miércoles, 4 de diciembre de 2024
CARTA A MARIANA, DESDE LA FERIA DEL LIBRO DE GUADALAJARA
Querida Mariana, un escritor comiteco estuvo en la FIL 2024. En ocasiones anteriores paisanos y paisanas han participado en la gran feria del libro de Iberoamérica. Este año, me dio gusto saber que mi querido Quique Robles estuvo en Guadalajara por invitación de la UNICACH (Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas). Los comentarios estuvieron a cargo de dos funcionarios de dicha universidad: Ricardo Hernández Sánchez y mi amigo Rafael de Jesús Araujo Sánchez.
El stand J 19, recibió al comiteco, quien (te he contado) es experto en Derecho, disciplina de la cual ha escrito varios libros, pero en la FIL presentó su libro “Qué pensás que estoy contando. 20 cuentos comitecos”.
Recordá que he dicho que Comitán, nuestro pueblo, poco a poco se acerca a ser reconocida como la Capital del No Regateo, la ciudad que reconoce a los comitecos y comitecas de valía. No regateamos nuestra admiración ni nuestro apoyo.
Mi compa Quique fue a la gran feria del libro y nos representó con la gallardía pícara que este pueblo siempre ha demostrado. Igual que lo hizo en la Feria del Libro 2024 de la UNACH, en Tuxtla y en Comitán, en Guadalajara despertó sonrisas, risas y carcajadas entre la audiencia.
Me dio gusto escuchar y ver, desde Comitán, su participación en Guadalajara. Rafa Araujo dijo al final que le daba gusto conocerlo “desde Comitán en Guadalajara”. La ciudad hermosa de Jalisco fue el punto de confluencia de la inteligencia y de la creación. Llegaron escritores, editores y lectores de todo el mundo. Cada año, las estadísticas nos dicen que acuden más de ochocientas mil personas. En este año, una de esas ochocientas mil personas fue mi querido amigo y acudió como escritor.
Ah, la verdad es que cuando acudimos a Ferias de Libros, en la Ciudad de México, en la segunda mitad de los años setenta, del siglo XX, jamás pensó que un día se presentaría como escritor en la feria del libro que tiene el segundo lugar en trascendencia a nivel mundial. No, en ese tiempo éramos simples y enormísimos lectores, amábamos tanto la lectura que separábamos algunos pesos destinados a las caguamas y las botanas, para destinarlos a la compra de libros de cuentos y de novelas. Él leía libros de códigos judiciales y yo libros con circuitos eléctricos, pero la mayor pasión estaba en la literatura.
Quique ha sido un avezado lector, desde siempre, aparte de mil y una vainas coincidentes, la lectura ha sido un río común, que ha regado nuestras orillas espirituales. De los compas de la palomilla sólo él y yo hemos sido fieles practicantes de la lectura, y el pasado 2 de diciembre 2024 estuvo en la tierra del tequila y de mujeres bellas, que en 2005 fue nombrada como la Capital Americana de La Cultura. Pucha, nadita, ahí estuvo Quique.
Sin regateos, reconozcamos su dedicación a la cuerda de la creación, cuyo mushuc está enterrado en la identidad comiteca.
Al final de la presentación, con el regusto de haber escuchado cuentos comitecos pícaros, apareció la certeza de que su trabajo literario preserva la riqueza cultural del lenguaje. Como dije el otro día, Carlos Fuentes aseveró que el compromiso del escritor se concentra en el lenguaje y en la imaginación. Quique está cumpliendo. Felicidades. Que nadie regatee su mérito.
Posdata: bueno, no sólo leíamos y echábamos cerveza, en los años setenta, también íbamos a ver fútbol y béisbol, también íbamos al teatro y al cine a ver películas de arte y eróticas, también viajábamos y soñábamos, pero, seguro, en sus sueños no estuvo la escena de estar como autor en el Pabellón Chiapas. Hay sueños que no se cumplen y hay otros que llegan como arcoíris.
¡Tzatz Comitán!
martes, 3 de diciembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON UNA POSTAL
Querida Mariana: mi hermana Esther me envió esta fotografía. Lo que se ve es Comitán. Ella vive en el Estado de México, pero es una enamorada de nuestro pueblo, porque fue el pueblo donde vivió su papá, nuestro papá Augusto, y donde ahora radica su hermanito lindo, o séase yo.
Ya te conté que ella está pendiente de todo lo que sucede en el pueblo, ve los videos que suben paisanos y las fotografías que muestran el Comitán de hoy.
Mi hermana Esther Molinari Rico leyó la carta que te mandé donde se ve Comitán desde el restaurante “Tarima”, que está en el cerro de La Piedra de La Ametralladora (barrio de San Miguel). La vista desde la “Tarima” es realmente espectacular. Algunos amigos y amigas me dijeron que desde El Mirador también se tiene una vista espectacular de nuestro pueblo.
