiado, siempre tuve varios regalos. Te he platicado que uno de los más bellos y divertidos fue un coche de pedales, color plateado, con el que daba vueltas y vueltas por todos los corredores de la gran casa). Hoy los tiempos han cambiado, en pocas casas hacen los nacimientos y en más pocas recuerdan el motivo del festejo; hoy, el festejado es el más relegado. Lo que sí continúa es la tradición de dar presentes, ya no es el Viejito de La Nochebuena quien los da, ahora es la versión gringa de Santa Claus; aunque hay sorpresas. El otro día acompañé a Roberto Carlos, quien es el mero mero de la empresa Mira Quien Comitán, empresa que, año con año, desde hace cinco, promueve el acto Una Navidad Mágica, donde sin ser Santa Claus o el Viejito de La Nochebuena reparte muchos presentes a los fieles clientes de diversas empresas prestigiosas de Comitán y de la región. ¡Ah, qué bendición! Todas las personas extienden las sonrisas en los rostros cuando reciben un obsequio. ¿Sabés cuál fue el premio mayor en este 2024? ¡Una pantalla de 43 pulgadas! Ah, qué presente tan maravilloso. La persona que ganó el premio sólo tuvo que hacer una compra en una de las empresas participantes, obtener un boleto, escribir su nombre y colocarlo en la urna. La mañana del sorteo recibió la sorpresa de ver que era su boleto el premiado. ¡Qué buena iniciativa! ¡Qué buena respuesta de las empresas patrocinadoras! La mañana del sorteo varios empresarios acompañaron a los integrantes del equipo de Mira Quien Comitán, en Tarima, el restaurante bar donde se realizó el acto. Roberto me platicó que los sorteos anteriores se han realizado en otros locales maravillosos de nuestra población. El primer sorteo fue en el Restaurante La Comiteca, que está frente al parque central; el segundo y tercer sorteos los realizaron en el Restaurante 1813, que se llama así porque en el año 1813 las Cortes de Cádiz le otorgaron a Comitán el título de ciudad. El restaurante 1813 se ubica en el barrio de Microondas. ¿En dónde se celebró el cuarto sorteo de la Navidad Mágica? Fue en el restaurante del Hotel San Sebastián, que se encuentra en el tradicional barrio. Y en este 2024 el sorteo fue en el restaurante Tarima, que está muy cerca de la Piedra de La Ametralladora. El Viejito de La Nochebuena sigue llegando a Comitán, gracias a todos los papás y mamás que abonan las raíces del árbol de navidad; asimismo, la empresa de Roberto Carlos invita a empresas exitosas, de renombre, para que participen como patrocinadoras. Los grandes proyectos, lo sabés, se nutren del acompañamiento, el dicho que dice: “La unión hace la fuerza” ¡es una realidad! Te conté que mientras el equipo de Mira Quién Comitán realizaba la transmisión del sorteo platiqué con el propietario de Tarima, el arquitecto Iván. El Viejito de mi Nochebuena siempre es generoso conmigo, me da la oportunidad de conocer gente maravillosa, lugares espléndidos y escuchar testimonios de identidad. La empresa de Roberto Carlos tiene la palabra Comitán como parte fundamental de su nombre, porque es en el pueblo donde se desarrolla, donde hace comunidad, donde aporta elementos valiosos para que las empresas, en época navideña, agradezcan la preferencia de su clientela y la consientan. Posdata: este año, como los anteriores, Mira Quién Comitán consintió a sus patrocinadores, ofreciéndoles una novedosa manera de servir a la sociedad, porque no sólo la pantalla llegó a manos de una familia, también hubo más presentes que colocaron sonrisas en otras familias. Estuve con ellos, en el restaurante Tarima. Comitán era un nacimiento a mis pies. El regalo a los pies del árbol era mi pueblo. Sensacional. Único. ¡Tzatz Comitán!

domingo, 29 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA NOTA AFECTUOSA

Querida Mariana: como todo mundo, recibo mensajes por el WhatsApp. La otra mañana recibí un envío del doctor Hernán León Velasco, quien es Premio Estatal de Poesía Enoch Cancino Casahonda y presidente de la Asociación de Escritores y Poetas de Chiapas, A. C. Cada envío por el WhatsApp tiene la esencia del misterio. Hasta que no lo abrís no sabés qué puede contener. Como a todo mundo, me llegan mensajes llenos de luz, de alegría, de asombro y, también, hay algunos con notas no tan de Sí o de Sol sino de Re o Fa. El mensaje que me envió el doctor Hernán fue de asombro y me llenó de gran gusto. Ni me preguntés cómo al doctor Hernán le llegó copia de una carta que sólo te mando a vos, lo que sé es que la leyó y pocos minutos después que te la mandé a vos, él me envío un texto que es un análisis del contenido de lo que te escribí. Digo que me provocó asombro porque, salvo en pocas ocasiones, escritores de prestigio han hecho análisis de mi obra literaria; y digo que me causó alegría porque esto fue como un abrazo afectuoso que me otorgó un personaje de la cultura estatal. No creo cometer una infidencia al compartir lo que el doctor Hernán escribió, y no es así, porque el texto que creó este análisis es una carta que escribí para vos. Va pues copia para que te enterés; va copia como una manera de agradecer la gentileza del texto: “Carta a Mariana con un sueño” Está impregnada de un tono humorístico y reflexivo que logra capturar tanto lo cotidiano como lo simbólico de las estatuas, un tema que podría parecer simple, pero que el autor convierte en una profunda exploración cultural, histórica y personal. La narrativa fluye de manera ágil, combinando anécdotas locales y referencias universales, como la estatua de Hachiko en Japón o las de Paseo de la Reforma en Ciudad de México, mostrando un amplio dominio de contexto y un enfoque crítico hacia los homenajes a figuras históricas. El autor utiliza un lenguaje coloquial, lo que acerca al lector y genera empatía. La inclusión de detalles humorísticos, como la inevitabilidad de las “cagadas de paloma” en las estatuas, no solo aligera la lectura, sino que también plantea una crítica implícita sobre la inmovilidad y el olvido que enfrentan muchas de estas figuras de bronce o mármol. Molinari cuestiona los criterios con los que se erigen estas estatuas, contrastando el poder y el mérito con el amor popular y la autenticidad. Por otro lado, la carta se convierte en un puente entre lo histórico y lo personal, como cuando menciona su conexión genealógica con Fray Matías de Córdova o reflexiona sobre las figuras de su pueblo, como Rosario Castellanos o Belisario Domínguez. Este recurso le permite al autor conectar lo macro con lo micro, lo público con lo íntimo. Finalmente, la posdata aporta un cierre hilarante, con una imagen clara del autor jugando a ser estatua y esquivando palomas, simbolizando quizás la resistencia a la inmovilidad o al encasillamiento”. Posdata: ya identificaste la carta que te envié, fue la que ilustré con una foto que me tomó Paty Cajcam en el parque de Guadalupe, donde trepé a un arriate y posé como si fuese una estatua de carne y hueso. El doctor Hernán desmenuzó la carta en minutos y se dio el tiempo para escribir lo anterior. ¡Cómo no agradecer su disposición para enviarme su comentario! Cuando lo leí me dio gusto, por la complicidad lectora, que no se quedó en el mero acto de leer, fue más allá, redactó las ideas que le generó la cartita. Pucha, pensé de inmediato que esto era como si un lector avezado leyera una de esas cartas que Rosario escribió a Ricardo e hiciera una disección de lo ahí expuesto. Me dio gusto saber que el género epistolar (género literario ya en vías de extinción) pudiera provocar un diálogo a distancia. Vos me provocás afecto y, ahora, las cartas que te mando también provoca conversaciones virtuales, en lectores que se asoman a nuestra íntima ventana y se convierten en protagonistas esenciales de esta mirada al mundo. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 28 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN RÍO, CON UN MAR

