domingo, 30 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON MARIMBA Y CONFETI

Querida Mariana: la vida personal y social se conforma con actos sencillos, rutinarios, y actos sorprendentes. Circula una invitación extraordinaria en Comitán. De acuerdo con el texto, el 4 de mayo de 2023 sucederá un acto sorprendente en nuestro pueblo, un acto supremo. Casi casi me atrevo a decir que es el acto más soberbio de todo este siglo XXI. Ya busqué en mi memoria un acto que tenga la misma trascendencia y no lo encuentro, debe ser porque no hay. El 4 de mayo, en el Auditorio Belisario Domínguez se realizará “la firma del convenio que establece la recepción en comodato permanente de la COLECCIÓN DE ARTES PLÁSTICAS de la Fundación Cultural Mario Uvence A. C., para instalar en esta ciudad de Comitán de Domínguez un museo de arte de primer nivel que contribuya a su desarrollo cultural, humanístico y turístico”. ¿Mirás? ¿Ya dimensionaste el acto? No ha habido un acto semejante en toda la historia de Comitán y de Chiapas en lo que va del siglo XXI, y ahí le paro, para no irnos más atrás. Mario Uvence Rojas, hijo predilecto de Comitán, realizará uno de los legados más generosos que comiteco alguno ha hecho a su pueblo. El acto está a la altura de la grandeza de Mario, un exquisito coleccionista de arte. El legado es en calidad de comodato permanente, esto significa que mientras se cumplan los acuerdos que estipula el convenio las obras estarán en exposición en Comitán, a la vista de todos. La colección particular pasa a ser una colección que podrá ser admirada por los interesados en el arte. Los comitecos conocemos el talento de Mario y su mirada conocedora. Quienes han tenido la dicha de visitar el Parador Museo Santa María, a un lado de la carretera que va a Los Lagos de Montebello, han comprobado la exquisita muestra de tallas y de pinturas. Entrar a la pequeña capilla (templo del arte) es ingresar a una burbuja artística que llena de luz el espíritu. Hoy, según la invitación, inicia otra burbuja maravillosa para Comitán. La invitación explica que la Colección de Artes Plásticas de la Fundación Cultural Mario Uvence A. C. se instalará en un museo de arte de primer nivel. Un amigo cercano me confió el probable domicilio de dicho museo. No lo diré, porque ya la Fundación, sin duda, dará a conocer en forma oficial los detalles de este acto prodigioso. Pero sí puedo adelantar que estará muy cerca del parque central de Comitán, con lo cual, nuestro pueblo tendrá un circuito de museos como no existe en ningún otro lugar de Chiapas. Mi querido amigo Juan Carlos Gómez Aranda, en un reciente ensayo, publicado en el periódico Excélsior, dijo que Comitán es “capital cívica y cultural de Chiapas”. El legado que realizará su amigo Mario Uvence confirma la grandeza de nuestro pueblo y la altura intelectual de sus hijos. A veces vos y yo, cuando escuchamos una frase inteligente, afortunada, decimos: “que se inscriba en el muro del Congreso, con letras de oro”. Pues ahora, este acto relevante debe consignarse en la bitácora de oro del pueblo comiteco, como el acto más luminoso que, en materia artística, se ha dado jamás. Tenía ya rumores de este suceso, pero cuando ayer leí la invitación que hizo favor de enviarme un amigo mi espíritu se volvió un patio comiteco, sin manteado para no cubrir la luminosidad del cielo, con mucha marimba y harto confeti. Sé que vos y medio mundo amante de nuestro pueblo dimensionará a cabalidad la trascendencia de este acto. Perdón por ser insistente, pero no tengo registro de un acto tan generoso, tan desprendido. En dos o tres ocasiones te he contado que en los años sesenta el templo de Santo Domingo fue mi pinacoteca, porque ahí estaba expuesta una serie de cuadros religiosos pintados por el maestro Javier Mandujano Solórzano, no había más opciones para alimentar el espíritu; en los años setenta, en una ocasión entré a la casa particular de don Jorge De la Vega Domínguez y mientras mis amigos se maravillaban ante la figura de un oso negro de pie disecado yo me extasiaba ante un pequeño cuadro pintado por José Clemente Orozco, un original del gran muralista mexicano. Ya como universitario en la Ciudad de México tuve la oportunidad de visitar el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional de Arte y el Museo Tamayo. Ahora, gracias a la generosidad del comiteco Mario Uvence medio mundo de acá podrá estar frente a obras artísticas de primer nivel. ¡Ah, qué deleite para el alma! Posdata: después del cuatro de mayo nos enteraremos de más minucias acerca de esto que es el acto más relevante en nuestra comunidad en lo que va del siglo XXI. En mi corazón ya anoté esta fecha, ya la inscribí con letras de oro en el Muro de mi espíritu. El cuatro de mayo celebro el cumpleaños de mi querido compadrito Memo Del Castillo, quien, por desgracia, falleció hace pocos meses. A esta celebración ahora le agrego la de la firma del convenio donde Mario otorga en comodato permanente la Colección de Artes Plásticas de su Fundación. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 29 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN EJEMPLO DE VIDA

Querida Mariana: rindo homenaje a las vidas supremas. Mientras muchas personas se rinden, por alguna eventualidad, hay personas que son ejemplo de vida. Me conocés, salgo poco de casa, aunque sé que la vida camina en las calles y en las plazas y a mí me encanta la vida; por eso, desde hace muchísimos años he buscado el sustituto ideal: el arte. Desde casa procuro vivir con intensidad, leo mucho y veo mucho cine, porque en estas manifestaciones artísticas está concentrada la vida. Pero el otro día fui al parque de San Sebastián y me topé con el prodigio de la vida; hallé una vida suprema. El mundo se rinde ante el genio de Messi, maravilloso futbolista, que realiza unas gambetas increíbles. Pues en Messi pensé cuando vi a Don Romeo Villatoro dando vueltas al parque, pateando un dado. Don Romeo tiene actualmente 75 años y me contó que hace como veinte le dio lo que él llama “ambolio”. Sí, mi niña, una mañana (¡ah, destino jodón!), a don Romeo le dio una embolia y su cuerpo perdió cierta movilidad. Messi es un futbolista genial, que hace jugadas increíbles en las canchas del mundo. Don Romeo nunca fue Messi, pero sí jugó fútbol, lo que se llama fútbol llanero. Jugó durante mucho tiempo, su cuerpo y espíritu están acostumbrados a correr detrás de un balón, pero cuando asomó la enfermedad ya no pudo ir al campo a jugar el fútbol soccer. No sé vos, pero he conocido a muchas personas con dificultad para moverse que no se dejan, hacen una serie de terapias para seguir dándole a la vida. Don Romeo tiene cierta dificultad para caminar y para los movimientos de su cuerpo, en general, pero ya dije que una mañana lo encontré dando vueltas en el parque de San Sebastián pateando un dado de plástico, el movimiento que hace es ¡magistral!, en serio. Ya dije que Messi es un genio en la cancha, él goza de todas sus capacidades físicas; Don Romeo tiene algunas facultades físicas disminuidas y, sin embargo, se mueve con destreza en “la cancha” del parque de San Sebastián. Digo cancha porque eso lo ha vuelto. ¡Es genial! Su esposa lo lleva al parque y ahí lo deja. Por lo regular, Don Romeo da unas siete vueltas al parque. Cuando, más o menos, ya termina su ruta, la esposa llega de nuevo y lo acompaña para llegar a casa. Vive como a tres o cuatro cuadras del parque, no sé bien, pero es vecino del barrio. Don Romeo Villatoro es un comiteco excepcional, un gran ser humano. El destino le atravesó el pie hace veinte años, pero él logró levantarse y desde entonces es un hombre maravilloso, un gran ejemplo de vida. Él nos dice, cada vez que camina pateando el dado, que quienes gozan de salud, quienes tienen la facultad de caminar sin trabas, deben ser agradecidos con la vida y reconocer las bendiciones de la salud total y completa. Hace veinte años le dio la enfermedad, desde entonces su vida cambió. La dolencia lo obligó a modificar su rutina. Pero, ¡oh, prodigio!, hace como cinco años, se dio cuenta que cuando caminaba en la calle y se topaba con alguna cosa su cuerpo lo impelía a darle una patadita, porque los músculos recuerdan, dice mi querido Maestro Temo. Don Romeo se dio cuenta que al patear el bote o la botella de plástico o el papel en la calle, su cerebro se agilizaba, recibía estímulos que lo hacían sentir bien. ¿Mirás qué prodigio, querida Mariana? Sintió que su cerebro se agilizaba. Esto es maravilloso, así que pensó que debía agilizar más a su cerebro, que se activara y como el fútbol fue un divertimento antes de su enfermedad pensó que debía hallar un lugar donde “jugara” el soccer. ¿En dónde? Ah, pues en el parque. Ahí estaba dispuesto un hermoso espacio para que él practicara el fútbol y su cerebro se agilizara, así que una mañana su esposa lo llevó al parque. Pero como no podía ir pateando un papel o un bote llevó un dado de plástico. Esta jugada maravillosa no la haría ni Messi, sólo nuestro hermoso Don Romeo fue capaz de hacerlo. ¿Una pelota de plástico? No, jamás. ¿No mirás que el circuito del parque está por encima del nivel de las calles y en éstas transitan muchos autos? ¡No! El objeto ideal es un dado de plástico, porque su forma geométrica permite que avance, pero que nunca lo haga más de la cuenta. Cuando vi a Don Romeo me maravillé. Lo observé atentamente. Digo que al principio pensé que era un gran ejemplo de vida, porque sin ayuda alguna se pone frente al dado y lo patea con el pie derecho, el dado avanza tatarateando y Don Romeo camina con lentitud hasta donde quedó el dado y vuelve a darle una patada y así va avanzando por uno de los pasillos del parque. Cuando llega a la esquina da la vueltita y sigue con su juego, así hasta que concluye una vuelta completa e inicia la segunda. La mañana que platiqué con él había una chica haciendo ejercicio en carrera corta, me di cuenta que cuando Don Romeo llegaba a la mitad de su recorrido la chica ya había dado dos vueltas. Ahí comprendí la grandeza del acto de Don Romeo y de la chica. En ambos casos había una enseñanza de vida. La chica hacía ejercicio para mantenerse en salud y Don Romeo jugaba al dado futbolero para lo mismo, como una maravillosa terapia que no le recetó ningún especialista. Como ya dije, una mañana, hace cinco años se dio cuenta que el patear objetos en la calle cuando caminaba con dificultad agilizaba su cerebro. Y desde entonces, desde hace cinco años, su esposa lo lleva al parque y ahí lo deja para que juegue, para que se divierta, para que le dé luz al espacio, a la vida comiteca. ¡Dios bendiga siempre a nuestro Messi comiteco! No sé si en alguna parte del mundo hay alguien que haga un acto similar, lo que Don Ramón hace es ejemplar, es único, es un acto grande, grandísimo, maravilloso. Insisto, don Ramón tiene setenta y cinco años. Tenía cincuenta y cinco cuando le dio “el ambolio”. Su vida se transformó. Él fue agricultor durante muchos años, trabajaba la tierra, la araba y sembraba semillas que crecían y daban frutos. Era un ciclo regular. Cuando la planta crecía él cosechaba. Y el ciclo se repetía. Así se repite el ciclo de la vida, pero a veces, ¡Dios mío!, la planta se seca porque el agua no llegó a vitalizarla. Él era una planta maravillosa que había crecido hermosa, pero a los cincuenta y cinco años una plaga comió algunas de sus hojas y de sus frutos. Pero él no se dejó. Recordá que el gran cantante Joan Manuel Serrat dice que no importa lo que te sucede sino cómo enfrentás eso que te sucede. A Don Ramón le sucedió algo que afectó su salud total, pero él enfrentó esa dificultad, lo convirtió en un reto de vida, y ahora juega el dado futbolero en el parque de San Sebastián en nuestro pueblo mágico. Sí, él es una de las personas que dan brillo a Comitán. Durante un tiempo trabajó con don Memo Villatoro, uno de los sastres más ilustres del pueblo. Por las tardes llegaba al taller y hacía pantalones. Hoy no lo hace más. Lo que sí hace es respirar el aire limpio y puro del parque comiteco. Por cierto, ¿ya te diste cuenta que los héroes pierden la jugada ante los santos católicos en el pueblo? ¿Quién dice que dio vueltas en el parque La Independencia? ¡Nadie! Todo mundo dice que dio vueltas en el parque de Guadalupe. ¿Quién dice que Don Romeo juega el dado futbolero en el parque de La Corregidora? ¡Nadie! Todo mundo dice que él juega en el parque de San Sebastián. El pueblo es sabio, nombra los espacios según el dictado del corazón. Bueno, con decir que nadie dice que anduvo dando vueltas en el parque Benito Juárez, todo mundo dice que dio vueltas en el parque central. Así somos los comitecos, somos especiales, únicos. Así es Don Romeo, es un ser humano especial, único, sensacional, ejemplo de cómo debe enfrentarse la vida cuando nos quiere poner el pie. Posdata: sirvan estas palabras para honrar a Don Romeo, para reconocer que es un hombre sabio. Él no se deja vencer por la dolencia física, su espíritu es superior, es, como dicen en La India, un Alma Grande. Que los dioses del universo le otorguen más fuerza, más años para jugar en el parque. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 28 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN ESPACIO AMIGO

