sábado, 29 de septiembre de 2007

La Directora del "Expreso Chiapas" da por concluido el tema, de manera pública.

Hoy me llegó un correo de Leticia Hernández, Directora del "Expreso Chiapas", con la copia que a continuacíon trascribo.


Respuesta de la directora a Arcadio Acevedo

Sr. Arcadio: Te respondo con relación al texto que envías en tu derecho de réplica y que textualmente dice así: “Le recuerdo: usted me citó con urgencia en la cafetería del Hotel María Eugenia. Usted me pidió aminorar el tono de mis críticas, pues Jacobo Elnecavé la había llamado desde Acapulco (el mismo día que Sabines Guerrero dejó plantados a los periodistas invitados por él a un desayuno) amenazándola con retirarle el convenio publicitario.”

Efectivamente platicamos sobre el tema, y no te pedí que aminoraras el tono como lo afirmas. Te dije que como todos los medios de Comunicación escritos, Expreso Chiapas tiene una relación comercial con el gobierno de Chiapas, y si tú considerabas conveniente seguir con tus críticas, adelante; hasta que tocara fondo, y si había necesidad de cerrar, “cerramos”. Tu respuesta fue de enojo y te retiraste, de eso hace ya varios meses.

Seguiste publicando tu columna Minifaldas con temas adversos al candidato a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, Jaime Valls durante más de 30 días —está documentado.

Y en el caso Valls, encargados de la difusión sostienen que las “críticas infundadas que hiciste, fue porque en su momento no contrataron espacios publicitarios en un semanario del cual eras director”. Te pregunto: ¿de cuál censura hablas?, si tus textos, como tú señalas, “nunca han sido por el lado consentidor”.

Con relación a desenterrar recuerdos, en tu texto que dice así: “Lo digo porque, desenterrando recuerdos, ya una vez anterior me acusó usted, falsamente, de cobrar ¿10 mil pesos? en el Tribunal Superior de Justicia. Luego se sabría que se trataba de una argucia suya para deshacerse laboralmente del columnista incómodo. Si ese el caso ahora, no entiendo por qué darle tantas vueltas a la línea recta.”

Te respondo: es falso. Hasta ahora me entero de tus recuerdos guardados. Ese asunto, Arcadio, fue en los primeros años de Expreso Chiapas, y en nada tuvo que ver con tu trabajo profesional ni mucho menos con censuras. Tú sabes por qué fue, que ni caso tiene ventilarlo. En ese tiempo amenazaste con demandar laboralmente a Expreso Chiapas y tú fuiste quien determinó el pago de tu liquidación, de eso tengo documentos, ¿te acuerdas?, está tu firma.

Y en cuanto a mi conciencia, te digo que está muy bien, no tengo depresiones ni insomnio.

Por otro lado, te comunico que Expreso Chiapas no será rehén de tus problemas o desavenencias personales que tengas con funcionarios gubernamentales.

Por último, señor Arcadio, doy por terminadas cartas o réplicas. Y cualquier asunto profesional con la empresa, lo puedes venir a tratar de frente y no con textos “amañados”.

Leticia Hernández Montoya

Directora de Expreso Chiapas

viernes, 28 de septiembre de 2007

INVENTARIO

Dios mediante regreso el martes. Voy a leer salmos. Que Dios los acompañe siempre.

Cartas sobre la mesa

La carta abierta que escribió Arcadio Acevedo al gobernador de Chiapas, mereció una respuesta de parte de la directora del periódico "Expreso Chiapas", misma que ahora responde el periodista. Para que mis lectores tengan todos los elementos para el análisis, copio a continuación sendas cartas:

Carta de la directora de Expreso Chiapas
A los que nos condenaron sin siquiera tomarse la molestia de conocer la opinión de la otra parte. A los que no saben que en un conflicto siempre existen dos partes y son tan válidas las razones de una como de la otra.
A los que se rasgan las vestiduras a nombre de la Libertad de Expresión.
Se precisa que esta casa editorial, no ha censurado al señor Arcadio Acevedo, autor de la columna Minifaldas, por temas sociales, políticos o económicos como él señala en la carta dirigida al gobernador Juan Sabines Guerrero.
Lo que no es válido es que el señor Acevedo use la columna Minifaldas que publica en Expreso Chiapas para ventilar desavenencias personales que tiene con funcionarios de la Coordinación de Comunicación Social de Chiapas por no haber sido requeridos sus servicios publicitarios en el semanario que dirigió.
Por último, a los que me condenaron sin juicio previo, les dejó en claro, que ante las ofensas públicas, no aceptaré disculpas privadas.
Leticia Hernández Montoya.
Directora de Expreso Chiapas


Respuesta a la directora de Expreso Chiapas
A los que en la plaza pública se ostentan como paladines democráticos y tras la puerta son verdugos rentados.
Señora Hernández: creí ayudar a salvaguardar lo que yo consideraba el único espacio libre en este extenso sembradío de espigas dobladas por la necesidad. Por la voracidad del régimen sabinista. Por su intolerancia.
Para desencanto mío, reduce usted el ejercicio democrático a una mera habilidad para hacer malabares con las mentiras. Le recuerdo: usted me citó con urgencia en la cafetería del Hotel María Eugenia. Usted me pidió aminorar el tono de mis críticas, pues Jacobo Elnecavé la había llamado desde Acapulco (el mismo día que Sabines Guerrero dejó plantados a los periodistas invitados por él a un desayuno) amenazándola con retirarle el convenio publicitario.
De inmediato enteré a mis amigos y conocidos. También a Miguel González Alonso (Conductor de los programas Sin censura y Palabra libre). Le pedí mediar con Jacobo Elnecavé para que depusiera su represiva, desmesurada actitud.
Cuando dirigí San Lunes, Elnecavé estableció contacto telefónico conmigo, en efecto. Me empalagó de hipócritas elogios, primero. Enseguida, al igual que usted, intentó convencerme de bajarle de intensidad a las flamas. Dijo que podría echarme la mano si, como muestra de buena voluntad, “maestro, escribe algunas columnas bonitas para el jefe”. Jamás me entrevisté con él. Si puede usted probar sus dichos, señora Hernández, hágalo. Así quedaré exhibido como mentiroso ante la opinión pública. Y usted dejará de parecer cómplice del gobierno en esta cacería de disidentes.
Lo digo porque, desenterrando recuerdos, ya una vez anterior me acusó usted, falsamente también, de cobrar ¿10 mil pesos? en el Tribunal Superior de Justicia. Luego se sabría que se trataba de una argucia suya para deshacerse laboralmente del columnista incómodo. Si ese el caso ahora, no entiendo por qué darle tantas vueltas a la línea recta.
Su pretexto para censurarme es, por decir lo menos, candoroso. “Libertad absoluta de expresión mientras no sea contraria a mis intereses”. El mismo lema inquisitorial del sabinismo. Los textos firmados son responsabilidad exclusiva de su autor. Si atropellan las normas, es a ellos a quienes se les finca responsabilidad.
Consulte usted la hemeroteca de su diario, y corroborará que nunca me he conducido, al trotar por el sendero periodístico, por el lado consentidor. Demuéstreme lo contrario.
Finalmente, señora Hernández, a propósito de perdones privados y públicos rencores, hay un juez implacable, discreto, imparcial, justo, insobornable: nuestra propia conciencia. Dicho sea con el respeto que las damas merecen.
Arcadio Acevedo Martínez
Columnista de Expreso Chiapas

