sábado, 9 de enero de 2016

CARTA A MARIANA, DONDE LUIS VUELA ENCIMA DEL AIRE



Dedico esta Arenilla a todos los lectores del Diario de Comitán.
Que el 2016 sea pródigo en bendiciones.



Querida Mariana: ¿Qué puede construirse con el aire? Esta pregunta me la hizo Iriana (así, con I, Iriana) un mediodía que tomábamos una cerveza en un café al aire libre en Jalapa. Frente a nosotros, en el parque, una parvada de palomas comía los granos de maíz que un viejo les regaba. La parvada, muy disciplinada, picoteaba; luego se desperdigaba y una o dos palomas tomaban agua de la fuente o volaban cuando una niña corría y las espantaba con sus brazos en alto. Era un mediodía lleno de luz, armonioso. Iriana reía y su risa se colgaba de las lianas del aire. En medio de la plática me hizo la pregunta: ¿Qué puede construirse con el aire?
El otro día, Luis Aguilar Castañeda, el creador del busto de Rosario Castellanos que está contra esquina del Teatro de la Ciudad y de la escultura que está al lado del palacio municipal me dijo que le gustaría que, cuando muera, un poco de sus cenizas se esparza en cada una de las esculturas que ha hecho para Comitán. Pensé entonces en el aire y en la permanencia del bronce, materiales con que están hechas las esculturas de Luis. Pensé entonces, en la pregunta de Iriana: ¿Qué puede construirse con el aire?
Nunca he estado en un taller de fundición, por lo tanto, jamás he visto cómo se hace una escultura. Emilio me contaba que él vio una vez a un escultor hacer una figura con cera de abeja, vio cómo con sus manos y unos palillos de madera formaba una figura bellísima. Imaginé que era un poco la técnica que el maestro Güero Mandujano enseñaba a los alumnos en la secundaria del estado y en el Colegio Mariano N. Ruiz, en las décadas del sesenta y setenta del siglo pasado. El maestro Güero utilizaba la plastilina para el modelado de las figuras. Emilio dijo que cuando el escultor tuvo lista la figura de cera la barnizó con un líquido especial que se solidificó. La figura la metió a un horno y la cera se derritió y salió por unos huecos que en la base tenía. El molde lo rellenó con oro líquido (sí, con oro líquido) y al final del proceso tuvo una escultura hecha de oro puro. A Emilio le pregunté si no me estaba mintiendo, con sus dedos hizo una cruz y la llevó a sus labios: Te juro que no, lo vi con mis ojos. Así fue, dijo. Entonces le creí. Una vez vi en el Museo de San Carlos una exposición de figuras prehispánicas y, en medio de decenas de figuras hechas en barro, resaltó una figura peruana trabajada en oro. Sé que el artista peruano prehispánico no la hizo con la técnica que Emilio me explicaba le llaman “A la cera perdida” y acá sí no pregunto por qué se llama así, ya que la figura de cera inicial se deshace y sólo queda el molde que sirve para rellenarlo con oro o con bronce líquido.
Te hablo, Alejandro, dijo Iriana. Sí, dije, te oigo. No sé, Iriana, no sé qué puede construirse con el aire. Las palomas, ahora que vuelan (dije), forman figuras en el aire, las forman con hilos de aire, pero esas figuras son invisibles, no las vemos. Entonces Iriana vio el cielo, ahí donde las palomas hacían mil figuras que se disolvían en el mismo instante, y sonrió, dijo que sería un tormento caminar por en medio de esos tejidos. ¿Imaginas lo que sería si esos hilos que tejen las palomas al volar fueran hilos reales? Dijo que todos seríamos como peces atrapados en redes, a mitad del mar. Luego pedimos la cuenta y fuimos a la Plaza Crystal, bobeamos viendo los aparadores y luego entramos al cine. Ella olvidó la pregunta, pero yo no. A veces me sucede que escucho algo y lo registro para siempre. ¿Qué puede construirse con el aire?
El día que Luis me dijo su deseo de “regar” sus esculturas con un poco de sus cenizas recordé la pregunta de Iriana. Sé que la petición de Luis no la olvidaré mientras viva, porque enlazó la pregunta de Iriana, la enlazó de manera permanente. ¿Por qué? Ah, muy fácil, querida Mariana, porque las esculturas de Luis tienen mucho de aire. ¿Has visto con atención el busto de Rosario? ¿Mirás que el rostro tiene ventanas por donde pasa el aire? Lo mismo sucede con la otra escultura, esa que los comitecos bautizaron desde el primer día como “Las dos Lolas” (La figura delgada corresponde a Lolita Guillén, quien fue secretaria municipal durante varias administraciones; y la figura rechoncha corresponde a Lolita Albores, la cronista de nuestro pueblo). En realidad, la escultura se llama “Día Marcado”, obra que obtuvo el Gran Premio de Escultura Rodin, en Japón. Las esculturas de Luis me recuerdan aquel mediodía en que, al lado de Iriana, veía cómo las palomas trazaban figuras en el aire. Las esculturas de Luis son como una parvada de palomas de bronce que, de pronto, por el genio del artista, abandona el macizo de bronce y vuela y deja un hueco por donde el aire juega libre y borda chales tan bellos como los que hacen en el Cerrito Nitre, lugar donde el aire juega con la misma alegría con la que se esconde en los vacíos de las esculturas de Luis.