Querida Mariana: vuelvo a decirlo: no me gustan los espacios cerrados. Me encanta el espacio sin paredes. Pero como soy un viejo achacoso, tampoco me gusta el espacio donde el viento helado picotea mi cuerpo. Una vez vi un documental donde aparece el estudio de Pamuk, sí, el gran escritor turco. Dicho estudio está en una colina de Estambul, frente al río Bósforo. Desde ahí, Pamuk ve los barcos, el vuelo de las aves, las mezquitas, oye el canto del muecín convocando a la oración. Estambul está atrapado en la atarraya de su mirada, da la sensación de que Orhan puede adueñarse de toda la ciudad con un simple movimiento de la mano. Hablo del estudio de un gran escritor, Orhan Pamuk, de un ganador del Nobel de Literatura; hablo de Estambul. Cuando vi la gran ventana desde donde Pamuk tiene a su pueblo a los pies, pensé que era uno de los seres humanos más privilegiados del mundo. Cuando vi el documental y lo vi pararse frente al gran ventanal casi sentí lo que él siente al pararse en ese espacio calentito, resguardado por un cristal. Resulta que el otro día conocí a otro ser privilegiado, el arquitecto Sergio Iván Aguilar Espinosa, de la empresa AECOR, tiene su estudio en lo alto de una colina comiteca, como si Comitán fuera el Bósforo, él tiene el pueblo a sus pies, su mirada vuela, como gavilancillo, sobre todos los techos. Desde su lugar de trabajo, de inspiración, él ve las torres de muchos templos católicos. La mañana que estuve con Iván supe que hay seres que construyen su nido al lado de las águilas, porque sus sueños les injerta alas para el vuelo. Conocí a Iván y lo pensé como el Pamuk comiteco, él no escribe, pero diseña y en su escritorio construye edificios para que sus clientes formulen historias de vida. Iván es generoso, sabe que la existencia se justifica al dar. Él comparte con todos los visitantes un espacio donde la mirada tiene alas. Al lado de su estudio ha construido un restaurante bar que se llama “Tarima”. Ya el otro día te hablé de ese espacio, un espacio que deben conocer todos los del pueblo y todos los visitantes, llegados de otros pueblos del mundo. En los años ochenta, nietos y nietas de mi papá vinieron a saludarlo y él los llevó, entre otros lugares, al Mirador, para que desde ahí vieran el pueblo. Estoy seguro que si mi papá viviera y vinieran sus nietos y nietas los llevaría a Tarima, porque es otra ventana, una ventana más cercana, más íntima, es otro mirador, lindo. Mucho antes, en los años sesenta, algunos compañeros de la escuela primaria llegaban al salón y contaban que habían ido de excursión a la Piedra de La Ametralladora. El estudio de Iván está cerca de ese lugar, en el mismo cerro, pues. Ningún estudioso me ha contado la historia de la famosa piedra. Se supone que en algún momento hubo un enfrentamiento entre dos grupos (no sé cuáles) y uno de los grupos, se supone que el de los defensores, colocaron una ametralladora en el lugar, un lugar estratégico y desde ahí activaron el arma. De entonces a la fecha la piedrona fue conocida con el nombre de Piedra de La Ametralladora. No, no hay casquillos que sean testimonio del hecho. En fin, es asignatura pendiente para historiadores. Si hablan de una ametralladora debió ser en tiempo de los Carrancistas, pero esto que digo es una mera chaqueta mental. No tengo ningún dato para comprobarlo. Pero no sólo por la piedra es conocido el territorio del arquitecto Iván. Él me invitó a que cualquier día demos una vueltita por la Cueva del Zopilote, que es una famosa hondonada, donde los compañeritos de la primaria también se atrevían a bajar (un día vi un video donde una chica bonita hacía rapel). ¿Por qué el nombre de la Cueva del Zopilote? Ah, porque dicen que en ese lugar la gente iba a botar desechos de animales, vísceras, y llegaba la zopilotada a darse un banquete. No suena muy agradable, pero entiendo que ahora ya no existe esa costumbre. Iván dice que ahora lo que hay es fauna de la región y es un lugar para disfrutar la flora, además del agregado de aventura que eso significa. ¡No, no!, le dije a Iván cuando me invitó a hacer ese recorrido. Le cambié la invitación para que una mañana llegue a su estudio, saque la libreta y escriba el inicio de un cuento o, en la libreta de dibujo, haga un boceto. Esa mañana me sentí un poco Pamuk, viendo el río, el mar, que se presentaba frente a mí. Porque sé que, desde ahí, hay instantes, en la madrugada, que el valle de Comitán se convierte en un río donde fluye la niebla, se convierte en un mar lleno de nubes. Iván asegura que la vista de los amaneceres que él disfruta es algo inenarrable, no alcanzan las palabras para transmitir el sentimiento. Yo pensé en la posibilidad y, viejo achacoso como soy, niño viejo cuidado, supe que me sentiría bien al presenciar un amanecer desde un cristal. Disfrutaría la vista sin sentir las espinas del viento helado. Estaría en ese espacio viendo el Bósforo comiteco tomando un té de limón, bien calientito. Los terrenos donde están el estudio de Iván y su restaurante (sólo da servicio en la tarde y noche) son parte de un cerro lleno de piedras. El ingenio del ser humano lo ha convertido en un lugar muy agradable, en el estacionamiento vi una mesa con tres sillas, cerca de una barda de piedra con plantas, Iván dijo que ahí sembró una ceiba (la vi, es una ceiba pichita, con pequeños brotes en el tronco, pero ya habla de su grandeza, del porqué fue considerado árbol tutelar de los mayas). Ah, en una mañana agradable, el lugar es ideal para practicar el galano arte de la contemplación o leer una novela o escribir o dibujar, todo acompañado con una bebida caliente o una cerveza bien helodia. Ahora se sube en auto, ya no hay necesidad de escalar, pero para los espíritus aventureros siempre está abierta la posibilidad de hacer caminatas o rodadas en bicicleta. Iván y su hermano me contaron que esos terrenos fueron del bisabuelo. El bisabuelo se dedicó a la venta de pulque (aún se ven magueyales en la zona) y el abuelo fue albañil. Ahora los nietos se dedican al ramo de la construcción, tienen la empresa AECOR que, como muchas cosas que ellos han emprendido, también tiene su vara de genialidad. Te cuento, lo de COR es por corporativo y la A es por Aguilar y la E por Espinosa; pero, además, es un gran homenaje al papá y a la mamá, porque la mamá de los muchachos se llama Amparo y el papá se llama Emilio. Qué maravillosa conjunción, es un espléndido doblete. Aprovecharon las iniciales de sus apellidos y las iniciales de los nombres de las ceibas que los nutren. Iván, igual que yo, es egresado de la UNACH, institución que en este ya agotado año 2024 celebró su cumpleaños cincuenta. Ahora entraremos al 2025 con nuevo rector: el Doctor Oswaldo Chacón Rojas y con nueva secretaria general, nuestra querida y admirada Doctora María del Carmen Vázquez Velasco. Nosotros, en Arenilla, sólo atenciones recibimos del anterior rector Carlos Natarén Nandayapa; celebramos ahora la nominación del nuevo rector, deseamos que tenga una gestión que dé brillo a nuestra universidad. Por el lado de nuestra paisana, la Doctora Mary Carmen sabemos que hará una labor que dará prestigio a la UNACH. Si me permitís haré un parangón, ahora ellos, igual que Pamuk, igual que Iván, están en la cima de la montaña mágica. Desde arriba la perspectiva es diferente, todo se aprecia de manera diferente. Cuando hay una buena intención las ideas vuelan y se paran en el dintel de la gran ventana, basta extender la mano para tomarla y para darles más alas, para beneficio de la sociedad. Iván, un día, se paró en medio del pedregal, vio la ciudad a sus pies y pensó que era posible hacer lo que ahora es una realidad: su estudio de arquitectura y el restaurante Tarima. El genio del hombre modifica para bien el entorno, le da cauce a la idea luminosa. De niño, Iván iba a tomar agua miel a las cinco de la mañana en los magueyales, tenía amigos que eran muy buenos con la tiradora y ellos iban a cazar conejos. Iván creció bajo la mirada rigurosa del papá y la caricia amorosa de la mamá. Ellos, en un balance soberbio, le hincaron los valores que ahora son eje central de su vida. Posdata: esa mañana, mientras Roberto Carlos y Paty Cajcam, con amigos invitados, hacían el sorteo navideño de Mira Quién en Tarima, yo tomé un café con Iván en su estudio, me paré frente a la gran ventana y vi el pueblo, mi pueblo, nuestro pueblo y pensé que cuando Iván me permita ir a su estudio te invitaré para que veás, con tu mirada de gran cineasta, ese oasis divino. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 27 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON LA RIQUEZA DE NUESTRA IDENTIDAD

Querida Mariana: mi generación de preparatoria cumple en este 2024 cincuenta años de su egreso. Recibimos nuestro certificado al término del ciclo escolar, en 1974. Como es costumbre se hizo el protocolo de entrega de documentos, los alumnos y alumnas fuimos acompañados por un padrino o una madrina. Mi papá me apadrinó en este acto, que se celebró en lo que hoy es el auditorio Roberto Cordero Citalán y que, en ese momento, era el auditorio de nuestra escuela. Mi querido amigo Rafa Morales debe recordar que tuvimos un desayuno, fue en el hotel de su papá: Hotel Morales, que está casi frente a la plazuela del templo de El Calvario. Hoy ese hotel no se llama así, hasta donde sé su nombre es Hotel Plaza Tenam. Ese día ya todos, de una o de otra manera, habíamos decidido parte de nuestro porvenir. La mayoría eligió una universidad para continuar con la escalera educativa iniciada en el kínder. Los primeros años habían sido recorrer un camino ya trazado: jardín de niños, primaria y secundaria. Ay, al llegar a bachillerato, en el segundo grado ya debimos elegir área. Esto fue como un previo para la elección de la profesión, una de las situaciones más complicadas de la vida. Muchos ya tenían claro el panorama desde el segundo grado de bachillerato, otros dudábamos. No sé si hice bien el análisis, pero me apunté en el área de físico matemáticos. Entiendo que del total del grupo fuimos los menos. Los demás estudiaron ciencias biológicas o Sociales. ¿Humanidades y artes? No, no había dicha opción. Jodidos estuvimos todos ustedes. El otro día, la querida amiga Lupita Nájera Cancino compartió esta fotografía de esos años, de hace cincuenta años, más o menos. Uf, fotografía que ha caminado más de cincuenta años y llega puntual para celebrar el medio siglo y se presenta jovial, simpática, llena de vida, como llenas de vida están las chicas setenteras, vestidas con la moda que imperaba en esos tiempos. Me atreveré a decir que esta fotografía fue tomada en el patio de la escuela, me atreveré a decir que la ventana que se ve atrás era de un salón. No tengo la certeza, lo que sí puedo asegurar es que acá está Zoraida, Gloria, Lupita y Marirrós. ¿Ya viste el pantalón que viste Lupita? Mirá cómo baja de la cadera y de pronto se extiende en lo que llamamos “acampanado”. Los pantalones acampanados fueron la moda, tanto en hombres como en mujeres. Acá sólo Marirrós no lleva pantalón. ¿Ya viste la blusa que tiene Zoraida? Llena de estampados, como si fuese una campiña llena de flores, como si fuese una comuna, porque en esos años aún existían los resabios de la cultura hippie y el famoso lema del Amor y Paz. Acá están cuatro chicas de esa generación maravillosa. Recuerdo que Marirrós estudió en el mismo grupo donde estudiamos Daladier, Javier, Roberto, Miguel, Jorge, José Luis, Rafa y yo. ¿Mirás? De un grupo de cincuenta una minoría optamos por estudiar el área de físico matemáticos, por eso teníamos un salón bien pequeño donde recibíamos las clases especiales. Marirrós fue la única mujer en Físico Matemáticos, cuando concluimos el bachillerato viajó a la Ciudad de México y se inscribió en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, en donde se tituló como arquitecta. Porque todo es un símbolo, en la parte superior de la fotografía hay cuatro equis, porque estas chicas eran las incógnitas de la ecuación: ¿qué sería de ellas en el porvenir? Gracias a Dios, las cuatro chicas siguen igual de coquetas y bellas en el 2024, medio siglo después. La ecuación de la vida la resolvieron, porque, eso sí, las matemáticas fueron una materia que llevamos todos, sin importar el área elegida. A la hora de matemáticas todos nos reuníamos en un solo salón, ahí, el maestro Hermilo o el maestro Pepe nos impartieron la materia, ellos llenaban el pizarrón con números y nosotros hacíamos la copia en el cuaderno para tratar de hallar el valor de equis. Posdata: ese tiempo fue hermoso, un tiempo de decisiones; fue tiempo que nos obligó a tomar una u otra senda. Lo que ahora somos, las cicatrices que tenemos, fueron hechas a partir de ese instante. Los años del kínder, de la primaria y de la secundaria no habían obligado a elegir, ya el camino estaba señalado. A partir de la prepa todo estaba en nuestras manos y a veces esa materia moldeable se nos caía de la mano. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 26 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN SUEÑO

