jueves, 29 de agosto de 2019

CARTA A MARIANA, CON CARTA DE DERECHOS




Querida Mariana: En la preparatoria conocí detalles de la Carta de la Declaración de los Derechos Humanos. Uf, te hablo de los años setenta. Desde entonces sé que la ONU, en 1948, en la maravillosa París, dio a conocer treinta artículos, que firmaron los países pertenecientes a la Organización, donde están consignados los derechos universales. Recuerdo que uno de los artículos menciona que cualquier ser humano tiene el derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. No obstante, hay países en los que tal derecho no se cumple. Leo a Leonardo Padura, escritor cubano, y me entero lo que medio mundo sabe: los cubanos no pueden salir libremente de su país, se trepan en una balsa y ¡huyen de su país!
Digo esto, porque el tema de los Derechos Humanos es un tema complejo y vigente. No todo mundo tiene conocimiento de ello. Es una pena, porque, nos han dicho los expertos: Los que no conocen sus derechos no saben si éstos son violentados. ¿A qué tengo derecho como ser humano? Yo, me declaro ignorante en la materia.
Por esto, es motivo de júbilo el hecho de que en la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, de nuestro pueblo, el 23 de agosto pasado se haya inaugurado el Diplomado en Derechos Humanos para Organizaciones Sociales, Campesinas y Líderes Comunitarios. Privilegio para Comitán que fue sede de un acto que se realizó en sólo cinco sedes más del país: Culiacán, Sinaloa; Chilpancingo, Guerrero; Coyoacán, Ciudad de México; Chihuahua, Chihuahua; y Mérida, Yucatán. El acto inaugural fue de vital trascendencia. Todas las sedes mencionadas se conectaron en línea, en vivo, a las cinco de la tarde, para presenciar la ceremonia donde la maestra Leticia Cano Soriano, directora de la Escuela de Trabajo Social, de la UNAM, y el Maestro Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hicieron la declaratoria inaugural de este diplomado, en la Ciudad de México. Fue especialmente emotivo el momento en que la maestra Cano Soriano mencionó a Comitán como una de las sedes y envió saludos a los estudiantes asistentes y al maestro José Hugo Campos Guillén. Imagino que como sucedió en las demás sedes del país, acá, en el auditorio de la universidad, los más de cincuenta asistentes aplaudieron emocionados. Sí, hubo emoción, porque los asistentes están inscritos a un diplomado que, con duración de ciento veinte horas, les permitirá profundizar en el conocimiento de los Derechos Humanos, para que, como dijo la maestra Soriano, en su mensaje, los asistentes se formen “como defensores de los derechos humanos.”
El diplomado es gratuito y está avalado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la UNAM; y la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social, institución a la que pertenece la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar. La unión de instituciones tan prestigiosas ayuda a entendernos más como sociedad.
A la hora que el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo uso de la palabra envió saludos a la maestra Yolanda Pérez Lara, quien es coordinadora en Comitán, de este diplomado.
Los más de treinta alumnos que se inscribieron al diplomado llevarán nueve módulos, con una temática que resulta de lo más interesante. El primer módulo inició el mismo día de la inauguración, después del acto protocolario, los estudiantes se dirigieron al aula virtual “José Armando Gordillo Mandujano”, donde la licenciada Brenda J. Velasco Pérez (de la CNDH) impartió la clase magistral: Enfoque de Derechos Humanos.
Posdata: En el mensaje del maestro José Hugo Campos Guillén resaltó una frase que sintetizó la importancia de este diplomado: “No pueden existir derechos de conveniencia.”
Así es. Yo aprendí en la preparatoria que los derechos humanos son universales y ellos deben salvaguardarse para la sana convivencia. Aprendí que todos los seres humanos tienen el derecho de salir y entrar a su país con total libertad, y que el desplazamiento debe ser de manera segura. ¡Uf!