Bueno, pues esta fotografía que mi hermana rescató del baúl de sus recuerdos fue tomada desde El Mirador. Fue una mañana luminosa, pero con un poco de bruma, así que el valle no se ve completo, pero sí podés distinguir el templo de La Cruz Grande, que es la construcción de blanco con su torre que aparece en el lado izquierdo. ¿Ya la identificaste?
La foto tiene su historia, como lo tienen todas las fotografías del mundo. Esta fotografía fue tomada con una cámara analógica, una Kodak sencilla. Ni en sueños se pensaba en las cámaras digitales de hoy. Comparto con vos la foto, porque da idea de cómo era Comitán.
Hijos de mi hermana viajaron a Tapachula y aprovecharon darse una vueltita para saludar al abuelo Augusto, mi papá los recibió y en su vochito gris claro los llevó a conocer algunos lugares. Por ahí ahí hay testimonios de una capilla (pudo ser la del Niño Fundador) y unas más del Mirador. ¿Cuándo sucedió este encuentro maravilloso del abuelo con los nietos? En diciembre de 1981. ¿Mirás? Estoy hablando de una cinta de más de cuarenta años, ¡ah!, cuánta agua ha corrido en todos los ríos del mundo. Muchos ríos han perdido la claridad de sus aguas, por fortuna, el río del afecto de nuestra familia sigue cristalino, bello.
Una mañana de 1981, mi papá y mis sobrinos subieron al Mirador y vieron lo que ahora comparto con vos.
Si ves con atención mirarás que hay dos caminos (en realidad son tres, porque uno pasa frente al templo). El camino más largo corresponde a la carretera que une Comitán con San Cristóbal y el otro camino más breve es el que sube al Mirador.
Si ahora subieras al Mirador verías todos los cambios que se han dado en estos cuarenta y tantos años (cuarenta y tres), comenzando con el más obvio: el bulevar. En ese año la carretera era de voy y vengo de dos carriles. Ahora son cuatro carriles con un hermosísimo camellón lleno de flores, orgullo del pueblo. Los comitecos y comitecas aseguran que es el bulevar más hermoso de Chiapas, es el abrazo que damos a los visitantes y el adiós venturoso para quienes abandonan el pueblo. En 1981 no existía el bulevar. Hay voces que aseguran que el bulevar inició en 1983, cuando el paisano Absalón Castellanos era el gobernador de Chiapas, esto asegura mi querida amiga Estela Alfonzo. Si la información es correcta debemos agregar otra estrellita al general, porque realizó varias obras relevantes en el pueblo. Basta mencionar la Unidad Educativa Balún Canán, donde está la Escuela Secundaria 14 de septiembre de 1824 y el DIF municipal y la creación de la Biblioteca Pública Regional Rosario Castellanos, institución donde fui el primer director, gracias a la invitación que me hizo el admirado Gonzalo Ruiz Albores. ¡Ah!, cuánta agua ha corrido en las calles y avenidas de Comitán.
Sí, tenés razón, querida Mariana, la foto no ganaría ningún concurso, pero es un documento inédito y agradezco que mi hermana me la haya compartido, para compartirla con vos y para reflexionar un poco en lo que Francisco Domínguez insiste: en muchos baúles hay documentos gráficos que son piezas importantes para armar nuestro rompecabezas colectivo. Como mirás no sólo hay fotos en los álbumes de los comitecos y de las comitecas, sino en álbumes de otras partes del país y del mundo; es decir, estoy hablando de las personas que por algún motivo visitaron nuestro pueblo en el siglo XX, tomaron la foto del recuerdo y están conservadas en algún baúl. Mi hermana ya contribuyó con un ligero cachito para armar el rompecabezas del pueblo que ama tanto, con el mismo afecto con que a ella la quiero yo.
Posdata: si hacemos un ejercicio de comparación veremos cómo se ha ido transformando esta parte del pueblo. En los años ochenta no había la contaminación visual que hoy padecemos.
¡Tzatz Comitán!
lunes, 2 de diciembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON UN RECUERDO
Querida Mariana: “¿te acordás?”, es la pregunta que escucho con frecuencia. Esta pregunta lleva una carga de años que pesa más que un costal lleno de café. La pregunta se refiere a un tiempo pasado y, se entiende, ese pasado no es inmediato. Incluso, la pregunta: ¿te acordás?, conlleva una pesa de esas que se usaban antes en las tiendas para dar completo el kilo de azúcar. Se sabe que la memoria es endeble. Me ha tocado contrastar recuerdos con gente de mi generación y he comprobado que si hablamos de un suceso único las versiones son diferentes. Soy, lo sabés, de memoria pichancha, jamás he sido memorioso, admiro a quienes sí poseen ese don, pero, cuando tengo un recuerdo bien sembrado en mi mente, sé que así fue, y no como cuentan los otros. ¿Por qué hay recuerdos que tienen diversas versiones? ¿Qué sucede en las mentes que “inventan” sucesos, que le dan otra cuerda?
