lunes, 17 de agosto de 2020

CARTA A MARIANA, CON UNA CERA PERDIDA Y HALLADA EN EL TEMPLO DE LA CREACIÓN




Querida Mariana: Nunca he entendido el proceso, pero hay una técnica de escultura que se llama Técnica de La Cera Perdida. En un taller hacen un molde con cera, que, posteriormente, por el milagro del fuego y los materiales, terminará convertido en una pieza de bronce.
Aunque me lo explicara un experto no lo entendería. Mi cabeza no da para tanto. Mi cabeza sólo da para sorprenderse ante el nombre “Cera perdida”. ¡Qué prodigio! No siempre sucede así en la vida, pero hay ocasiones donde de algo perdido asoma algo más luminoso que lo extraviado. En este proceso se pierde la cera, pero se encuentra el bronce. Algo dúctil y frágil se convierte en algo rotundo y perenne.
Vos has visto el busto de Rosario Castellanos que está en una esquina del parque central de Comitán. Esa pieza es de bronce fundido. ¿Siguió el proceso de la técnica de la cera perdida? No lo sé. Lo único que sé es que es una bella pieza, realizada por uno de nuestros orgullos, el escultor comiteco Luis Aguilar Castañeda, quien, generoso, participó en el juego que propone ARENILLA-Video: “Imaginá que te llamás”
Luis jugó y jugó de manera magistral. Como si la palabra estuviera hecha de cera, hizo un molde y lo fundió en el aire y dio como resultados dos respuestas sorprendentes.
La primera pregunta para Luis fue:
Imaginá que te llamás cera, y un niño juega con vos, ¿qué modela?
Y Luis respondió:
“Si yo fuera cera, ¡qué a toda madre!, estaría todo el tiempo en las manos de un niño, le ayudaría a cumplir sus sueños, y, con voz callada, le daría alas, para que en silencio hablara con Dios; le recordaría que el arte se da por la insatisfacción de no alcanzar lo no alcanzado; le enseñaría que el vacío es compañero de la materia, y que mi cuerpo de cera muere ¡para dar vida al bronce!”
¡Ahí está la definición del proceso! Dice Luis: Mi cuerpo de cera muere ¡para dar vida al bronce! ¿Mirás qué prodigio? En este proceso hay algo divino. No logro entenderlo, pero lo intuyo.
La segunda pregunta para Luis fue:
Imaginá que te llamás cera y te volvés nube. ¿En dónde llovés tu cera y qué ocasionás con tu lluvia?
Luis, el reconocido escultor comiteco, respondió:
“Vuelvo a imaginarme que soy cera, que al aliarme a Prometeo me convierto en humo, vacío y nube; dejo, en ese trasmutar, vacío y vacío, el primero lleva en sus entrañas el bronce; el segundo, mira al sol, a la lluvia y a las figuras que Dios ha modelado.”
Sí, todo mundo ha reconocido el trabajo de Luis. Él trabaja el vacío, a muchas de sus obras les abre ventanas donde pasan los pájaros y el aire, donde vuela la mirada.
Hay algo más que lo visible, que lo evidente, que lo palpable. ¿Cómo se toca el aire? ¿Cómo se nombra? ¿Cómo se modela?
Posdata: Convocamos a los amigos a jugar el juego “Imaginá que te llamás”, los convocamos para hacer una ronda y cantar el prodigioso canto de la vida, hacia la vida. Lo hacemos para compartir con medio mundo el juego de la palabra, de la inteligencia, de la imaginación