jueves, 1 de agosto de 2019

CARTA A MARIANA, POR CAMINOS DE ARENA Y AGUA




Querida Mariana: ¡Te la perdiste! La conferencia impartida por el doctor Adán Rocha y el arqueólogo Javier Tovar resultó más que interesante. Me da gusto que, desde Guadalajara, estés pendiente de lo que sucede en tu Comitán y me preguntés cómo estuvo la conferencia, celebrada el pasado viernes 26 de julio. Hubo buena asistencia en la sala de actos, de la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, porque hubo interés por ver lo que nuestros amigos (provenientes de San Luis Potosí y Tula, Hidalgo) dictarían. La audiencia, después de dos horas, salió muy satisfecha. Socorrito, quien acudió en compañía de Amelia, dijo que la conferencia merecía una calificación superior a diez. Socorrito, intelectual comiteca, fue generosa en su comentario, porque la plática logró motivar a los asistentes.
El tema era de por sí apasionante y extraño: ¿Qué relación existe entre la lengua maya y las raíces hebraicas? Por supuesto, niña querida, no me atreveré ni siquiera a hacer una síntesis de lo ahí tratado, porque sería una irreverencia y una tontería. Los dos conferenciantes han dedicado gran parte de su vida y emoción al estudio del tema, tema que no es sencillo, por lo que quien tuviera el atrevimiento de dar un paso sin conocimiento (que es mi caso) lo daría al vacío. ¿Cómo el bolero del parque central te da una síntesis de las derivadas e integrales si apenas concluyó la educación primaria?
Lo que sí puedo decirte es que para entrar de lleno al tema: La relación de la lengua maya con las raíces hebraicas, hicieron una introducción donde dejaron en claro algo que muchos intuyen y otros comprueban: Colón no fue el primero que llegó a América. ¡No! Antes que el genovés llegaron otros navegantes. ¿Mirás lo que esto significa? Botar, de entrada, lo que nos enseñan en la primaria. Ahí tenés que el 12 de octubre celebramos lo que hoy se llama “Encuentro de dos mundos” y antes se llamaba “Descubrimiento de América”; ahí tenés que en el Paseo de la Reforma, de la Ciudad de México, los habitantes de esa gran ciudad y los visitantes suben la vista para ver la estatua de Colón, estatua que es un reconocimiento al descubridor de estas tierras, y ahora resulta que Colón no fue el primero que llegó a estas tierras. Es una bobera lo que diré (¡otra!) pero pienso que la historia que nos ha contado la Historia es como aquella anécdota de la pareja que en el pueblo le decían América (a ella) y Colón (a él), porque él creía que había sido el primero, cuando todos sabían que ya habían pasado muchos por esas tierras. Bueno, pues la nota introductoria del arqueólogo Tovar y del doctor Rocha consistió en demostrar, a través de una serie de diapositivas, un video y una exposición oral, sencilla y docta, cómo América fue visitada por otras culturas, lo que propició (como sucede en todo proceso de enculturación) que algunos vocablos de aquellas regiones llegaran a esta zona del mundo. Resulta que antes que Colón se echara al mar, al incógnito mar, ya muchos compas habían aprovechado las corrientes marítimas que los ayudaron a atravesar el Atlántico. A través de videos, el doctor Rocha, enseñó cómo, en tiempos más recientes, grupos de científicos realizaron el experimento para comprobar la teoría de dichos viajes anteriores al de Colón.
El arqueólogo Tovar señaló que América es un crisol de razas, y el doctor Rocha dijo que la llamada Mancha Mongólica (que es una mancha que aparece en la espalda de muchas personas, desde su nacimiento) sólo se da en dos razas humanas: la de Mongolia y la Amerindia. De ahí, él concluye que si esto se da en América es porque navegantes de aquella zona llegaron en algún momento perdido en el tiempo a lo que ahora se llama América.
Y después de esta nota introductoria que mantuvo atenta a la audiencia, el doctor Rocha compartió su conocimiento acerca de la lengua hebrea y las posibles relaciones en la lengua maya, en ese apasionante intercambio cultural que se dio antes de que los habitantes de esta zona recibieran la lengua española.
Posdata: Lo que sí puedo sintetizar de esa tarde es que la audiencia comiteca disfrutó la charla de los ponentes y apreció que ellos llegaran a estas tierras a compartir sus conocimientos y pasiones. Como si fuesen antiguos marinos se echaron a la mar de las carreteras de esta república y aprovecharon los vientos alisios que los trajeron hasta Comitán. ¡En buena hora!