¿En dónde andará Iriana? No lo sé. Una tarde ella se enojó conmigo. Yo (ya me conocés) que soy escaso para las relaciones no la busqué. Ella (terca y soberbia, un poco igual que yo) tampoco me buscó. El chal que juntos habíamos bordado se volvió paloma y voló, hizo unas figuras no visibles en el aire y se desintegró como se desintegran los amores eternos, como el polvo, como la ceniza en que terminaremos nuestra vida. Una vez regresé a Jalapa, tardé varios días, caminando y bebiendo esos cielos donde el Cofre de Perote pareciera estar al alcance de la mano. Fui, ahora lo confieso, invocando el nombre de Iriana. Deseaba tanto que, al dar vuelta en cualquier esquina, me topara con ella y ella me reconociera y, con una sonrisa, me preguntara qué me había hecho todos esos años. Pero tardé más de una semana, y ese tiempo fue suficiente para saber que mi destino era otro. Si la hubiese encontrado, tal vez habría intentado dar respuesta a su pregunta: ¿Qué puede construirse con el aire? Ya había aprendido, a través de las obras de Luis, que la vida es una escultura hecha a la cera perdida, que las cosas que se pierden no se pierden del todo, sirven para hacer el vacío que construye el molde que puede llenarse con nubes o con pétalos (nunca con oro).
Cuando Luis dijo lo que dijo, traté de hacer un recuento de sus obras en Comitán. A las dos ya mencionadas, agregué El León de La Pila y el conjunto escultórico de músicos que está en la Plaza del Arte, frente al templo de San José. ¿Cuál otra, Luis, cuál otra? ¿Vale incluir la marimba que está en el crucero de la carretera internacional y la carretera que va a Tzimol? ¿Se vale? Esta escultura metálica, hemos coincidido vos y yo, significa un gran riesgo porque no ha tenido el mantenimiento necesario y las barras metálicas que sirven de base se están oxidando, corroyendo. ¡No quiero pensar lo que puede suceder si esa estructura se cae a mitad de la carretera! ¿Qué hacer, Luis? En este país (menos en este estado) nadie se preocupa por dar mantenimiento a las obras de arte. Hay muchísimos murales que están llenos de humedades. Creo, de veras, así lo creo, lo mejor sería desmontar esa marimba y colocar una de tus obras en bronce que no sea tan frágil. En fin.
¿Qué puede construirse con el aire? Ah, Iriana, ahora sé que puede construirse todo y más. No sé por qué aquel mediodía no supe qué responder. El aire me tocó desde niño, desde que miraba a mis amiguitos volar los papalotes. Ahí, en ese momento, en los hilos que ellos jalaban a la hora de correr para elevar el papalote estaban construyendo esas figuras invisibles que son los cimientos de los sueños. Dicen que Walt Disney dijo que si algo puede soñarse ¡puede hacerse! Ahora lo sé. Las esculturas de Luis, rotundas, pesadas, inamovibles, porque están hechas de bronce, tienen huecos por donde el aire juega y brinca la cuerda a la hora que el aire se vuelve ventarrón o juega a ser culebra de viento. Ah, las esculturas de Luis son como papalotes. No es un absurdo decir que él, cuando jugaba con la plastilina en clase del maestro Güero, antes de armar la figura la imaginaba y la construía completa, con ambas manos, en el aire, hacía figuras invisibles y luego, al estilo de los dioses, soplaba sobre ellas, les insuflaba vida. ¡Ah, Luis vuelo de paloma, Luis chal de aire!

Posdata: Desde que Iriana se fue, supe que toda relación está hecha de aire, por eso -qué pena- los amores eternos duran lo que dura un papalote antes de enredarse en una rama o en un cable de luz. Pero, asimismo, supe que de aire están hechos los sueños y, ya lo dijo don Walt, si puede soñarse puede hacerse realidad. ¿Qué puede construirse con el aire? La leyenda dice que los dioses hicieron hombres de maíz y el “Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron, como cuando se sopla la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca.” ¿Mirás, querida Mariana? Este es el poder del vaho, del aliento, del aire. Luis sueña y luego construye sus sueños y sopla, sopla sobre ellas, ¡les da vida! ¡Ah, el aire, la vida!