lunes, 10 de marzo de 2025

CARTA A MARIANA, CON UN VIAJE BREVE

Querida Mariana: la tarde del 5 de marzo 2025 se presentó un libro de Hernán Becerra Pino. Comitán fue un punto de la gira que realizó para presentar su libro “Un tapachulteco por el mundo”. Según él, su libro fue guillotinado en Coneculta (usó el término guillotinar), porque su texto original contenía más crónicas, por ahí hizo falta una que cuenta con frecuencia y tiene que ver con la experiencia vivida con tigres de bengala y con jaguares. Él jura que le sobó el lomo a un jaguar. La cita de la presentación fue en la emblemática Casa Museo Dr. Belisario Domínguez. Los comentarios estuvieron a cargo de Margarita Cancino Crocker, Arturo Guillén, el Arenillero y el autor, con la moderación de mi tocayo Alejandro Utrilla. Margarita (quien es la directora de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez) eligió algunos textos y privilegió la escritura de Hernán; Arturo dio un recuento de grandes escritores que han escrito acerca de viajes; y Hernán, con su modo pícaro, narró muchas historias de viaje. Él ha sido un gran viajero desde siempre y ha escrito sus vivencias en la bitácora personal, para luego compartirlas con los lectores. Hernán llegó a Comitán, lugar que dijo es su preferido de Chiapas (que no se enteren sus paisanos). En febrero y marzo hizo una amplia gira de presentación, estuvo en Veracruz, en Motozintla, en San Cristóbal de Las Casas, en Tuxtla Gutiérrez y en nuestro pueblo. ¿Y yo qué dije? Algo muy breve. Acá te paso copia de mis palabras. Buena tarde. Quienes me conocen saben que he procurado alejarme de hacer comentarios públicos en presentaciones de libros, pero en esta ocasión tuve que ceder. Hernán Becerra me llamó por teléfono y me dijo que me invitaba para ser presentador de su libro “Un tapachulteco por el mundo”, con voz seria sentenció que si yo no aceptaba él se deprimiría y su depresión tardaría dos años. ¡Dios mío!, pensé, qué losa tan pesada quiere colocarme sobre mi conciencia. Imaginé los titulares de periódicos de todo el mundo: el escritor tapachulteco Hernán Becerra entró en un periodo de depresión que le durará dos años, todo por culpa del comiteco Alejandro Molinari. ¡No!, pensé, a mí no me colocará esta piedra, entonces dije que sí, sí, Hernán, ahí estaré, primero Dios, y acá estoy. ¿Qué son cinco minutos de convivencia en comparación con dos años de una terrible dolencia? Vine porque a Hernán sólo le deseo la mejor sonrisa de la vida y no la piedra de la depresión. Su libro se titula “Un tapachulteco por el mundo”, cuando terminé de leerlo pensé que el mejor Hernán, el más sagaz, se encuentra en las crónicas de lo cercano, por lo que pensé que el título de su libro también pudo ser: “El mundo de un tapachulteco”. Ahora, para concluir mi comentario, haré algo que no es del agrado de los autores, leeré, sin permiso del autor, abrogándome el derecho de lector. Leeré para ustedes el texto que aparece en la página 68 de su libro y que tiene por título el siguiente: “El Güero Del Pino”, acá está el mejor Hernán, con toda su personalidad contradictoria, traviesa, irónica, jodoncita, sutil caricia al aire con estropajo. Va el texto. Posdata: me apena no pasarte copia del texto “El Güero Del Pino”, porque es extenso; además, no vaya a demandarme Coneculta por andar pirateando textos de su editorial. Si te da curiosidad pues tal vez sea bueno que comprés el libro de Hernán. Él dice que es su mejor libro. Yo respeto, así lo dijo Bora Milutinovic, quien fue director del seleccionado de fútbol de nuestro país. A mí me gustan las crónicas de Hernán, las prefiero por encima de sus novelas, cuentos y poemas. Tengo un grato recuerdo de su libro: “Crónica de un desayuno con Echeverría”. ¡Tzatz Comitán!