Los científicos han explicado que hay sucesos que nos impactan más que otros y esto hace que el recuerdo tenga momentos inolvidables, precisos, y otros que son nebulosos, incluso ¡falsos!
A veces escucho a una amiga que cuenta algo que vivimos ambos y su recuerdo no coincide con mi versión. ¿A quién creerle? Yo, como dicen los chavos, le doy el avión, pero sé que ese avión vuela por un cielo que no corresponde a lo sucedido, no hace justicia a la verdad.
Bueno, acá es inevitable recordar lo que el famoso Gabo García Márquez, Premio Nobel de Literatura, dijo en una ocasión: “la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda”. Podría parecer una mera declaración, pero el sentido va mucho más allá. ¿Tuvo razón Gabo? ¿De verdad la vida no es lo vivido sino lo recordado? Acá entramos a otra habitación: la de la invención. Los expertos también nos explican que los mentirosos, los grandes inventores de falsedades, son, a la vez, prodigiosos memoriosos, porque lo que se sacan de la manga, el invento instantáneo, deben volverlo parte de su vida, para que la historia siempre sea la misma.
En el pueblo hemos tenido gente brillante, con una memoria sorprendente. Recuerdo a Doña Lolita Albores, que cantaba cancioncitas que aprendió en el kínder. ¡Dios mío! Muchas otras personas, las desmemoriadas, dicen: “ah, cómo podés pensar, no recuerdo lo que hice ayer, menos lo de tiempo atrás”.
¿Te acordás?, dice el amigo y cuenta. En sentido estricto no habría necesidad de la pregunta, porque su plática da cuenta precisa de “su” recuerdo. A veces me quedo sorprendido por lo que escucho y pienso que eso no fue cierto, que su memoria lo engaña, pero como dijo Gabo: somos los grandes inventores del mito, de nuestra vida.
Te conté que en una ocasión, mi amigo Fer, compañero de la primaria, dijo que recordaba (como si hubiese sido ayer) el momento que el presidente de la república, Díaz Ordaz, vino a Comitán a inaugurar el nuevo edificio de la Escuela Primaria Fray Matías de Córdova (edificio actual), momento en que yo había sido el alumno elegido para dar el mensaje de bienvenida. ¡Dios mío! No se burlaba, me lo decía convencido de que él había visto que yo me paraba frente al micrófono y soltaba mi rollo. ¡Falso! Ya te conté que ese día histórico, el maestro Víctor, director de la escuela, me comisionó que fuera al Hotel Los Lagos y cuando llegara la comitiva corriera a avisarle: ¡ya viene el presidente, ya viene! Eso fue lo que hice al correr a media calle, en medio de las vallas de alumnos de todas las escuelas, como era un niño gordo, medio mundo se burló de mí y fui motivo de sus puyas, pero yo, cumpliendo mi misión, no dejé de avisar que el presidente ya había arribado a Comitán y pronto pasaría por ahí. Al llegar a mi escuela busqué a mi director y le avisé. ¡Había cumplido mi encargo! ¡Había sido el elegido, entre cientos de alumnos, para cumplir una importante misión! ¡Había sido el Hermes comiteco y había cumplido a cabalidad! Ah, qué momento tan brillante en la historia de este pueblo, pero mi amigo Fer me vio dando el mensaje frente al micrófono y no acezando a media calle, la calle donde estaba mi casa, porque, sí, el presidente de la república pasó frente a mi casa, un día de 1968.
Posdata: los seres humanos olvidamos muchas cosas, los expertos dicen que eso es una ventaja, de lo contrario, nos resultaría imposible vivir cargando esos enormes costales llenos de tanta luz y de tanta mierda. Somos selectivos para los recuerdos, los mayores critican a algún amigo que se hace el olvidadizo, dicen: “recuerda sólo lo que le conviene”. ¿El recuerdo es convenenciero?
Te mando una foto mía, lo hago sólo para que me sirva de recordatorio de cómo andaba mi cara una mañana de noviembre de 2024. ¿Me mandás una foto tuya? ¡No el pack! ¡No! De tu carita nomás.