Una propuesta

Ariel Silva entró un día a este cuaderno de apuntes. Ariel, destacado fotógrafo, me propuso que yo subiera algo de mi obra pictórica. "Subir" sólo con la intención de compartir con los demás. Ayer le hice caso, mi hijo Fernando me ayudó a "subir" algo de mi obra. No subimos nada de formato grande. Subimos una muestra de las cajitas que pinto. Me encanta recordar el proceso con que la madera adquiere otra dimensión. Procuro que mis cajitas no pierdan mucho de la esencia que tuvieron cuando fueron árbol.
La madera se emplea para hacer muebles, para hacer utensilios necesarios al hombre, y también se emplea para hacer objetos utilitarios como cajitas en donde la gente guarda mensajes, joyas, recados, cartas y mil chunches más. Yo compro cajitas de pino que hace un carpintero y luego les hago un diseño original y las pinto. Mi deseo es que la madera de esta caja no extrañe tanto los nidos y las hojas verdes de su árbol.
Yo pretendo que mis cajitas también guarden sueños. Por eso, cada vez que pinto una le pido a Dios que me guíe y ya, con su venia, las "embarro" con sueños que hagan al mundo más amable.
Siempre he pensado que el arte debe servir para hacer más hombre al hombre. Si el arte no eleva el espíritu ¡no es arte!, ¡no sirve de nada!
Me da gusto cuando tiendo las cajitas sobre el suelo en el bazar (o cuando están sobre vitrinas o mesas más vistosas en las tiendas o en las galerías de arte). Me da gusto cuando la gente pasa a su lado y las ignora o se enamora de ellas. Mucha gente pasa y no percibe ninguna luz. Hay otra gente, en cambio, que se deslumbra, que se detiene como si un imán las atrajera y veo que sonríen y se apropian de esos sueños. En sus ojos miro que Dios sonríe y entonces yo doy gracias a Dios por haberme permitido ser parte de ese prodigio.
Hoy, gracias a la sugerencia de Ariel, me atreví a "subir" unas cajitas. Sólo para compartir. Sólo para darle a mis lectores un poquito de nube, un poquito de sueño.

jueves, 27 de septiembre de 2007

AMARIL

A Valeria la conocí en San Cristóbal hace como mil años (bueno, tal vez no tantos, porque ella es muy joven). Desde que la vi (en un taller literario que yo coordiné) supe que su destino era ser sembradora de nubes.
A Valeria la encontré, muchos años después (ya se sabe, no tantos porque ella es muy joven) volando sobre los cielos de Chiapas, ¡sembrando nubes! ¿Con qué agua riega sus nubes para que crezcan como flamboyanes? Si la nube tiene la panza llena de agua ¿necesita agua para crecer? Tal vez no, tal vez sea otro el abono, otra la savia.
Hoy me enteré que nació Amaril, la hija de Valeria, la sembradora de nubes.
Hoy descubrí que las mujeres que siembran nubes cosechan amariles, pétalos de blanco algodón, angelitos intocados.
Cuando conocí a Valeria, hace como mil años, ella no imaginaba que su destino era ¡la luz!
Un abrazo para ella, mi muchacha bonita, y para su pareja, el buen Arbey.
Un abrazo para todas las mujeres que apuestan por la vida, que apuestan por bordar nubes en medio del mar.
Que Dios los proteja siempre, siempre.

Charlie Parker

Antenoche estaba leyendo en mi cuarto. Oí en la parte de abajo de la casa algo que sonaba como una trompeta, como si fuera un grillo extraviado. El sonido no tardó más de medio minuto; pero era tan deslumbrante que me obligó a suspender la lectura. Abrí la puerta para oír mejor, pero el sonido ya no estaba. Bajé. Mi mamá estaba viendo la televisión en la sala. Mi mamá veía un programa de concursos en un canal de España. Me dijo que el sonido de la trompeta había sido parte de una pregunta. "Los concursantes -dijo mi mamá- deben adivinar de qué se trata, hasta ahora nadie ha adivinado". Supe entonces que desde el lunes la música ha aparecido en un segmento del programa y continuará apareciendo hasta que alguno de los concursantes descubra "a qué todo pertenece esa parte" . "Mañana la volverán a tocar", dijo mi mamá. Subí de nuevo a mi cuarto. Seguí leyendo.
Anoche, a la hora que cerramos las puertas del negocio, me senté al lado de mi mamá y vi el programa. Uno de los tres concursantes obtuvo la mayor puntuación y con esto el derecho de pasar al segmento en donde, por ahora, aparece eso que suena como trompeta. Anoche sí escuché ese solo metálico en toda su belleza. Fue apenas medio minuto, pero fue como un rayo en medio de la oscuridad. El concursante dijo: "No sé, puedo decir que se trata de Charlie Parker". El conductor dijo que sí, que se trataba de Parker.
A Parker me lo he topado en infinidad de ocasiones en textos escritos por Cortázar, pero nunca, ¡nunca!, había escuchado algo de él. Las dos noches anteriores han sido mi primer acercamiento y ha sido un acercamiento muy lejano pero muy intenso. A Parker le ha bastado medio minuto para asombrarme de manera total. Ahora entiendo porqué millones de personas en el mundo se han deslumbrado con su talento.
Hoy en la noche, si Dios así lo permite, estaré al lado de mi mamá esperando ese medio minuto prodigioso. Anoche, el concursante atinó el nombre del intérprete, pero no atinó en el nombre de la melodía, para ganar es preciso que el concursante complete "la parte del todo".
Si alguno de mis lectores tiene acceso al canal oficial de España, lo invito a que hoy, un poco antes de las ocho, vea dicho programa y espere ese medio minuto en donde un solo de sax ilumina la estancia de la casa y del alma.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

La Pila

Mario siempre pensó que era posible. Siempre me hablaba de ello. Donde me hallara sacaba el tema. ¿Constuir de nuevo la caja de agua de La Pila? Sí, me decía, y sacaba unas fotos en blanco y negro.
¿Quién tiró la caja de agua?
Ahora que no vivo en Comitán, de vez en vez, pienso en la idea de Mario.
Uno de estos días leí que Ibarra Gómez -candidato a la presidencia de Comitán- propone convertir el Centro de Convenciones en un Museo de Arte Contemporáneo. ¿Un Mueso de Arte Contemporáneo? Sólo se justificaría en caso de que dicho museo fuera más importante que el Reina Sofía, de España, por ejemplo. De lo contrario, no serviría para nada.
Es cuando pienso en la idea de Mario y no la veo tan mal. Esa construcción era única y tal vez sería una buena idea. No lo sé.
La gente que conoce a Mario debe saber de lo que hablo. Tal vez Mario continúa insistiendo. Claro, me decía, no se trata de engañar a nadie. Se colocaría una placa que indicara que la construcción es reciente, que únicamente se trata de una réplica de lo que fue La Pila en un tiempo.
Claro, Mario nunca llegará a ser presidente. Tal vez muera y nunca vea construido su sueño.
¿Construir de nuevo la caja de agua de La Pila? Tal vez no sea tan mala idea.

martes, 25 de septiembre de 2007

Hojas secas

Los árboles quedan desnudos.
Más que la primavera, el otoño sintetiza la esencia de la vida. No es en los árboles llenos de verde donde se muestra la vida. La vida está escondida en el crujir de las hojas secas. La primavera del árbol es callada, el otoño del árbol tiene un rumor de rata mordisqueando unas migas.
Un día, la hoja seca se cansa de ser hoja, se convierte en polvo fino. Los pasos del hombre son la barra del mortero que es la tierra. La hoja se hace abono y alimenta al árbol que sueña otra vez con la primavera, con los renuevos, con los pájaros bordando nidos en sus ramas.
Cuando camino por el bosque y piso sobre una alfombra de hojas secas sé que ahí ¡está la vida!
La vida es como un crujir de huesos, como una rótula que dobla el pie en la subida.
En otoño los árboles quedan desnudos.
Cuando el hombre pulveriza sus hojas secas ¡renace la esperanza de vida!

lunes, 24 de septiembre de 2007

Carta Abierta de Arcadio Acevedo a Juan Sabines

Me llegó un correo del periodista Arcadio Acevedo. En dicho correo viene la copia de una carta abierta dirigida al gobernador de Chiapas. Ahí denuncia el intento de presión por parte de un funcionario de COCOSO para censurar su trabajo periodístico. Copio a continuación el texto íntegro, para conocimiento de mis lectores.

