jueves, 15 de junio de 2023

CARTA A MARIANA, CON GABO Y CON RULFO

Querida Mariana: somos lectores, pero somos chuchos. Digo esto porque el otro día leímos que harán una versión cinematográfica de “Pedro Páramo” y dijimos que cuando sea el estreno estaremos pendientes en Netflix; es decir, parece que la lectura no alcanza a satisfacer nuestra gana. Mil veces nos han dicho que la literatura y el cine son lenguajes diferentes. Jamás, nunca, una obra cinematográfica se acercará al universo expresado en un libro. Los amantes de la imagen (y vos sos de ellos) aseguran que una imagen dice más que mil palabras; pero los amantes de la palabra (soy uno de ellos) decimos que una palabra puede parir más de mil imágenes. A veces me contagio con tu entusiasmo por el cine. Esto me da gusto porque también he amado el cine desde niño, no como vos, debo admitirlo, vos sos experta en el séptimo arte. Desde siempre he procurado deslindar ambas sustancias; es decir, cuando veo una película basada en una novela o en un cuento, trato de verla desligando la obra original, la veo como si el director y yo estuviéramos en un café y me contara una síntesis de lo leído. Sabemos que cada lector hace una propia e inédita “película”. Mil lectores de “Pedro Páramo” dan como resultado mil “películas” de tal novela. Internet informa que la de Netflix será la tercera versión cinematográfica de la novela de Rulfo. Como digo: ¡somos chuchos! Somos chuchos, porque vos y yo, entonces, hemos visto las dos versiones anteriores: dos cintas mexicanas. Las dos cintas, en forma objetiva, estuvieron alejadas de la grandeza del libro; es decir, fallaron como propuestas cinematográficas. Esperamos (es nuestro deseo) que esta película de Netflix sea una cinta atractiva, que sea una buena ventana a ese espacio mágico que Rulfo nos legó. Los de Netflix dicen que ya comenzaron la filmación. ¡Perfecto! Vos y yo ya andamos con el gusanito de ver la cinta. Pero ¿y la de Cien años de soledad, ‘apá? Netflix dijo que comenzaría la filmación y nada más no. Es comprensible, por ahí se asomó lo de la pandemia, pero, entiendo, han continuado con el proyecto, que fue pospuesto, pero no suspendido. Así que, de igual manera, andamos puestos para ver también la cinta que está basada en la novela escrita por el gran Gabo. Es maravilloso ver todo lo que puede provocar la creación artística. Dos entornos maravillosos forman parte ya de nuestro imaginario colectivo. Todo mundo lector reconoce ese maravilloso pueblo de Comala y el no menos genial de Macondo; ambos mundos concentran lo llamado Real Maravilloso, porque no corresponden al ciento por ciento con la realidad; al contrario, son mundos que lindan con lo fantástico, con las leyendas y mitos que son característica de las culturas de esta parte del mundo. Gabo y Rulfo escribieron dos obras maestras de la literatura. Una condición indispensable para lograr una buena película (me has dicho) es un buen guion. Acá, los directores de ambos proyectos cinematográficos tienen dos espectaculares sustentos para hacer buenos guiones y así lograr dos magníficas películas. Ojalá así sea. A nosotros nos encanta leer, somos grandes lectores desde siempre, yo llevo más tiempo leyendo que vos. También nos encanta ver cine, somos cinéfilos apasionados, vos, a pesar de que sos muy joven, has visto mucho más cine que yo. Estas plataformas cinematográficas (streaming les llaman, no me preguntés qué significa streaming o cómo funciona) han sido un trancazo en este siglo XXI. No sólo proyectan cintas, sino que también son productoras y, en el caso que ahora comento, nos presentarán dos películas que medio mundo está esperando, ojalá sean dignas producciones. Posdata: somos chuchos, le entramos a las novelas y queremos ver qué hacen los directores de cine al adaptarlas. Disfrutamos el postre, el recomendado de la casa, pero cuando terminamos tenemos otro huequito en la panza y si nos ofrecen otro postrecito ¡le entramos! Hay chuchos para el trago, chuchos para la comida, nosotros somos chuchos para disfrutar las diversas manifestaciones del arte. ¡Tzatz Comitán!