Querida Mariana: ¿nunca has soñado que tenés una estatua? No hablo de deseo, sino de sueño a la hora que dormís, casi casi de pesadilla. Hablo de que dormís y en un momento de la madrugada, soñás que caminás por el parque y en una pequeña rotonda, donde una niña va en triciclo, mirás una base enorme que sostiene una escultura, mirás hacia arriba y encontrás que quien está ahí ¡sos vos! Mirás hacia todos lados, pensando que si alguien te mira viéndote preguntará si sos vos el de la escultura. Ah, ya miro tu horma de jolote orgulloso diciendo que sí, que sos vos. Porque no cualquier ser humano tiene el privilegio de tener una estatua. En Paseo de la Reforma, de la Ciudad de México, existen muchas estatuas dedicadas a diversos héroes, unos más conocidos que otros. No me hagás caso, pero parece que hasta hace poco sólo estatuas de hombres había. Dije que soñar con ser estatua no siempre es un sueño placentero, a veces es una pesadilla. Porque podés soñar que una turba enardecida amarra sogas a tu cabeza y derriba tu estatua. La historia registra muchos hechos similares, donde estatuas de dictadores se fueron al suelo y terminaron en quién sabe qué basurero. ¿Recordás que en San Cristóbal de Las Casas un grupo de indígenas derribó una estatua del conquistador Diego de Mazariegos? En tiempos más recientes, en la Ciudad de México, retiraron las estatuas de Hernán Cortés y de Cristóbal Colón, como forma de protesta porque España no ofreció disculpas por los atropellos cometidos en La Conquista, solicitud del gobierno de México que sonaba a un exceso, a una bobera. Ciudad Universitaria de la UNAM se fundó en el periodo presidencial de Miguel Alemán, así que en la explanada central se erigió una estatua en su honor, estatua que fue dinamitada por un grupo jamás identificado. Y como mojol de lujo está el hecho de que, si sos estatua estarás siempre, siempre, cagado de palomas, a las palomas les encanta hacer sus travesuras en las ramas donde se posan y en las cabezas de las estatuas. La estatua no siente algo, es inerte, pero debe ser muy jodido estar parado en bronce todo el día, soportando la lluvia, el viento, el sol ardiente, el frío calador. Si hacés una revisión histórica verás que las estatuas corresponden a personas que han hecho un bien a la humanidad, hay casos donde no es así, pero esas personas tienen estatuas porque poseyeron el poder; es decir, a los poderosos les levantan estatuas. Pero el mundo es mundo y no sólo está lleno de caca de paloma. En Japón levantaron una estatua para honrar la fidelidad de Hachiko, un chucho que llegaba todos los días a la estación del tren para esperar a su amo, a éste le dio un infarto o algo así y ya no regresó jamás, pero como el chucho no supo eso llegaba todos los días a la misma hora para esperar a su amo. ¡Ah, qué acto tan generoso! Hacé una revisión de las estatuas que hay en nuestro pueblo. El primer lugar se lo lleva Tío Belis, tiene una enormísima a la entrada del pueblo y otra en el interior del palacio municipal; luego está la estatua de mi tío Fray Matías de Córdova (ya te dije que el admirado Gustavo Armendáriz me envió copia de mi árbol genealógico, donde queda demostrado que, por la rama materna, Fray Matías es mi sexto tío abuelo, ¡ah, nadita soy! El nombre de mi mamá es Hilda Cecilia Torres Córdova). Por más que le busco no encuentro otra estatua en el pueblo. No sé si la imagen de Rosario Castellanos que está en su museo entre como estatua, porque es de tamaño natural, pero de cera. La ventaja de esta imagen es que no está expuesta a las inclemencias ni a las cagadas de las palomas. ¡Mentira! Recientemente se agregó una estatua al libro de nuestra historia. En el bulevar Roberto Albores Guillén colocaron una estatua del ex gobernador. Pucha, qué honor, Don Roberto está en la carpeta donde sólo estaban dos grandes héroes tío Belis y mi tío Matías de Córdova. Sin duda que la autoridad que mandó a hacer la estatua de Don Roberto lo quiere mucho, porque no existe otro comiteco o comiteca con tal honor. A nuestra amada Rosario no le alcanzó más que para bustos, lo mismo para Mariano N. Ruiz y para la gran heroína Josefina García. En el parque central hay bustos de Benito Juárez, de Pantaleón Domínguez y de Jorge De la Vega Domínguez; y en el parque de San Sebastián un busto de Josefa Ortiz de Domínguez. ¿Estatuas? Sólo las mencionadas. Y si decimos que la estatua es un homenaje a los grandes personajes, pues terminaremos diciendo que en el pueblo los tres grandes son: Belisario Domínguez, Fray Matías de Córdova y Roberto Albores Guillén. ¡Cosas veredes! Posdata: el otro día fui al parque de Guadalupe (parque de La Independencia), me trepé a un arriate y me puse en pose de estatua. En la mano izquierda tengo una espada invisible, invencible, la imaginé como la del héroe de Skywalker; jugué a imaginar que, con fuerza de trueno, le decía a mi pueblo: “que la fuerza te acompañe”. Pero me bajé de inmediato porque oí un aleteo cerca de mí, ah, pinche paloma, ¡a mí no me vas a cagar! ¡Tzatz Comitán!

miércoles, 25 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON MI LIBRO DEL 2024

Querida Mariana: ¿soy cumplidor? ¡Sí!, cuando menos en mi propuesta de publicar un libro cada año. Ya está a la venta en AMAZON mi más reciente libro de cuentos breves. ¿Lo comprarán mis amigos lectores, mis amigas lectoras? De acuerdo con las últimas estadísticas de los últimos años dudo mucho que el librincillo se mueva. ¡Ah, cómo cuesta apoyar el esfuerzo de los escritores! A la gente le cuesta meter la mano en la bolsa y sacar un billetito para comprar libros. En temporada navideña la mano es generosa, casi desenfadada, muy imprudente, porque mirás que medio mundo derrocha, pero no en libros, no en arte, ¡no! La gente gasta paga en trago, en detalles bañados en oro, en vestidos con brillos. ¿Libros? Casi no. O si esto sucede compramos libros de famosos y de famosas. Compré el libro “La vegetariana”, de la Premio Nobel de este año, el mismo día que se dio a conocer que había sido galardonada. ¡Oh, decepción! Novela malita, malita. A mí que no me venga la crítica a decir por dónde caminar, que no venga a decir que una Premio Nobel debe ser lo máximo. Mi gusto literario sabe reconocer lo bueno de lo mediocre y esta novela no me sorprendió como pensé que lo haría por haber sido escrita por quien obtuvo el máximo galardón literario. Malita la novela, malita. Bueno, ¿y yo? Ah, no me corresponde a mí decir si mi libro es malito o buenito. Esto corresponde a mis lectores. Debo decir que mi libro “Brev-edades” es un libro con doce relatos cortos, un librincillo para leerse en una sentada. Los lectores y lectoras pueden preparar un té, un café o una cerveza, sentarse al lado de una ventana al lado del jardín y disfrutar mi libro. Disfrutar, es la palabra adecuada. Nada de pretensiones, nada de obtener premios de la crítica, ¡no! Mis textos cumplen con la prédica de Roald Dahl: seducir y no aburrir. Son relatos sencillos. ¿Por dónde caminan los textillos? Ah, te doy un adelanto. El primer relato se llama “El día que Rosaura entró a Liverpool” y desde el principio dejo en claro que si al lector o lectora no le gustan las telenovelas debe saltarse este cuento. El segundo relato se llama “Una mención”. Inicia así: “Hubo una época que quise ser escritor, ¡fui escritor!”. A partir de este segundo relato presento una innovación: el tercero y cuarto relatos tienen el mismo principio con diferente final; es decir, son variaciones del primer cuento. ¿A poco no es una propuesta literaria novedosa? (ya sé, ya sé, vas a decir que es una bobera). En el quinto relato aparece en la trama la duda infinita: ¿existen los ángeles? El siguiente cuentito se llama “Vocación inquebrantable” y cuenta la historia del momento en que los hijos de Don Atanasio Romano deciden qué estudiar, los hijos del señor Romano se llaman Rómulo y Remo. El cuento que sigue se llama “Cielo o infierno” y cuenta la historia de un hombre que “todo lo tiene volteado”, porque padece lo que se llama Dislexia Espacial. ¡Uf! El otro relato cuenta los problemas en que se mete un pintor figurativo impresionista, porque lleva sus modelos a las plazas públicas y las modelos, como es comprensible, andan en cueros. ¿Qué más? Un cuentito que se llama “Reflejo”, donde un chico despierta, va al baño y ve su rostro fracturado, piensa que alguien en la fiesta de anoche quebró el espejo. No es así, su rostro ya es poliédrico. ¿Qué pasaría si un día aparecieran grafiteados los rostros de Rosario Castellanos en los murales que están en la Casa de la Cultura, de Comitán? Pues de esta ficción trata el relato que se llama “Mural con grafiti”. Y luego viene el relato que da título al librincillo: “Brev-edades”. ¿Por qué el guion? Ah, porque el relato se desarrolla en un país que se llama País Guion, donde todo es un juego de lenguaje, donde la gente, para decir adiós, dice: a Dios. Y antes de que se enfríe el café de la lectora o se caliente la cerveza del lector, o viceversa, aparecerá el texto final: “Certeza”, que dice que el fin del mundo, por fin, ya está a la vuelta de la esquina. Posdata: ¿mirás? Una miscelánea literaria simpática, juguetona, sin pretensiones mayores. Mis lectores y lectoras disfrutarán el librito, en una sentada. Garantizo una lectura agradable. Es un librincillo simpático, sencillo, ni simple ni bobo. No me gustó la novela de la escritora laureada con el Premio Nobel de este año, se me hizo una novelita mediocre. Nunca obtendré el Nobel, pero estoy seguro que mis textitos no dejarán en mis lectores y lectoras el sabor que a mí me dejó la novela de la autora premiada. ¡Seguro! ¡Tzatz Comitán!

martes, 24 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON EL "ENDIEBLE"

