lunes, 14 de junio de 2021

CARTA A MARIANA, CON LA LUZ DE LA TRADICIÓN

Querida Mariana: Lety, Juan Carlos y Rosario son comitecos. Rosario Castellanos no vio la luz primera en el pueblo, pero vivió en Comitán toda su infancia (desde la edad de tres meses, según el decir del poeta Enoch Cancino Casahonda) y parte de su adolescencia (hasta los quince años, más o menos). Leticia Bonifaz Alfonzo y Juan Carlos Gómez Aranda sí enterraron su mushuc (ombligo) en la tierra donde San Caralampio es el santo favorito de los católicos, aunque él sea un santo ortodoxo, que saber qué quiere decir eso, pero indica que no está registrado en el santoral católico. ¿Por qué, en esta carta, uno los nombres de Rosario Castellanos, Leticia Bonifaz Alfonzo y Juan Carlos Gómez Aranda? Porque estos tres comitecos relevantes están unidos por la cuerda luminosa de la palabra. Ellos son parte de lo bueno de este pueblo, son gemas de nuestra corona. Vos sabés, por supuesto, que nuestra Rosario Castellanos escribió ensayos en el periódico “Excélsior”, de distribución nacional. La investigadora Andrea Reyes se dio a la tarea de buscar en hemerotecas y bibliotecas los artículos periodísticos de Rosario y nos los entregó, ¡labor genial!, en tres libros que publicó la extinta CONACULTA. Cientos de lectores, en los años sesenta y setenta, esperaban con ansia la colaboración de Rosario, quien, en forma sencilla abordaba diversos temas con gran lucidez. Pues, bueno, en este siglo XXI, Lety y Juan Carlos han continuado la tradición y publican ensayos en dos importantes diarios nacionales. Lety publica su columna en el periódico El Universal; y Juan Carlos publica su columna en el periódico Excélsior. Sí, el mismo donde publicó Rosario Castellanos. Hablar de lo bueno de los comitecos buenos es hablar de lo bueno de Comitán. Lety y Juan Carlos no radican en el pueblo, pero siempre que tienen un tiempito trepan a un avión, llegan a Tuxtla y viajan a su tierra. Los comitecos acostumbramos usar el posesivo a cada rato, cuando vamos al restaurante decimos: “Por favor, tráigame una mi cerveza bien fría”. Por eso decimos que Rosario es nuestra, nuestra escritora admirada; bueno, de igual forma nos referimos a Lety y a Juan Carlos, ambos son nuestros, así como ellos, cuando hablan de Comitán, hablan de su pueblo. Rosario, Juan Carlos y Lety son espléndidos árboles de esta tierra, son árboles endémicos, que provocan buena sombra, que permiten nidos en su fronda y que, a través de su palabra, incentivan la reflexión acerca de temas importantes para nuestra patria. El otro día, en una llamada telefónica, el licenciado Jorge De La Vega Domínguez, otro comiteco de excelencia, me dijo que yo debería estar pendiente de lo que Lety escribe en El Universal. Por supuesto que sí. Como los lectores de Rosario estuvieron atentos a sus escritos en el Excélsior, los lectores de estos tiempos estamos pendientes de los escritos de Lety en El Universal, y de los escritos de Juan Carlos en el Excélsior. A los tres les corresponden ambos términos: son universales, porque son grandes, excelsos. ¡Ah, qué orgullo ser paisanos de estos talentos! ¡Qué grandeza de pueblo al tener a hijos nobles e inteligentes! La palabra, debemos decirlo, se pasea oronda en las anécdotas, en las picardías, a la hora de poner el apodo lapidario y en el instante de la ofensa; en las plumas de Lety y de Juan Carlos vuela alto en las hojas de los periódicos nacionales. Comitán, debemos decirlo, se caracterizó por el envío de anónimos. En la actualidad todavía existe esta costumbre y existen anonimeros virtuales en las redes sociales, quienes se escudan en perfiles falsos para aventar lodo. Pero, también, esto debemos reafirmarlo y bulbuluquearlo, también hay comitecos que, con su nombre y apellidos, contribuyen a la reflexión colectiva, al análisis profundo, al pensamiento lúcido y crítico. Sí, Lety y Juan Carlos son continuadores de la tradición. La literatura está sostenida en el desarrollo intelectual de los grandes escritores precedentes. La línea de luz que Rosario regó sigue brillando en el aporte de Lety y de Juan Carlos, plumas sutiles en el panorama nacional. Posdata: en el tiempo que Rosario escribía en el periódico Excélsior, éste llegaba a Comitán uno o dos días después. Hoy, en el 2021, el periódico impreso sigue llegando con un día de diferencia, pero ¡la diferencia! está en la posibilidad de leer la versión digital, al instante. La línea de luz de Juan Carlos y de Lety iluminan instantáneamente las estancias de su pueblo. Los comitecos recibimos el aire fresco de nuestros paisanos que brillan a nivel nacional. ¡Ah, qué posesivos tan geniales somos los comitecos!