viernes, 30 de junio de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN PASTOR

Querida Mariana: ¿Benito Juárez fue pastor? La palabra pastor me remite de inmediato a esas personas que son líderes en comunidades religiosas. El doctor Ismael Sánchez Crócker, a quien traté cuando tenía su veterinaria en el Pasaje Morales, se convirtió en pastor y dedicó su pasión a ello, hasta que, desgraciadamente, falleció. Ismael Pérez sí es pastor, no me cabe duda. Lo confirmo en el título de su más reciente poemario: “Pastorear es atajar el océano” y en su oficio: poeta. El poeta es como pastor de una sublime religión, la de la palabra precisa. El título está bonito. Nunca hubiera pensado en esa asociación. Ismael es un pastor. ¿Benito Juárez fue pastor? ¿Cómo se llama el que pastorea las ovejas, como lo hizo Benito, desde pequeño? Ahora, ya en este instante, la pregunta crece, como si fuera la expansión del universo y muchos personajes de la historia aparecen frente a mí, en su oficio de pastores. Ya me hice bolas, ya estoy confundido. Iré al diccionario de la Real para ver qué dice acerca de la palabra pastor: “persona que guarda, guía y apacienta el ganado, especialmente el de ovejas”. Luego, en segunda acepción habla acerca de lo que comenté al principio: “eclesiástico con fieles a su cargo”. En la religión católica no usan el término pastor, usan el de cura o sacerdote, pero en término estricto hacen lo mismo que los otros compas. Jesús es llamado como el Buen Pastor. Los irreverentes dicen que el pastor es un taco de carne riquísimo, con piñita incluida, pero esos son los irreverentes que son tan necesarios en la vida. Ismael fue pastor de niño, entiendo, igual que Benito sacó las ovejas del corral y las llevó a pastar. Ahora saca las palabras del corral y las lleva a lo alto de la montaña, en lugar de sacar la flauta de carrizo, saca el lápiz y acomoda las palabras en el papel. Ismael es poeta. Este libro obtuvo el Premio de Literatura “La terrestre raíz de las palabras”, promovido por el Puente Cultural del Sur – Sureste, que dirige el poeta Arbey Rivera, en Comitán. El poeta Fernando Trejo obtuvo el premio en su categoría estatal y el poeta Ismael en su categoría regional. La poeta Mirtha Luz Pérez Robledo (querida amiga) escribió el prólogo de este libro y en una línea dice lo siguiente: “el libro es un mar de ovejas y es un rebaño de olas sucediendo al mismo tiempo en el poema…” Pucha, síntesis sublime del contenido del libro. Bien dicho, amarrado con cintas poéticas. ¿Lo repetimos? El libro es un mar de ovejas y es un rebaño de olas… ¿Qué agregar a esto? Benito Juárez fue pastor de ovejas. Jesús es llamado el Buen Pastor. Jesús no hizo lo mismo que Benito, ¡no! Sin embargo, ambos fueron pastores, buenos pastores. La imagen que me dio el libro de primaria fue la de un Benito, recostado en un árbol, pastoreando las ovejas y tocando una flauta de carrizo. La imagen que ahora asoma a mi cabeza es la de Jesús trepado en una barca dando un mensaje, a través de parábolas, a la multitud que lo escucha desde la playa. Acá está el mar y también está en el poemario de Ismael. El otro día saludé a Ismael en su pueblo, La Trinitaria, salía de la biblioteca, comenté en broma que mis compas salían no de bibliotecas sino de cantinas. Fue una broma, porque no sólo en los libros está el mar del que Ismael habla, el rebaño de olas del que habla Mirtha está en todas partes: en las plazas, en las salas de las casas, en los patios de las escuelas, en los templos, en las calles, en las terrazas, en los campos de fútbol, en los puteros y, por supuesto, en las bibliotecas y en las cantinas. La palabra, sublime flauta de carrizo, suena y resuena en medio de los árboles, en los pedregales, en el desierto, en los ríos y, también, en los mares profundos e infinitos. De ahí, el pastor Ismael ha obtenido la materia para escribir su primer libro de poesía. ¿Primer libro de poesía? Pucha, qué buena mano, primera obra creativa y ya obtuvo un premio de poesía regional. Posdata: el reconocido poeta Ricardo Yáñez escribió que toda poesía “no es más, ni desde luego menos, que escombros del relámpago”. Es otra imagen pulcra. ¡Tzatz Comitán!