martes, 28 de mayo de 2019

CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA QUE LA ONDA ES CIRCULAR




Querida Mariana: Círculo colectivo publica CÍRCULO. Tienen un lema muy decidor: La onda es circular. El 27 de mayo publicó su edición digital 003.
Tengo muchos hilos para amarrar acerca de esta publicación digital, pero hoy sólo hilaré dos o tres, como si el tiempo fuera uno de esos atrapa sueños que venden en los mercados artesanales.
Diré, querida mía, que es una publicación realizada por un colectivo de jóvenes, hijos de la savia más pura de la creación; diré que su presencia en las redes sociales es un hito; diré que su trabajo alía (como pocas veces se ha visto en esta tierra) el arte de la fotografía y el arte de la narración.
El colectivo de CÍRCULO está formado por un grupo de chavos que no le buscan la cuadratura al círculo, sino que pone a éste a rodar, a rodar como si el sol y la luna no fueran más que las ruedas para su vehículo. Por esto, dicen que la onda es circular, en ambos sentidos: Circular por la forma geométrica perfecta y Circular por el movimiento que debe hacer toda sociedad. Comitán ha comenzado a circular, a circular más allá del círculo, más allá de las subidas y bajadas, más allá de las montañas, donde se vislumbra el horizonte.
Reportajes exactos y precisos; narraciones inteligentes, bien redactas y bien fotografiadas. Digo, querida Mariana, que es difícil hallar la conjunción estrecha de texto e ilustración. Acá está más que logrado.
Pienso que una tarde los integrantes del colectivo se sentaron ante una mesa de café, dejaron sus cámaras digitales sobre las sillas sobrantes y platicaron. Las tertulias, de vez en vez, son los motores que generan las ideas. El problema permanente de las tertulias es que mucho de lo hablado se diluye en cuanto termina el café, es como el chincaste de la vida, las grandes ideas se quedan en el fondo de las tazas y se van al desagüe en cuanto las tazas son lavadas.
En este caso, en el caso de CÍRCULO, no sucedió así. La idea fue como una paloma que voló y bebió agua de la fuente del parque central de Comitán. La idea caminó hacia el sendero de la realización, de la ejecución. Recordemos que los viejos siempre han dicho que el camino del infierno está hecho de buenas intenciones, mas el camino del cielo de la creación está enladrillado de gentiles realizaciones. CÍRCULO no se ha dormido en su aro; al contrario ¡ha comenzado a colocarle tejas al techo de nuestra casa común!
El trabajo que ellos realizan se une al trabajo de los cronistas que en este pueblo, de manera concienzuda, realizan día a día. Y en el trabajo de estas ramas, hijas del viejo tronco común, está la ventaja de una labor fotográfica de excelencia, porque ellos (los ¡Circulantes!) forman parte selecta del selecto grupo de los mejores fotógrafos de la región, de Chiapas, de México, del mundo.
En buena hora los circulantes decidieron ponernos a circular.
Decía que el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones; decía que la creatividad efectiva es la que coloca ladrillos al camino del cielo. El sexenio gubernamental anterior pretendió MOVER A MÉXICO, no sólo no lo logró, sino que le injertó (en mala hora) de un estatismo secular. Estos muchachos, de manera modesta, pero dignísima, nos están poniendo a circular.
No sé si has leído alguno de estos reportajes, no sé si vos te has acercado a esa ventana circular (como claraboya de trasatlántico) y has tenido el privilegio de dar agua al colibrí que aletea en tu mirada; no sé si vos has bebido de esa agua y te has solazado en ese trabajo fotográfico y de redacción muy bien logrado. Si no lo has hecho te invito a hacerlo. Después de ese chapuzón intelectual regresarás más limpia, más fresca.
La crónica del mundo debe celebrar el nacimiento de este colectivo. Están dejando un legado con cara pringada de luminosidad. La onda es circular, ir de un lado a otro, llegar al mismo punto después de un recorrido de trescientos sesenta grados, llegar al mismo punto (Comitán) pero con la experiencia de un viaje hijo del asombro y de la luz y de la reflexión. Quien se sube a este cayuco y boga sobre el río de la creatividad recibe el aire en su cara, deja que el viento forme olas en su cabello, permite que la vida sea un pájaro con una rama en el pico para construir un nido.
En el lema “La onda es circular” advierto resabios de los años sesenta, cuando la palabra Onda ¡era la onda!
¡La imaginación al poder! Este fue el grito que, en los años sesenta, enarbolaron los jóvenes de esa generación de la onda.
En el lema “La onda es circular” advierto resabios de la creación literaria mexicana de aquellos años. Ahí, en ese círculo hay paredes con los nombres de los llamados escritores de la onda: José Agustín, Parménides Saldaña, Gustavo Sáinz y René Avilés Fabila, circulantes que sembraron letras a mitad de un campo sembrado con marihuana y hongos alucinógenos; ellos sembraron ideas literarias en campos sembrados con cactus que mostraban dedos haciendo la v de la victoria (la de Churchil, la de los chavos sicodélicos, la de los hombres de buena voluntad que propugnaban por el amor y paz y por el amor libre.)
En tiempos que lo chido es lo celebrado, celebro que la onda vuelva a circular.
Posdata: Celebro mucho la labor de los circulantes comitecos. Su trabajo enaltece al talento de esta tierra, tierra hecha con barro y con nube y con agua de lluvia y con un arco iris enredado en un atrapa sueño.