Querida Mariana: ayer saludé a mi querido amigo Víctor González. Llegó al Colegio Mariano N. Ruiz, acompañó a su nieto, quien participó en el Concurso de Oratoria, de la Zona Escolar 004. Nuestro colegio fue sede de este acto cultural. Víctor y yo nos conocimos en la escuela primaria Fray Matías de Córdova. Pucha, estoy hablando de los años sesenta, del siglo pasado. Desde esos años somos amigos, no somos los grandes amigos; es decir, no nos miramos todos los días, él tiene su palomilla y yo tengo la mía, pero somos amigos que nos queremos mucho, siempre que el destino nos hace coincidir nos sentimos bien y demostramos nuestro afecto. ¿Por qué te cuento esto? Bueno, te lo cuento porque vos sabés que te tengo mucha confianza, siempre narro los sucesos que marcan mi vida, porque sé que la luz que recibo vos la pepenás con gusto. Líneas arriba escribí la palabra destino. Este concepto es polémico, muchas personas creen que los seres estamos predestinados por ello, y muchas otras personas descreen de ello. Aplico el término a lo que nos reserva el azar. Antes de toparme con Víctor no pensaba hallarlo en el Colegio Mariano N. Ruiz. En la puerta saludé a su hija, la talentosa arquitecta Maribel, el mismo afecto que tengo por el árbol lo prodigo a sus ramas, si quiero a mi amigo Víctor, quiero a su hija y a su nieto. ¿Por qué esa cinta de luz va atando más espacios? No lo sé. Pero es real. Mirá, nosotros nacimos en un círculo familiar. ¿Cuál es ese misterio? Tampoco lo sé, pero esa cinta de luz que ahí inicia nos hace amar a quienes reconocemos como nuestros padres, nuestros abuelos y todos los que conforman ese aro de luz. Claro, el misterio no es tan terso, en estos espacios de pronto aparece gente que parecería no tener plena conciencia de tal bendición. A veces, en el interior de las familias hay integrantes que son jodones. En mi caso, sólo seres armoniosos conocí y conozco. Pero, luego, ¡oh, prodigio!, asomó la escuela. Nuestros papás nos llevan al colegio por primera vez y ahí aparece otro círculo. A mí me tocó asistir al patio y a las aulas de la maravillosa escuela primaria Fray Matías de Córdova y ahí conocí a Víctor. Víctor fue un niño con un carácter cercano al mío, alejado de broncas. Me llevé bien con él, me sigo llevando bien. Digo esto porque en ese espacio escolar tuvimos que convivir con compañeros jodones, con el que (¡Dios lo perdone!) me quitaba mi gasto, con la amenaza de madrearme si no le daba mis monedas. Un día, ya te conté, Dios hizo que caminara en la calle con mi papá cuando vi al cabrón en la esquina, levanté el brazo y lo señalé. Él pensó que le decía a mi papá que él era el maldoso y desde ese día mi gasto se salvó, mi espíritu halló sosiego y fue un demonio menos en la larga lista de jodones, y así durante todo el crecimiento. Hallamos gente buena en los espacios donde nos reunimos, en los mismos lugares aparecen los cabrones. Ah, el misterio de la vida, el destino. Posdata: siempre que me topo con mi amigo Víctor me da gusto, me siento bien en su compañía, todo es una cinta de luz, no me arrebata mi gasto; al contrario, agrega armonía a la burbuja bendita. Dios bendiga siempre su tronco y a todas sus ramas. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 27 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON PRESENTACIÓN

Querida Mariana: acá está Jorge Mandujano, mi querido y admirado amigo. Te pregunté ayer si lo conocías y dijiste que no. Él nada pierde si no lo conocés, vos te lo perdés, porque como te dije Jorge, igual que vos, ama el cine, es experto en el llamado séptimo arte, y experto en literatura, narrador exquisito. Jorge es mi amigo, es mi privilegio. Admiro su talento. Uno de sus libros de cuentos más reciente tiene el siguiente título: “El día que nos prometieron el fin del mundo”. ¡Pucha! Es un titulazo. Si en el 2030 se hace un concurso internacional del mejor título de libros de cuentos, el de Jorge casi casi está predestinado a estar entre los tres primeros lugares. Hoy te lo presento, con una fotografía de hace algunos añitos, ya está más crecidito, hablo de su intelecto. El día de la foto estaba en la Puebla de sus primos hermanos: Puebla de Los Ángeles. Jorge ha crecido intelectualmente en forma brillante. Lo conocí en Tuxtla Gutiérrez en los años noventa, cuando yo estudiaba literatura en la UNACH. Una tarde se acercó y me invitó a ser comentarista de un libro de cuentos que estaba por presentar. ¿Yo? ¿No se habrá equivocado? No, no se había equivocado, con afecto me invitaba a compartir con él ese instante prodigioso. La presentación de su libro fue en el vestíbulo del Congreso Estatal y la sala se llenó con amigos y admiradores de su obra. De ese tiempo para acá hemos coincidido en otras mesas de presentación, de libros y de cervecitas bien helodias. Hace algunos días celebró su cumpleaños número tal y tal y al agradecer las muestras de afecto de sus amigos en las redes sociales escribió un textillo que, sin duda, te dará una idea cercana de su personalidad y de su talento literario. Va copia: “Hay dos diagnósticos inequívocos que establecen como pruebas palmarias que has comenzado a envejecer: cuando te ves al espejo y adviertes, no sin cierta pena, a ratos con ternura o tal vez en el reclamo, que te pareces a tu padre o a tu madre; y cuando el catálogo de tus conocimientos comienza felizmente a traducirse en sabiduría. “Sí, volver a los nombres de los árboles, de las flores, de los pájaros, de los ríos. Saber de cierto cuándo va a llover y cuándo va a escampar. “Mis padres me enseñaron que tres son los acontecimientos vertebrales que te confieren no sólo razón de vivir sino amorosos motivos para la convocatoria amorosa: cuando naces, cuando cumples años y cuando mueres. “Así también aprendí de ellos que las cosas más importantes en la vida no son las cosas: son los seres que quieres y quienes te bienquieren. “Dentro de esta vastedad de buenaventura, las y los amigos, amistades eternas construidas sobre la singladura de la vida en mitad del desvelo y de los sueños diurnos, llenos de luz y necedades compartidas. “A todas y a todos, gracias eternas por haber distraído un tiempo entre sus tiempos para decirme de cosas en mi cumpleaños; dibujar líneas que abonaron con mucho a festejar felizmente mi día. Con el corazón en la mano”. Posdata: ¿cómo no querer a un tipazo así? En cuanto vos y yo nos miremos lo comentamos, ¿te parece? Hay tantas líneas de luz que, sin que seamos de la Comisión Federal de Electricidad, están pidiendo comentarlas, darles continuidad. Celebro la vida de los amigos, celebro la vida de mi querido Jorge. ¡Tzatz Comitán!

miércoles, 26 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UNA VILLA PRODIGIOSA

