miércoles, 15 de julio de 2020

CARTA A MARIANA, CON UNA MIRADA




Querida Mariana: Vos sabés que nuestra revista ARENILLA (del número uno al número 15) se distribuyó en varias ciudades: San Cristóbal de Las Casas, Las Margaritas, La Trinitaria, Comitán y Huehuetenango, Guatemala. La pandemia nos obligó a suspender (momentáneamente) la edición impresa, de dos mil ejemplares, que se distribuía en forma gratuita a los múltiples lectores, gracias al patrocinio de empresas que apuestan por el desarrollo cultural de nuestro Comitán y de la región. Nos quedamos con el número 16 en prensa.
Pero, ante la crisis, nos renovamos. Comenzamos a hacer ediciones especiales, en formato digital. Ahora, nuestra revista se distribuye a través de direcciones electrónicas y del WhatsApp y, ¡no era para menos!, ha tenido una recepción muy entusiasta por parte de los lectores. Estamos llegando a miles de lectores que, por la pandemia, agradecen tener en sus manos un producto editorial de calidad, con contenidos inteligentes y sin riesgo de contagio.
Desde que se supo el impacto que este virus tendría en la sociedad, el equipo de ARENILLA puso manos a la obra, realizando una serie de contenidos en forma virtual; ahora, además de la revista bimestral digital, hemos agregado a los contenidos que realizamos en forma constante, una nueva propuesta que ya viste. ARENILLA-Video presenta la serie “Imaginá que te llamás”. Y en dos o tres días, gracias a la anuencia de su hija Malú, subiremos el pdf con el libro “Así te recuerdo Comitán”, uno de los grandes legados que nos dejó doña Lolita Albores a toda la comitecada y a todos los interesados en la cultura comiteca.
No hemos parado. Trabajamos con denuedo a favor de la cultura de esta región del mundo, región riquísima en valores culturales, pero de gran rezago educativo. Nosotros cumplimos con nuestra vocación, sembramos el gusto por la lectura. ¡No es poca cosa! Nuestros patrocinadores siguen apoyando esta propuesta editorial, porque saben que en tiempos de crisis todos debemos echar el hombro para salir avante, en comunidad. En cada número, gracias al patrocinio de la Fundación Alexandra del Castillo Castellanos, publicamos un cuentito para que los papás compartan con sus hijos, para que alimenten su imaginación y la hagan crecer con leyendas e historias locales. Nos interesa mucho injertar el gusto por la lectura en nuestros niños, para que ellos fortalezcan su imaginación y así vislumbren nuevos mundos, tal como lo está exigiendo este tiempo. Ellos, cuando crezcan, serán los gobernantes, los líderes, los científicos, los empresarios, los que deberán construir espacios de convivencia más agradables, más seguros, más llenos de vida. Abonamos para el porvenir de la patria.
Seguimos trabajando, desde casa; seguimos compartiendo algo de lo mejor de nuestros pueblos, abonando a la esperanza. En cada número sembramos gajos de luz.
Con el mismo entusiasmo, con la misma pasión, Carlos Antonio Rivas López, nuestro director comercial, en Guatemala, también siembra banderitas mexicanas en suelo centroamericano y banderitas guatemaltecas en parcelas mexicanas. Él ha sido pieza fundamental para que el mensaje de México sea recibido por los lectores de nuestro país vecino, país lleno de afinidades con la tierra chiapaneca. Él ha sido pieza fundamental para que los lectores de nuestra patria reciban gajos de ese fruto, que se llama Guatemala.
Nosotros hemos tendido un puente y las manos de Carlos han sido las receptoras de ese extremo que ha consolidado en la orilla de su país.
Nuestros pueblos siempre han reconocido su afinidad. Chiapas y Guatemala han estado unidas con lazos culturales que fortalecen el árbol que crece en ambos territorios. La línea divisoria es apenas un hilo que se desvanece, no sólo en el constante flujo migratorio, sino también en el permanente intercambio de lo mejor de las culturas.
Carlos Rivas ha sido un embajador de nuestra revista mexicana. Ha viajado a muchas ciudades y lugares de su país, entregando ARENILLA en las manos de destacados personajes guatemaltecos.
En esta fotografía, que difundió en redes sociales, aparece él, al frente de un edificio majestuoso: El Teatro Municipal, de Quetzaltenango, Guatemala, espacio cultural (así nos lo cuenta Carlos Rivas) donde, cada año, en septiembre, se realiza la premiación de los Juegos Florales Hispanoamericanos.
Posdata: Hoy, por la pandemia, Carlos hace su labor de emisario a través de los dispositivos electrónicos. Con fidelidad absoluta envía a muchos celulares y a muchas direcciones electrónicas de amigos guatemaltecos, el mensaje inteligente de los chiapanecos, el abrazo fraterno. Carlos es un buen patojo, un digno hijo de la tierra del quetzal.