sábado, 4 de mayo de 2019

CARTA A MARIANA, CON ESPERANZA INCLUIDA




Querida Mariana: Dicen que las comparaciones son odiosas, pero ahí tenés a medio mundo haciendo comparaciones por cualquier tema. El maestro Javier compara la educación en México con la educación que se imparte en Finlandia; Romeo compara el nivel competitivo de la selección de fútbol de Francia con la rascuachita (así lo dice) selección de México. En fin, las comparaciones son todo lo odiosas que querás, pero medio mundo las usa para ejemplificar diversos estados de desarrollo y, tal vez, ser un acicate para que el otro, el jodidito, le eche más ganas.
Y digo esto, porque en Comitán, a cada rato, comparamos nuestra ciudad con la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, a cada rato sacamos a brillar la fábula de las cubetas y de los cangrejos, que se aplica en todo el mundo para ejemplificar la diferencia entre un país educado en el espíritu colaborativo y otro país díscolo e irresponsable. ¿Recordás la fabulita? La fábula cuenta que un compa estaba en una playa chiapaneca con dos cubetas, una tenía tapa y la otra no. En ambas cubetas echaba los cangrejos que atrapaba. Se acercó una muchacha bonita y le preguntó por qué una cubeta tenía tapa y la otra no. “Ah, porque en una meto los cangrejos coletos y en la otra los cangrejos cositías”, y explicó que en la cubeta con tapa colocaba los cangrejos coletos, porque éstos se montan unos sobre otros y se ayudan a salir, en cambio, los cangrejos cositías no necesitan tapa, porque en cuanto ven que uno quiere salir los demás lo jalan hacia abajo. ¡Ay, qué fábula tan cruel! Pero, muchos dicen que la historia sí está bien aplicada y la comparación asoma: Los habitantes de San Cristóbal de Las Casas han sido educados en el espíritu colaborativo y los comitecos ¡no!
Por eso, ahora te contaré algo que sucedió en los últimos días y que demuestra que el espíritu colaborativo también está presente en el espíritu de Comitán. Es algo sencillo, pero puede servir como ejemplo para comenzar a realizar las grandes transformaciones que se merece nuestro pueblo.
A ver, comienzo por el principio de la historia, aunque resulte un poco fastidioso o medio mamilón. Hace años comenzaron las redes sociales y éstas llegaron a las casas comitecas, de igual forma que llegaron a casas del mundo entero. Este acto que ahora se cuenta en forma simple significó que los de acá estuvieran en contacto con los de allá y decir allá significa decir ¡todo el mundo! Vos, igual que yo, igual que millones de personas, tenés posibilidad de estar en contacto con amigos y familiares (incluso desconocidos) de todos los países. Yo, así de manera modesta, digo que jamás imaginé que iba a tener una amiga en Francia que se comunica conmigo todos los días, en forma instantánea. Gracias a las redes sociales el mundo se comunica con el mundo. Francisco Domínguez, un comiteco que radica actualmente en San Luis Potosí, vio las posibilidades enormes de esta herramienta y decidió crear una página que se llama: “Imágenes históricas, leyendas y personajes de Comitán”, que persigue el objetivo que dicta su nombre: Que los amigos compartan imágenes históricas, leyendas y testimonios del pueblo común: Comitán. Dicha página del Facebook tiene miles y miles de amigos y muchos de éstos han comprendido la idea original y comparten fotografías del Comitán antiguo y cuentan leyendas escuchadas de sus abuelos y redactan testimonios de personajes simbólicos de este pueblo (hay otros, nunca faltan, que suben anuncios comerciales o sustancias sin sustancia. ¡Nunca faltan!)
Y digo esto, porque hasta en las redes sociales se pueden establecer comparaciones. Hay sociedades que las emplean para el desarrollo común y hay otras que les destinan un uso irrelevante. ¿Qué hacen los alumnos en Finlandia con su celular? ¿Lo mismo que hacen los alumnos mexicanos?
La página de “Imágenes históricas, leyendas y personajes de Comitán” tiene un objetivo superior: Que los comitecos encontremos nuestra identidad a través de testimonios compartidos. Recordemos la frase trillada de que un pueblo sin memoria es un pueblo en proceso de extinción.