Querida Mariana: acá estoy en una hermosa villa: Villa Victoria, en compañía de Roxana Castellanos Macal. Es un doble privilegio. ¿Por qué estoy en este lugar genial con una compañía agradabilísima? Te cuento, sucede que en nuestra ruta de distribución de la revista Arenilla siempre llegamos a Villa Victoria. Mi amigo Luis Romeo Muñoz Guillén, su propietario, lamentablemente falleció hace algún tiempo; él siempre fue un patrocinador generoso para mis empresas editoriales. En los años ochenta tuve el privilegio de dirigir el semanario “Ensayos”, él anunciaba su restaurante Lucello; y en tiempos más recientes fue patrocinador de Arenilla-Revista. Luis Romeo, un verdadero caballero, fue de los primeros empresarios que ofreció pizza en su restaurante Lucello, bueno, fue más allá, en tiempos donde en Comitán era difícil hallar servicio de vinos, él poseía una cava generosa y bridaba ese servicio a los comensales comitecos. Como Roxana dice, él se adelantó a su tiempo, él nos ofreció una manera más cosmopolita de acercarnos a la vida. Era un tipazo, de gusto excelente. Ahora Roxana y sus herederos continúan con la tradición. Villa Victoria, vos lo sabés, es un reconocido restaurante y hotel boutique y, como vos lo has disfrutado, es un espacio prodigioso. La mañana de la fotografía con Roxana, llegamos Paty, editora ejecutiva, y yo, entramos por un acceso lateral, donde existe una prodigiosa vista que acaricia el espíritu, pasamos por una bellísima arquería, subimos una escalinata y llegamos al patio principal. Ahí, como un abrazo, la sombra de los árboles sobre un piso de ladrillo nos dio la recepción. Le dije a Paty que nos quedáramos un instante ahí, que antes de llegar al salón restaurante disfrutáramos esa caricia. ¡Ah, qué belleza! En Villa Victoria hay mil lugarcitos para recibir lo mejor de la vida. No tiene comparación. Todo está muy cuidado. No sé cómo se llama una enredadera que se desgaja en flores en tonalidades rojas y amarillas, pero es una belleza que se descuelga como el sol. Esta enredadera sintetiza el entorno: la vida se desgaja generosa en Villa Victoria. Bueno, le dije, a Paty, sigamos cumpliendo nuestro cometido. Caminamos por el patio, subimos otra escalinata y entramos al salón restaurante y, ¡prodigio de nuevo!, Roxana estaba sentada en una mesa, totalmente arrobada en una labor que realizaba. ¿Qué hacía? ¡Pintaba! Sí, con un pincel iluminaba un boceto de flores sobre papel. ¡No podía ser de otra manera! El entorno invita a la creación. Y esto es lo que quiero contarte. Nos saludamos, entregamos la revista Arenilla y al decirle que me daba mucho gusto saludarla y ver que estaba pintando una delicia de apunte, ella dijo que le encantaría que llegaran muchos creadores al espacio, que, aparte de las decenas de comensales que llegan a disfrutar de un buen desayuno o una buena comida o cuando se realiza un festejo importante en los salones que están destinados para tal propósito, le gustaría que se acercaran los creadores. Ella, siempre generosa, pone al servicio de los artistas el espacio maravilloso de Villa Victoria. Y cuando me lo contó su mirada brilló, sus ojos se iluminaron y dijo que sería genial que los pintores colocaran sus caballetes y captaran la belleza del entorno, que el grito de los Impresionistas regrese a Comitán, que los artistas vayan a la naturaleza y la representen o creen otra imagen, la que quieran, pero en contacto con lo más hermoso de la vida. Roxana me dijo que le gustaría que llegaran escritores, les ponen una mesita para que ahí, en la libreta o en la computadora, escriban cuentos o novelas; que lleguen los grupos de teatro y que ahí ensayen. Roxana y todo mundo sabe que Villa Victoria es un espacio privilegiado, es una de las más hermosas haciendas. Está tan cerca de Comitán. Llegás en tu auto o en bicicleta o caminando. Está cerquísima. La entrada está frente a la gasolinera Villatoro, en el camino a Zapata. Cuando vi la mirada de Roxana imaginé lo que ella platicaba. ¡Sí! Sería maravilloso que ese espacio tan sublime sirviera como detonante para la creación comiteca. Habrá que hacer algo para impulsar ese espacio de creación. Cualquier artista puede llegar y disfrutar el espacio. Basta avisar para colocar el letrero: “Artista en proceso creativo”. Todos serán bienvenidos, en forma gratuita, por supuesto. Posdata: Cuando nos despedimos, de nuevo, Paty y yo nos paramos debajo de la arquería de la entrada y vimos el horizonte maravilloso, donde se ven espacios de ladrilleras, ese color de tierra hubiese seducido al gran pintor de los girasoles: Van Gogh. Comitán espera que sus artistas pepenen los colores propios de nuestra tierra. Paty comentó que es un espacio donde los lectores se sienten a gusto, dijo que una tumbona debajo de la sombra de esos árboles es burbuja ideal para la lectura. ¡Tzatz Comitán!

martes, 25 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON MOMENTO SUBLIME

Querida Mariana: en la foto está el gran cronista chiapaneco Marco Antonio Orozco Zuarth, quien, actualmente, es Jefe de División de Administración de Documentos del Instituto Mexicano del Seguro Social. Esta fotografía es histórica. Ahora explico. ¿Ya viste que revista tiene entre manos? ¡Sí! Arenilla, nuestra revista comiteca. El maestro Marco muestra el artículo que hizo favor de redactar especialmente para Arenilla, en dicho artículo celebra los ochenta años de fundación de esta institución. El artículo lo intituló: “El IMSS: ochenta años contigo” y da pormenores de una maravillosa exposición con ochenta fotografías que sintetizan esos ochenta años. La fotografía es histórica por lo ya dicho, pero, para nosotros no sólo contiene el ingrediente histórico profesional, sino también el cercano afectivo. Gracias al texto de nuestro cronista Arenilla-Revista llega por primera vez a la Ciudad de México. Esto nos llena de orgullo, sabemos que esta alegría la compartirán todos los amigos del pueblo que se sienten orgullosos de nuestra propuesta editorial. Nuestra revista circula en la región. Cada bimestre, los integrantes del equipo de Arenilla nos encargamos de repartir los dos mil ejemplares de la revista impresa en nuestro pueblo, en Las Margaritas, Tzimol, La Trinitaria (municipio que ahora vive una época de esplendor), La Independencia, San Cristóbal de Las Casas, en el aeropuerto de Chiapa de Corzo y en la Librería José Emilio Pacheco, de la UNACH. ¿Sabés cuál es el mojol de lujo? Nuestra revista llega a Huehuetenango, Guatemala. Desde el principio tuvimos el interés de unir a Chiapas con Guatemala, por la tradición cultural que compartimos desde hace siglos. Lo hemos logrado, porque nuestro director comercial en Guatemala, Carlos Rivas, no sólo distribuye la revista en Huehuetenango, plaza inicial, sino que, profesional al extremo, apasionado de su cargo, lleva algunos ejemplares a Quetzaltenango y a Guatemala capital. Por eso, para la vida de nuestra revista comiteca, esta fotografía donde aparece mi admirado maestro Marco Antonio Orozco Zuarth es una imagen histórica y simbólica, porque, por primera vez, insisto, Arenilla llega a las dos capitales de nuestras naciones: México y Guatemala. Siempre he dicho que nunca regateo reconocimientos; cuando advierto, desde mi punto de vista, un hecho prodigioso que realiza alguna persona o institución, siempre lo hago resaltar. Es importante hablar de lo bueno de lo nuestro. Pero, por otro lado, muchas personas dicen que alabanza en boca propia es vituperio. ¡No estoy de acuerdo! En este caso estoy hablando de la revista de la cual soy director general y digo que esto es un logro para nuestro equipo, para nuestros lectores, para nuestros gentiles patrocinadores y, en general, para nuestra región. Una revista comiteca, hecha con mucho amor y talento, llegó en su número 34 a la capital de nuestro país. Por esto, en forma especial hago un reconocimiento a quien propició este prodigio: el maestro Marco Antonio Orozco Zuarth, quien es un intelectual chiapaneco de excepción. En varias ocasiones he tenido la oportunidad de admirar los actos de Marco. Cuando estuvo como Director de Publicaciones de Coneculta Chiapas, este departamento realizó decenas de publicaciones. En tiempos de escasez ese logro lo festejan y lo reconocen todos los autores que resultaron publicados y los miles de lectores. Asimismo, en otra ocasión, Comitán recibió la presencia de muchísimos cronistas de toda la república en un congreso nacional cuya sede fue nuestro pueblo. ¿Quién fue el motor de ese acto? ¿Quién más? Sus pares reconocen en Marco a un gran cronista, a una persona interesada en la cultura, hoy cumple una encomienda a nivel nacional, Chiapas lo celebra. Posdata: sí, perdón, querida Mariana. Hablo de nuestros logros, sé que algunas personas nos regatean el reconocimiento, pero también advierto que muchos amigos y paisanos comparten nuestra alegría. Arenilla Revista llegó a la gran Ciudad de México, por primera vez. ¿París? ¡Ahí te vamos, tardaremos, pero estamos seguros de llegar! Llevamos algo de lo mejor de Comitán y de la región al mundo entero. ¡Tzatz Comitán!

lunes, 24 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN ARTISTA VISUAL DE EXCELENCIA

Querida Mariana: acá está el artista, uno de los genios de la lente. En la región tenemos excelentes fotógrafos, Gerardo Hernández es uno de ellos. Tiene obra genial, exquisita. Juro que más de dos lectores de la Arenilla número 34 con quienes me he topado alabaron las fotografías que acompañan la crónica del maestro Benito Vera, cronista municipal de La Trinitaria, tierra de gente culta. Sí, todo se conjuntó para que el artículo quedara bellísimo, al texto deslumbrante del maestro Benito se unió un trabajo fotográfico de excelencia. Por eso, al encontrar a Gerardo en la oficina de Comunicación Social, del Ayuntamiento Trinitarense, le pedí, por favor, que permitiera que le tomara una fotografía, para que vos conocieras al autor de esas fotos sublimes. Entiendo, sin saber bien a bien, que un buen fotógrafo reúne una serie de características que se activan a la hora que se para frente a su objetivo. Una vez, no recuerdo porqué, iba en un grupo de caminantes que andaba por calles de la Cruz Grande, dentro del grupo iba el gran fotógrafo Bob Schalkwijk (andaba tomando fotografías de la región para el libro “Comitán, una puerta al sur”). En la chorcha él se paró frente a una casa con teja y paredes de bajareque, que ya no existe, y comentó que un elemento a considerar en la fotografía es la hora. Entendí que uno de los principales aliados del fotógrafo es la luz, pero hay instantes del día en que la luz se muestra más bella, más atractiva. Esto, ¡segurísimo!, es uno de los elementos que Gerardo domina, en nuestro número más reciente está la prueba. Las fotos de San José Coneta son bellísimas. Pero, por supuesto, en estas imágenes hay más conjunción de virtudes. El fotógrafo convocó todos los elementos para el resultado supremo, como un mago tomó las esencias que permiten una obra genial, que hacen el prodigio de la creación artística. Gerardo es uno de los más grandes fotógrafos de Chiapas. Ahora él trabaja en la oficina de Comunicación Social del Ayuntamiento de La Trinitaria. El presidente tuvo el tino de elegir al ingeniero Abigail Domínguez, un gran comunicador, para coordinar a los medios de comunicación y éste, también, la capacidad de elegir a su equipo: César Pérez, quien también es uno de los grandes fotógrafos de Chiapas, para la foto fija, y a Gerardo para que se encargue de los videos. El trabajo que este equipo realiza es de excelencia, es el mejor de la región, sin duda alguna. Gerardo lleva más de diez años ejerciendo la fotografía en forma profesional, ya acumuló una gran experiencia en realizar la crónica visual, pues ha laborado en ayuntamientos de Tzimol, Las Margaritas, Altamirano, Comitán y, actualmente, en La Trinitaria. Si el cronista municipal es el maestro Benito, Gerardo y los demás integrantes de Comunicación Social, están haciendo la crónica histórica a través de imágenes. El presente de ese municipio está resguardado, el futuro les pertenece. Conocí a Gerardo hace varios años, muchacho talentoso realizaba videos creativos. Su talento comenzaba a brillar. Le gusta el género del terror, en sus creaciones propias hay monstruos, esto lo emparenta con el gran director de cine Del Toro. Por el momento cumple con su trabajo y lo hace con gran profesionalismo. Su carácter es desenfadado y con cierta reserva al mismo tiempo, no se instala en la pedantería, todo lo hace con sencillez, casi con humildad, por eso sus resultados son sublimes. Sé que seguirá así, sencillo, porque quien se sube al ladrillo ya no crece y la obra de Gerardo debe crecer para honra de esta tierra magnífica. Posdata: los lectores de Arenilla hallaron la crónica sensacional que en cada número nos obsequia el maestro Benito, pero en este número hallaron un mojol de lujo: las fotografías de Gerardo. Es nuestro privilegio. Acá está la foto del autor de ese trabajo maravilloso. Por lo regular, los fotógrafos siempre están detrás de cámara, haciendo su trabajo. Tuvimos la fortuna de hallarlo dispuesto a posar. Nuestra fotografía sólo da testimonio de su creatividad, está muy lejos de la belleza de su mirada, quede sólo como constancia de nuestra admiración. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 22 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN CAFECITO EN CUBA

