viernes, 10 de mayo de 2019

CARTA A MARIANA, CON UNA MONEDA EN LA FUENTE




Querida Mariana: La fuente del parque central es un lugar simbólico en Comitán. Se ha convertido en referencia y en un lugar de las citas. Con frecuencia se escucha que una amiga le dice a otra: “Nos vemos en la fuente.”
No se ha hecho costumbre, pero algunos visitantes, como si estuviesen en la Fuente de Trevi, en Roma, se paran de espaldas a la fuente y avientan una moneda. Recordemos que esta práctica fomenta la ilusión del regreso, quien avienta una moneda en la fuente garantiza el retorno.
Ayer, en la tarde, la fuente fue el lugar convocado. Cientos de mamás se dieron cita para festejar, en forma anticipada, el Día de la Madre. El Ayuntamiento Municipal invitó a las madres comitecas. La invitación, imagino, fue en estos términos: “Las esperamos en la fuente del parque central”, y cientos de mujeres acudieron. Les dijeron que habría rifas, ¡y acudieron!; les dijeron que habría marimba, ¡y acudieron! Acudieron cientos de mamá acompañadas de sus hijos, y muchas llevaron a sus esposos, y algunas solteras llevaron a su pareja y platicaron del día que sean mamás, mientras los novios tragaban saliva.
Todos los días, la fuente del parque central de Comitán se llena de decenas de palomas que, ¡dichosas!, detienen su vuelo y se refrescan con el agua. Ayer, en la tarde, las palomas buscaron los aleros del templo, porque ese espacio se llenó de mujeres que tuvieron un momento feliz. Bajaron desde Candelaria, desde la Cruz Grande, desde La Cueva; subieron desde El Cedro, desde Yalchivol, desde La Pileta; bajaron y subieron y el chorrito de la alegría se hizo grandote y se hizo chiquito. Fue un conjuro para que la fuente perdiera el mal humor que presagió don Gabilondo Soler. La fuente, esa tarde, tomó la cara amable que tenía el cielo de Comitán. Y no sólo fue la fuente, sino el entorno. El parque caminó más flor de jacaranda, más aroma de framboyán, porque en el escenario tocaba la marimba municipal y los ecos trepaban a los andadores del parque, ahí donde los muchachos del Cbtis 108 caminaban, bromeaban, ante los ojos de las personas que, sentadas en las bancas, disfrutaban una tarde limpia, transparente.
Al acto acudieron el presidente municipal y su esposa. En su mensaje, el presidente municipal felicitó a las mamás comitecas y les agradeció “por ser el motor de Comitán”. Todo mundo sabe que eso no es una mera declaración. Todo mundo sabe que las mamás son factor esencial para el buen desarrollo de las sociedades. Sin rémoras de Complejo de Edipo, los hijos saben que el cariño materno es insustituible. Medio mundo alaba los guisos de mamá, medio mundo recuerda (a veces con malestar absurdo) el cariño desmedido, la preocupación exagerada. Ellas siempre están pendientes para que los hijos no se malpasen en sus comidas, siempre lleven el paraguas, la bufanda, el suéter, la chamarra; siempre están recomendando que los hijos no lleguen tarde a casa, porque ellas (incluso las que laboran fuera de casa) regresan temprano al hogar, porque ellas son la flama del hogar, el leño para la chimenea fundamental.
Ayer, el ayuntamiento comiteco realizó un acto sencillo, pero lleno de vida. El espacio de La Fuente ¡se llenó! En las gradas y sillas, como dicen los clásicos comentaristas deportivos, no cabía un alfiler más. Los dos trompetistas y los dos saxofonistas estuvieron en primera fila del escenario, atrás estuvieron los marimbistas. Los sax y las trompetas rasgaban el aire tranquilo y lo ponían a bailar. El aire se movió como si sus dedos fueran lianas enredándose en el árbol de la vida. Contagiado (¡nadie podía resistirse!), el presidente municipal sacó a bailar a una mamá comiteca y ambos les sacaron brillo a las lajas ya un poco desgastadas de ese espacio simbólico de Comitán.
Allá en La Fuente había una manzana. Un día derruyeron la manzana y edificaron la fuente, que hoy es el lugar donde los comitecos se congregan.
A un lado del escenario, las autoridades colocaron una mesa de regalos, cientos de regalos, para la rifa. El maestro de ceremonias preguntaba qué deseaban las mamás y éstas, como un solo organismo, levantaban las manos y gritaban: “¡Rifa!”, y las manos “santas” sacaban el número ganador de la urna, mismo que era voceado. De inmediato, una mamá levantaba la mano con el boleto ganador y se paraba del asiento para ir por su regalo, que bien pudo ser una plancha, un cobertor, juegos de sábanas, extractores de jugo y muchos regalos sorpresa, porque estaban bien envueltos, como se hacía antaño, en papel de china. El doctor en derecho Javier Arias hizo notar que muchos de los obsequios estaban envueltos en bolsas de Liverpool, tienda que hace poco tiempo abrió una sucursal en esta ciudad.
El presidente municipal hizo notar que los cientos de objetos de la mesa de regalos habían sido otorgados por parte de los directores y coordinadores del ayuntamiento.
Posdata: El centro de Comitán, la tarde del nueve de mayo, estuvo lleno de vida. Las mamás estuvieron contentas, por un rato botaron la rutina y movieron los pies y las manos del espíritu al ritmo de la marimba; y sus ojos, como golondrinas, volaron con los bailables del grupo de danzantes de Tenam.
Por la noche, volvieron a sus casas, algunas (muchas) llevaban entre manos un regalo; todas llevaban en su corazón el sabroso recuerdo de un instante generoso, alegre.
Fue un acto sencillo, fue un acto sublime. Muchos desearon lanzar una moneda en La Fuente del parque central, para que estas rondas de vida sean constantes, permanentes.