Querida Mariana: Romeo me dijo que caminaba por el pasillo de carpas que ponen en la calle frente a la Casa de la cultura, con venta de artesanías, cuando alguien lo abrazó y le dijo: soy Santiago, “El Cuchu”, “El Cuchufletas”, le dijo que estaba de vacaciones, le mostró una bolsa con gaznates, chimbos y turuletes, la levantó y le dijo: “vengo al pueblo por esto y por la familia, salvo esto, ya no queda nada de nuestro Comitán”, abrió la bolsa y le ofreció un dulce a Romeo, Romeo tomó un gaznate. Se quedaron viendo y Santiago rompió el cristal del silencio: “¿Te acordás del “Endieble”? Se acaba de morir, allá en Acapulco”. Romeo buscó en el archivo de su memoria y no se acordó del Endieble. ¿Endieble? Sí, dijo Santiago, fue parte de la palomilla, vivía en Yalchivol, su papá era ladrillero, vivían en una casita bien jodida, pero con un sitio lleno de árboles frutales, ahí íbamos a cortar jocotes, duraznos y limas, ¿te acordás? No, Romeo tampoco recordó esto. Entonces Santiago le contó la anécdota del Endieble. Sucede que una mañana se fueron de pinta de la escuela y pasaron por una tabla que a manera de puente unía dos orillas de un pequeño arroyo. Cuando se sentaron a comer unos paquitos de frijol, comentaron los sucesos y el Endieble dijo: “qué pues, estaba bien endieble la tabla”, pendejo, dijo Santiago, caso se dice endieble, es endeble, y todos rieron. De ahí le quedó el apodo. Pero el Endieble (Romeo me dijo que Santiago nunca le dijo el nombre verdadero del amigo) parecía que no se equivocaba con la pronunciación de las palabras, sino que las acomodaba. Lo de endieble, fue porque pasar por esa tabla fue una proeza endiablada. Otro día, los amigos fumaban en el terreno del papá de un amigo, sentados en círculo en el piso fumaban un cigarro tras otro, porque debían terminar la cajetilla. Al final, subieron a un árbol de lima, cortaron varias y las comieron, remataron restregando las cáscaras de lima en sus labios, para esconder el olor del tabaco. Cuando caminaron con rumbo al parque, el Endieble dijo: “qué joda ir a patines” y le dijo a uno de la palomilla: “Oí, vos, compremos un wagen”. Otra vez causó sonrisas y carcajadas, uno del grupo le dio un zape y otro lo empujó. Pero Rubén, que era nieto de quien le decían Señor Günther, comentó que su abuelo le había dicho que en Alemania la palabra wagen podía traducirse como coche. Sus dislates comenzaron a hacerse famosos, y en lugar de ser centro de burla se volvieron motivo de admiración, como cuando al poeta famoso le dijo que era un “versonaje”, o cuando una chica se puso colorada por un detalle que le dio y él dijo que ella, en lugar de sonrisa, tenía sonrosa. Por más datos que le dio Santiago, mi amigo Romeo no recordó al famoso Endieble. Se despidieron. Santiago regresó al puesto de dulces y compró más gaznates. Dijo que los dulces tradicionales eran lo único que valía la pena en el pueblo, comentó que ese pasaje comercial debía ser de venta exclusiva para dulces: "¿quién es el que compra suvenires que sólo son estorbo en las casas? ¿Quién regala una tabla de madera con una foto del templo de Santo Domingo? ¿En dónde colocan ese objeto?” ¿En dónde vive Santiago?, pregunté. Romeo dijo que él le comentó que es ingeniero civil, trabaja y vive en Acapulco; dijo que tal vez se seguían viendo con el Endieble, por eso supo de su muerte. ¿Y, de verdad, no recordaste al famoso Endieble? Romeo dijo que no, toda la tarde, después de despedirse, repasó la historia que Santiago le había contado, pero nada halló en su memoria, fue como si tuvieran recuerdos de vidas diferentes. Cuando Romeo me dio la mano para despedirnos, él me vio con mirada de trapo sucio y dijo: ¿sabés qué es lo peor? Tampoco recuerdo que yo haya sido amigo de Santiago, el Cuchu, el Cuchufletas. Posdata: esto que te cuento, querida Mariana, tiene rato que sucedió. Lo recordé hoy en la mañana, porque ayer caminaba por el mismo pasillo y encontré a mi amigo Toño. Toño y yo fuimos compañeros de salón, en la Matías. Toño y yo nos saludamos. ¿Cuándo nos tomamos un café?, me dijo. Cuando querás, le dije. No le dije que no tomo café. ¿Por qué todos los amigos invitan a tomar café? Bueno, hay algunos que invitan a tomar una cerveza. Y yo, qué pinche, ni tomo café ni cerveza. ¡Tzatz Comitán!

lunes, 23 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON FESTEJO ÍNTIMO

Querida Mariana: con esta entrada van ¡cinco mil! Cinco mil Arenillas y contando. Nadie, sólo vos y yo sabemos lo que esto significa. Por esto, digo que es un festejo íntimo, porque sólo nosotros, querida mía, inscribiremos la fecha en el muro, con letras de oro. Sólo vos y yo. Porque así son muchas historias en el mundo. ¿Cuántas personas celebran el aniversario de una pareja de ancianos solos? ¿Cómo se celebra la aparición número tal del sol cada mañana? ¿Existe un registro científico que dé cuenta del número de veces que la luna se ha asomado en el cielo desde el inicio de los tiempos? Hay actos que son tumultuosos, cuyas celebraciones se desbordan en festejos multitudinarios; en cambio hay otros que se celebran en lo íntimo, porque nadie más podrá reconocer la valía. Recuerdo que mi papá (ya te lo platiqué en una ocasión), al final de su vida productiva, se dedicaba todas las tardes a contar pistilos. ¿Pistilos? Sí, mi mamá pedía pistilos de plástico en una fábrica que las mujeres comitecas compraban para colocar en el centro de flores artesanales que hacían. ¿Mirás lo que digo? De la fábrica llegaban los pistilos de plástico y las mujeres los colocaban en el centro de las flores artesanales que hacían, los materiales usados para hacer las flores eran diversos, sólo el pistilo era un hilo plástico. ¿Por qué? No lo sé. ¿Por qué no hacían los pistilos también del mismo material con que hacían las flores? Nunca supe responder esta pregunta, no sé, hasta la fecha, por qué era así. Pero gracias a esta costumbre mi mamá vendía pistilos en su tienda de estambres y boberitas. De la fábrica llegaba una gran bolsa con cientos de pistilos y mi papá dedicaba sus tardes a separar y contar. Los pistilos (cien) los colocaba en una bolsita de plástico que luego cerraba para su venta. Doña Hilda, decía la compradora, véndame pistilos y mi mamá abría una gaveta, de donde sacaba la bolsita con cien pistilos que había contado mi papá, pacientemente. Mi viejo, con la camisa arremangada, contaba diez pistilos y luego los separaba en un montoncito, cuando en la mesa tenía diez montoncitos llenaba la bolsita. No sé cómo los dioses inventaron el mundo, pero debió ser algo semejante, así se construye la vida, por montoncitos, armados con paciencia y con pasión. Bueno, mi niña, de igual manera he ido construyendo mi mundo, nuestro mundo. Ahora celebramos (gracias por estar conmigo) que en el blog hay un enorme archivo de Arenillas: ¡cinco mil! Las he ido haciendo de una en una, las he ido reuniendo en montoncitos y ahora ya son una enorme montaña de palabras, de conceptos. ¡Cinco mil Arenillas! Si el mundo fuera nuestro mundo, estoy seguro que respondería a las leyes que dicta el mercado, lo que dicta el protocolo de éxito, alguien díría en la sala del New York Times: ¡paren las prensas y cambien la de ocho!: “El blog de Molinari cumple cinco mil entradas”. Y por ahí se iría el mundo, la Torre Eiffel se iluminaría y las letras de mi apellido brillarían en francés; otros dirían: prendan de nuevo el árbol de navidad, que en lugar de estrella en el pináculo tenga un letrero luminoso que diga ¡Molinari! Que la ONU decrete a las Arenillas como Patrimonio Intelectual de la Humanidad. Que la Academia Sueca cree el Premio Nobel de las más grandes ceibas, en honor a la ceiba de las Arenillas. Pero el mundo funciona de manera diferente a como funciona nuestro mundo. A final de cuentas, todo es pura chaqueta mental, porque este mundo, nuestro mundo, no tiene los pies bien puestos en la tierra de los otros, porque los otros son eso: los otros. Nosotros, querida mía, sabemos que formulamos un mundo para que se acerquen los otros, para que ellos se detengan tantito frente a este aparador que está muy lejos de lo cotidiano, lejos de las grandes ventanas de la Quinta Avenida de Nueva York o de los más excelsos malls de Dubái. A los otros no les importa nuestro festejo, el mundo de los otros está metido en otras vainas, en otras vanidades. ¿A quién puede importarle que hoy estemos festejando la Arenilla ¡cinco mil!? Acá, en estas cinco mil Arenillas están condesadas ideas que, como aire acondicionado, circulan por las tuberías de las más selectas habitaciones como por las viviendas más humildes. Acá está concentrado un poquito de nuestra identidad. Por esto, hoy que se cumplen cinco mil entradas, celebramos con harto confeti. En este pueblo, que es la Capital del No Regateo, vos y yo no regateamos nuestra contentura. Cuando menos tenemos ¡más damos! Y ahora damos más, porque comienza el camino que nos conduce a las diez mil entradas. Llevará tiempo, porque estas cinco mil entradas se han construido en el trabajo dedicado, honesto y apasionado, de más de diecisiete años, ¡diecisiete! La primera entrada es de 2007. Son muchos años de siembra, muchos años de estar trepado en el tractor, haciendo surcos en el campo de la creación. Posdata: cinco mil y contando, cinco mil y ¡cantando! ¡Tzatz Comitán!

domingo, 22 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN LIBRO DE JOSÉ BONIFAZ

