viernes, 16 de agosto de 2019

CARTA A MARIANA, DONDE APARECE LA BELLA Y LA BESTIA




Querida Mariana: Camino, a veces camino por el pueblo y, bendito Dios, me topo con instantes prodigiosos. Estaba en el barrio de San Sebastián, curioseando el inicio del desfile de carros alegóricos de la Expo Feria Internacional Comitán 2019, platicaba con el fotógrafo Angelito Gabriel. Apareció Friso, primera princesa, y Angelito dijo que nos tomaría una instantánea, me pidió que quitara mi cara de piedra y tomó la foto. A Friso nada le dijo porque nada había que decirle, Friso sabe posar ante la cámara y ante la vida. Y confirmo lo que digo, ahora que veo la foto. Ella se muestra como es, una niña linda. Y así, como acá está, es como me la describió su mamá, una tarde que platiqué con ella.
Friso es hija de la maestra Guillermina Méndez Argüello y de Ofir de Jesús Méndez Molina, ella de Yajalón, él de Comalapa, Friso, ¡de Comitán! El pasado 31 de julio, Friso cumplió años, su mamá me invitó a comer tamalitos (ella me invitó, pero yo, escaso como siempre, no fui. Yo me lo perdí). ¿Y cómo es Friso?, pregunté. Su mamá extendió una sonrisa como quien extiende una sobrecama y dijo que le encanta la vida social, que es muy agradable. Sí, dije yo, Friso es muy agradable, repetí. ¿Le cuento?, me preguntó su mamá, y yo dije que sí, que me contara, por favor, si de eso siempre pido mi limosna, y su mamá, amabilísima, contó que Friso siempre ha tenido muchos enamorados (se entiende, se entiende), por ello, las serenatas en el barrio andan siempre a todo lo que dan. A mí me emocionó escuchar a la mamá de Friso cuando dijo: “Nuestra hija es nuestro lujo en la familia.” Friso no estaba la tarde que platiqué con su mamá, por eso, ella no escuchó esta oración. Ahora, con toda intención, escribo la palabra oración, porque, en lingüística, oración es la expresión de una idea completa que comienza con letra mayúscula y termina en punto; pero, oración, en términos religiosos, es una plegaria, un dar gracias al universo por un don. Como dijo la mamá de Friso, esta chica es un lujo, es como una caricia de Dios para los que tienen el privilegio de conocerla y tratarla. Para nombrar a Friso es preciso decir su nombre con F mayúscula.
Su mamá me contó que a Friso le gusta cantar (ella es canto), le gusta bailar (ella es un pas de deux), y le gusta hacer ejercicio (es una cuerda de luz sostenida en el aire). Desde siempre, me dijo su mamá, Friso está comprometida con el servicio social, y no es infrecuente hallarla en una casa hogar o en un asilo de ancianos repartiendo su sonrisa y algo más. No duda romper el cochinito y tomar las monedas para hacer un acto de solidaridad. Sí, su mamá así define a su hija: ¡el lujo de su hogar!
Y Friso es una chica comiteca que no titubeó a la hora que Angelito Gabriel le dijo que se colocara a mi lado (o, más bien dicho, yo me coloqué a su lado) para que nos tomara una instantánea. Friso sonrió para la cámara, para la vida, y me regaló este mágico momento (ya dije que ella se acerca con frecuencia a asilos para dar sosiego a los ancianos).
Siempre te he dicho que juego a decir q ue soy un príncipe y esto es así, porque mi papá siempre me trató como tal. Fui la niña de sus ojos. Yo sé, estoy seguro, que, para mi papá, fui su lujo. Ahora, Friso, la primera princesa comiteca, está junto a mí, porque ella, noble por su corazón y por su belleza física, también se acerca con los plebeyos; también sabe en dónde está el gajo donde los príncipes trepamos (esto lo digo en parte como juego, en parte como rasgo de certeza).
Posdata: Ya te conté que en los años setenta me sorprendí cuando don Polo Torres llevó a la región de Los Lagos una cámara polaroid, que en ese tiempo era el último grito de la moda y de la tecnología en fotos instantáneas. Me sorprendí cuando él tomó una fotografía y del chunche brotó una lengüeta que, minutos después, se convirtió en la instantánea de ese momento. Ahora, muchos años después, Angelito Gabriel volvió a sorprenderme, dijo que yo quitara mi cara de piedra y oprimió el botón de la cámara, de ésta brotó la instantánea que me obsequió. En tiempos que ya es difícil tener en manos una fotografía en papel, porque todo se conserva en pantallas de celulares o de laptop, es un privilegio tener en las manos una fotografía en papel. Esta fotografía ya la coloqué en el segundo travesaño de un librero. Estoy con Friso. ¡Ah, qué chica tan linda! ¡Ah, qué flor de quetzal! ¡Ah, qué ala de tenocté! Gracias, Angelito Gabriel; gracias, Friso.
A veces camino por el pueblo y una mano divina me acaricia el corazón. Esta fotografía al lado de Friso, princesa comiteca, ¡es mi lujo!