sábado, 22 de agosto de 2020

CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE LA VIDA CONTINÚA




Querida Mariana: ¿Mirás lo que dice el letrero en el Hotel Delfín? Son dos palabras sencillas, que he visto en inauguración de locales: ¡Ya abrimos!
Pero, en estas circunstancias, el mensaje no es un mensaje de inauguración, sino un mensaje de reinicio de actividades en tiempos de pandemia.
El mundo está colocando este letrero en muchos espacios: ¡Ya abrimos!, como decir, estamos de vuelta.
Muchas personas han dicho que, en tiempos de pandemia, la vida no se detiene, ¡se adecua! La Organización Mundial de la Salud ha confirmado que el covid-19 llegó para quedarse. De acá en adelante viviremos con él, sobreviviremos. Esa es la consigna: adecuarse a los tiempos.
Por eso, da gusto saber que la vida retoma, poco a poco, el rostro que tuvo antes del comienzo de la pandemia.
Es importante reafirmar que no se debe bajar la guardia. Este reinicio paulatino de actividades no significa que el virus ya esté vencido. ¡No! El virus y su propagación sigue, seguirá.
Lo que significa este mensaje es que, con las precauciones que todos sabemos, podemos, en forma paulatina, reiniciar actividades que estuvieron suspendidas durante la cuarentena.
La actividad turística es un sector que se ha visto muy golpeado, y por consecuencia directa, también el sector restaurantero y el sector hotelero, más este último que el primero. Por eso, emociona saber que el sector hotelero comienza a reactivarse en Comitán.
Todo mundo debe usar cubrebocas, todo mundo debe guardar la sana distancia, y todo mundo debe seguir lavándose las manos con agua y jabón, y evitando tocarse el rostro. Todo mundo empresarial debe desinfectar las instalaciones privadas y comunes. De esta manera, el mundo podrá continuar con la vida, con la hermosa vida.
La pandemia ha obligado al cierre parcial o definitivo de muchas empresas y al despido de muchos empleados. Por esto, el mensaje “Ya abrimos” es una bocanada de aire puro.
La semana pasada, la licenciada Lupita Nájera, directora general del Hotel Posada del Ángel, fue nombrada como presidente de la Asociación de Hoteles – Comitán. Su nombramiento también fue una noticia que inyectó ánimo a la sociedad. Ella ha demostrado una gran capacidad en todos los puestos que ha desempeñado. Sin duda que, su presencia, en estos tiempos angustiosos, dotará ventanas por donde pase luz y reactive el sector hotelero.
Los hoteles de Comitán tienen una gran ventaja con respecto a hoteles de otras ciudades chiapanecas: están levantados en una ciudad maravillosa, una ciudad llena de historia, plena en cultura, armoniosa, dicharachera, afectiva. Sí, Comitán se prepara para celebrar en 2021 el Bicentenario de la Independencia Chiapaneca. ¿Mirás? Nuestro pueblo, ¡nadita!, es la Cuna de La Independencia. Una mañana, el maestro Roberto Ramos Maza dijo que los apellidos que aparecen en el Acta de Independencia son los apellidos comitecos de muchos de nuestros paisanos. ¡Claro! Los descendientes de aquellos hombres y mujeres que, en 1821, iniciaron el movimiento de libertad, siguen viviendo entre nosotros, caminan nuestras calles, comen pan compuesto, huesos estilo Tío Jul, y siguen aportando su talento para la construcción de nuestro pueblo mágico.
Comitán es un pueblo afectuoso, afectuoso su clima, afectuosa su gente.
Me dio gusto ver el letrero en la entrada del Hotel Delfín. Es un mensaje lleno de optimismo. Con todas las precauciones necesarias hagamos que Comitán retome el rostro amistoso de siempre; volvamos a abrir los brazos, con la sana distancia, y le digamos al mundo: ¡Ya abrimos! ¡Vengan! ¡Los estamos esperando! ¡Regresen a vivir la gran experiencia de escuchar el cantadito comiteco, el prodigioso concierto de cenzontles cositías!
