jueves, 26 de noviembre de 2009

Nobleza obliga


Bris supo que me operaron. Me envió un correo de aliento. A su mensaje agregó un textillo de Susan Sontag.
Bris es generosa, aparte de sus palabras, me envió un ramo de la Sontag.
Como se hace en las familias agradecidas, de inmediato saqué un florero, lo llené con agua hasta el cuello y coloqué el ramo de palabras de la Sontag.
Ahora que escribo esto veo el florero sobre la mesa de centro.
A Bris le dije que no leería a la Sontag de inmediato. Por el momento estoy como en un llano donde no hay montañas.
Tengo mi Biblia y leo Salmos. ¡Ah,estos hilitos de agua limpia hacen mucho bien al espíritu!
Leo un compendio de revistitas de la Familia Burrón mientras mi mamá (¡Que Dios la llene de luz, siempre, siempre!) me prepara un plato con fruta (¡Que Dios ilumine a doña María Elena, a Paco Gamboa, a la maestra Dely, a mi tía Betty que en lugar de piedras han puesto fruta en mis caminos en estos últimos días! Bueno ya entrado en peticiones, que Dios bendiga siempre a todos los hombres y mujeres buenos que me han dado mucho cariño en estos días).
Una vez en Puebla, hace ya mucho tiempo, tuve una dolencia que me obligó a estar en casa dos o tres días, botado en la cama. Un afecto llegó y me dijo: "Como sé que te gusta te traje El Ciudadano Kane" y me dejó la película que había rentado en un blockbuster. En efecto, esta película puedo verla mil y una veces; pero esa vez ¡no la vi! Le dije que, por favor, pusiera una película del Santo que por ahí tenía.
Cuando quiero ser un niño feliz veo películas de Tarzán o de El Santo; leo a Memín Pinguín; escucho marimba. Soy sencillo, casi simple. Claro, y no por ser snob, a veces le entro a Fellini y escucho a Mozart.
Ahora, gracias a la Bris bonita, tengo un ramo de Susan Sontag sobre la mesa.
Que Dios bendiga a los espíritus nobles y también a los Nobles.