Querida Mariana: José Bonifaz presentó su primer libro: “Viva la piel”. Lo presentó la noche del 20 de diciembre 2024, en el Museo Rosario Castellanos. Paty Cajcam y yo llegamos un poco tarde, porque debimos cumplir otro compromiso, pero todavía escuchamos la participación del poeta Roberto Rico y la del autor. José tuvo casa llena. El patio central estaba lleno de amigos, familiares y más hojas del árbol comiteco. ¡Genial! Genial porque no es común hallar tanta audiencia en recitales poéticos o presentaciones de libros. Entramos con cierta pena, porque el zaguán (como debe ser) da directo al patio, éste estaba al tope, más de ciento veinte personas. Cuando entramos no faltaron las miradas que desviaron su objetivo. Imaginé que alguien comentó con quien estaba a su lado: “Ve estos, a qué horas llegan”. Qué pena. Quisimos escondernos detrás de la canasta de mimbre llena de libros, dispuestos para su venta. Pero, este desaguisado tarda poco, luego las miradas volvieron a enfocarse en el escenario, donde estaba la mesa de honor, compuesta por Roberto, por el poeta Carlos Gutiérrez Alfonzo, por José y por Diego Greene. Cuando Carmelita Bonifaz me invitó le dije que tenía otro compromiso ese mismo día, a la misma hora, ella supo el porqué de nuestra llegada tardía. Al final del otro compromiso salimos casi volando, cruzamos el parque central y caminamos por en medio de la gente que ya llenaba las calles en busca del regalo para la noche de navidad. Escuchamos a Roberto y luego al autor. José dijo que es ya parte de la cuarta generación y detalló que su bisabuelo, quien fue un Dorado de Villa, después de participar en batallas, regresó al pueblo, colgó el arma y se reunió con niños a quienes les leía poesía. Mencionó a su tío abuelo Óscar Bonifaz, luego a su tía María del Rosario Bonifaz (que estaba en la audiencia). Así trazó parte del árbol genealógico, la poesía ha estado presente desde el bisabuelo hasta llegar a él, el acto de abandonar las armas y construir una revolución con palabras fue el mensaje que aún preserva, dijo que eso es lo que lo llama a escribir. Te mando la foto que logré tomar. Después de repegarnos a la pared para mimetizarnos, logramos llegar al corredor del fondo y desde ahí vimos y escuchamos el desarrollo de la presentación. Como mirás, todos los asientos estaban ocupados y había gente parada en los corredores. Fue un acto cultural con gran presencia. Sin duda que para José y su familia fue un momento de gran relevancia. Al final del acto, el autor comentó lo siguiente: “dicen que nadie es profeta en su tierra, yo quiero ser poeta en mi tierra”. Paty Cajcam hizo fila para adquirir el libro, nos despedimos, ella se fue con su papá a su pueblo y yo tomé un taxi, ya iban a dar las ocho de la noche, hora en que me convierto en el bello durmiente. Llegué a casa, todavía alcancé a leer unos textos del libro de José, mientras tomaba un té de limón. En el prólogo, José escribió: “Mi intención con este libro es que te olvides un rato del mundo que nos rodea y que va tan rápido…” José expresó lo que todo lector o lectora siente: la literatura detiene el tiempo y entra a una burbuja con una dinámica diferente a la cotidianidad. La literatura es la coma en la oración larga, es la estación donde el tren hace una pausa. Posdata: Roberto y Carlos, los grandes poetas de Chiapas, saben que las presentaciones de libros reúnen audiencias limitadas. La audiencia de esa noche fue un árbol con muchos frutos, todo transcurrió en un ambiente de guateque, al mero estilo comiteco. ¡Qué alegre! El encuentro fue en el Museo Rosario Castellanos, museo que deberá vestir sus mejores galas para celebrar el cumpleaños cien de la escritora, en el ya próximo veinte veinticinco. Este museo honra a nuestra escritora comiteca, pero le queda a deber. Sin duda que las autoridades deberán echar las mejores flores al asador, para que todo sea un enjambre de gloria para honra de Rosario Castellanos. Fue muy emocionante ver el patio principal lleno de personas. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 21 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN LIBRO

Querida Mariana: el maestro Alfredo Álvarez Figueroa tiene 85 años de edad. Él vive en Teotihuacan, Estado de México. Vive cerca del lugar “donde los hombres se convierten en dioses”. Desde aquel lugar me envió su libro de poesía más reciente: “Flores de la tarde”. Le llamé por teléfono para agradecer su gentileza. Quien me respondió me dijo que me comunicaría con el maestro, que esperara tantito. Después de una breve espera, escuché la voz luminosa del maestro, le dije que me daba mucho gusto saludarlo y le pregunté cómo estaba, me dijo que con movilidad lenta, para caminar se auxilia de una andadera. Fue cuando pregunté su edad y él me dijo que tiene ochenta y cinco años. El maestro tiene cierta molestia para caminar, pero lo sigue haciendo, sigue leyendo, investigando, pintando y escribiendo. Es un hombre activo a sus ochenta y cinco años. Él dio clases en la primaria del Colegio Mariano N. Ruiz, en los años sesenta, si yo hubiese estudiado mi primaria ahí lo habría tenido de maestro, como lo tuvieron mis amigos de la palomilla: Quique, Miguel, Javier, Jorge, Pedro; pero yo estudié en la Escuela Primaria Fray Matías de Córdova. Ya leí el libro “Flores de la tarde”, como se advierte en su título son textos que reflexionan acerca del final de la vida. Digo que el maestro Alfredo, gracias a Dios, aún está lleno de vida, pero su pensamiento se detiene ante la ventana y observa cómo el cielo comienza a llenarse de tonos que anteceden la noche; las nubes son como barcos sobre un mar infinito; cientos de pájaros buscan el resguardo para el fin del día. Las palabras del maestro tienen un tono ambarino, un reflejo de sol tierno. Su jardín se llena de flores de la tarde, con tonos que invitan a pensar en la vida y en los instantes más luminosos. Para que te des una idea del contenido copio algunos títulos: “Hasta el final”, “Luces postreras”, “Adiós, guardián”, “Súplica”. En medio de estos textos de luz general hay un poema que concentra su foco en un espacio especial: Comitán de Las Flores. El maestro lleva no sé cuántos años viviendo fuera de su lugar de origen, pero, estoy seguro, no ha existido un solo día en que no haya sentido una nostalgia por su Comitán, por eso, una tarde se sentó frente a su escritorio, al lado de la ventana y escribió unas líneas que reflejan ese sentimiento de afecto por lo vivido en su infancia. Sin su permiso, querida mía, te paso copia del poema que le dedicó a nuestro pueblo para que lo untés en tu espíritu, para que mirés lo que él vivió, lo que él sintió, para que vivás lo que él ve desde su ventana, la ventana de su corazón. Va copia: Comitán de Las Flores Desde el alto mirador de mis años, el corazón y mis ojos te ven diferente y a veces el mismo. Tu extenso valle, bajo un espléndido cielo, sigue imperturbable, pintado de vivos colores, en el terso lienzo callado de todos mis silencios. Tu gente en armonía, recorren tu cuerpo y suben y bajan por tu imprevisible relieve rocoso, junto con los recuerdos de mis años, empujados por el viento que llega desde la selva. El vacío que llevo de tu rostro, lo heredé por mi ausencia y ahora todo se encuentra cubierto con un fino polvillo de añoranza profunda, depositado desde la infancia y los locos años mozos. Cómo laten presentes los recuerdos que a la sombra de la mítica ceiba y la voz cristalina de La Pila, llegaba el tambor y pito y el rezo tojolabal que, junto con los acordes de la marimba, se unían en coro, para festejar a Tata Lampo, venerado abogado del pueblo. La fiesta de febrero la más concurrida de todas: puestos de comida, puestos de las “zacatecas” con juguetes de madera, cajetas y confites, juegos mecánicos, eventos sociales, flores y velas para el santo, fuegos artificiales, rompimientos al amanecer y, por las noches, globos… Aquel Comitán de alegres bailables, desfiles y de rica gastronomía regional, de copas y brindis con los amigos y familiares, todo sigue en llamaradas ardiendo en el recuerdo, aún en los pálidos reflejos de luces mortecinas, de mis noches en vela… Los viejos amigos, los antiguos compañeros, narran su vida, aventuras, éxitos y logros, con el sabroso lenguaje que usamos y que nos identifica, por único y exclusivo… con destellos de humor y fina ironía. Pero todo se empaña de luto al recordar que los padres, los hermanos y vecinos ya están descansando felices el sueño de los justos, brindando con añejo olvido, en vez de trago, en copas de silencio, a sabiendas que están en torno de la mesa de la otra dimensión. Ahora que estoy en soledad, con tu recuerdo al hombro, no sé qué yo diera, por regresar y vivir nuevamente en la casa paterna, y gozar otra vez de tu rostro luminoso de finos e imborrables recuerdos esmaltados que, junto a las aventuras locas de la juventud, son un tesoro invaluable de mi intimidad. Mis padres y mis abuelos, raíz profunda, savia rica y fecunda vaciaron a mis venas, y así, toda la vida seguirán tus flores, viajando al corazón e iluminando mis ojos, bella ciudad de ensueño, ¡Comitán de Las Flores! Posdata: hasta acá, estas líneas del maestro Álvarez Figueroa, dictadas por el cariño hacia el pueblo, líneas sencillas, abrigadas con un “fino polvillo de añoranza”. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 20 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON EL NÚMERO 44

Querida Mariana: ya estamos distribuyendo el número 44 de ARENILLA. Ah, cómo disfrutamos este recorrido por el pueblo y otros poblados de la región. No somos el Viejito de La Nochebuena ni vamos en trineo, pero llegamos a las casas y entregamos un ejemplar de nuestra revista y vemos sonrisas a la hora que los lectores y lectoras extienden la mano para recibir nuestro presente, lleno de pasado y con vislumbres del porvenir. No somos el Viejito de La Nochebuena, somos más generosos, gracias al corazón bondadoso de nuestros patrocinadores, porque no sólo llegamos en navidad, ¡no!, lo hacemos durante seis veces en el año. ¿Mirás cuánta siembra? La nueva ERA inicia una propuesta genial: “Chiapas puede”, que es la más intensa campaña de alfabetización que jamás se ha dado en el estado; bueno, nosotros llevamos más de siete años con una campaña que motiva a la lectura, que invita a que los papás y las mamás lean un cuentito a sus hijas e hijos. ¡Cuánta siembra! Por esto no nos cansamos de agradecer a nuestros patrocinadores que, con su paguita, ayudan a sembrar esta enorme ceiba. En este número, ya viste la portada, tenemos el testimonio valioso de una gran profesional, la doctora Lesly Pech, quien es una dermatóloga de gran prestigio y cuya presencia en el pueblo es una bendición para Comitán y para la región. Todo mundo debe cuidarse la piel, sobre todo en estos tiempos de calentamiento global. Una visita a “Skin Pech Dermatología” es una buena elección. Como siempre traemos la crónica del Maestro Benito Vera Guerrero, quien, como su apellido materno lo indica, es un guerrero de la crónica. En esta ocasión nos comparte un texto que da cuenta de las carreras de caballos en la tradicional Feria de Otoño, Todos Santos, de La Trinitaria. Presentamos la historia de un mural famoso que existe en el parque de La Independencia, asimismo una mirada a lo que el Ayuntamiento Municipal realiza con la conducción del joven presidente ingeniero Sebastián López. Otro cronista natural, el ingeniero Octavio Galindo, nos comparte sus recuerdos de infancia en la temporada navideña, tiempos donde sí llegaba el Viejito de La Nochebuena, a todas las casas de Comitán, ¡ah, tiempos magníficos! ¿Qué más? La sección Rinconcitos Mágicos en Comitán, que tanto te gusta. Ahora compartimos a la empresa SAN ÁNGEL PANADERÍA que prepara pan integral; al restaurante LOS CANCHITOS, que está a una cuadra del templo de San Agustín y ofrece riquísima comida; para llenar la nostalgia del Comitán de los años setenta recordamos el restaurante LA JUNGLA, a media cuadra de la FM de Comitán; ¿qué ponerse en los festejos navideños?, tal vez te convenga visitar la BOUTIQUE KELADA FASHION, ¿en dónde está? Pues en el mismo local del restaurante LOS CANCHITOS. Y cerramos con broche de oro la ruta de Rinconcitos Mágicos en Comitán: la empresa dirigida por Blanky Tovar, quien, frente a la entrada del Pasaje Morales, ofrece una amplia variedad de productos de Skin Care, Higiene corporal, cosmética para el hogar y más, mucho más. Platicamos un ratito con Marina Porcelli, la escritora argentina que obtuvo el Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2024; y platicamos otro ratito con Laura Vasallos, cantante tonalteca que estuvo en Comitán con el grupo Coral Femenino Harmonnía. Una foto del recuerdo, donde están los chicos y chicas que estudiaron el bachillerato durante los años 1971 a 1974, en la vieja escuela Preparatoria Comitán. Esta generación es brillante, porque, gracias a un movimiento de huelga, logró la construcción de los edificios actuales de la secundaria y preparatoria. La Trinitaria avanza, con la conducción del Profe Denis Gabriel Solís Alvarado, acá nos enteramos de algunas obras que ya inauguró a poco tiempo del inicio de su gestión. La psicoterapeuta Susy Torres Gil nos comparte un texto donde reflexiona acerca del sentido de la vida. Paty Cajcam, en su Anaquel, dice que la literatura de Fernando Del Paso es un lugar para quedarse. En la carta que te escribo te doy a conocer el hallazgo de un documento en el Archivo de Comitán, donde conocemos el acta de defunción de Doña Rosario Castellanos Rovelo de Castellanos, abuela de nuestra máxima escritora Rosario Castellanos. Posdata: el relato para que lean los niños y las niñas cuenta la mínima historia de Marita, una niña agradecida. ¿Por qué es una niña agradecida? Ya te enterarás. Es un relato sencillísimo que hace ver la grandeza de lo cotidiano. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 19 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN GRABADO