Carta a Juan Sabines Guerrero

(Gobernador Constitucional del Estado de Chiapas)

Señor gobernador: Soy Arcadio Acevedo Martínez. Ensayo a ser periodista desde 1968 (Semanario Palestra). Nací en Michoacán, por decisión paterna. Porque así me lo exigen mi voluntad, mi cuerpo y mis querencias, hace 34 años soy chiapaneco.

Aparte de un montón de hijos, he dado a esta tierra lo mejor que puedo (está bueno, pues: lo menos peor) en el desempeño de mi oficios, variopintos y nutridos como mis necesidades.

Nunca he sido el primero en nada, gobernador. Ni el peor en todo. Pertenezco a la anónima y ordinaria medianía, pese a mis ínfulas. A lo largo de tres décadas laboré, por fortuna, en los principales medios de comunicación de la época. De chiripa, pero fui pionero en algunos de ellos: La República en Chiapas, XETG, XEUD, XEIO, TRM Chiapas (antecesor de CANAL 10), Expreso, etc.

A lo extenso y pedregoso, a lo diáfano y terrible, a lo ciego y prometedor de ese camino, derrumbado junto a otros periodistas en el quicio de la esperanza sin remedio, he visto entrar gobiernos y gobernadores de todos los talantes e intenciones: represores, mecos, carismáticos, galanes, generosos, prietos, amarretas, inteligentes, ladrones, fieros, incapaces, cínicos, demagogos, pastores, bobos, corruptores, deportistas, borregos, asesinos.

Los he visto salir ricos a todos. E impunes.

He visto a editores de prensa y dueños de medios electrónicos, “domeñados” a punta de convenios económicos por la Coordinación de Comunicación Social, en turno, servir de verdugos del régimen contra los periodistas insumisos. O inoportunamente dóciles.

He sido testigo de una Biblia completa de sucesos deplorables. Contemplé, por lustros, las aventuras de un célebre trío de asaltantes, jinetes del Apocalipsis vernáculo (alguno ya erigido mártir de la libertad de expresión), cabalgar guadaña en ristre por las dilatadas, acaudaladas estepas de las dependencias gubernamentales, por los llanos políticos, extorsionando a funcionarios de largas colas o rabones, bajo amenaza de llevarlos al paredón y fusilarlos con ráfagas de ocho columnas.

He visto desaparecer infinidad de empresas editoriales y publicaciones para siempre jamás. O de manera intermitente, según la lluvia de billetes y prebendas arrecie o pare.

Cuando las compuertas del erario público se han abierto sin pringa de discreción, he mirado, he escuchado hordas de comerciantes, de analfabetas, de lenones de ideales, de salteadores en terreno yermo, de abigeos conceptuales y de extorsionadores disfrazados de periodistas, suplantar a los representantes legítimos del gremio. Los he visto, los he oído lapidar a sus camaradas de infantería a cambio de chinchines, de pepitas de calabaza, de ventiscas.

Sometidos al potro inquisitorial del desempleo, he visto a los periodistas chiapanecos, huérfanos de prestaciones laborales, bastardos de los servicios de salud, menos cotizados en el mercado de la credibilidad popular (en el tianguis del propio juicio, incluso) que una lámina mil veces regraneada.

Los periodistas chiapanecos me han visto también; me he visto con este par de ojos que se han de comer los gusanos, arrebatar mendrugos de la mano que los ofertaba, con el fango hasta los tobillos, con la dignidad a media asta. Los he visto y me vieron. Nos vimos prescribiéndonos mutuamente justificaciones familiares para amansar los reclamos de la conciencia.

Deleznable triunvirato poder-servilismo-cobardía, he visto en innúmeras ocasiones cerrarse las puertas de los círculos laborales, en las narices, en plena alma de quienes osaron manchar con un “no” el blanco rotundo de la aprobación multitudinaria, unísona, unánime.

He visto a hermanos de oficio empuñar la titularidad de COCOSO para vengar en nombre, santo y seña del gobernador, y algunos sin su consentimiento, presuntos o verdaderos agravios personales.

Los hemos padecido, parapetados tras las murallas del efímero hueso, fumigar las parcelas gremiales con el maligno afán de erradicar lo que consideran peste contagiosa: la libre expresión del pensamiento, la libre enunciación de la relidad.

He escuchado a periodistas ofrecer a sus congéneres la herencia del verbo libertario. Los he visto subir al monte en calidad de paladines mesiánicos, con la fe de sus camaradas al lomo. Entre salves y palmas.

Enseguida los he visto descender con el borrego dorado en hombros, abrazados con los déspotas, predicando con gestos y señas el decálogo del silencio.

Los he visto, ayuntados con los poderosos, amagar, sembrar el terror entre sus camaradas descreídos. Entre los disímiles.

También he visto a periodistas chiapanecos, tropa de trincheras, flotando a la deriva en la mar de su sangre. Con un hueco en la sien más grande que las interrogaciones, asesinados a mansalva por órdenes de “mandatarios” criminales.

Actualmente, gobernador, escribo una columna para un modesto tabloide que hace años disfrutó, sin presunciones, de los quince minutos de celebridad que le correspondieron en Tuxtla, a la sazón “capital mundial de los periódicos”.

En los escaparates de sus páginas se exhibieron las plumas de reconocidos literatos, políticos, luchadores sociales, guerrilleros, caricaturistas, intelectuales y muchos de los mejores reporteros de la prensa autóctona y defeña (me resisto a apodarla “nacional”).

Nuestro sueldo, el de los peones, era simbólico. Pero nuestros sueños de tolerancia y respeto a la pluralidad eran reales, contantes y sonantes. La voz que el compacto grupo prestó a cientos que no la tenían, era de veras. El gozo interior que esos detalles solidarios, simples, de humanos en sintonía con los más infortunados humanos nos proporcionaron, sigue siendo real.

Sumando turnos, he completado cinco años de cotidiana labor en ese diario. En sesenta meses, en mil 825 días, jamás me fue mutilado, restaurado o maquillado un texto, aun estando Pablo Salazar en su egocéntrico apogeo.

Hasta el día en que celebramos el término de un sexenio paranoico y el advenimiento de la libertad de expresión, con la llegada de usted a la gubernatura.

A partir de ese día, el periodista Jacobo Elnecavé, funcionario de COCOSO, amenazó a la propietaria del diario con retirar la publicidad oficial si persisto en mi actitud, es decir, si continúo teniendo la osadía de escribir lo que pienso. De pensar lo que escribo.

En consecuencia, sin respeto a mi tarea, la columna (Minifaldas) ha venido apareciendo o no, a criterio de los temerosos editores. Por horas, aumenta la lista de temas vedados.

Sé de unos compañeros que han sufrido el mismo vergonzante trato en diversos medios. En prácticamente todos los medios, cabría precisar. Sé de otros que, por pánico u ambición de los patrones, fueron echados del sitio en el que laboraron por años.

Triste verdad: desde siempre, en Chiapas, referirse a las cosas que queman de tan ciertas, equivale a “rascarle la panza al tigre”, “a rifársela”, “a ponerse con Sansón a las patadas”. Como si la vocación de los comunicadores no fuese más elevada que la de los asnos.

El caso más sonado, a nivel gremial, es el de un conductor de noticieros de Canal 10, cesado por cubrir la nota de l@s ancian@s, víctimas mortales de un acarreo proselitista*. Hasta hoy, ninguna de las numerosas asociaciones de periodistas de la entidad elevó su protesta, ni salió en defensa de sus colegas.

A juicio mío, gobernador, la sentencia canina de López Portillo, “no te pago para que me pegues”, es más inválida que nunca, puesto que el dinero administrado por el gobierno es de todos los chiapanecos sin discriminación de credos, sabores, olores ni colores.

