miércoles, 5 de agosto de 2020
CARTA A MARIANA, CON UN VASO LLENO DE AGUA
Querida Mariana: Estamos en época de canícula, los cuarenta días más calurosos del año. Quienes conocen los efectos de la canícula en los seres humanos recomiendan consumir agua en forma abundante. ¡Agua, agua!
Como si fuera una tormenta, el sol se desgaja sobre la tierra y llueve flores enrojecidas. Todo parece arder.
Por esto, en el juego Imaginá que te llamás, de ARENILLA-Video, invitamos a Estefanía Campos Flores a imaginar que se llamaba agua, para refrescar el sitio donde vuela el papalote de la palabra.
Estefanía Campos Flores es licenciada en Ciencias de la Comunicación y una maestra muy querida por los alumnos del Colegio Mariano N. Ruiz. Ella imparte inglés, literatura y toneladas de simpatía.
A Fanny le preguntamos: Imaginá que te llamás agua, ¿la sed de quién te gustaría satisfacer?, y ella, siempre jugando, respondió lo siguiente:
“Si me llamara agua, me encantaría saciar la sed del último rincón seco en esta tierra. Tal vez ésta se enriquecería de más flora, de más fauna, y lograr un efecto en cadena; tal vez, así lograríamos saciar la sed de cualquier sed vivo, todo habitante que vive en esta tierra.”
¡Ah!, qué río tan generoso. Casi un mar de agua dulce.
Muchas personas llaman líquido vital al agua, elemento indispensable para que haya vida en la tierra, para que, como Fanny dice, se logre el efecto en cadena de tener más flora y, por consiguiente, más fauna (incluido el animal racional).
Los científicos nos explican que la caléndula es más agresiva año con año, porque (¡qué pena!) hay mucha tala de árboles. La tala inmoderada, irracional, provoca páramos secos. Se agotan los bosques que dan vida, que proveen oxígeno, que convocan el agua.
La segunda pregunta para Fanny fue: Imaginá que te llamás agua, ¿en dónde te gustaría vivir? Fanny dijo que no era una pregunta fácil, pero cuando la tuvo entre sus manos la detuvo, para evitar que, como agua, se evaporara en medio de estos calorones:
“Es una pregunta muy difícil de responder. Podría vivir en el mar, podría vivir en la lluvia, en un río; sin embargo, me encantaría vivir en los ojos de mis seres amados, poder representarme en lágrimas, ya sea de felicidad o de tristeza. Así, de esta manera, yo podría estar con ellos, abrazarlos en cualquier situación. Sí, ¡eso quiero ser! ¡Ahí quiero vivir! ¡En sus ojos!”
Y Fanny, mano de agua, tocó a cada uno de sus árboles más cercanos y los regó con vida, para que crezcan sanos, para que sean dadores de sombra, convocantes de aire, cuna para nidos de pajaritos.
Posdata: ¿Mirás todo lo que provocan los juegos de imaginación? Estos juegos permiten todos los juegos, abren mil caminos.
Desde siempre, en la bolsa de juguetes, llevo una cajita con cientos de palabras. Cuando alguien se sienta frente a mí dispuesto al juego, saco un papelito y veo qué palabra contiene y el juego inicia.
Ahora nos tocó la palabra agua y Fanny jugó y nos regaló sus sueños.
Sí, con la imaginación soñamos y con los sueños creamos. La creación mueve al mundo, lo transforma.
¡Juguemos! ¡Nos transformemos!