Querida Mariana: ¿conocés a Andrea? Andrea G. Meza es una artista plástica comiteca. La conozco desde hace varios años, he seguido su trayectoria, he sido testigo (a la distancia) de sus éxitos. He visto en redes sociales cuando comparte sus triunfos, me da alegría saber que está en tal o tal exposición o que ya obtuvo una beca. Es una chica que, como río, deja que fluya el agua de su talento y de su búsqueda estética. El 14 de diciembre 2024 la saludé en la Sala Rufino Tamayo, del Museo Hermila Domínguez de Castellanos, montaba su exposición “Impronta Femenina”, al lado de mi amigo Moisés Franco, otro talentoso artista chiapaneco. Andaban en el trajín, con el director del museo y dos empleados. Andrea me dijo que estaba contenta, porque desde hace rato no compartía su obra gráfica en su pueblo, nuestro pueblo. Vos sabés que siempre he dicho que los creadores comitecos tienen la obligación moral de presentar sus obras en el pueblo. Aunque sabemos que la paisanada no es dada a apoyar el talento de los nuestros, los artistas comitecos deben abrir ventanas de la casa común. En la noche de ese día 14, Andrea compartió con los asistentes su visión estética. Esa mañana saludé al director, Don Fernando Zea Vázquez. Como es tiempo de cambios en direcciones de oficinas de gobierno le pregunté si continuaría en el puesto. La respuesta a mi pregunta llegó horas después, la directora de Coneculta, nuestra amiga Angélica Altuzar Constantino vino a Comitán a dar posesión como nueva directora a la reconocida artista plástica Aurora Argüello, quien domina el arte de la pintura. Así que la exposición de Andrea fue la última que inauguró Don Fernando y la primera que encontró Aurora en la sala Rufino Tamayo. La exposición de Andrea estará visible lo que resta del mes de diciembre 2024 y durante enero del próximo veinte veinticinco. La mañana que saludé a Andrea le di una vueltita a toda la obra expuesta. Su buril ha crecido en propuestas. Su dedicación ha permitido que el talento crezca y ahora presenta una obra más sólida, con propuestas sugerentes. Ella es de las pocas grabadoras, ha ido abriendo espacios importantes, que ahora le son reconocidos. Te pregunté si conocés a Andrea. Tal vez no la conocés, por eso, te invito a que vayás al museo a ver su obra (ahora que estarás en casa por el periodo vacacional, y dejarás de andar de pata de chucho en Guadalajara), pero asimismo te paso esta copia de un retrato de ella que robé de su muro. Acá está la Andrea más auténtica, vestida con traje de carácter, con su delantal de chambeadora, con un tórculo de fondo. Muy coqueta, con el cabello recogido, con dos aretes de argollas, con las manos en las bolsas del pantalón, pero con el delantal lleno de pintura cerca del vientre. Este es el retrato que habla en nombre de su pasión, ella está en el horno donde los artistas grabadores cocinan su obra. Sus manitas en las bolsas, en reposo, después de la fragua, de usar el buril y las tintas para gestar la obra que ahora comparte con los paisanos y con todos los visitantes al museo, que, habrá que decirlo, son muy pocos. Uno de los retos de la nueva directora será precisamente lanzar iniciativas que hagan que el museo se convierta en un museo y no en una simple bodega de obras plásticas. Incluso, otro pendiente para Aurora será dignificar todos los espacios. Te conté que en una ocasión (¡qué pena!) hallé que uno de los cuadros de Rodolfo Morales, ¡el gran Morales!, estaba en penumbra. ¿Cómo era esto posible? Deseo que la nueva directora se distinga por dignificar el museo que lleva el nombre de una hija de Belisario Domínguez. Posdata: Andrea estaba contenta, después de varios años de no hacerlo, expuso en su pueblo. Ella ya cumplió con su compromiso moral de artista comiteca. ¡Tzatz Comitán!

martes, 17 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON OTRA FECHA SIMBÓLICA

Querida Mariana: la mañana del 15 de diciembre 2024 estuve en el parque central, mi parque, el que presto para que las autoridades y el pueblo tengan sus actos y las convivencias. Llegué como a las diez y media y hallé la alegría de siempre, frente al templo las carpas con comida, taquitos suaves, atol, carnes asadas, tamales de bola, ponche (el tiempo lo exige, aunque la mañana estaba esplendorosa, como si el verano siguiera bailando), más allá la nevera, con su carrito, ofreciendo las de vainilla y de coco. Escuché a un grupo musical que amenizaba lo que luego supe se llama “Techotón”, donde se pide a los feligreses que saquen su paguita y la donen para la reparación del techo del templo de Santo Domingo, el maestro de ceremonias insistía en que las vigas ya necesitan cambio y que Santo Domingo les pagaría con bendiciones a cambio de sus monedas y billetes. Si alguien daba un donativo de mil pesos se llevaba una piñata para la posada en su casa. Cualquiera habría pensado que estaba muy cara la piñatita, pero como era, como ahora llaman, “con causa”, de pronto el grupo musical se aventó una diana diana porque una señora se acercó con dos billetes de quinientos y los entregó. Aplausos. Regresó, muy satisfecha, con su piñata. Y en tanto los fieles se acercaban, el animador invitaba a cooperar, el trío “Cheché”, integrado por el tecladista Daniel, el baterista Juan Diego (échate un nombrecito ad hoc) y la cantante Lupita, seguían dándole con todo a la música, ritmo que hacía que la mayoría de personas que ahí estaban movieran los pies, las manos y lo demás de los cuerpecitos sandungueros. Fui al auditorio del Centro Cultural. Algunas personas organizaban un acto a celebrarse a las doce del día: una reunión de Neuróticos Anónimos. Sin duda les ha servido reunirse en este grupo porque vi gente afectuosa, con armonía. Al salir del auditorio vi un movimiento inusual: policías, gente de protección civil. Iba a preguntar, pero el templete con una lona me dio la respuesta: “Banderazo de Salida Fuerza de Reacción Inmediata Pakal. Gobierno del estado de Chiapas 2024 – 2030”, una señora se acercó y me preguntó: “¿va a venir el gobernador?”, pregunté con alguien que estaba a mi lado, vestido con un uniforme, dijo: “No sé”. Me volví hacia la señora y repetí: “no sé”. La señora sonrió, hice lo mismo. Poco a poco vi más movimiento. Mientras algunas personas se tomaban la foto del recuerdo en un sofá que está a los pies del gran árbol que Estrellita mandó a colocar, llegó un vehículo blindado con la siguiente frase en el frente: “Cero corrupción”. Y más unidades comenzaron a llegar, ocuparon todo el frente del Centro Cultural. Supe que era un acto de gran trascendencia e importancia para el pueblo y consigné la fecha: el 15 de diciembre 2024, las autoridades estatales y municipales dieron el banderazo de salida a la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal. Por el municipio estuvo el presidente municipal, el Señor Fox, y en representación del gobierno estatal Óscar Aparicio Avendaño, titular de la secretaría de seguridad del pueblo, y Jorge Luis Llaven Abarca, quien es el fiscal general del estado. Entre los integrantes del sitio de honor distinguí a mis amigas regidoras: Cristel Aguirre y Silvia Ramírez, y a mi amigo regidor Andrés Del Castillo Castellanos, como dicen los clásicos, ellos acuerparon el acto histórico. Histórico, porque en los mensajes de las autoridades estatales quedó de manifiesto la importancia del acto: “una nueva era (…) la impunidad se acabó (…) tenemos un gobernador echado para adelante (…) avanzamos en el tema de la pacificación”. Los aplausos que habían sido para el trío Cheché fueron para los funcionarios que, con sus palabras, llenaron de palomas de la paz el espacio de la fuente. La misma señora habló: “Dios quiera que así sea”, se santiguó y me regaló una sonrisa de arcoíris. Un helicóptero asomó en el cielo y se robó parte de la atención, las personas activaron las cámaras de sus celulares y siguieron tomando fotos al grupo de reacción, al movimiento de banderines de las autoridades y al paso del vehículo blindado y más de doce camionetas nuevas, de paquete, que desfilaron frente al templete oficial, con las torretas prendidas. Fue un acto protocolario rápido. A la hora que las autoridades dieron el banderazo, las campanas del templo comenzaron a sonar, no por el acto en sí, sino porque era cuarto para las doce y ya era hora del segundo repique para la misa. Las autoridades bajaron del templete, subieron a sus autos y dijeron adiós a los presentes. Posdata: en cuanto terminó el acto de banderazo, regresaron los que solicitaban paguita para arreglos del techo del templo. A las doce sonó el tercer repique, muchas personas entraron al templo y el parque, mi parque, recuperó su cara cotidiana de domingo. ¡Tzatz Comitán!

lunes, 16 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA MIRADA SORPRENDENTE