Si diversos ramos empresariales, creadores de empleos, han ameritado el apoyo del gobierno en épocas difíciles, sin condiciones, no veo por qué el rubro editorial debe ser la excepción, por una parte.

Por otra, ayudar a salvaguardar el derecho a la libertad de expresión de los chiapanecos, no es la menos trascendente de las obligaciones de un gobierno, ni la que menos aporta al crecimiento espiritual e intelectual de la sociedad. Y del gobierno mismo.

No se trata de una graciosa concesión, sino de un derecho y un deber constitucionales.

Nunca he militado en partido alguno. Me provocan claustrofobia los rediles. Me sacan roncha las cofradías. Soy hombre que ya no se cuece al primer hervor ni en cráter de volcán activo. Apenas destetado, viví en desorden vital (no me quejo, presumo).

Me alimento poco y a deshoras. Fumo. Duermo, cuando logro echarle un pial al sueño, a pestañeadas. Si en la medida que masco vidrio rezara, llegaría al cielo en un santiamén. Hasta antes de que me empezaran a rechinar los goznes llevé una dieta rica en carnes blancas (morenas, amarillas, negras, apiñonadas). Mis expectativas de permanencia en este maravilloso escenario de la vida, pues, son breves. Creo. (Ruego en mi fuero interno equivocarme).

Gobernador: habituado a andar sin un clavo, no muy me atrae el papel de cristo redentor. Salvo de lo que no debería hacerse si se quiere vivir tranquilo, no puedo ser ejemplo de nadie. No quiero. Es sólo esa sospecha del corto plazo de la que hablo, es la urgencia de no desempatar mis aspiraciones con mis actos, la necesidad de defender mi derecho a opinar sin represalias, lo que me impulsa a dirigirme a usted, sin pensar en consecuencias.

Consecuencias, digo, no refiriéndome a atentados contra mi integridad física, sino porque en esta Torre de Babel que hemos ayudado a levantar los comunicadores, me podrían llegar lancetazos desde varias direcciones. No importa. También me llegarán palmadas solidarias.

Si mi extensa carta hace pensar a un(a) periodista, a un ciudadano cualquiera, que podría firmar cuanto digo, quedaré satisfecho. Si logra convencerlo a usted, gobernador, de instruir públicamente a sus colaboradores en el sentido de respetar verdadera, irrestricta e incondicionalmente la expresión de las ideas, en tanto ceñidas a la ley, consideraré mi propósito cumplido con creces.

En caso contrario, repicaré otras campanas, llamaré a otras puertas, hablaré a otros oídos más perceptivos hasta lograrlo.


Le saluda y agradece la atención dispensada:

Arcadio Acevedo Martínez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

24 / 09 / 07

* Se omiten los nombres de los agraviados porque a ninguno consulté ni pedí autorización para publicar esta carta.

Novela histórica

Recibí una invitación de mi amiga la poeta Raquel Huerta Nava. Raquel incursiona en los terrenos de la novela histórica y presenta, el día de mañana en la ciudad de México, su novela: "El guerrero del alba (la vida de Vicente Guerrero)".
Raquel cuenta que para escribir este libro destinó más de veinte años al estudio e investigación de datos acerca de la vida del héroe mexicano.
Con este trabajo, Raquel nos recuerda que la luz también proviene de los cuartos en donde guardamos los tiliches que, a veces, llamamos historia.
Sé que para mis lectores chiapanecos resultará difícil asistir a la presentación el día de mañana a las seis y media de la tarde en la librería Octavio Paz, del Fondo de Cultura Económica, en la colonia Chimalistac de la ciudad de México; pero también sé que mis lectores chiapanecos son lectores inteligentes y si se topan en alguna librería con el texto de Raquel, verán un resplandor desde el horizonte de su título: "El guerrero del alba".
Un abrazo a Raquel y otro a la editorial Grijalvo por la esperanza de la luz.

domingo, 23 de septiembre de 2007

El mundo en dos

A veces divido el mundo en dos en las Arenillas que escribo para el periódico "El Heraldo de Chiapas". El Director del "Diario del Sur", mi maestro y amigo Enrique García Cuéllar, me preguntó una vez por qué lo hacía.
El mundo me fue dado como un mundo maniqueo: blanco o negro; bueno o malo; verde o maduro. Tal vez por esto ahora matizo y busco otros fogones.
Cuando fui niño (en los años sesentas) iba a misa los domingos. Vivía a media cuadra del parque central, así que me correspondía el templo de Santo Domingo. ¡Me gustaba ir a misa! Me gustaba porque a la hora de salida un señor, simpático, chaparrito, medio timboncito, repartía la programación del cine Montebello y del cine Comitán (estaba sentenciado: si no iba a misa, no iba al cine. Me "gustaba" ir a misa).
Los programas estaban impresos en unas hojas tamaño media carta (Sí, en dos, la hoja carta estaba dividida en dos).
De la misma manera estaba dividida la programación de los cines en el pedazo de papel. En el lado izquierdo de la hoja aparecía la programación del cine Comitán, y en el lado derecho la del cine Montebello.
El mundo estaba dividido en dos. Porque, entonces, el mundo era el cine. No había más.
Regresaba a mi casa con el programa en la mano, desayunaba, le pedía dinero a mi mamá o a mi papá y corría para llegar a tiempo a la matiné del cine Comitán. La sala estaba dividida en ¡dos! La gayola era más barata, los asientos de la gayola eran una tabla corrida de madera. Yo entraba al espacio de abajo (la sala principal que nunca he sabido bien a bien porqué se llamaba "luneta", si la luna más bien estaba sentada en la galería superior) Como el mundo estaba dividido en dos, la sala tenía un pasillo generoso a la mitad de la butaquería pintada en rojo, pasillo que llegaba al centro del escenario y a cinco o seis metros de la pantalla.
A las dos de la tarde salía de la matiné, corría a mi casa, comía, le pedía dinero a mi mamá o a mi papá e iba a la función normal de la tarde (de cuatro a siete, porque exhibían dos películas).
Si el día domingo entraba al cine Comitán (donde exhibían las películas mexicanas o españolas, en su mayoría), el lunes iba al cine Montebello (donde exhibían las películas extranjeras, gringas la mayor parte de veces) y viceversa. Y así llevaba mi vida. Vida que, en ese tiempo, estaba dividida ¡en dos! El mundo del cine y el mundo de afuera.
Igual que García Riera, crítico de cine, siempre he pensado que "el cine es mejor que la vida".

sábado, 22 de septiembre de 2007

Todo por hacerse

Todo está por hacerse. Como si el mundo fuera apenas un renuevo ¡todo está por hacerse! La tierra demanda otros caminos, brechas nuevas que nos conduzcan a nuevos campos.
En Comitán ¡todo está por hacerse! Hay un buen cimiento, ahora sólo falta levantar las estructuras. Es hora de levantar estructuras humildes que armonicen con el cielo.
Todo está por hacerse.
Es preciso que los electores definan con certeza al próximo presidente municipal, porque todo está por hacerse.
Los hombres, desde siempre, caminamos por la periferia. Olvidamos el centro. El centro es apenas un lago distante donde se acumulan círculos concéntricos.
¿Qué sucede cuando lanzamos un guijarro al agua? Esas ondas se expanden y son como energía que pone en movimiento el agua circundante.
Cada acto de un presidente municipal es como un guijarro que da contra el agua. Si el presidente lanza una piedra enorme, si la lanza a lo tonto, provoca un movimiento sin armonía, provoca un movimiento caótico. Cada acto del presidente afecta a la sociedad completa. Basta revisar la historia del pueblo para darse cuenta de la afectación que han provocado los presidentes al lanzar guijarros sin tener la certeza del centro.
Por esto es muy importante que el centro sea armonioso para dar certeza al desarrollo social de la comunidad.
Todo está por hacerse.

viernes, 21 de septiembre de 2007

¿Día mundial de la calle?

