viernes, 28 de agosto de 2020

CARTA A MARIANA, AMARRADA CON LA BENDITA CINTA DE LA TRADICIÓN




Querida Mariana: vos y yo hemos platicado de la tradición en varias ocasiones; hemos dicho que todos venimos de la tradición. Los creadores no hacen algo de la nada, ¡no! Los creadores siguen lo que realizaron los mayores.
¡Claro!, los soberbios piensan que ellos están descubriendo el hilo negro, pero no es así, el hilo negro está descubierto desde el inicio de los tiempos en que se inventó el hilo.
Acá está la prueba de lo que digo. Juan Carlos Bonifaz presentó un Concierto Didáctico, en la página de Promoción Cultural de Coneculta-Chiapas.
¿Sabés desde qué lugar hizo la trasmisión? Desde una ciudad de la región flamenca de Bélgica. Los chunches electrónicos permiten esos prodigios: que un paisano trasmita un concierto en aquel país y podamos disfrutarlo en su tierra, porque cuando leíste el apellido lo relacionaste, sin duda, con los Bonifaz del pueblo. Sí, Juan Carlos nació en Comitán, pero radica en Bélgica desde hace dieciséis años.
Antes de presentar el concierto contó que él inició sus estudios de música en Chiapas, con Israel Moreno (¡maestrazo!), los continuó en Jalapa, con Rodrigo Álvarez, pero un día, en la Ciudad de México, ganó un concurso de composición y uno de los jurados, que era belga, le dijo que debería estudiar una maestría en su país y Juan Carlos apenas lo pensó, agarró sus chivas y viajó a Bélgica a realizar su maestría. Cuando se fue (es común) pensó que al terminar sus estudios regresaría a Jalapa, lugar donde residía, pero, ¡ah, los recovecos del destino!, su retorno, por el momento, no se ha dado y ya lleva dieciséis años allá, por eso dice que es un mexicano muy belga, y aclaró que no era albur, y al hacer la aclaración supimos que no ha olvidado sus raíces mexicanas, y no las ha olvidado porque el instrumento que ejecutó en el concierto fue, ¿cuál creés?, ¡la marimba!
La foto que envío está un poco oscura, porque no sé hacer capturas de pantalla y las tomo con mi camarita, muestra el estudio de un programa de televisión belga, donde él, al lado de dos músicos más, realizaron un ejercicio de improvisación (un maravilloso ejercicio de improvisación).
Al inicio del programa, contó Juan Carlos, los tres músicos participantes estaban ocultos detrás de cortinas (se aprecia en la foto que te envío). Juan Carlos no sabía que detrás de una cortina estaba Vincent, saxofonista belga, que detrás de la otra estaba Mady, guitarrista africano; y ellos dos no sabían que detrás de la otra cortina estaba Juan Carlos, ejecutante de marimba, comiteco de buena cepa.
Ellos no se conocían ni sabían nada de sus vidas ni sabían qué instrumentos tocaba cada uno. Mady comenzó a tocar un ritmo en su guitarra y luego Vincent lo siguió con su saxofón y luego se integró Juan Carlos con la marimba. Pronto se dio la armonía total, comenzaron a improvisar y llevaron la música a alturas soberbias. ¡Genios los tres!
Juan Carlos, en la presentación del concierto, platicó que esa experiencia es algo que se vive todos los días en Bélgica: la integración de culturas diversas. ¡Qué belleza! Señaló algo que debemos valorar, en ese momento estaban representados tres continentes: Europa, América y África; tres etnias, tres idiomas, tres modos diferentes de ser, pero a la hora que Mady comenzó a improvisar con su guitarra, Vincent habló el mismo idioma y lo siguió realizando variantes, y lo mismo hizo Juan Carlos, la marimba, nuestra marimba, se unió al sonido de las cuerdas y del instrumento de viento y lanzó su canto de hormiguillo de selva. ¡Pucha! ¡Qué genialidad! Si te lo perdiste, sugiero que lo mirés, por ahí el video quedó colgado en las redes sociales.
Vincent viene de la tradición europea, Mady de la tradición africana y Juan Carlos de la tradición americana. No sabemos la historia de Vincent ni la historia de Mady, pero sí conocemos algo de la historia de Juan Carlos, está unida a nombres que no nos son ajenos, ¡al contrario! Su historia personal y su genio creativo está unido al árbol donde resuenan nombres de conocidos paisanos. No los menciono, porque, estoy seguro, olvidaré alguno y esta omisión será imperdonable. Sólo diré que el nombre Bonifaz está ligado al arte desde siempre. Juan Carlos, un mexicano bien belga, ¡belguísima!, viene de esa tradición, una tradición que, ¡por supuesto!, bebe su agua de los mejores ríos chiapanecos.
Posdata: Y Juan Carlos no es el único músico comiteco que anda en tierras belgas. ¡No! Por ahí anda también el gran percusionista Ricardo Liévano Flores, quien también realizó un camino muy similar al de Juan Carlos, porque Ricardo recibió clases con Rodrigo Álvarez, en Jalapa.
Qué orgullo para Comitán reconocer a sus hijos talentosos. Vuelan por cualquier cielo, ellos disfrutan su vuelo y nosotros nos sentimos chentos al recibir la brisa de su vuelo.