Querida Mariana: una vez decidí ir a Cuba. No lo logré. No pasé de Chacaljocom. Pero quien sí ha ido muchas veces a La Habana es mi amigo el doctor Hugo Humberto Morales Zúñiga. Hace cosa de días regresó de un viaje que realizó con alumnos del Instituto de Estudios en Sexualidad Humana del estado de Chiapas, que tiene su sede en nuestro Comitán. Para orgullo nuestro es la única institución en nuestro estado que ofrece estudios profesionales en el área de sexualidad. En un viaje que, hace años, el doctor Hugo realizó a Europa me trajo de recuerdo un llavero con una imagen bellísima de un cuadro de Van Gogh, porque anduvo en el museo donde está expuesta la obra de ese genio del Impresionismo. Y ahora, qué genialidad, me trajo un suvenir cubano: una tacita de este tamaño, mirá, así de chiquita. ¿Qué tanto le cabe a esta tacita? Yo diría que, más o menos, lo que acepta un caballito de tequila. Claro, esta tacita no es para beber tequila, sino para beber café. Con esta tacita, me platicó el doctor, toman un buchito de café. Allá en Cuba tienen un acróstico que define cómo debe ser el café, mirá: Caliente Amargo Fuerte Escaso Ahora que si el café se aplicara al amor, el acróstico cambiaría y podría ser: Caliente Afectuoso Feliz Excitante ¿Qué preferís: una taza de café o una taza de amor? Ah, ya sé qué dirás: una taza de café con el mojol del amor y con un pan. ¿Un buchito de amor? Bien concentrado. Acá en Comitán, la verdad, estamos acostumbrados a tomar tazas enormes de café, rebozando y siempre bien endulzado, con azúcar o con panela. En Cuba, dice mi amigo, lo toman amargo y fuerte, así que un buchito es bien pegador, te activa al ciento por ciento. Estas minucias culturales las fueron a vivir los estudiantes del Instituto de mi amigo. A mí me llena de gusto y de orgullo que existan estas instituciones que van más allá de nuestros límites geográficos. ¿Recordás que antes de la pandemia, en octubre 2019, mi jefe, el Rector de la Universidad Mariano N. Ruiz, llevó a un grupo de alumnos estudiantes de la licenciatura en Trabajo Social, a un Congreso realizado en la UNAM, la máxima casa de estudios de nuestro país? Salir del entorno ayuda a ampliar horizontes, a aprender conocimientos decisivos para el crecimiento intelectual. Ahora, en abril de 2023, alumnos del Instituto de Estudios en Sexualidad Humana del estado de Chiapas viajaron a La Habana, Cuba, a recibir enseñanzas que bien pueden calificarse con diez, porque vos sabés que Cuba es una nación con grandes avances en educación y en salud. Viajaron a Cuba, pepenaron otras esencias culturales. No sé cuántos buchitos se tomaron a la hora del receso, tampoco sé cuántos mojitos se tomaron en La Bodeguita del Medio después de los cursos, porque la vida de un estudiante está llena de aprendizajes académicos, pero también de convivencia. El doctor Hugo me platicó que los cubanos toman el buchito sin azúcar, por eso dicen que el café debe tomarse amargo. Cualquier despistado podría pensar que es por el bloqueo a Cuba, pero no, vos sabés que si algo sobra en Cuba es el azúcar, es una nación altamente productora de este edulcorante. Ya tengo mi tacita para echarme buchitos. Bromeé con el doctor, le dije que como no tomo café tomaré tequila en esa tacita, pero luego, como la famosa ranita, recordé que tampoco bebo tequila, así que tal vez tome yo unos “deditos” de agua, de vez en vez, sólo para honrar el recuerdo y para decirme que una vez salí de Comitán con el deseo de conocer Cuba y me quedé varado en la primera curva de la carretera. El doctor Hugo viajó a Cuba por primera vez hace quince años, en esa ocasión presentó una conferencia en un Congreso Mundial de Sexología, cinco años después firmó un convenio con el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. En este 2023, los muchachos que viajaron fueron la décima generación del Instituto que llevó este curso con duración de una semana. Los estudiantes son estudiantes que ya han cursado, cuando menos, la mitad de las asignaturas de la Maestría, esto garantiza un nivel óptimo para recibir las enseñanzas que les comparten los expertos cubanos. El curso que han recibido los estudiantes del instituto comiteco inicia a las nueve de la mañana y finaliza a las tres de la tarde. El doctor dice que unas de las grandes virtudes del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba son la puntualidad, la disciplina, el rigor pedagógico y el alto grado de eficiencia. Sin duda que los participantes del curso reciben enseñanzas de calidad en el tema de terapia sexual y la experiencia del viaje es algo invaluable. Al término de la sesión diaria, Cuba exige un paseo por los diferentes espacios maravillosos que tiene, tomarse un buchito de café o un mojito; escuchar un poco de trova (ah, las canciones de Silvio (a mí se me perdió un unicornio azul…), las de Pablo (esto no puede ser no más que una canción, quisiera fuera una declaración de amor…); tal vez una visita a los talleres en donde fabrican los famosos puros; la puesta de sol en una playa; o tomar un helado en la famosa nevería “Coppelia”, que es un lugar que aparece en el cuento de Senel Paz, que se llama “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, que obtuvo el primer lugar en el Concurso de Cuento Internacional que promovía Radio Francia, en París; y que luego fue llevado a la pantalla. Vos, sin duda, has visto la película “Fresa y chocolate”. El doctor me dijo que al final del curso, antes de tomar el avión para regresar a Cancún, y luego a Tuxtla, fueron a la famosísima playa de Varadero. Ah, qué deleite. Me da gusto que estos muchachos comitecos, estudiantes de sexualidad, hayan acudido a La Habana, para profundizar en sus conocimientos. ¿Sabés quién es la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba? Nada más y nada menos que una sobrina de Fidel Castro, hija de Raúl Castro: la doctora Mariela Castro. En el párrafo anterior, hacé de cuenta, sinteticé gran parte de la historia cubana reciente. Digo reciente, porque la historia de Cuba tiene un antes y un después, el después está signado por la Revolución. Y cuando triunfó el movimiento de los barbudos, Fidel asumió la presidencia y luego, después de décadas en el poder, pasó éste a su hermano Raúl, papá de la doctora Mariela. Hoy, la doctora Mariela también es diputada del Parlamento. ¡Qué bendición, nuestros paisanos estuvieron muy cerca del poder cubano! Cuando el doctor Hugo me contó la ruta del viaje volví a pensar que conocer Cuba está a la vuelta de la esquina, porque los muchachos tomaron un autobús que los llevó de Comitán al aeropuerto de Chiapa de Corzo (tres horas), luego subieron a un avión que los llevó a Cancún (hora y media), y al final, avión de Cancún a La Habana, al histórico aeropuerto José Martí (cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca…). Posdata: Cuba está a la vuelta de la esquina, de Tuxtla a Cuba lleva el mismo tiempo que de Comitán a Tuxtla. ¡Pucha máquina! ¿Por qué, entonces, no alcancé a llegar más que a Chacaljocom cuando decidí conocer Cuba? Quería presenciar ese fenómeno social muy de cerca. El famoso escritor Sergio Pitol, cuando estuve en su casa de Xalapa, me dijo que si viajaba a Cuba ahí tendría un libro. Claro, un libro con todas las experiencias vividas en un país tan complejo y tan sublime. Pero no alcancé a ir. Tal vez por esto leo a autores cubanos, para que ellos sean la mano que me lleve a su país. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 21 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN TARDE LLENA DE AGUA LIMPIA

Querida Mariana: llegué a casa de mi amigo el doctor José Ramón Domínguez, llegué de improviso. Vos me conocés, no hago esta clase de travesuras. Siempre soy escaso, así es mi carácter, pero a veces, ¡bendito Dios!, me atrevo a abusar con los amigos. José Ramón es mi amigo desde hace muchos años. Nos vemos poco, casi casi con la frecuencia que un cometa aparece por el cielo, pero cada vez que me topo con él siento un chiflón agradable, un vientecito afectuoso, que mueve mi fronda, que platica con las aves que vuelan mi cielo. No me sucede con frecuencia. Vos sabés, hay tanta indiferencia en el mundo, tanta mala vibra. Por el contrario, siempre que estoy con José Ramón una caricia aparece en el aire y me siento bien. Por esto, el otro día, cuando repartíamos el más reciente ejemplar impreso de Arenilla, le dije a Paty, editora ejecutiva, que hiciéramos loco, que, en lugar de llevarle su revista a la Veterinaria 2000 fuéramos a su ranchito, donde vive y tiene la crianza de corderos de su empresa VonDomay (José Ramón es uno de los patrocinadores de nuestra revista, gracias a él y a los demás amigos que confían y apoyan este proyecto editorial, Arenilla llega a miles de manos, mentes y corazones). Había llovido galán esa tarde, pero luego, después del pencazo de agua, la tarde había quedado soberbia. Pensé que era el entorno adecuado para que hiciéramos loco y sin aviso previo llegáramos a la casa de José Ramón. Y el destino es maravilloso, a la hora que llegamos al ranchito en ese momento llegaba mi amigo con su familia. Sí, ya podés imaginarlo, se sorprendió, se sorprendieron, porque, payaso como soy, al bajar del carro y saludarnos le pregunté a José Ramón si habíamos llegado a tiempo para la invitación a comer (pucha, ya eran las cinco de la tarde). Titubeó tantito, pero dijo que sí, que pasáramos y pasamos. Paty le dijo que después de pandemia era la primera casa que visitaba. Es cierto. Lo hice, porque su casa está en medio de una burbuja maravillosa, con aire por todos lados, con árboles, con edificaciones grandiosas que construyeron sus papás y que ahora José Ramón y su familia resguardan y han ampliado. No he mencionado las nubes, el horizonte que permite ampliar la mirada y el corazón; no he mencionado los perritos que ahí juegan y las aves que se encargan de dar la bienvenida a la tarde y a las demás horas del día. En pandemia mi horizonte era limitado, se topaba con las paredes de mi casa, pequeña, pero afectuosa; la tarde que visitamos a José Ramón mi espíritu viajó como hace mucho tiempo no lo hacía. Y para reafirmar mi sentimiento, a la hora que platicábamos con mi amigo un cenzontle se posó sobre lo más alto de la cúpula de la capilla y ofreció un concierto, casi casi como si quisiera decirnos que estábamos en casa de Max, quien es un gran ejecutante de piano, ya ofreció una gala en la antigua sede del Senado de la República, en la Ciudad de México, gracias a una invitación que le extendió el Senador de Chiapas, el comiteco Eduardo Ramírez Aguilar; ya tocó en el templo de San José, en nuestro pueblo, para que los paisanos tengan el privilegio de escucharlo; ya se prepara para ir a estudiar en la Universidad Veracruzana, algo relacionado con esta pasión artística. El cenzontle nos ofreció lo mejor de su repertorio, que es infinito y sublime. Sentí un apapacho, cerré los ojos y disfruté ese instante que Dios me regalaba y mi amigo José Ramón lo ampliaba con su generoso trato. Posdata: viví un instante maravilloso, el aire que corría de un lado para otro y hacía cabriolas frente a mí me dijo que ahí estaba concentrada la vida. Después de tanto tiempo de incertidumbre por la aparición de la pandemia volví a sentir un abrazo lleno de esperanza. La pandemia sigue, pero va cediendo, la tarde que estuve en el ranchito de José Ramón olvidé el tiempo de tragedia y respiré tranquilo. Esa tarde hicimos loco, porque sin aviso previo llegamos a las puertas del ranchito de José Ramón y él, generoso como siempre, nos recibió, al estilo mero comiteco dijo: pasen a lo barrido aunque barrido sí esté, porque su casa es impoluta. Ah, querida mía, tendría muchas más cosas que compartir con vos, por ejemplo, las nueve candelas de la hermosa lámpara que está encima de la tabla de cocina, donde Azaneth y José Ramón preparan los guisos todos los días; o el maravilloso aguamanil antiguo que está empotrado en la pared y que fue un obsequio de la tía Rox. El aguamanil parece suspendido en el aire, la solución arquitectónica es de una delicia sin igual, el agua limpia brota de la pared y cae sobre la jofaina. Así llovió el afecto de José Ramón sobre mi espíritu. Dios bendiga su generosidad por siempre. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 20 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON EL NÚMERO 34