¿Existe el día mundial de la calle? ¿Cómo se festeja?
Después de la casa no hay espacio más entrañable que la calle.
De niño yo veía la calle desde el balcón de mi casa. La calle pertenecía al mundo de afuera pero me era muy cercano. En los años sesentas del siglo pasado las calles de Comitán eran como la extensión del hogar. La gente caminaba con la tranquilidad del que riega las plantas del patio de su casa.
¿Cómo se puede festejar una calle?
Hoy existen festejos absurdos. He visto en la televisión a un grupo de vecinos celebrar el primer año de un enorme bache en su calle.
Las prisas de estos tiempos obligaron a encementar las calles. Las calles empedradas de antes no presentaban tantos inconvenientes. Las calles de Comitán se llenaban de juncia en el piso y de banderitas de papel de china en su cielo.
Las prisas de estos tiempos cancelaron el gusto de sentarse en la banqueta y dedicarse sólo a mirar la calle.
Las prisas de estos tiempos nos arrebataron la mirada que nadaba en esos ríos de aguas tranquilas. Perdimos nuestra capacidad de ser esos balcones de los que habla Rosario, en Balún-Canán: "Los balcones están siempre asomados a la calle, mirándola subir y bajar y dar vuelta en las esquinas...Debe ser tan bonito estar siempre, como los balcones, desocupado y distraído, sólo mirando..."
Ahora vivo frente a un bulevard y, ya se sabe, la prisa es el sello distintivo de estas grandes avenidas. Pero la asumo como mi calle y, desde mi ventana, veo que en el camellón crece una bugambilia que refresca mi memoria. Y hoy celebro mis calles, celebro las que dejé en Comitán y celebro estas calles de Puebla que recorro a veces.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Octavio Paz dijo que Carlos Monsiváis no es un hombre de ideas, Monsi es un hombre de ocurrencias. México parece ser un país contagiado con el "síndrome Monsiváis": todo es pura ocurrencia.
Tenía razón Paz, Monsi las "compone al vuelo". Muchos políticos, por desgracia, hacen lo mismo.
Hay gente que se deslumbra con esas "ocurrencias", pero éstas no aportan nada, son simples cohetes que agotan pronto su pirotecnia.
Tal vez ahora que se acerca el tiempo de elecciones sea preciso reflexionar un poco en este tema. ¿Qué candidato es el que posee ideas y no simples "ocurrencias"?
Un ejemplo clásico de "ocurrencia" es aquel en donde el candidato prometió hacer un puente, y cuando la gente le dijo que no había río, el candidato contestó: "¡Haremos un río!".
¿Quién de los cinco candidatos para la presidencia de Comitán es el candidato con ideas?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

JUEGOS

El lenguaje es un juego. Es un juego de lenguas. El lenguaje posee la capacidad de rememorar nuestra más lejana infancia, cada que hablamos activamos el mecanismo en donde la palabra es como un helado de vainilla, una paleta de chimbo o un mango al que debemos quitar la cáscara con los dientes.
La palabra es el juego y, a la vez, es el juguete. La palabra permite el albur, el doble sentido y el chiste. La palabra propicia la carcajada.
El lenguaje, que parece tan formalito, es la mayor invención lúdica del hombre.
No hay mayor dicha que reunirse con los amigos o con los familiares o con la pareja y jugar el juego infinito de la palabra.
Por esto es bueno que haya libros, ¡muchos libros!
El libro es el objeto que de mejor manera preserva las palabras. En el libro hallamos las palabras más oxidadas y también las más luminosas. Y todas están ahí para que juguemos con ellas, para deslumbrarnos con su sonido, con su luz y con su eterna capacidad de jugar.
En Comitán, desde siempre, hemos reconocido el brillo que tiene la palabra. Por eso cada vez que hablamos lo hacemos con un "cantadito". Los comitecos sabemos que la palabra es como una campana que suena, que resuena, que tintinea; travieso ratón que le pone el cascabel al gato.

martes, 18 de septiembre de 2007

LIBROS SIN HOJAS

No hay continuidad. Los municipios están sujetos a programas de tres años. Los proyectos quedan inconclusos, rara vez tienen continuidad. ¡Así no se puede avanzar!
Ningún ayuntamiento comiteco ha tenido un proyecto editorial serio, propuesto y diseñado desde el propio Ayuntamiento. Los presidentes, en el mejor de los casos, han apoyado iniciativas personales. Sucede que la mayoría de presidentes no sabe que el libro es el objeto más preciado, la cajita en donde se conserva el legado de una sociedad. Algunos presidentes no tienen la costumbre de leer. Es triste reconocer que, en Chiapas, existen presidentes municipales que no saben leer. Por fortuna esto no ha ocurrido en Comitán, pero hemos estado a un paso, hemos tenido presidentes con cierta dislexia (real o provocada por incapacidad lectora). Pero, lo cierto es que no hemos tenido presidentes municipales que sean lectores frecuentes. Esto provoca una laguna en el terreno intelectual.
¿Qué sucederá en Comitán en el siguiente periodo de tres años? ¿Será un lector frecuente el próximo presidente? ¿Tendrá la visión de la importancia que el libro merece?
Si el próximo presidente no es una persona que cultive la lectura, es deseable que, cuando menos, tenga la suficiente sensibilidad para reconocer la importancia de ella en el avance de la sociedad, y elija colaboradores que diseñen proyectos en beneficio de la promoción y difusión de la lectura.
Leo con atención las opiniones que escriben en el foro de COMITECOS PUNTO COM, veo que la mayoría de comitecos está harta de la incapacidad y de la rapacidad de los funcionarios. El pueblo no sólo merece una administración honesta, merece también una administración que lo provea de beneficios para su desarrollo colectivo. Comitán se merece una administración sensible al arte, a la ciencia y a la tecnología.
Ya falta muy poco tiempo para que los electores comitecos elijan al próximo presidente. ¿Quién es el candidato que reúne las mejores cualidades? ¿Quién es el candidato capaz de reunir al mejor equipo, no de amigos, sino de comitecos comprometidos con la sociedad? Es tiempo de que los mejores hombres estén al servicio de las mejores causas.

lunes, 17 de septiembre de 2007

EL OFICIO MÁS GRATO DEL MUNDO

El oficio de escritor es grato. Lo ingrato es el pago que recibe el escritor. En provincia, los conocidos "creen" que el escritor debe obsequiarles el libro recién editado, y el escritor también acepta que así sea. ¡Qué pena!
Nadie, aparte del autor, tiene idea aproximada del trabajo que significa escribir un libro.
El otro día hallé unas canastitas de mimbre en un mercado. El hombre que las ofrecía trabajaba en ellas mientras esperaba el arribo de los compradores. Con una gran paciencia entrecruzaba las varas, de vez en vez suspendía su chamba, se limpiaba el sudor con la manga de su camisa, suspiraba y continuaba. Le pregunté cuánto costaba cada canastita y, como si nada, me dijo: "A veinte pesos la docena". Hay oficios ingratos. ¿Cuánto tiempo le lleva a este hombre hacer cada una de las canastitas? Le pregunté y me dijo con su voz sencilla: "La hago cada una como en diez minutos". Hice cuentas. Aparte había que agregarle el tiempo que tarda en reunir las varas de mimbre en el campo y el proceso que sigue para su preparación. ¿A veinte pesos la docena? Las vende a ese precio porque, me dijo, ¡nadie le paga lo justo! ¡Qué oficio más ingrato!
A veces miro a los escritores de provincia como a este humilde artesano. A veces me miro así. Horas y horas en la escritura del libro, horas y horas en la búsqueda de mis "varas" en intento de hacer una "decente canastita llena de palabras". Y cuando pongo mi puesto en el mercado la gente se acerca, revisa mi mercancía y cuando les digo el precio me exigen "una rebaja". ¡Qué oficio más ingrato!