Querida Mariana: mirá este apunte. ¡Sensacional! Una mañana, la artista se paró en lo altito de Guadalupe, se sentó, recargada sobre la pared sacó la libreta de apuntes y dibujó este apunte, maravilloso, genial. En este siglo, siglo de la imagen, todo mundo puede pararse en el lugar que lo hizo la artista y, con el celular, tomar una fotografía. La artista se paró frente al espacio, con su mirada pepenó la esencia y luego con su mano realizó el boceto. Magistral, soberbio. No fue la instantánea de la cámara, fue el tiempo decantado, porque ella, en el proceso del dibujo, disfrutó lo que veía y lo que fue apareciendo en la hoja que, al principio, era un lienzo blanco. ¿Mirás en el extremo de esta foto las perforaciones de la hoja, donde está la espiral que une las hojas del cuaderno de dibujo? Debo decirte que este apunte no es único, ¡no!, nuestra artista realizó muchos más. Ella vino a Comitán, disfrutó el pueblo, se reunió con amigos, caminó el pueblo y, con el cuaderno bajo el brazo, se dedicó a hacer apuntes del pueblo. ¿Cómo es que tengo esta copia en mis manos? Ah, te cuento la historia. Mi amiga Aurorita Avendaño Román, del mero barrio de San Sebastián (aunque ahora vive por el rumbo de Nicalococ) me envió un archivo con los apuntes comitecos que realizó su amiga. ¡Ah, ya basta, Alejandro! ¿Quién es la artista que realizó este portafolio de apuntes comitecos? Te cuento lo que Aurorita me contó. Sucede que en noviembre 2024 la polaca Kalina Winska vino a Comitán. Kalina es una joven que estudió artes plásticas y es muralista. El arte es parte de su día a día y, como mirás en este boceto, es una artista con una gran capacidad para transmitir lo bello. Sus bocetos me hicieron revisitar nuestro pueblo. Su trazo tiene la magia de envolver lo cotidiano en una burbuja sin ruidos, sin alteraciones, sin la carga pesada del estruendo. La hija de Aurorita conoció a Kalina en el año 2007, cuando compartieron departamento en Alemania, país donde ambas estudiaban. Ahora Kalina radica en Seatle, USA. En noviembre se descolgó de allá y llegó al pueblo donde Aurorita la recibió en su casa. Kalina tiene en su espíritu esencias mexicanas, porque hace años, su abuela viajó a México y en su estancia también pepenó algo de nuestro carácter. Aurorita me contó que un día, en Polonia, ella y su hija estuvieron en casa de la abuela de Kalina y la abuela se sentó ante el piano y tocó “cucurrucucú paloma”, todos la cantaron. ¡Ah, qué prodigio! Una canción mexicana, interpretada al piano por una mujer polaca y cantada en aquel país, en una tarde memorable. No conocí a Kalina, pero en nombre de nuestro pueblo le agradezco su generosidad para con esta tierra, por todo lo que ha significado su amistad con nuestras paisanas y la forma en que ese puente se ha ido construyendo con un extremo en aquel país y otro en el nuestro. ¡Ah, la gran capacidad del género humano de romper fronteras para dibujar un arcoíris en los cielos! ¿En dónde están los apuntes que ella realizó en nuestro pueblo? No sé, no quise preguntar a Aurorita. Capaz que me decía: qué te importa, carota de torta. No, no, ella no me hubiera contestado así, pero como siempre soy muy penoso para meterme en vidas ajenas y respeto las intimidades, prefiero quedarme con la duda, porque pensé que estos apuntes bien podrían estar en las paredes del Museo de la Ciudad, museo que nos quedó a deber mucho, porque nuestra identidad está representada con una serie de murales en vinil, con lo que el visitante recibe una imagen plástica. Estos originales le darían realce. Es una mera idea loca. No sé si Aurorita es dibujante, pero sí sé que escribe, escribe textos bonitos donde plasma recuerdos de su infancia comiteca. Sin su permiso comparto con vos la descripción que hizo de la visita de la polaca Kalina: “…salía a caminar y se sentaba a pintar algunos rinconcitos de nuestro Comitán. Ella regresaba muy animada contándonos que muchas personas se le acercaban curiosas a ver qué hacía, y otras curiosas por su gran altura y su fisonomía muy distinta por su color de piel tan blanco y sus lindos ojos claros (…) se llevó recetas de lo que le llamaba la atención en las comidas que jamás había probado…” Posdata: ¿mirás que el puente continúa, se intensifica? Ya imagino a Kalina, con el mandil, preparando algún guiso comiteco, en tierras norteamericanas o polacas. ¡Tzatz Comitán!

domingo, 15 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN TEXTO ESCRITO POR EL MAESTRO JORGE GORDILLO MANDUJANO

Querida Mariana: los hijos, nietos y nietas suben las fotos de recuerdo del Maestro Jorge. Como vos preguntaste acerca del texto que el Maestro publicó en la revista “Papel de china”, que creó mi amigo Paco Flores, te paso copia, porque acá también hallarás su rostro limpio. “Papel de china. ¿Por qué de china?, le pregunté curioso a mi papá. Quería saber por qué este papel (tan bonito), diferente a las hojas de mi cuaderno, que había de tan vistosos colores (de todos, también verde), le decían de china. “Mi padre me dio una amplia explicación: que un chino: Tsuan Lun, en el siglo 111 de nuestra era, lo fabricó por primera vez, con seda, trapos y cortezas; de los chinos lo aprendieron los árabes y difundieron su técnica en España. Tal vez a este papel se le conoció como de china, en memoria de China, cuna del papel (aunque la paternidad del papel la reclaman también los egipcios). Toda la perorata de mi padre me sirvió para nada. “Mi padre era maestro rural. Por estas fechas trabajaba en la colonia Hermenegildo Galeana, del municipio de La Independencia. “Esa tarde estaba muy ocupado en los preparativos del desfile del 16 de septiembre. En ese entonces el maestro rural cumplía al pie de la letra los ideales del ilustre pedagogo Rafael Ramírez: debía vivir y convivir en la comunidad donde prestaba sus servicios. Tal hacia mi padre: peregrinábamos junto con él en las diferentes colonias (ejidos recién constituidos) donde le tocaba trabajar. Habitábamos una casita anexa al edificio escolar (si edificio pudiera llamarse una casona con techo de zacate, paredes de bajareque y piso de tierra). Yo lo vi, muchas veces, actuar como juez, como médico, como sacerdote, etc. La vida de la comunidad se desarrollaba siempre en torno del maestro y su familia. Había que ver y admirar aquellas "veladas” del 10 de mayo y del 15 de septiembre. Las principales, en las que mi padre se convertía en director de teatro; mi madre era coreógrafa y maquillista y mis hermanos primeros actores que encabezaban un brillante elenco conformado por rudos campesinos, que al parecer sólo sabían manejar la coa o el azadón. Atanasio, Rogelio y Braulio, son algunos nombres que recuerdo. “El desfile de ese año sería muy especial. Era el año 1945. Acababa de terminar el sexenio de la guerra, la Segunda Mundial en la que México también había participado con el escuadrón 201, del cual formó parte (porque somos muy metiditos) un valiente comiteco: Luis Mandujano Gallegos (El Pichón). Alboreaba un nuevo día que la gente anhelaba fuera eterno. Ese 16 de septiembre, los niños y los mayores pasearíamos nuestro lábaro patrio por los callejones lodosos de Galeana, un diminuto punto en el universo, imperceptible a los ojos de los hombres, engrandecido a la vista del Señor, dueño de la vida y autor de la paz. “El engrudo de almidón ya casi se hacía bolas. alguien había dejado de menearlo. Una vez que alcanzó su grado de viscosidad, empezó el trajín: todos teníamos ya las reglillas de tejamanil de 3/4 de vara (unos 63 cm) que servirían de astas a nuestras banderitas. De antemano, mi padre, en uno de sus viajes a Comitán, había comprado en la tienda de doña Mariana, varios cuadernillos de papel de china, verde, blanco y rojo, en igual número. Con tijeras, cuchillos, y hojitas de "shilet'' (así les llamábamos a las navajitas de rasurar de marca GILLETE) se hacían los cortes. Cuando a mí me falló un corte y eché a perder un pliego de papel encontré la explicación de por qué se llama papel de china. Quise esconder disimuladamente el pliego que había inutilizado. Con mucho cuidado lo jalé para dejarlo bajo la mesa, pero un sonido desagradable y estridente me delató. Mi padre me vio con una mirada interrogante. Quise ocultar más mi delito y ayudado de mis piernas lo estrujé para disminuir mi culpa. En ese momento, mi padre, con severa palabra, me increpó: ¿Qué es eso que rechina? “Es el papel, papá, es el papel”. “Y pensé en mis adentros: "Tal vez porque es de china, rechina. Eso es, ahí está la explicación". Y jamás volví a preocuparme de este asunto. “Sin embargo, desde aquellas tardes en que con mi padre hacíamos banderitas, este papel delgadito, translúcido, multicolor, me trae gratos recuerdos. Lo he observado en vistosos cortinajes adornando altares y tumbas; en papalotes que surcan el aire en un intento de rivalizar con las estrellas; en guardianes de afectos primorosamente calados; o envolviendo cariño en los días de santo. ¡Cómo me entristece que el papel de china de todos colores (y también verde) ya no presida las fiestas patrias como antaño alternaba con laurel en los templetes! ¡Papel de china! ¡Cómo te añoro! “Aunque el papel de china haya caído en desuso, ahora esta revista ha vuelto a inquietarme. ¿Por qué de china? ¿Puede usted, amable lector, despejarme esta incógnita?” Posdata: hasta acá el texto escrito por el Maestro. La palabra permanece. Hoy, él ya no está físicamente con nosotros, pero su voz sigue luminosa, soberbia. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 14 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON PREPARATIVOS