Querida Mariana: ya distribuimos el ejemplar impreso más reciente de Arenilla, es el número 34. ¡Estamos felices! Decimos que es difícil superar el contenido y la calidad de un número presentado, pero, gracias a Dios, lo logramos siempre. Este número nos quedó bellísimo, lleno de guiños culturales. Bueno, con decir que su sección principal está dedicada a la gastronomía comiteca. Un amigo lector me dijo: “sólo con ver el contenido se me abrió el apetito”. ¡Ah, qué bonita expresión! Esa es nuestra intención: abrir el apetito de nuestros lectores, las ganas de conocer más de nuestra cultura. Por eso, digo, en este número volamos un papalote altísimo, otra vez. Seis promotores de la gastronomía nos permitieron honrarlos, posicionar sus empresas, de por sí ¡exitosas! El abanico lo abrió doña Chelo Cantoral, reconocida cocinera comiteca; continuó con Crhistian Constantino Jaras y Roberto Bolaños, jóvenes empresarios gastronómicos, que le apuestan a su Comitán; en seguida, Gerardo Alfonzo, quien ofrece el famoso y riquísimo cochito horneado; luego Roberto Ruiz Kánter, quien, durante 23 años, ha ofrecido la comida tradicional comiteca; y cerramos con mi comadre Malicha Torres Valle y sus exquisitos postres. Como lo expresamos en el Editorial, estos reconocidos amantes de la buena cocina continúan la tradición de las grandes cocineras comitecas que resguardaron con celo las recetas de las abuelas. Hoy, la gastronomía comiteca preserva esa riqueza cultural y la innova, la coloca a la altura de las mejores del mundo. ¡Qué bendición! En este número nuestros lectores conocerán un poquito más de las exquisitas propuestas del Restaurante de Doña Chelo (frente al parque de Guadalupe); de Big Red Food Truck (frente al parque de la Colonia Miguel Alemán); de Cafetico, Café de Especialidad (en el eje, de la 7ª. poniente norte); de Comitán Lindo y Qué Rico (frente a la Colonia Miguel Alemán); de Gely’s Cafetería (atrás de las Instalaciones de la Feria); y El Rey del Cochito (en sus tres lugares: entrada a las Instalaciones de la Feria, en La Plaza y enfrente de la entrada a la UNACH). Pero, como siempre, nuestra revista ofrece más, muchas más espigas de luz. Nuestros lectores hallarán información acerca del primer libro de la joven escritora Luz Belén Pulido Palomino; una crónica sobre San José Coneta, escrita por el maestro Benito Vera Guerrero, cronista municipal de La Trinitaria; la Carta a Mariana, donde te comparto un maravilloso testimonio del maestro Mario Jaimes Sanchirico, de una de tus pasiones: el cine; un artículo de SIGMA Tecnologías, una empresa comiteca para el mundo; y un artículo de Giovanna Gómez, cuyo título es: “La travesía del café”, ah, qué rico, sacá el pan. ¿Más? Claro. Reservo para el final dos sucesos trascendentales. Antes te cuento que viene un texto escrito por Humberto Pérez Matus, considerado como el mejor corrector de estilo del estado de Chiapas; el esperado recorrido “Rutas luminosas de Comitán”; el final del testimonio de Doña María del Carmen Villatoro Flores; un artículo redactado por nuestro Director Comercial en Guatemala: Carlos Rivas; y el cuentito, que, en esta ocasión, escribió Amanda Mendoza. ¿Cuáles son los dos sucesos trascendentales? ¡Fanfarrias!, por favor. Gracias. El primero es que vos escaneás un código QR y podés escucharme leyendo tu carta. ¡Pucha! Ahora sí que ¡de Comitán para todo el mundo! Posdata: y el segundo suceso trascendente es que el destacado cronista chiapaneco Marco Antonio Orozco Zuarth nos compartió un texto celebratorio de los 80 años de vida del IMSS. Este texto nos permite llegar hasta la Ciudad de México, ciudad donde actualmente radica y labora Marco. ¿Mirás? Sé que nuestros amigos celebrarán este importante logro. Cada vez estamos en más lugares. Arenilla es la mejor plataforma para el posicionamiento de personajes, instituciones, empresas y ciudades. Gracias a nuestros miles de lectores y a nuestros patrocinadores seguimos sembrando luz, ¡espigas de luz! ¡Que viva Comitán y la región! ¡Tzatz Comitán!

martes, 18 de abril de 2023

MUJER DEL LIBRO DE CARAS

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que son como muros para tirar, y mujeres que son como muros de Facebook. La mujer muro de Facebook es rete argüendera, es fanática de este siglo, se pasa el día mostrándose con miles y miles de amigos virtuales. La compañía virtual es una de sus habilidades, se alimenta de “likes”. Su realidad se ha convertido en una simple imagen en pantalla, desde que despierta sube información a su página para que sus amigos la disfruten; a veces se desespera y quisiera tener más éxito, que su muro fuera más visto que el de sus amigas reales o virtuales; a veces sueña en abrir un “only fans”, que es una página donde las chicas obtienen ganancias, porque los suscriptores pagan una cierta cantidad por ver fotografías selectas; esto de fotografías selectas puede leerse como fotografías atrevidas; y esto de atrevidas puede leerse como fotografías sensuales; y esto de sensuales puede leerse como fotografías donde las partes nobles y las innobles no dejan nada a la imaginación. Pero no lo hace, porque aún es pudorosa y así la tenemos mostrando sus fotos familiares, las de sus viajes, las de la cocina, las de comidas, las de juegos en parques, las de sacando a correr a los chuchos. Hace honor al nombre de la red social: Libro de caras, así que muestra las muchas caras que posee. Claro, evita los rostros reales, sube fotos arregladas con Photoshop, fotos donde se muestra exitosa, bonita, bella, inigualable, siempre sonriente, solidaria, linda, simpática, ingeniosa, inteligente, atrevida, liberal. Cuando algún atrevido o ingenuo le pide una cita real (se ha sabido de casos donde el muchacho viaja de Israel para conocer a la chica mexicana, porque se sintió identificado y dio gracias a los dioses por hallar a la mujer de sus sueños), con el tiempo, la mujer muro de Facebook comienza a mostrar su verdadero rostro, un rostro que sólo corresponde en mínimo porcentaje a lo que mostró en la red social, porque la red social tiene la capacidad de encubrir con una burbuja la verdadera personalidad. Como dice Ángel (quien no es aficionado a las redes sociales): en el Facebook las chicas huelen a tarde en huerto, cuando en realidad muchas también se pedorrean. Pobre iluso el que cree que estalqueando el muro de la chica Facebook descubrirá huellas de su carácter. Ese muro es tan falso como la promesa del hijo que jura no volver a hacer travesuras. La mujer muro de Facebook bien podría ser acusada de plagiaria, como una magistrada muy conocida, porque a cada rato sube frases célebres que no fueron escritas por ella; pero eso no es todo, lo más grave es que se muestra como si realmente coincidiera con esos mensajes. Por ejemplo, sube una frase célebre: “El corazón no es de quien lo rompe, es de quien lo repara”, y los que están acostumbrados a dejarse apantallar por esas frases ramplonas y pedantes se maravillan. No reflexionan en la pedrería, son como indígenas deslumbrados ante las piedritas brillantes de los conquistadores. “El corazón no es de quien lo rompe, es de quien lo repara”, ¡qué simpático!, ¡qué bobo!, esto es tan falso como si dijéramos que “El himen no es de quien lo rompe, sino de quien lo repara”. El corazón es del propietario, no del que llega y lo ve de lejos. La mujer muro de Facebook muestra todos los días lo que come, lo que sueña, lo que desea, lo que lee, lo que ve, lo que escucha, pero no es ella, en realidad, es su avatar. Cuando los amantes reconocen que la mujer muro de Facebook es una mera representación ideal y falsa de la mujer real, entonces la vida toma un color caramelo con aroma de juego. Que nadie le crea a la mujer muro de Facebook, que todos la vean como es: una mujer que aspira a ser lo que no es, que en cuanto bota el muro ficcional y se topa con el muro de la realidad advierte que la vida no es lo que ella mostró, sino que es un muro de aire que a veces se encabrita y forma chiflones o huracanes. A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en: mujeres que son como manubrios de bicicleta, y mujeres que son como volante de carretón.