domingo, 16 de septiembre de 2007

TEJEDORA DE GOLES

¿Existe un libro que dé cuenta de la historia del fútbol comiteco? Tal vez nos lo están debiendo. Algún aficionado de "hueso redondo" nos lo está debiendo.
Eran otros tiempos. El estadio "Roberto Ortiz Solís" se llenaba. El aficionado que llegaba temprano veía desde las tribunas la gente que, desde la entrada, se dirigía para tomar su lugar.
Siempre me llamó la atención la forma en que los aficionados llegábamos hasta las tribunas. Por lo regular, en los estadios, la entrada está cercana al graderío, en Comitán no era así (no sé si así sigue siendo). El acceso estaba al lado de la carretera (el bulevard) y los aficionados debían caminar más de cien metros, era como un zaguán lleno de luz. Desde la tribuna se veía la "romería" que era parte importante del ritual.
Eran otros tiempos. La Selección mayor tenía una buena racha y algún ingenioso tuvo la ocurrencia de bautizarla como "la tejedora de goles", era una selección con telar de cintura. Los delanteros bordaban jugadas de antología y anotaban goles, mientras Gerardo, el portero de "la tejedora", igual que Lev Yashin, "la araña negra" (mítico portero de la selección rusa), tejía una red para evitar que le metieran goles.
Eran otros tiempos y por esto ¡algún experto aficionado nos está debiendo un libro que dé cuenta de esos tiempos!

sábado, 15 de septiembre de 2007

LOS DIALECTOS

Hubo un tiempo que, en Comitán, al tojolabal se le llamó dialecto. Dejamos de hacerlo al saber que el tojolabal es ¡una lengua!, igual que el español o el inglés o el francés. El "comiteco" sí es una variedad dialectal del español. Son dialectos los modos especiales de hablar de los tuxtlecos, de los coletos y demás pueblos de Chiapas. Los dialectos hacen únicos a los pueblos.
¿Qué hicieron los argentinos para darle al uso del "vos" la estatura que tiene? ¿Qué hicimos los comitecos para hacer chaparro el uso del "vos"?
En Villaflores ya crearon la "Rial Academia de la Lengua Frailescana", grupo encargado de preservar y difundir la cultura de esa región de Chiapas. El grupo ha tenido tanto éxito que ha editado libros, da pláticas, conferencias y participa en programas de radio y televisión locales. Este esfuerzo, sin duda, hace que los jóvenes de Villafores conozcan sus raíces y se reconozcan en ellas.
Ayer comenté el libro "Glosario" de José Luis González Córdova. De igual manera, los de la "Rial Academia" tienen un diccionario de términos frailescanos, en donde campea el buen humor y la chispa sin igual del chiapaneco.
Trascribo algunos ejemplos tomados de la sección: "Términos en busca de definición y algunos medio empezados":
AAAAH BURRO: Expresión de sorpresa, revuelto con un poco de envidia, desesperanza y admiración que se dice generalmente cuando vas a oriná y mirás al de junto.
AJA JÁ: Ya te cayeron viejazo.
CAPIAR: Cachar, recibir, agarrar algo en el aire que si no podías te mentaban la nana.
CHUTA: Trompo hecho al chingadazo.
No sería mala idea copiar la iniciativa de los frailescanos y crear la propia "Academia del Dialecto Comiteco", grupo que se encargue de promover y difundir el habla de nuestro pueblo.
No sería mala idea promover un encuentro estatal con la participación de estas agrupaciones.
Un día de estos.

viernes, 14 de septiembre de 2007

EL LEGADO DE JOSÉ LUIS

José Luis González Córdova fue un comiteco cabal.
Tal vez la toponimia de Balún-Canán se queda corta a veces. Comitán significa más que nueve estrellas, Comitán tiene más estrellas, ¡muchas más! José Luis fue una estrella que dio luz al cielo comiteco.
Uno de sus legados fue la escritura de libros. Como sucede en la vida de los escritores, José Luis dejó varios proyectos sobre el escritorio.
Uno de sus libros es: "Glosario (habla popular comiteca)". Libro que, al lado de "Arcaísmos, Regionalismos y Modismos de Comitán, Chis." de Óscar Bonifaz (otra estrella refulgente), reúne una serie de palabras que conforma el modo de hablar del comiteco. Un lenguaje único en todo el universo.
Aparte del mérito académico, José Luis poseyó la picardía, también única, del comiteco. Así, su "glosario" es un libro lleno de aire y de luz. Muchos ejemplos que da son "ejemplo" de ingenio y buen decir.
Trascribo algunos "ejemplos".
Dice José Luis en su libro:
AMELCOCHAR: Dar consistencia espesa a un dulce o una pasta. Se interpreta también como estar muy junto a otra persona. Ejemplo: "No entiende esta burra, ahí lo encontré amelcochada con el hombre".
AMOLADO m/f: El que no tiene dinero o que sufrió una desgracia, o el que desmejoró su personalidad. Ejemplo: "Tenía años que no lo veía yo, pero cómo está de amolado: tzapo, renegrido y panzón".
José Luis González Córdova ¡es un comiteco cabal! A pesar de que ya no está físicamente sigue dando luz al pueblo que tanto quiso.

jueves, 13 de septiembre de 2007

LAS CORRIENTES NEFASTAS

Ayer seguí la corriente. Igual que millones de televidentes vi el partido de fútbol. Mi hijo Fernando me llamó "malinchista" porque le fui a Brasil.
En todas partes de la república se aplica el ejemplo de "las cubetas con cangrejos". Siempre hay dos pueblos que sirven para hacer el contraste entre la cubeta tapada y la destapada. En Chiapas se emplea con frecuencia a San Cristóbal y a Comitán como ejemplos. Comitán siempre es la cubeta destapada, la cubeta en donde "cuando un cangrejo quiere salir los demás compas se encargan de impedirlo". ¡Qué pena!
El resultado de la selección mexicana de fútbol era previsible. Todo mundo sabe que la Selección fracasará siempre. Hugo es el cangrejo que llega al borde de la cubeta pero que los demás compas se encargan de jalarlo de "las patas".
Por desgracia, el país es individualista. Los estudiosos han demostrado que México gana en competiciones individuales, no sabe hacer labor de equipo. México fue una potencia en boxeo, por ejemplo; es decir, un deporte en donde la labor de equipo es mínima.
Leo con atención los mensajes que escriben en el foro de COMITECOS PUNTO COM y sigo advirtiendo que, con frecuencia, mencionan que en San Cristóbal siguen aprovechando lo que en Comitán se desaprovecha. No estamos acostumbrados a labor de equipo, aún no entendemos que el desarrollo de los pueblos está en relación directa al concepto de "comunidad".
Hugo fue un caso de excepción en lo individual. Por ahora trata de injertar entusiasmo y mentalidad ganadora a sus jugadores. ¡Labor imposible!
Los comitecos debemos sacudirnos la inercia y dejar de seguir la corriente; debemos comenzar a integrarnos y luchar con mentalidad triunfadora; debemos apoyar al cangrejo que alcanza la cúspide; mientras más cangrejos lo logren ¡Comitán tendrá mejores oportunidades de desarrollo!
Anoche no fuI malinchista, simplemente le fui al mejor equipo. Me dará mucho gusto saber que, un día, el mejor equipo en la cancha es el representativo de mi patria, pero, por ahora, y mientras sigamos enlodándonos a nosotros mismos, esto no es así. ¡Qué pena!