Querida Mariana: el año 2025 está a la vuelta de la esquina, y la esquina está acá nomás, a la vuelta. Tía Eugenia dijo el otro día: “el año se fue volando” y yo traté de ver hacia el cielo. Los años se van volando. Existe una certeza, conforme uno envejece los años pasan más rápido. Esto nada tiene que ver con la teoría de Einstein acerca de la Relatividad del Tiempo, ¡no!, esto es una percepción psicológica, en la mente, el tiempo tiene una dimensión diferente a la que tienen los niños y niñas. Los niños y niñas esperan con ansias la llegada de la navidad para recibir regalos y la temporada navideña tarda mucho en llegar; los niños y niñas esperan con ansias la llegada del día de su cumpleaños para recibir abrazos y regalos y el día se tarda en llegar. Los viejos, en cambio, cuando vienen a ver ya se topan con otro cumpleaños. La tía Eugenia dice: “ya no quiero cumplir años”, pero la vida no le hace caso y su cumpleaños llega puntual, eficiente, y así será hasta el día de su muerte. El año 2025 ya se acerca, ya está asomando su carita de niña inquieta. Comitán lo espera con gran emoción, porque, al lado de otros festejos, celebrará el primer centenario del nacimiento de la gran comiteca, tal vez la más grande, la escritora Rosario Castellanos. Recordá que Rosario nació el 25 de mayo de 1925, el 25 del 25, en la Ciudad de México, pero pichita (de tres meses de edad) su papá César Castellanos y su mamá Adriana Figueroa la trajeron a Comitán y Rosario vivió acá toda su infancia y parte de su adolescencia, acá aprendió a leer y a escribir, acudió a una escuelita particular (donde maestras solteronas impartían clases por un módico pago) y luego estudió en la Secundaria donde su papá, el ingeniero César Castellanos Castellanos, fue director. Como ves, Rosario vivió los años decisivos en nuestro pueblo, por eso, ella siempre se asumió comiteca, porque acá pepenó las raíces, conoció las virtudes y los defectos de este pueblo, y estas esencias están reflejadas en su obra literaria, obra que le valió ser considerada como la mejor escritora mexicana del siglo XX. Pucha, ¡nadita! Por ello, en el 2025 se celebrará el cumpleaños 100 de Rosario, habrá celebraciones en todo México, en muchas partes del mundo y especialmente en Comitán. Por supuesto, su tierra hará guateques sensacionales. El otro día platiqué con nuestro presidente municipal, el Señor Fox, y me dijo que habrá festejos importantes en nuestra ciudad. Nuestros paisanos, el diputado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, presidente de la mesa directiva del Congreso del estado de Chiapas, y la diputada Roselia Jiménez Pérez, el 12 de diciembre de 2024 presentaron la iniciativa, que fue aprobada, para nombrar el año 2025: Año de Rosario Castellanos Figueroa. ¿Mirás qué momento tan glorioso? Veinte días antes del inicio del año, todos los diputados asistentes votaron a favor de la iniciativa y desde el primer segundo de enero de 2025, todo Chiapas vivirá el año que honrará a nuestra distinguida paisana. Nuestro diputado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, como dicen los entendidos, trae el tema desde tiempo atrás. Él es una persona que reconoce el valor de la cultura y del arte, así que ya colocó, al lado de los diputados y diputadas de Chiapas, el nombre de Rosario para que, en forma oficial, tenga presencia en todo momento del 2025. Pero hubo más, porque ese mismo día, en el mismo recinto, hubo una reunión donde se instaló la Comisión de Festejos del Centenario de Rosario Castellanos Figueroa, acto que fue presidido por nuestra amiga Angélica Altuzar Constantino, actual directora del Coneculta Chiapas. El destino le reservó un lugar de privilegio a Angélica, para que sea ella quien, desde lo oficial, se encargue del fastuoso guateque en honor a Rosario Castellanos. Angélica es muy talentosa y, sin duda, realizará una labor digna. La directora de Coneculta dijo que la instalación de la Comisión fue “el principio de lo que serán los festejos del nacimiento de Rosario Castellanos”. Lo que digo, querida mía, el veinte veinticinco está a la vuelta de la esquina y ya el gobierno de la nueva ERA comenzó a caminar hacia la celebración, con bombo y platillo. Así debe ser, Chiapas será foco de atención del mundo, en forma particular lo será Comitán, la tierra que acunó los sueños de grandeza de Rosario Castellanos. El otro día vi una publicación en el Facebook donde mi admirada Ethel Krauze estaba al lado de José Luis Ruiz Abreu y las escritoras chiapanecas Socorrito y Marissa Trejo Sirvent y comentó que en la plática asomó el tema del cumpleaños de Rosario y los festejos que estaban preparando. ¿Mirás? Todo mundo intelectual está ya caminando sobre la senda del guateque cultural. Decimos que Comitán deberá ser declarada la Capital del No Regateo, por lo tanto, las autoridades federales, estatales y locales, no deberán regatear la celebración de los cien años de Rosario, que en esta ocasión sea un festejo brillante, de lujo, que Chiapas tire la casa por la ventana, ya que la ventana luminosa que Rosario abrió fue una ventana que mostró la grandeza de nuestra casa. Que haya mucho confeti, mucha marimba, que haya muchas manifestaciones artísticas, que las autoridades apoyen y respalden las propuestas de toda la comunidad intelectual de Chiapas, que se entienda que el festejo es popular, es de todos, porque Rosario es de todos, no sólo de la cúpula de la oficialidad. ¡Qué actos tan grandes! Me emociona saber que las autoridades ya están en la esquina, no esperan que llegue el 2025, ya están actuando, ya están “manos a la obra”, corazón y mente en la construcción del gran festejo. Que no haya regateo, que todo se celebre con la dignidad que merece la vida y obra de nuestra paisana, que su pueblo se distinga por el festejo tan fastuoso, que el mundo se entere que nuestro Comitán se siente honrado por haber sido la cuna de tan maravilloso personaje. Rosario, lo hemos dicho, ha sido, hasta el momento, la persona de más relieve del pueblo, ella, a través de su genio literario, colocó el nombre de nuestra tierra Balún Canán en todo el mundo, ningún otro comiteco o comiteca logró tal prodigio. En cuanto llegue el año veinte veinticinco que es el año cien de la escritora, todo Chiapas despertará en el Año de Rosario Castellanos Figueroa, y a partir de ese momento comenzarán los festejos. Al lado de las campanadas de inicio de año sonarán las campanas que anunciarán la llegada de un año portentoso para Comitán. Muchas voces han insistido en la conveniencia, en la certeza, de que el festival que año con año se realiza en Comitán en honor a Rosario Castellanos debe tener como eje rector a la literatura, si en Salzburgo que se realiza en honor a Mozart tiene como esencia la música, lo correcto es que el festival de Rosario tenga como esencia a los libros y a la lectura. Vi con emoción que la FIL de este año estuvo dedicada a España y comprobé cómo muchos escritores y escritoras de aquel país conmovieron a muchos lectores. Estuvo, vos lo sabés, entre muchos otros, Rosa Montero y, es en serio, estuvo Irene Vallejo, la gran escritora que escribió el libro más importante del año veinte veinticuatro: “El infinito en un junco”, librazo de excelencia. Le pedí a Angélica que cuando viniera al pueblo me permitiera platicar con ella diez minutos, no más. La oportunidad no se ha dado, pero el día que pueda estar con ella le sugeriré (aunque sé que ella ya lo tiene en su agenda) que Irene venga a nuestro pueblo. ¿Imaginás lo que eso significaría? Cientos de personas de la región vendrían a Comitán para escuchar la voz de tan luminosa estrella. La presencia de Irene sería una de las nueve estrellas que Comitán debe colgar en el cielo en el cumpleaños cien de Rosario. El maestro de la comunicación Iván Ibáñez siempre ha insistido en la presencia de grandes autores y autoras del mundo literario, que vengan los pesos pesados a esta gloriosa tierra. El guateque por el cumpleaños cien de Rosario Castellanos es la gran oportunidad. Que no haya regateo, de lo contrario estaremos mostrando una medianía que no corresponde a la grandeza intelectual de este pueblo. Posdata: el año veinte veinticinco ya está a la vuelta de la esquina, por fortuna, muchas personas ya están preparando el gran festejo. ¡Bien! ¡Tzatz Comitán!

viernes, 13 de diciembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNAS MANOS

Querida Mariana: acá está el Maestro, así con mayúscula. Pasé a saludar a mi amigo el doctor José Ramón y, generoso como siempre, me obsequió esta fotografía, que él tomó. José Ramón capturó el instante, el tiempo fugaz donde el Maestro posó su mirada en una fotografía. A mí, lo sabés, me seduce ese juego misterioso donde una ventana abre hacia otra ventana. Acá hay un instante, pero están concentrados muchos otros. José Ramón me contó que el Maestro, al ver la fotografía, señaló lo más evidente, la presencia de los familiares de Tío Jul congregados ante su fotografía. ¡Otra ventana! Generaciones unidas con una rama familiar y una cinta que continúa la empresa que fundó. Esto es lo más visible, pero José Ramón me contó que el Maestro le transmitió, con palabras, lo que su mirada diseccionaba: un mantel y una reja de papel de china, las ollitas de barro y otros elementos de nuestra identidad. El Maestro los nombró uno a uno, porque sabía que cada objeto es, asimismo, una ventana. Nombró el papel de china. Cuando José Ramón me lo dijo, mi espíritu escuchó el sonido del papel al doblarse para servir de envoltura de un regalo, a la vez recordé (y si Paco Flores me oyera, también él recordaría la revista que creó con ese nombre) un texto que el Maestro compartió, donde hablaba de sus recuerdos de niño, con respecto al papel de china. Texto prodigioso, porque el Maestro escribía en forma pulcra, culta, inteligente. Ah, cuántos ex alumnos lo recuerdan en sus cátedras de etimologías griegas y latinas. Dije escribía, porque ya jamás volverá a sentarse ante su escritorio para tomar la pluma y el cuaderno; ya jamás volverá a pararse en el estrado de un salón frente a un grupo de estudiantes; ya jamás entrará al templo de San Sebastián o al de Santo Domingo o al de San José, que le quedaba a la vuelta de su casa; ya jamás volverá a nombrarse Francesco, porque Jorge se reinventaba en honor a San Francisco de Asís, era devoto del santo. Ya jamás volverá a sentir la textura frágil, fragilísima del papel de china, papel que usan los que construyen los papalotes. Los sabios reconocen que ese papel frágil es el que permite el vuelo del papalote, la materia más frágil es la que otorga la grandeza de la Ascención. El Maestro ya no volverá a tocar la violineta, y ya nunca, nunca más, romperá la reja de papel de china en el día de su cumpleaños (13 de diciembre). Ahora, su esposa, sus hijos, los nietos, las nietas y las nueras (¡ah, Verito!), tomarán el papel de china, doblado, con ambas manos lo sostendrán en su pecho en busca de alivio, de consuelo. El papel de china quedará para siempre en sus corazones. El Maestro y José Ramón estuvieron juntos una noche, en San Caralampio. José Ramón, también sabio, supo que debía conservar el instante en su corazón, tomó el celular y sin que el Maestro lo advirtiera accionó la cámara para hacer eterno el instante. Hace dos o tres días, el Maestro abrió la ventana del misterio y con sus alas de papel de china voló hacia la eternidad. Acá lo seguimos amando, lo haremos hasta donde el cordel alcance. José Ramón lo honró con este espléndido instante gráfico, con esta cinta que enreda el recuerdo y el corazón. Posdata: descanse en paz, ¡el Maestro! ¡Tzatz Comitán!