lunes, 17 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN BALCÓN

Querida Mariana: pedí que me tomaran la foto, pero la fotógrafa me dijo: está a contraluz. ¿Contraluz? Qué término tan extraño. Tomala, insistí, y acá está el resultado: una foto a contraluz. Estoy en el café Monarca, de Comitán, una cafetería soberbia, sensacional. Y, como diría doña Lolita Albores, todo es símbolo. Esta fotografía no es más que el testimonio de una mañana que estuve a favor de la luz, porque el café está lleno de ella, es un espacio iluminado y luminoso; además, fue la mañana que el equipo de Arenilla platicó con Luz Belén Pulido Palomino, quien nos dio pormenores de su primer libro: “Entre luz y letras”. Esa mañana estuvimos a gusto, por la atención del propietario del café, la belleza de la casa donde está ubicado y por la plática con la joven autora, oriunda de ese pueblo maravilloso: La Trinitaria (que actualmente vive una época de esplendor). El café Monarca ahora está a una cuadra del parque central. ¿Ubicás el Hotel San Francisco? Pues ahí, frente a la casa de doña Olguita Trujillo (que en paz descanse). La casa es lo que se llama una tradicional casona comiteca, con cuatro corredores que abrazan un patio central, lleno de luz. Tal vez la fotografía fue a contraluz, pero todas las demás hebras del día estaban costuradas con una luz magnificente. Hay en el pueblo muchas cafeterías donde se toma un rico café chiapaneco con agrado, donde se platica muy a gusto, una de ellas es la Monarca. Digo que es un lujo para quienes acuden, porque la casa es un disfrute para el espíritu. Imaginá que estás en una casa de abolengo, con la traza original de las casas de la gente potentada de Comitán. Antes de que fuera hotel, esta casa fue una residencia particular, a la que tenían acceso, amigos, familiares y clientes del propietario. Ahora, gracias a la vocación que adquirió, está al servicio de los viajeros que requieren una habitación para descansar o de todo el pueblo comiteco y puntos circunvecinos que aman los espacios dignos para tomar un café, un té o un refresco. A mí me gustó mucho el espacio. Siempre disfruto estar en una casa de principios del siglo XX, con esos corredores, que me son tan cercanos, porque viví en una casa de cuatro corredores, que era propiedad de la familia Esponda, apellido de larga tradición en el pueblo. El sol se desparrama sin regateos en el patio central. Raúl Avendaño, propietario del Café Monarca, ha colocado mesas en uno de los corredores, lo que permite a los clientes sentarse y disfrutar de un espacio maravilloso; pero no sólo hay mesas en los corredores, también hay mesas en el espacio más íntimo donde la luz no cae como lluvia de confeti, está atenuada como se ve en esta fotografía. Ahora pienso que la foto fue tomada a contraluz, pero el balcón nunca está a contraluz, él recibe la luz a plenitud, permite que el aire de afuera entre y juegue como si fuera papalote. Entra la luz, los sonidos de la calle que siempre son una fiesta, porque a veces, cuando la lluvia asoma, las gotas se unen a las carreras de las personas que buscan cobijo. El café Monarca es buen cobijo para el espíritu, es un espacio apapachador. Esa mañana llena de luz casi casi se cumplió la sentencia del libro de la escritora trinitarense, estuvimos entre luz y letras, la estancia fue como un vuelo de la mariposa cuyo nombre honra este café. Todos somos migrantes, unos caminamos poco, porque tenemos todo en casa, otros deben ir más lejos. Las mariposas Monarca llegan a México desde muy lejos. Una de ellas se ha quedado en Comitán, acá se transformó en un lindo lugar. Posdata: ¿ya ubicaste bien el lugar donde está el café Monarca? ¿Qué más datos te doy? Si estuviéramos en los años setenta diría que está frente a la Farmacia Ana Rosy, de don Jaime Santiago y de doña Bety Luz. Mirá, Goethe dijo a la hora de morir: ¡luz, más luz! Nosotros lo decimos plenos de vida: ¡cuánta luz! ¡Tzatz Comitán!

domingo, 16 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN VIAJE EN AUTOBÚS

Querida Mariana: iba tranquilo en mi Tsuru, en el bulevar, pendiente de los demás autos, conservando mi distancia, hasta que alcancé en un semáforo a un autobús de pasajeros, de esos maravillosos autobuses que traen turistas a Chiapas. Me detuve, vi una serie de figuritas que sintetizaban los servicios que ofrece el autobús y, de inmediato, recordé los viajes que hacíamos los estudiantes de la UNAM, en los años setenta. Saqué mi celular y tuve tiempo de tomarle una foto, foto que ahora comparto con vos. ¿Ya viste cuántos servicios ofrece esta empresa de viajes? El autobús ofrece luz individual, sonido estéreo, butaca reclinable, video, aire climatizado, frenos de seguridad y w. c. Bueno, a vos esto no te sorprende, porque sos de estos tiempos, pero yo, ¡Dios mío!, vengo de un tiempo donde los maravillosos autobuses de la Cristóbal Colón no ofrecían estos servicios. En ese tiempo la Colón era la empresa más fifí de la zona, sin embargo, nada de esto teníamos. Comienzo: ¿Luz individual? No existía. Si necesitabas alumbrar prendías un cerillo y ahí andabas con la cabeza inclinada buscando el cigarro que se te había caído, porque eso sí, nosotros gozábamos del privilegio que ahora no tienen los viajeros fumadores: nosotros fumábamos, nosotros fuimos los creadores de la famosa “cortina de humo” que obligaba a los demás viajeros a abrir las ventanas, porque en ese tiempo sí se abrían las ventanas, no estaban selladas como ahora. Cuando llegábamos a los poblados de Oaxaca, abríamos las ventanas y el olor del camarón seco se metía. Comprábamos vasos de fruta y algunas personas mayores adquirían totopo y queso, que comían con emoción. Si dormías escuchabas el sonido que hacen los ratones al comer. ¿Sonido estéreo? No, tampoco. Se escuchaban las pláticas, los rumores, el rugido de los niños al vomitar y un sonido directo de los que roncaban y de los que soltaban ventosidades. ¿Butaca reclinable? No, ni soñarlo. Los asientos eran duros y si se reclinaban significaba que estaban deteriorados y el viaje se convertía en un suplicio, porque tenías que ir de lado, con un fierro lastimando un riñón. ¿Video? Ni en sueños. Uno no tenía más imágenes que la del curverío hacia Oaxaca o las montañas a lo lejos, donde se veían casitas con sus culebritas de humo, que indicaban que ahí la vida se concentraba en el comal donde se freían los huevitos y cocían las tortillas para comer con frijol y salsa molcajeteada. ¿Aire climatizado? Ya dije que para que el aire entrara se abrían las ventanas. A veces, era necesario decirle al de adelante que cerrara la ventana, porque entraban chiflones encontrados, pero el de adelante se quejaba de la peste acumulada por los treinta y tantos pasajeros, que era una mezcla de popó de niños, sudor y pedos. ¿Frenos de seguridad? Con seguridad sabías que el autobús tenía frenos cuando te ibas hacia adelante y chocabas contra el asiento delantero, porque en ese tiempo tampoco había cinturones de seguridad. ¿W. C.? Dios mío, ni por casualidad. ¿En dónde hacíamos nuestras necesidades cuando aparecía algún reclamo del cuerpo? Pues uno debía aguantarse, si esto era posible, hasta llegar a una terminal donde los conductores daban autorización para bajar: “Cinco minutos y nos vamos”. Veías una larga fila formarse ante un sanitario todo sucio. Si la urgencia ocurría entre una y otra terminal, el necesitado caminaba en el pasillo, deteniéndose con las manos en la parte alta de los asientos, hasta llegar con el chofer para explicar la urgencia. Los demás pasajeros veíamos cómo el conductor se hacía a un lado de la carretera, movía la palanca para abrir la puerta y los pasajeros de la derecha veíamos cómo la persona caminaba entre la maleza, en busca de un arbolito que lo cubriera a la hora de bajarse el pantalón y de ponerse en cuclillas. Era un suplicio. El cagón regresaba con una cara mezcla de tranquilidad y de cierta vergüenza. Gracias, decía al conductor, y regresaba a su asiento. Por eso, para cualquier eventualidad, todos los pasajeros llevaban unos pliegos de papel sanitario en la bolsa trasera del pantalón. Posdata: vi todos los pictogramas que estaban pintados en la parte trasera del autobús de pasajeros y pensé que estos tiempos son más cómodos, pero, asimismo, son latosos. Cierre la ventanilla, por favor, decíamos al pasajero de adelante y él lo cerraba. Ahora el clima artificial del interior se convierte en un suplicio, porque a veces el interior se convierte en una experiencia de iglú, donde el aire acondicionado está al tope de frío, como si fuera refrigerador de una carnicería. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 15 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN PERSONAJE MARAVILLOSO