miércoles, 12 de septiembre de 2007

EL LA, EL EL

Si decimos "ocho menos ocho" la respuesta puede ser :¡cero! Pero si decimos "las ocho menos ocho", la respuesta puede ser: ¡siete con cincuenta y dos!
Hay pueblos que, de igual manera, modifican su carácter con anteponer un simple artículo. En Comitán el uso del artículo determinado nos da personalidad. Es "EL cerrito Nitre", "LA Cueva de Tío Ticho", y, sobre todo, es "LA Pila". Y hay miles de pilas en el mundo, hay pilas de libros, pilas bautismales y pilas eveready, pero para el comiteco no hay más pila que La Pila. Y ahí está el origen y ahí está, tal vez, la semilla de la costumbre. Y por eso, en Comitán, Lupe es "la Lupe" y Caralampio es "el Lampo". El finquero de antes torcía la boca cuando uno de sus empleados se refería a él como "el Gustavo". Y es que, de igual manera que cuando usamos el posesivo para decir "tomate una TU medicina" o "pasame un MI pan", el uso de los artículos: el o la, nos dan un sentido de pertenencia y de distinción. Así como hay miles de pilas en el mundo, también hay miles de Lupes o de Betos, pero cuando decimos: "Ahí viene el Beto", todo mundo sabe a qué Beto nos referimos. El comiteco, tal vez de manera inconsciente, delimita su mundo y lo hace único y exclusivo a través del uso de un simple artículo determinado.

martes, 11 de septiembre de 2007

LA PEDAGOGÍA DE LA DIVERSIDAD

Hay hombres que levantan hojas. Horacio Oliveira levantaba hojas secas en París; Roberto Antonio Álvarez Solís levanta hojas en Comitán.
Una tarde, Horacio levantó unas hojas secas en un Quai de París, las fijó en una pantalla de lámpara que tenía en su departamento. Cuando Ossip llegó al departamento ignoró la lámpara y las hojas, por el contrario Etienne se maravilló con las hojas secas y habló de Durero. Horacio, Ossip y Etienne son personajes de la novela "Rayuela", de Julio Cortázar. Así como hay hombres que levantan hojas, hay hombres que las ignoran. Cada hombre tiene una mirada diversa.
El Maestro Álvarez Solís ha dedicado muchos años de su vida a educar a los jóvenes comitecos; ya sea en el Colegio Mariano N. Ruiz, en el CONALEP o en la Escuela Secundaria del Estado, ha tenido una especial inclinación por fortalecer su trabajo educativo. Hoy da un paso trascendente. Un día de estos presentará el libro "El Nuevo Humanismo y la Pedagogía de la Diversidad", un texto en donde, de manera precisa, expone la necesidad de ver al alumno más como un ser humano único que verlo como un simple nombre o número de lista.
Para Comitán y para Chiapas, sin duda, es motivo de orgullo que sus mejores hombres aporten estudios que son como una flama que vuelve a prender la esperanza.
¡Felicidades a Comitán y al Maestro Álvarez Solís por este nuevo libro, por esta nueva ventana que refresca los cielos!
Espero que la sociedad tenga los ojos de Etienne y descubra prodigios en las hojas luminosas de este libro.
Pronto llegará el otoño. Los parques y bosques se llenarán de hojas secas. El Maestro Álvarez Solís tiene la mano levantada y nos muestra un puño de hojas frescas, como si quisiera decirnos que aún hay esperanza de una nueva primavera. ¡En buena hora!

lunes, 10 de septiembre de 2007

REALISMO FANTÁSTICO

Vargas Llosa dijo ayer que: "el término realismo mágico ha sido siempre inexacto". Este término designa la obra de escritores como García Márquez, Isabel Allende y José Saramago (bueno, en este caso el término está justificado porque un mago hace magia).
Tal vez Vargas Llosa tiene razón. Y tal vez tenga razón porque la literatura no hace más que completar la vida, y la vida ¡es una e infinita! Todas las posibilidades literarias; es decir, todas las posibilidades de vida, están presentes en la obra de creación.
Lo que a un lector puede parecérsele "mágico", a otro lector puede parecerle simple cotidianidad.
La Secretaría de Turismo ha designado un circuito turístico al que ha denominado: "pueblos mágicos"; es decir, pueblos cuya irrealidad pareciera superar su propia realidad. Comitán, desde siempre, ha sido un pueblo mágico.
Pero no sólo existen pueblos mágicos, también existen hombres y mujeres mágicos, que parecieran ser árboles de otro jardín. Comitán, desde siempre, ha tenido hombres mágicos.
Los universos de García Márquez e Isabel Allende están llenos de hombres mágicos, cotidianos, pues.
Tal vez Vargas Llosa tiene razón. Y tal vez tenga razón porque decir "realismo mágico" debe ser un pleonasmo.
La realidad simple, y compleja, es mágica por todas sus aristas. Basta estar pendiente para ver el prodigio a cada rato. Yo lo vi muchas veces en Comitán. Yo conocí casas mágicas, conviví con hombres y mujeres mágicos y me alimenté de nubes mágicas. Y no hice más que vivir el Comitán cotidiano de cada día.

domingo, 9 de septiembre de 2007

EN UNA ESQUINA DEL PLANETA

¡Como si no tuviera qué hacer! Desde que inicié este blog siento estar parado en una esquina. Veo la gente que camina de prisa y, por fortuna, se detiene ante esta vitrina, "echa un ojo" y sigue su camino. ¡Toda la gente tiene tanto qué hacer!
¡Como si no tuviera trabajo! Estoy en esta vitrina y veo a la gente que pasa, que va por la tortilla, que va a dejar a sus hijos a la escuela o que corre porque ya se le hizo tarde para llegar al trabajo.
¡Toda la gente tiene tanto qué hacer! Y sin embargo, algunas personas se detienen, ven los objetos que muestro en esta vitrina y, generosos, roban un minuto a su tiempo y dejan un mensaje. ¡Y esto es la comunicación! A la manera de aquellos viajeros que pintan sobre una piedra el mensaje de: "¡Acá estuvo fulano!", mis lectores me hacen saber que no estoy hablando solo.
Ruth María Garduño Gil fue la primera lectora que dejó un mensaje. De ahí en adelante más amigos han hecho lo mismo: Carlos Gordillo, Lili González, Mario Guillén (quien dejó un rato su blog de "Politiquerías" para acrecentar el diálogo de esta libreta de apuntes), Carlos Rojas, Juan José Zepeda, José Luis Campero y Juan Carlos Gómez Aranda (político de excepción).
Ellos, ¡como si no tuvieran qué hacer!, me han cedido un instante de su tiempo. Algunos comentarios han sido personales, pero otros han abonado a este diálogo en el que, tercos (como señalara Juan Carlos Gómez Aranda), insistimos en abrir otras parcelas donde no sea el agua de drenaje la que riegue la huerta.
¡Toda la gente tiene tanto qué hacer! Pero este diálogo demuestra que podemos distraer un minuto para la causa común: ¡Comitán!

