jueves, 16 de julio de 2020

CARTA A MARIANA, PARA DECIR QUE CUMPLIMOS




Querida Mariana: Hace una semana, Malú Puig Albores dio su autorización para que digitalizáramos el libro de su mamá doña Lolita Albores: “Así te recuerdo Comitán”, un libro impreso inconseguible.
Pues ahora, gracias a la tecnología de estos benditos tiempos, ponemos a disposición de todo el mundo este libro.
El proceso fue sencillo, tal como lo pensé. Bastó tomar fotografías a las páginas de mi ejemplar y enviarlo al equipo de trabajo de ARENILLA-Revista para que lo trabajaran y, una semana después de la iniciativa, ¡quedó listo!
Es increíble, pero bien creíble. Ya está listo el libro “Así te recuerdo Comitán”. Con esto, así lo dijimos, honramos la memoria de doña Lolita Albores, honramos a la crónica comiteca, y honramos al pueblo de Comitán.
Varias personas me preguntaron dónde podían conseguir el libro, querían tenerlo, querían leerlo, querían disfrutarlo.
A todas ellas les respondí que era inconseguible, porque las dos ediciones impresas se agotaron. Pero, estos tiempos de pandemia, dentro del agobio y de la tragedia, también ha permitido que sigamos viendo el rostro agradable de la vida.
A todos los interesados informamos que, a partir de hoy, ya está disponible el libro en forma electrónica.
Para quienes no conozcan el contenido del libro, me permito, con tu permiso, niña querida, pasar copia del índice.
Acá va: Después de la presentación, que ya comenté en una carta anterior, viene lo siguiente: Mi ciudad (un vistazo a vuelo de pájaro por los nombres y hechos relevantes de Comitán); Cómo era Comitán (¿cómo era el Comitán de mediados del siglo pasado? Acá está la crónica); Quinta Avenida (un texto dedicado a la avenida donde está la casa en que ella creció); Ya no eres la misma mi Quinta Avenida (acá da cuenta de las transformaciones urbanas); Llanitos de mi pueblo (ah, un idílico relato de lugares donde los niños volaban papalotes, se bañaban y cortaban jocotes); Calles y barrios (vistazo rápido que explica cómo Comitán pasó de tener barrios a tener colonias y fraccionamientos); Crónica de la feria de San Sebastián 1934 (¿Cómo celebró Comitán ese año la feria de San Sebas?); Crónica de la feria de San Sebastián 1984 (¿Qué cambios hubo en cincuenta años?); Feria de San Caralampio (datos acerca de la feria del santo consentido del pueblo); Cuaresma y Semana Santa (¿Cómo celebraban los comitecos estas fechas simbólicas?); Creencias y costumbres de mi pueblo (Cuenta, entre muchas otras cosas más, que tomar tres buches de agua del Amate, en Uninajab, hacía engordar a los flacos); Chichimá (el texto termina diciendo: “Esta noche, tu recuerdo, me está llenando el alma, Chichimá.”); El granizal (Crónica del suceso ocurrido el 28 de abril de 1931); El Chichonal (Cómo vivió Comitán la erupción del volcán, ocurrida en 1982); Del zacate a la gasolina (De la caballeriza a la cochera); Quema de santos e imágenes (Acá están los quemasantos comitecos, del año 1934); Serenatas con música inolvidable (¿Cómo eran las serenatas de gala?); Teléfonos y radiodifusoras (Los primeros teléfonos y la primera estación de radio); “El Ariel”, grupo cultural que existió en Comitán (puntual crónica de este icónico grupo que alimentó el espíritu de los comitecos en la primera mitad del siglo XX); Dichos populares de Comitán y sus orígenes (donde aparece, por supuesto, lo que dijo el padre Naty); Cines y teatros (recuento de espacios culturales cerrados desde los años veinte del siglo pasado); Feria de Santo Domingo (acá se aprecia cómo la feria pasó de la marimba a la Chica Dorada); Escuelas y maestras del recuerdo (con nombres de ilustres mentores comitecos); Fiestas patrias (nos enteramos que, antes, en estos festejos se elegía a una reina, en medio de un jolgorio muy animado); Mes de octubre y Todos Santos (con aroma a jutús y calabaza con panela); Crónica de una boda 1925 (donde la señorita Ernestina Velasco Ruiz se casó con el conocido hacendado Luis Méndez Argüello); Crónica de una boda 1985 (boda del señor ingeniero Juan Carlos Solís Castillo, con la señorita química Anabel Domínguez Castellanos); Agua de la Cueva de Tío Ticho (con el puntual relato de la historia de Tío Ticho); Navidad (festejos marcados por la tradición de años); y, al final, Balance (texto donde doña Lolita hace, al término del año, un recuento de los dones y de los malestares recibidos).
Posdata: Como mirás, el contenido del libro da cuenta de rasgos culturales de nuestro pueblo. Ahí están plasmados los anhelos, logros, picardía y sufrimientos en común de un pueblo maravilloso.
¡Va, pues! Hemos cumplido. Acá está el libro, en su versión digital. Ya todo mundo, en forma gratuita, puede acceder a él. Basta entrar a esta liga: https://drive.google.com/file/d/1PLbV_8UYe1ynIR-b6OmqV7XqN2orTqb3/view?usp=sharing, para descargarlo y guardarlo en la computadora, en el celular y en el corazón.
¡Que viva doña Lolita! ¡Que viva la crónica comiteca! ¡Que viva Comitán!