Y cuando vi el letrero recordé a doña Chelo Delfín, señora que siempre me prodigó un trato cariñoso. Todo mundo la conoció así: Chelo Delfín, por el apellido de su esposo; en realidad, ella se llamó Consuelo Cristiani Utrilla e inauguró el Hotel Delfín en 1951. Ese día, Comitán y la región supieron que el hotel había abierto. En ese tiempo, había dos o tres hoteles en la ciudad, por ahí andaba el Hotel Central. El hotel de doña Chelo se volvió el hotel preferido de los agentes viajeros que llegaban a Comitán a ofrecer su mercancía: ropa y artículos de ferretería. Se sabe que toda actividad económica crea ramales necesarios. Como los agentes llegaban con grandes maletas, nació el grupo de Chamberos, que eran compas comitecos que ofrecían sus servicios para cargar el equipaje. Pronto, algunos se distinguieron y comenzaron a usar “diablitos” para ofrecer un mejor servicio. Muchos comitecos recuerdan a Mario Mocoso, quien ayudaba a llevar maletas y fue un gran protegido de doña Chelo. No era extraño ver a Mario en el acceso del hotel.
Ahora, muchos agentes viajeros se hospedan en el hotel de la licenciada Lupita Nájera.
La actividad reinicia. Sí, qué bueno. Insisto, debe hacerse siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias. Nada cuesta. Si toda la sociedad hace el esfuerzo de usar cubrebocas, de conservar la sana distancia, de lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, de no tocarse el rostro, el contagio del virus decrecerá y esto hará que nuestra ciudad pueda ser catalogada como una ciudad segura y los visitantes volverán y la vida económica se reactivará y todo mundo saldrá ganando, ¡todo mundo!
Lo hagamos, lo hagamos por nuestro Comitán, lo hagamos por nuestra sociedad, por nosotros mismos. ¡Lo hagamos! ¡Digamos sí a la vida! En medio de la pandemia abramos huecos por donde pase la luz; lo hagamos de manera responsable.
Me da gusto saber que, de igual manera, varios empresarios, en medio de esta crisis sanitaria y económica, han inaugurado nuevos locales. Nos enteramos de la apertura de “Casa Rosario”, de “Montoneras Donas”, de “Amor a granel”, y del “Ta’Bonitío – Taquería y bar”. Todos estos locales y otros más nos mandan un mensaje de aliento, colocan en nuestra mente y en nuestro corazón el letrero de “Ya abrimos”, que es como decir que apuestan por la vida, apuestan por el pueblo. Todas estas aperturas son espacios de generación de empleos. En tiempos de despidos, el hecho de que particulares inviertan y creen empleos da esperanza. Los comitecos, todos, debemos apoyar estos esfuerzos. Si nos tomamos de las manos y hacemos la ronda de la alegría, del consumo local, podremos solventar las dificultades de esta época inédita.
La familia de doña Chelo vivía en la parte posterior de su hotel. Sus hijos tuvieron un doble privilegio: disfrutar un jardín interior y cruzar la calle para jugar en el parque central de Comitán. ¡Ah, qué privilegio!
Su hotel llegó a ser tan famoso, que hubo personas de Tuxtla o de San Cristóbal de Las Casas que viajaban a Comitán sólo para comer en el restaurante, porque tenía una sazón exquisita, el mero sabor de esta región. Entre sus huéspedes distinguidos, el libro de la historia consigna al actor Miguel Torruco, quien fue esposo de María Elena Marqués, también famosa actriz. El actual secretario de turismo es hijo de ambos personajes.
El Hotel Delfín cerró sus puertas el 20 de marzo, para proteger al personal y a los viajeros. Las noticias de la pandemia ya eran un tema de todo el mundo. El hotel permaneció cerrado más de cuatro meses y medio, por esto, ahora que apareció el letrero ¡Ya abrimos!, fue como un vaso de limonada sin azúcar, una limonada fresca, sana.
Ojalá que el mundo entienda este mensaje. Que tengamos la suficiente capacidad para reactivar las actividades sin caer en los excesos. En Europa han vuelto a cerrar sectores, porque la gente ha relajado las precauciones sanitarias. Una segunda ola de contagios ha aparecido. ¡Que no suceda acá! Nos abramos a la vida, sin olvidar que debemos protegernos y proteger a los demás. Muchos compas en las redes sociales recomiendan: Vivamos sin temor, pero con precaución. Es un buen consejo, aplicable a la vida personal y a la vida comunitaria.
Posdata: El corazón de este pueblo siempre está abierto. Ni en los peores momentos ha cerrado sus ventanas. Al contrario, nos reconocemos como herederos de mujeres y hombres valerosos que, en su momento, aportaron su intelecto por Comitán e injertaron su amor en este terreno lleno de luz.
Comitán siempre tiene iluminado el letrero de ¡Bienvenidos! Son bienvenidos todos los seres humanos de buena voluntad.