sábado, 8 de septiembre de 2007

ANIMALES EN SU TINTA

Así se llama un libro que, probablemente, ya está en las librerías de Chiapas. Es un libro que reúne obra gráfica y textos narrativos o poéticos.
Hace un tiempo me escribió Rafael Araujo, artista plástico. Me invitó a participar. Cuando me explicó la característica del proyecto recordé de inmediato un proyecto similar que realizó la Universidad Autónoma de Chiapas, en los años noventas del siglo pasado, cuando el maestro Luis Alaminos era Director de Extensión Universitaria, y Rafa era, por así decirlo, el brazo derecho del Maestro.
El Maestro Alaminos invitó a un grupo de pintores, dibujantes y grabadores a realizar, cada uno, una carpeta de ilustraciones. Cuando el trabajo gráfico estuvo listo, un grupo de poetas escribió textos a partir de dicha obra gráfica. La generosidad del Maestro Alaminos hizo que yo fuera incluido en el grupo de ilustradores. La obra gráfica que presenté fue acompañada con textos de la poeta Yolanda Gómez Fuentes, y al final resultó una carpeta luminosa, más que por mis tintas, por la precisión y armonía de la palabra de Yoly. No sé si aún estas carpetas puedan conseguirse en la librería de la Universidad. Lo que sí sé es que en la Biblioteca Central de la UNACH existen ejemplares para su consulta.
Por esto, cuando Rafa me invitó para que, en esta ocasión, yo participara como narrador y no como ilustrador, acepté de inmediato.
Ambos proyectos me dieron la oportunidad de ver las dos caras de la luna. En ambos casos dispuse de toda la libertad, pero en esta ocasión debí pasar por una puerta que Rafa me señaló. Una vez que palpé su obra gráfica escribí mi mirada. La vez anterior yo dispuse mi espacio y no tuve que pasar por ninguna puerta.
Aún no conozco físicamente el libro "Animales en su tinta", pero sé que, desde ahora, es un aporte al arte de Chiapas. La conjunción de la plástica con la literatura abre una puerta inédita al lector. Esta puerta no hace más que invitar al lector a un espacio en donde tiene toda la libertad para crear sus propios espacios y sus miradas nuevas.
Un abrazo a los promotores de este logro editorial.
¡Va por Chiapas!

viernes, 7 de septiembre de 2007

EL VUELO DE UN AVE

Murió Pavarotti. ¿Y? En apariencia no sucedió nada. Hoy el mundo comienza a olvidarlo. Pocos lo comentan ya. Otros sucesos tienen relevancia. Ya no se escucha la noticia en el mercado, en el parque, en el café, en las salas de las casas, en las aulas de las escuelas, en los vientos enredados, o en los radios de los taxis.
Pero, ayer ¡sucedió un prodigio! Porque un prodigio fue Pavarotti. Uno de sus amigos comentó que la voz de Pavarotti era ¡luminosa! Esta palabra me impresionó, tal vez para siempre. ¡Los hombres luminosos son los que hacen la diferencia!
Estoy seguro que ayer en Comitán, igual que en gran parte del mundo, una marejada de arias inundó todas las playas. En las peluquerías, en los restaurantes, en los bares, en los radios de los microbuses y en las esquinas más perdidas se oyó el canto del cenzontle más bello del siglo.
Murió Pavarotti y en apariencia no sucedió nada. Mas, de acuerdo con la certeza científica que el mínimo vuelo de una mariposa afecta todo el universo, el día de ayer esa marejada de canto bello inundó nuestro espíritu y esto nos hizo, aunque fuera por un instante, llenarnos de luminosidad. Por la fuerza del hombre más bello el día de ayer fue ¡el día de la ópera en todo el mundo! Como el Cid, Pavarotti es un hombre que sigue dando luz después de muerto.
¡Que Dios bendiga por siempre el canto de este hombre! ¡Que Dios bendiga la lluvia que, el día de ayer, mojó nuestros desiertos tan inundados de Paulinas Rubios!

lunes, 3 de septiembre de 2007

INVENTARIO


Dios mediante regreso el jueves. Voy a leer salmos un rato.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Juan Rulfo en Comitán

Los escritores reconocen que hay algo más. En el acto de la escritura hay algo como una luz, algo como un dictado que aparece de pronto a la hora de la escritura.
El acto de creación no le corresponde al creador al cien por cien. Hay algo más, algo que está fuera de los dominios de la razón. Este "algo" es nombrado como inspiración. ¿De dónde proviene esa luz que está dentro del escritor pero que, a la vez, está muy lejos de él? Es como un soplo indefinible.
Cuando tomamos una novela o un libro de cuentos o un libro de poesía hallamos tres elementos en la portada. El primer elemento es el diseño de la tapa, ésta puede contener una fotografía, una viñeta, un sello o un simple color de fondo. Es como una instantánea que da marco a los otros dos elementos.
Los otros dos elementos están constituidos por nombres. Un nombre señala el título del libro y el otro nombre es el nombre del creador. Pero el creador sabe que ese nombre también contiene la luz indefinible de lo que no tiene nombre.
Si tomo un libro de Juan Rulfo, ahí, en la portada, aparece su nombre. El hombre ya está muerto, pero algo de él sigue dando vida cada vez que un lector abre un libro con su nombre. Pero el libro con el nombre de Juan tiene algo más, la presencia de ese dictado que Juan nunca supo de dónde provino. Así es con todo acto de creación. La obra siempre está por encima del hombre. Por eso el libro, la obra de arte, llena de luz la vida del lector y del espectador. Esa luz no proviene por completo de la mente de un hombre. La luz del arte tiene su fuente en el mismo lugar de donde proviene la energía que mueve al universo y a los demás universos alternos.
En Comitán leí por primera vez a Juan Rulfo. El día que tomé un libro con su nombre, Juan se sentó a mi lado, caminó por las calles de mi pueblo, respiró los mismos cielos y, asombrado, igual que yo, dejó que la luz indefinible de su libro le dijera que había algo que no le correspondía a él al cien por cien.
Los escritores saben que hay algo más. ¿Lo reconoce el hombre?
El escritor soberbio se adjudica el acto de creación al ciento por ciento; el escritor humilde reconoce que hay algo más, una luz que está muy por encima de él.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Los cristales que no dan luz

Un amigo escritor me dice que sigue escribiendo en su máquina mécanica, ¡no soporta las computadoras! Mi amigo tiene más edad que yo, y yo superé hace rato la raya de los "sin cuenta". Mi amigo se paralizó en algún instante y quedó sin dar el siguiente paso.
La gente mayor tiene una propensión a ignorar los avances tecnológicos. La gente mayor tiene "miedo" a un nuevo conocimiento. La gente mayor acumula mucho pasado, pero está vacía de presente.
El viejo que se sienta todas las tardes en la banca del parque central de Comitán puede darse el lujo de ignorar todo lo actual; el viejo que va todas las tardes al café de la Casa de la Cultura y sólo se dedica a ver pasar el mundo puede darse el lujo de ignorar todo lo actual; pero el viejo que tiene un compromiso con la vida y aún imparte clases en las secundarias, bachilleratos o universidades del mundo ¡no puede hacerlo! El viejo que tiene un compromiso con la vida pública y habla en la radio, escribe en periódicos, dicta conferencias, es director de bibliotecas, trabaja en la presidencia o en alguna dependencia pública ¡no puede darse el lujo de ignorar las veredas por donde andan enredados los jóvenes!
¿Cómo dar certezas al mundo si se ignoran los caminos por donde ahora camina el mundo?
El viejo maestro o el maestro viejo debe estar actualizado. Si es posible, debe saber más que los jóvenes.
El maestro viejo debe leer lo que leen los jóvenes y debe seguir leyendo lo que los jóvenes no leen.
El maestro viejo debe mirar lo que ven los jóvenes y debe seguir mirando lo que los jóvenes no ven.
El maestro viejo debe escuchar lo que escuchan los jóvenes y debe seguir escuchando lo que los jóvenes no escuchan.
El maestro viejo debe poder mandar y recibir mensajes a través del celular, debe conocer el Mp3.
El maestro viejo debe saber que el cristal no es ahora un simple vidrio, sino una droga que está acabando con el potencial de los jóvenes.
El maestro viejo debe saber qué es lo que sucede en las fiestas "rave".
El maestro viejo debe reconocer el lenguaje mutilado que hoy usan los jóvenes y debe emplear con mayor profundidad y conocimiento el lenguaje que los jóvenes no usan más.
Los viejos, tal vez, debemos ser más jóvenes que los propios jóvenes para sorprendernos ante los avances tecnológicos y apropiarnos de estos como si la vida comenzara apenas hoy.
¿Por qué debemos hacer esto?
Porque hay viejos perversos que están conformando el mundo a su imagen y semejanza y están mandando a los jóvenes a un pozo muy profundo.
Sólo los viejos comprometidos con la vida ¡pueden dar certezas!