¡Tzatz Comitán!
domingo, 1 de diciembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON EL DÍA QUE EL TEC SE APROPIÓ DEL PALACIO MUNICIPAL
Querida Mariana: el maestro Mario Enrique fue testigo, yo iba a comprar unos chinculguajes al mercado cuando vi una multitud posesionada del corredor principal del edificio de la presidencia. Pregunté qué sucedía y me dijeron que estudiantes del Tecnológico de México, campus Comitán, presentarían proyectos, algunos de los cuales han ganado primeros lugares a nivel nacional. Supe entonces el porqué de la marabunta juvenil. Una maestra dijo: “estamos haciendo un desmadrito”, pensé que el país sería otro si este tipo de desmadres se diera en toda la nación, porque los chicos y chicas se veían animados, felices, contentos, preparando las mesas para colocar sus propuestas y esperar la visita de las personas que llegaran al argüende.
Fue una toma pacífica, armoniosa, divertida, inteligente. Los chicos y chicas se adueñaron del palacio municipal (es un decir, sólo estuvieron en el frente) para compartir con la comunidad el conocimiento que abrevan en las aulas, a través de la Expo Proyectos 2024.
Paty Cajcam iba rumbo a la oficina, la llamé por el celular, le dije que me alcanzara en el palacio municipal: tu escuela presenta proyectos. Recordá que nosotros, en Arenilla, nos sentimos muy orgullosos de la Paty Cajcam, porque ella es egresada del Tec de acá, fue el primer lugar de su generación, fue el primer lugar de aprovechamiento de toda la escuela. Pucha, ¡qué orgullo! Mientras llegaba fui al mercado a cumplir con el cometido: comprar chinculguajes. Fui a dejar mi compra a la oficina y regresé al parque central. Presencié el acto inaugural, el regidor, mi amigo Alejandro Caballero Pinto dio el mensaje de bienvenida y luego la maestra Lucina Guillén González, subdirectora del plantel, hizo uso de la palabra. Luego, la foto del recuerdo, acá me trepé sobre una banca para captar el instante, estuve al lado de fotógrafos profesionales. Saludé a Paco Torres Vera, director de planeación, y a Paula Alejandra Cancino Guillén, directora de comunicación.
Paty llegó e hicimos un recorrido por todas las mesas donde chicos y chicas, en forma muy atenta y gentil, explicaron sus proyectos. Ah, conocimos de todo. Dije que algunos de estos proyectos han sido premiados con primeros lugares en actos nacionales. Por ejemplo, conocimos a Isofía Belén García Solís, una chica que me tapó la boca, porque a cada pregunta que le enviaba ella tenía una respuesta satisfactoria. Ella nos explicó el proyecto Shafel, que consiste en aprovechar al máximo los desechos textiles. Digo que cuando quise ponerle el pie para que tropezara y le pregunté qué sucedía cuando la pieza refacturada se quedaba inservible, ella me mostró un muñeco y me dijo que el relleno lo habían hecho con los desechos. Uf. Genial. Me encantó que su proyecto estuvo bien pensado y mejor presentado. Por eso fueron reconocidos a nivel nacional.
Muchos proyectos fueron presentados, todos muy interesantes. Me acerqué con mi amigo Juan Diego Hernández y le dije que me encantaba el proyecto de su equipo: “Copiteco”, porque era de chupe. Fuera de broma, me encantó la propuesta porque es un rescate de las famosas “lechitas”, que en los años sesenta era costumbre repartir entre los invitados a un guateque. Pero, si de chupe hablamos también estuvimos frente a la mesa del güisqui Tenam, que está hecho con maíz y el destilador es Don Carlos Guillén Gordillo. Pero, bueno, no sólo trago presentaron los chicos y chicas del Tec, ¡no!, hubo también pan sin azúcar, bebidas naturales, repelentes de pulgas para chuchitos, incubadora de huevos, una banda transportadora y llenado de café, un repelente de zancudos (que me obsequió la subdirectora, para evitar el piquete de esos cabrones mosquitos que dan el dengue). Platicamos con mi amigo Hugo Alberto Cancino Sánchez, quien al lado de su equipo, presentaron el Proyecto Chicatana (tzisim) Protein. Como Hugo Alberto tiene cuerpo de gym presumía con los alumnos y alumnas que estaba así por consumir la proteína y alzaba los brazos y mostraba sus bíceps. ¿Quieren estar así?, preguntaba, y los chicos asentían. ¡Ah, todo un maravilloso relajito! Una convivencia maravillosa, una muestra del talento de los chicos y chicas de este pueblo maravilloso.
Posdata: terminamos el recorrido y le dije a Paty que volviéramos a la oficina, porque andamos en la última revisión de nuestro siguiente número de Arenilla. Al llegar, le dije que hiciéramos una pausa en el trabajo y le entramos con fe a los chinculguajes.
¡Tzatz Comitán!
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