Y ahora llego al instante en que los comitecos actuaron como cangrejos semejantes a los de San Cristóbal de Las Casas. ¡Increíble! Alex Hiram Morales Torres (quien la próxima semana tomará protesta como cronista perteneciente al Consejo Municipal de la Crónica) recibió la invitación de las autoridades del INAH (Instituto Nacional de Antropología), de Comitán, para participar, el pasado 2 de mayo, en un ciclo que tiene un nombre bello: “Noches de CafeINAH”. Alex participó con una charla que denominó: “Bellas en el tiempo”, que fue un repaso de las bellas comitecas que han ostentado el título de reinas (las que lo fueron en las celebraciones de las fiestas patrias y las más recientes de la feria de agosto). Alex, como debe ser, en forma humilde y atenta, solicitó apoyo a los comitecos, para que aportaran datos y fotografías de dichas reinas, y así su charla fuera lo más completa posible. ¿Qué creés? Pues que los amigos de la página comenzaron a subir muchas fotos inéditas. Esto hizo que, en menos de diez días, Alex tuviese un archivo muy rico y que, sin duda, sirvió para que la noche de su exposición fuera disfrutada por todos los asistentes.
Veo en este acto mínimo un acto de grandeza, un acto de solidaridad, de desprendimiento, porque (habrá que decirlo) hay muchos compas que siguen con el síndrome del cangrejo jalapatas. Acá, en forma sencilla, medio mundo apuntaló a Alex, le ayudó a salir de la cubeta, se solidarizó para que asomara la cabeza. Con esto ¡ganamos todos!
Llamó mucho mi atención, en forma especial, la aportación de Gustavo Armendáriz Guerra, quien, sin duda, heredó el talento memorístico y la curiosidad histórica de su señor padre. ¡Ah, bárbaro! Con qué generosidad, Gustavo compartió su archivo personal (fotográfico y nemotécnico). Se cuenta (no sé si sea parte del mito) que el papá de Gustavo estuvo a punto de participar en el programa televisivo “El gran premio de los sesenta y cuatro mil”, que era conducido por Pedro Ferriz (papá). La leyenda cuenta que Gustavo Armendáriz (papá, ex gobernador de Chiapas) participaría con el tema: Vida y obra de Belisario Domínguez. Por alguna razón don Gustavo ya no participó. Si lo hubiera hecho habría ganado, porque él era un experto en la vida y obra de nuestro prócer, así como era un experto en la historia de nuestro estado. Ahora su hijo se muestra como un gran conocedor de los vericuetos de nuestro pueblo y como un generoso amante de Comitán.
Muchas otras personas subieron fotos y aportaron datos; es decir, muchas manos ayudaron a que otro comiteco tuviese información para compartir con los demás. ¡Así se construyen las sociedades!
Digo que fue un ejemplo sencillo, pero fue un acto nobilísimo.
Las comparaciones son odiosas, pero existen y funcionan, porque son ejemplo de cómo las grandes sociedades han crecido. Las grandes sociedades crecen con la participación activa de todos sus integrantes, a favor de causas nobles y benéficas. Quien se reserva datos de interés común y no los comparte es cangrejo envidioso.
¿Quiénes salvaguardan la identidad de Comitán? ¿Sólo los cronistas oficiales? ¡No! La identidad de Comitán está en manos de todos los comitecos, somos los comitecos quienes reconocemos nuestros principios y valores.
César Canales es un fotógrafo que labora en el Ayuntamiento Municipal. ¿Recordás que un día te conté que él me tomó una fotografía muy bella que subí en mi perfil de Facebook? Su calidad fotográfica acaba de ser reconocida con el primer lugar en el Tercer Concurso de Fotografía “Comitán y su magia”, organizado por la revista digital Mira Quién. El otro día, los usuarios de Facebook pudimos leer un reportaje del boxeador comiteco “Monito Aguilar”. El reportaje es estupendo, tiene excelente redacción y fotografías de gran calidad. ¿Sabés quién hizo ese trabajo? ¡César! Sí, al César lo que es del César y adiós ¡que te vaya bien! César apuntala nuestra sociedad. Ahora, en nuestro pueblo, hay una gran cantidad de fotógrafos de calidad en nuestro pueblo, y veo que ellos se ayudan, se dan tips, fortalecen su trabajo creativo. Esto me da mucho gusto.
Posdata: En la Ciudad de México existe la calle de República de El Salvador. Recuerdo que ahí hay muchas tiendas de chunches electrónicos. Quien necesita un chip sabe que ahí lo encontrará, si no en una, en otra o en otra tienda, porque hay muchas.
En Comitán, la gente odiaba que alguien abriera una farmacia frente a otra. ¡Cómo se atrevía! Bueno, ahora, un grupo de indígenas chamulas (sí, de los Altos de Chiapas) ha abierto una serie de florerías, una al lado de la otra, en la calle que sube al templo de Guadalupe. ¿Se hacen competencia? Por supuesto que sí, una sana competencia. Pero la gran ventaja es que el comiteco que necesita un arreglo floral, por la causa que sea, sabe que ahí es la zona de florerías. Los chamulas han hecho una zona floreciente. Acá hay otra lección, sencilla, pero grandiosa.