Querida Mariana: Comitán es un pueblo prodigioso. Esto lo sabemos quienes vivimos acá y quienes llegan de visita. A mí me encanta caminar sus calles y sentarme en alguna banca de parque público. Voy al parque de Guadalupe, al parque central, al parque de La Pila, al parque de San Sebastián y, de vez en vez, al parque que está detrás del templo de la Virgen del Rosario, en Yalchivol. Disfruto todos los lugares, pero, como siempre sucede, tengo espacios que son como los consentidos. Esto tiene que ver con los sucesos que han ocurrido en esos lugares. Por ejemplo, cuando estoy en San Sebastián, en automático pienso en los tres años cuando estudié la secundaria en el Colegio Mariano N. Ruiz, porque el parque era el lugar donde pasábamos los recreos. Como en el Colegio no había espacio suficiente para los estudiantes de primaria y los de secundaria, el padre Carlos, hombre sabio, permitía que los muchachos saliéramos al parque para pasar ahí la media hora de recreo. Esto es un recuerdo sensacional. No sé en cuántos pueblos del mundo hubo escuelas con estas características maravillosas. Disfruté el parque de San Sebastián durante los recreos de mis tres años de educación secundaria y disfruté el parque central durante las horas libres de los tres años de bachillerato, porque en la prepa, que estaba donde ahora funciona el Centro Cultural Rosario Castellanos, sucedía algo semejante al Colegio Mariano N. Ruiz: el patio era insuficiente para tanto alumno, así que teníamos puerta libre en los recesos. Claro que había una gran diferencia entre los recreos en San Sebastián y los del parque central. En San Sebas estaba vigilante el padre Carlos, así que andábamos bien portaditos, sentados en las bancas, o en el piso del kiosco o dando vueltas. Algunos enamorados se atrevían a llegar a ver a nuestras compañeras y como todo era muy sano, el padre permitía que las parejas platicaran, por supuesto que anticipándose a los tiempos del Covid, porque todo tenía que ser con sana distancia, la chica en un extremo de la banca y el chico en el otro extremo. En los recesos del parque central todo era más relajado, los muchachos íbamos a hojear revistas de monitos en la Proveedora o tomábamos un café en el Intermezzo o entrábamos al fondo del Nevelandia a jugar billar, pul o carambola. Como mi mamá tenía una tienda de estambres en la planta baja del edificio donde estaba el Intermezzo, si necesitaba algo de mí, entraba al billar, segura que ahí me hallaría. Eran tiempos donde muchos fumábamos. El lugar favorito era en una banca al lado de la rotonda donde estaba la base que soportaba la enormísima escultura de Belisario Domínguez, la que ahora está a la entrada del bulevar llegando de San Cristóbal. Ahí fumábamos, alguien tocaba la guitarra mientras los otros, más o menos entonados, cantábamos las canciones de moda, nunca faltaba una de José José o de Los Ángeles Negros. Durante los tres años de secundaria, a la hora que salíamos al parque para el receso, todos los alumnos nos arremolinábamos en dos negocios: la tienda de doña Chata y el local donde Cirito vendía las gordas que preparaban las madres del Niñito Fundador. Mirá lo que son las coincidencias. La mañana del 5 de abril de 2023 andaba caminando por el parque de San Sebastián cuando me topé con don Flavio Molina, a quien le estaban dando una boleada a sus zapatos. Don Flavio, lo sabés, es uno de los grandes personajes de Comitán, es un gran músico, compositor y marimbista de excelencia. Me acerqué a saludarlo, ya el bolero estaba a punto de terminar su trabajo, el maestro Flavio sacó un billete y el bolero fue a cambiarlo para dar el vuelto. Aproveché a platicar un rato con el maestro Flavio. No todos los días tiene uno la oportunidad de toparse con un gran personaje. Ya dije que los muchachos del Colegio comprábamos con Cirito o con doña Chata. Pues resulta que doña Chata era esposa del maestro Flavio, ella atendía una pequeña tienda donde vendía antojitos, era muy conocida por todos nosotros y muy apreciada. La mañana que me topé con el maestro Flavio me dijo que su esposa se llamaba Elsa y que falleció hace 39 años. “Así se pasa la vida”, me dijo el otro día doña Vicenta, mujer agradable de un pueblo cercano a Comitán, que se llama Chitijá. Así se pasa la vida, doña Chata de la época de mi educación secundaria falleció hace treinta y nueve años, mientras don Flavio, maravilloso músico, sigue con vida, radiante, luminoso, con noventa y un años de edad, pero con penas en su espíritu, porque esa mañana me dijo que iría a misa, en el templo de San Sebastián, porque se cumplían cinco meses de la muerte de uno de sus nietos, “el más querido de mi vida; era mi brazo fuerte en todo, le pusieron Flavio Daniel, se llama igual que yo”. Cuando me lo dijo, en sus ojos apareció una niebla de dolor. Así se pasa la vida, con retazos luminosos y con cintas oscuras. Don Flavio vivió varios años en el barrio de San Sebastián, le gustaba vivir ahí. Tuvo la intención de comprar la casa donde vivía (que es la casa donde luego vivió Cirito, el sacristán, y que sigue siendo del hijo de Cirito), la propietaria de la casa era doña Romelia Soto, cuando don Flavio se la quiso comprar, ella le dijo que no podía vendérsela. Don Flavio entonces compró una casa en el barrio de Guadalupe y ahí se pasó a vivir, pero lamentó la ausencia de los vecinos de San Sebastián: don Chepón, don José García, don Popo Conde, doña Mariana. Ahora que mencioné a doña Mariana debo decir que ella también es uno de los grandes personajes de Comitán, una mujer que fue tan ilustre que tuvo tres espacios que son mencionados con su nombre: su tienda, que era conocida como la tienda de doña Mariana (y era tan famosa que cuando alguien fallaba muchos tiros en el básquetbol aparecía el grito: andá a comprar un veinte de puntería en la tienda de doña Mariana); pero además, la bajada que está en la esquina de su casa aún se le sigue llamando la bajada de doña Mariana; y la poza que está en Uninajab se conoció con el nombre de la poza de doña Mariana, porque en cada temporada de Semana Santa, ella se bañaba ahí, con un gran batón. Don Flavio se pasó a vivir a su casa del barrio de Guadalupe y ahí tuvo la magnífica iniciativa de abrir un restaurante en el patio central, el restaurante se llamó “El Señorial” y muchos comitecos lo recuerdan con emoción, porque además de ofrecer los deliciosos antojos comitecos, don Flavio ejecutaba la marimba, lo que era el complemento para el disfrute total de los sentidos. Además, durante tres años tuvo un mojol de lujo: el famoso marimbista Manuel Vleeschouver amenizaba las comidas. ¿Mirás lo que estoy diciendo? Era un disfrute para los sentidos, la presencia de dos grandes músicos: el maestro Flavio y el famoso Ratón Vleeschouver. El maestro Vleeschouver fue considerado como el mejor ejecutante solista de marimba de Chiapas, en su pueblo natal existe una estatua que lo recuerda. Comitán es escaso en el reconocimiento de sus grandes personajes. No existe reconocimiento alguno para el gran músico Flavio Molina, quien nació en Pinola, pero lleva muchos años de vivir en nuestro pueblo. Para que mirés el valor de don Flavio compartiré con vos algo que me dijo Francisco Domínguez, comiteco que radica en San Luis Potosí, creador de la famosa página Imágenes Históricas, Leyendas y Personajes de Comitán: “el asistente administrativo de mi página me informa de un video donde don Flavio Molina interpreta “Comitán” en marimba. ¡Ha sobrepasado las cien mil visitas, además de que tiene más de 850 reacciones, más de cien comentarios y, desde la página, se ha compartido más de mil veces! Algo inédito, que demuestra el cariño y la admiración que la gente siente por don Flavio”. ¿Mirás qué bendición? A veces he pensado que la autoridad municipal debería reconocer a los grandes personajes de Comitán. Un reconocimiento al gran músico Flavio Molina podría ser un maravilloso inicio. ¿Cómo puede reconocerse? Pues nombrando los pasillos de los parques. En el parque de San Sebastián, uno de los pasillos que da al kiosco puede nombrarse Flavio Molina y, en la placa metálica, que estará fijada a un poste para nomenclatura, agregar su oficio, fecha y lugar de nacimiento, y año en que llegó a Comitán, para iluminar el espectro musical de nuestro pueblo. Este tipo de reconocimientos es algo sencillo y sin mucho costo económico. La gente, a la hora que paseara por el parque, hallaría en cada avenida de los parques nombres de personajes simbólicos, para recordar que el pueblo se hace con el genio de sus habitantes. Posdata: ¿Sabés a quién tuvo como maestro el maestro Flavio? ¡A don Javier Mandujano Pinto! Don Javier también fue un gran músico comiteco que vivió muchos años en Hamburgo, Alemania. Me encanta nuestro pueblo, caminarlo, disfrutarlo, en el momento menos pensado me topo con grandes personajes y platico con ellos y reafirmo la idea de que este pueblo es prodigioso. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 14 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN CUESTIONARIO (segunda y última parte)

Querida Mariana: sigo con este privilegio: dar respuesta a mi propio cuestionario, el que aplico a los invitados al Platicatorio, para que compartan sus instantes íntimos, para que hurguen en su interior y encuentren huellas de lo que son, de lo que pueden ser, de lo que serán. 6.- ¿Qué sentís cuando mirás un colibrí? Siento el aire que ellos crean con su aleteo incesante. Los colibríes aparecen en forma frecuente, en la cochera abierta de la casa, que también funciona como patio, como jardín. Mi mamá y mi Paty han sembrado algunas plantas en macetas, de barro o de plástico, hay alguna enredadera que da flores que llaman la atención de los colibríes. En ocasiones, cuando escribo o pinto en la sala, veo a través del ventanal la aparición de un colibrí, siento el aire. A pesar de que es imposible que el aire que ellos crean pase por encima del cristal, ¡siento el aire! El colibrí es aire, y el aire es vida. 7.- ¿Qué soñabas de niño que serías de grande? Eso ¡grande! Pensaba que gozaría de libertades que me estaban vedadas siendo niño. Pobre iluso. Nunca supe que ese sueño no era un sueño agradable, que más bien hiede a pesadilla. A mis sesenta y seis años de vida, ya siendo más que grande, pienso que la pregunta ideal es: ¿qué soñás de grande que serás de niño?, y la respuesta sí me place: eso ¡niño! Debí pensar de niño que de grande sería niño, para que se fortaleciera mi personalidad, mi capacidad de juego infinito. Dichosos los que siguen siendo niños y nunca olvidan su inocencia, que no es sinónimo de pendejada. 8.- ¿Adónde te llevan tus pasos actuales? Quiero que me lleven a lo que respondí en la pregunta anterior: quiero que cada uno de mis días me haga más niño, más juguetón, más inocente, más de mirada intensa pero limpia. 9.- Si te topás con una piedra, ¿qué hacés? En realidad, sólo cuando tengo conciencia de la pregunta advierto que, en la mayoría de ocasiones, ignoro las piedras. ¿Alguien me ha tirado piedras? No lo sé, nunca me han ofendido. Si aparece un perro que me atemorice, hago lo que muchas personas hacen, me inclino hacia el piso, pero hago lo que muchas personas no hacen: sólo hago la finta de levantar una piedra, pienso, qué bobo soy, que el perro advertirá que no debe meterse conmigo porque llevo una piedra que le aventaré. Gracias a Dios, los perros nunca me han atacado, no sé qué haría al tenerlos junto a mí, con sus afilados colmillos. ¿Qué hacer si no levanté la piedra para lanzárselas? ¡Qué piedra soy! 10.- Cuando llegue el último adiós ¿con qué frase te gustaría despedirte del mundo? Amante de las palabras, desde siempre, tal vez me gustaría hacer silencio. Decir nada, que mi silencio diga todo, porque ya seré parte del silencio infinito, parte de la esencia divina, que no es más que una burbuja callada, llena de vacío eterno. Posdata: va. Ya jugué. Me gustó el juego, mi juego. A final de cuentas hace tomar conciencia de algunas esencias. Lo ideal es responder el Cuestionario Mayor, el que nos hace la vida a cada instante. A veces tenemos respuestas sorprendentes. Es bueno que la palabra nos acompañe, nos ayude a dar balbuceos a preguntas que tienen más de mil respuestas. En la escuela primaria nos enseñan que cada pregunta debe ser respondida con la correcta, la única; qué educación tan boba, en realidad, la vida acepta mil y más respuestas y en muchas ocasiones, la más atinada es la que nunca aprendimos en la escuela. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 13 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON LA BELISARIO

Querida Mariana: una de las medallas más prestigiosas es la Belisario Domínguez. Los comitecos siempre estamos pendientes de la decisión del Senado, porque tío Belis, máximo héroe civil de la patria, es nuestro paisano, es orgullo de Comitán. Ahora estuvimos más pendientes porque uno de los candidatos para recibir la presea 2022 fue nuestro paisano el doctor Roberto Gómez Alfaro. En el pueblo se reconoce la labor que el doctor Gómez Alfaro ha realizado en favor de los más desprotegidos. El doctor habría dado brillo a la medalla, porque, se sabe, la concesión de esta presea no siempre ha sido afortunada. En ocasiones ha imperado el sentido político y se ha entregado a gente que no la merece, que no está a la altura del nombre del valeroso comiteco. Hay nombres que demeritan la relación de recipiendarios, ¿querés un nombre? Va: Fidel Velázquez, líder sindical que sirvió al poder en turno y no a la comunidad de sindicalizados a quienes debió servir. Va. Con eso digo todo. En cambio, sí hay nombres que enaltecen y honran la memoria de tío Belis. Después de mucho tiempo de espera, recibimos el anuncio de que la medalla Belisario Domínguez 2022 se le entregará a la escritora Elena Poniatowska, mujer que al principio apoyó en forma decisiva a AMLO, actual presidente de la república; pero que, en los últimos tiempos ha criticado que López Obrador se crea el poder omnímodo y le ha reprochado la falta de apoyo a la cultura. Acá, querida mía, ya vemos dos ideas importantes. El primer elemento a considerar es el siguiente: se sabe que la entrega de la medalla, como muchas otras decisiones cupulares, tiene el voto de calidad del presidente en turno. La medalla Belisario Domínguez la entrega el Senado de la República, poder legislativo, pero siempre pesa la mano del poder ejecutivo; es decir, la entrega de la medalla a la Pony tiene el visto bueno del presidente López Obrador; el segundo elemento es que la Pony, a pesar de haber comulgado con las ideas del presidente al principio, se ha convertido en una voz crítica en el terreno donde, desde siempre, se ha movido: la cultura. La cultura es uno de los rubros que más ha sufrido recortes en este sexenio. Bueno, desde siempre, la cultura es el patito feo, la hermanita apestada de la nación. Ah, qué miras tan cortas. La cultura es lo que mueve a los países, los países que le apuestan a la cultura crecen intelectualmente y también en su economía, porque los ingresos de productos culturales tienen un gran impacto positivo en el PIB. Pero, en este país, riquísimo en cultura, este rubro se deja de lado. Hay intereses que así lo demandan. ¿La Pony se merece la distinción? Sí, a pesar de sus oscuros y grises, la Pony es una intelectual de relevancia. A mí me gustan algunas de sus novelas. La novelita “Querido Diego, te abraza Quiela” es una novelita de excelencia. Sus cuentitos también son muy dignos. Tiene ensayos y entrevistas de gran calidad. Pero, por ahí, Luis González de Alba, otro destacado intelectual mexicano, la acusó de haberle alterado un trabajo que refería a Tlatelolco 68. Andá a saber qué tan cierto sea, pero recordá que cuando el río suena es porque lleva agua, a veces limpia, a veces sucia. La Pony ya mereció la gloria de la Medalla Rosario Castellanos, que entrega el Poder Legislativo de nuestro estado de Chiapas, que, de igual forma, tiene el visto bueno del ejecutivo estatal. Pero la Pony no sólo ha recibido reconocimientos en la patria, un día le fue entregado el prestigioso Premio Cervantes, presea que reconoce a los más excelsos escritores en lengua castellana. La Pony se ha ganado a pulso los reconocimientos. No me estás preguntando, pero diré que, a pesar de ciertas reservas que tengo por su personalidad, reconozco su talento literario; y a final de cuentas esto es lo que reconoce la entrega de la Medalla Belisario Domínguez. Me da gusto que, por encima del Poder Político y por encima del Poder Económico, ahora se premie al Poder Intelectual. Poder que también es rechazado por los poderosos de la economía y de la política hasta que se dan cuenta que es un poder que mueve al mundo y que lo usan cuando necesitan apuntalar sus estructuras endebles. Posdata: los comitecos habríamos celebrado que la Medalla Belisario Domínguez le fuera otorgada al doctor Roberto Gómez Alfaro. Pero el reconocimiento a su labor social está por encima de la medalla. Su labor social ha tenido múltiples reconocimientos de la gente humilde a la que ha servido, ha dado a manos llenas. La inclusión de su nombre como candidato a la Medalla Belisario Domínguez da cuenta de la grandeza de su vida. ¡Tzatz Comitán!

miércoles, 12 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN CUESTIONARIO (primera parte)

Querida Mariana: un proyecto de Arenilla Revista es el Platicatorio, que, como su nombre indica, es un lugar para platicar. Hemos tenido muchos invitados, los Platicatorios ya se convirtieron en un referente. Por fortuna, muchas personas lo ven en redes sociales. Vos sabés que el final de cada Platicatorio es el Cuestionario Molinari, donde nuestro invitado responde a las diez preguntas. El otro día, Alicia me dijo que le gustaría someterme al Cuestionario Molinari, dijo que sería un juego bonito que el autor respondiera las diez preguntas; un poco como diciendo: para que mirés que no es tan sencillo. Por supuesto que no es sencillo, en el Cuestionario Molinari invitamos a responder diez preguntas que entran en el terreno de la intimidad, que dan idea de sus personalidades, de sus más entrañables pensamientos y sentimientos. Hoy hago caso a Alicia y me pregunto y me respondo. Pucha, qué juego tan simpático. Los que saben dicen que el famoso escritor Proust respondió al cuestionario que lleva su nombre, pero, agregan, él no fue el autor de las treinta preguntas. En este caso, las diez preguntas del Cuestionario Molinari las planteé y ahora las respondo. Pucha, lo hago para darle gusto a Alicia y para darme gusto a mí. Será como pararme frente al espejo y mirar más allá de mi rostro, hurgar en el espíritu, que es lo que hacen nuestros invitados. Ojalá vos también respondás el Cuestionario Molinari, lástima que no querés aceptar la invitación para que aparezcás en el Platicatorio, pero entiendo tus razones, vaya que las entiendo. Respondelo en tu casita. Bueno, va Cuestionario Molinari para Molinari. Tengo la ventaja de no responder al bote pronto, sino que lo hago a través del tiempo de la escritura, es mi privilegio. 1.- ¿Con qué fruto comparás a tu papá? Con el durazno. Los duraznos más ricos que he probado en mi vida son los de San Cristóbal. He visto cómo, antes de comerlos, muchas personas toman los duraznos, de matices perfectos, los limpian en las mangas de la camisa, para quitarles un ligero bigotito que tienen y los comen. Mi papá era un durazno, chapeadito, su semilla rugosa siempre tenía caminitos maravillosos, indescifrables. 2.- ¿Cuál es el aroma con el que identificás a tu mamá? Mi madre huele a una esencia que no la puedo comparar con algo que sea común en la tierra, ¿será porque ella tiene algo de angelical? Huele a lo que huelen muchas otras mujeres, aroma que no todo mundo percibe. Su aroma es casi casi intangible, pero su aroma es como una caricia, como bálsamo. Su verdadero aroma está más allá de los olores de las esencias de la cocina, del campo, del mar. Su aroma es como de esas hierbas que sanan el cuerpo y el espíritu. 3.- ¿Qué rasgo humano te impulsa a ser mejor? La disciplina. Conforme ha pasado el tiempo he advertido que la disciplina es la virtud que mueve al mundo, que la disciplina es el punto de apoyo que pidió el genio para mover el mundo. Los más grandes creadores de todos los tiempos han asegurado que no basta el genio, es necesaria la disciplina, un poco como lo que decía Picasso: que cuando llegue la inspiración te encuentre trabajando. La chispa del acto creativo es la disciplina, el trabajo constante. 4.- ¿Cuál es la palabra más bonita de tu diccionario personal? Siempre he dicho que me gusta la palabra almohada, porque es como una palabra compuesta, de alma y de hada. Ambas entidades son las que conforman el espíritu de la imaginación y la imaginación es otra de las palancas del mundo. Todo lo que actualmente conforma el genio humano, lo que modela nuestra sociedad tuvo su base en la imaginación. Si tenemos televisores, celulares y demás prodigios tecnológicos es porque una mente humana los imaginó. El futuro se diseña en mentes que imaginan. 5. ¿Cuál es tu mejor recuerdo de niño? Respondo en forma inmediata, casi automática, porque es un recuerdo que atesoro con precisión, ya que contiene a dos esencias fundamentales en mi vida: mi papá y el cine: mi papá me abraza en la salida del Cine Comitán. Mis papás me llevaron a ver una película y al salir mi papá, ya de noche, me abrazó y me llevó cargado hasta la casa. La casa estaba a media cuadra del parque central y el cine estaba a media cuadra del parque central, así pues, mi papá me cargó cincuenta metros del cine al parque, luego cruzó el parque anterior, y otros cincuenta metros hasta llegar a casa y depositarme en mi cama. Esa noche tuve el abrazo más hermoso: el del cine y el de mi padre. Mientras mis papás caminaban por el parque, yo sentía el calorcito de los brazos de mi papá, escuchaba los pasos de mi mamá y veía el cielo, limpio, claro, lleno de estrellas. Posdata: sigo mañana. Gracias. ¡Tzatz Comitán!

martes, 11 de abril de 2023

CARTA A MARIANA, PARA BORDAR EL MUNDO (segunda y última parte)

Querida Mariana: bordo el mundo, desde Comitán. Es mi privilegio. Como si fuera un famoso grupo musical que se anunciaba: “Desde Yalchivol para el mundo”, así digo que bordo el mundo desde Comitán, un pequeño punto en el mapa terrestre, un pequeño mundo que tiene las virtudes de los más grandes puntos. Eso lo sabemos los comitecos. Escribo textitos breves, los leo frente a una cámara y mis amigos de Arenilla Revista ya lo componen para treparlo a la Red. Eso me encanta, mis bordados suben a la Red; y es que ambos términos están relacionados con el hilo. Ya entendí que el mejor hilo para los mejores bordados está en Comitán. Ha sido así desde siempre. Mi hilo es la palabra y la palabra comiteca es un tesoro. Basta tener un oído atento para escuchar esos hilos que están llenos de color, de aromas, de picardía, de pasión, de índices de jodencia. Ah, cómo es simpática la palabra comiteca, cómo es jodona. A veces, quienes no están preparados para esos tornados miran que los techos de sus casas vuelan como si fueran hojas secas; es una imagen irreal, pero parece verdadera, porque la palabra comiteca tiene mucha fuerza. No puede ser de otra manera, ya Rosario Castellanos nos dijo que uno de los guardianes de Comitán es el viento; ya Jaime Sabines nos dijo al oído que el aire también es uno de los guardianes de este pueblo. Pero nos dijeron que son guardianes, no destructores, por eso digo que cuando alguien, que desconoce el modo de ser de los comitecos, ve que el techo de su casa vuela por el tornado de la palabra no es una imagen real, es apenas un espejismo. Sí, ya lo dije, lo sabemos, la palabra comiteca es jodona, pero si se le pone en su real dimensión esa jodencia se convierte en una palabra que es como botana para la hora de beber un pitutazo de comiteco; es viento para que la carcajada vuele y mandemos esos alfileres muy lejos, que vayan a picar la panza de las piedras. La palabra comiteca es sagrada, está llena de tradición, es como ofrenda para los dioses, para el Dios Chac y para el Dios de los católicos y de los cristianos y de los Testigos de Jehová. Con la palabra bendecimos el día y todas nuestras actividades, todos nuestros actos, con la palabra comiteca (cantadita) decimos que amamos, que odiamos, que lamentamos, que bendecimos, que cantamos, que rezamos. Escribo textos breves y los leo. En esencia soy narrador, narro lo que veo, lo que sueño, lo que admiro, lo que me molesta. Narro y con ello bordo el mundo, lo hago desde nuestro pueblo, es mi privilegio, porque coloco a Comitán a la altura de las más prestigiosas ciudades de la tierra y más allá. ¿Cómo se comunican los seres extraterrestres? ¿Hablan? Tal vez tienen formas más altas de comunicarse. No sé cómo ellos bordan el mundo, yo lo hago con mi lengua materna, la que me ha acompañado desde antes que naciera, porque en la pancita de mi mamá escuché el cantadito del dialecto comiteco y pensé que era una palabra bella, linda, luminosa. Roberto Carlos, Cielito, Paty y yo buscamos lugares para grabar y ahí nos ponemos ante la burbuja luminosa. A veces grabamos en la oficina de Arenilla, pero la mayoría de grabaciones las hacemos en el exterior, en calles y parques de Comitán. A veces nos metemos en espacios públicos, al ser públicos son nuestros. Una mañana entramos al patio central del palacio municipal, alguien preguntó si debíamos pedir permiso. ¿Pedir permiso por entrar a tu casa? Por supuesto que no. El palacio municipal es del pueblo comiteco y nosotros somos parte de ese pueblo, parte importante, debo decirlo, así que nos paramos al lado de la estatua de Belisario Domínguez y honramos la palabra, la palabra comiteca. Sí, eso hago cada vez que escribo un textito y lo leo, ¡honro a la palabra de este pueblo maravilloso! Bordo el mundo desde Comitán, lo hago, como siempre lo he hecho, con pasión. Desde Yalchivol mando mi mensaje al mundo, orgulloso de mis raíces, de mi tradición, de lo que nos han legado nuestros mayores, tesoro que debemos preservar. Posdata: agradezco la generosidad de quienes consideran que son poemas y los declamo. No, mis bordados son más modestos, pero igual de luminosos, es prosa y los leo. Soy un excelente lector, es un don que Dios me regaló, lo aprovecho para compartirlo con los amigos, para enviarlo al mundo. ¡Tzatz Comitán!