miércoles, 1 de julio de 2020

CARTA A MARIANA, CON UN ACTO LLENO DE GRACIA




Querida Mariana: El licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez fue electo presidente municipal de Comitán de Domínguez, para el periodo 2012-2015. Y el presidente me honró al incluirme en su equipo de trabajo, me invitó a ser director de cultura de su administración.
Como siempre, me comprometí a trabajar por mi pueblo y para honrar al presidente. Ahora que el honorable Ayuntamiento Constitucional de Comitán de Domínguez, en sesión de cabildo, me concedió el privilegio de ser el cronista municipal, de igual manera, desde el primer día, me comprometí a trabajar por Comitán y por honrar a la administración del licenciado Emmanuel Cordero Sánchez.
En el año 2012 pensé que el ayuntamiento debía tener una publicación impresa, de distribución gratuita, que diera a conocer parte de lo mejor de nuestra sociedad, que fuera un testimonio de la grandeza de su gente y su cultura.
Un día abandoné mi oficina y fui a ver a mi amigo Víctor Manuel Albores Guillén, quien, lamentablemente falleció la semana pasada. Víctor me recibió en su oficina, platicó conmigo con gran emoción, como siempre lo hacía, y luego hizo una pausa y preguntó si podía servirme en algo. Yo le platiqué que el presidente Luis Ignacio me había honrado con el nombramiento y yo quería darle a mi pueblo una gaceta que se llamaría Kujchil, voz tojolabal que designa al chal con el que las mujeres cargan a sus pichitos en la espalda. Quería darle un rebozo a Comitán, para que ahí cargáramos el chiquitío hermoso de la tradición.
Víctor me escuchó con atención y al terminar mi petición, que hice en nombre de nuestro pueblo, se echó hacia adelante, puso sus manos sobre el escritorio y, con una sonrisa, dijo que sí, que lo dedicaría a la memoria de mi papá. Víctor, de joven, trabajó con mi papá, como cobrador de la Corresponsalía del Banco Nacional de México, donde mi papá era el corresponsal.
Al salir de la oficina de Víctor, después de su cariñoso abrazo, miré hacia el cielo y agradecí a mi padre, por todos los árboles que sembró en estas tierras y cuyos frutos sigo pepenando.
Y una mañana gloriosa, los compañeros de Eventos Especiales de la presidencia prepararon una carpa en la explanada frente a la presidencia municipal y en un acto sencillo, después del homenaje a la bandera, presentamos el primer número de la gaceta. El acto lo encabezaron el presidente y mi amigo Víctor. Ahí estaba unida la voluntad política y la pasión de la sociedad, todo era para enaltecer a nuestro pueblo, para decir que Comitán es una ciudad grande, porque grande es su gente. Por algo, el lema de la administración municipal del licenciado Luis Ignacio fue: Comitán va en grande.
A partir del 15 de noviembre de 2012, los comitecos recibieron, cada mes, su ejemplar del Kujchil. Inicialmente dos mil ejemplares. Víctor pagaba la factura de la editorial Fray Bartolomé de Las Casas, editorial encargada de la impresión. Una mañana, el licenciado Luis Ignacio llegó al Pabellón Municipal, entró a mi oficina, se sentó y comenzó a platicarme de sus proyectos. Como tenía un ejemplar del Kujchil en mi escritorio, lo tomó y dijo: “Alejandro, en cultura vamos en grande. A partir del próximo mes que se hagan diez mil ejemplares y que no sólo se distribuya en Comitán, que también llegue a San Cristóbal y a Tuxtla.” ¡Diez mil ejemplares! Jamás una administración municipal había impulsado un proyecto editorial tan ambicioso. ¡Jamás! Estuve a punto de abrazar al licenciado Luis Ignacio, pero su investidura me detuvo, lo que sí hice fue agradecerle en nombre mío y del pueblo, su pueblo, el apoyo.
Fui a ver a Víctor y le dije que el costo del Kujchil lo absorbería el ayuntamiento, que imprimiríamos diez mil ejemplares, pero, cuando le di el abrazo emocionado, le dije que sin su apoyo inicial Comitán no hubiera tenido tal luz. Víctor dio la patadita para que el Kujchil fuera una realidad y sirviera a la sociedad en general.
Por esto y por mucho más, lamenté muchísimo la noticia infausta de su fallecimiento, el suyo y el del doctor Newlson, persona honorabilísima, también. Víctor fue un hombre que ayudó a muchas personas, que siempre le apostó a Comitán, su pueblo.
En la crónica que escribí dije que ahora son sus obras las que hablan por ellos. Acá está un ligerísimo testimonio de un día (de muchísimos) en que Víctor abrió sus manos en forma generosa y aportó para el desarrollo cultural de nuestro pueblo.
Mi amigo Alex Albores (sobrino de Víctor y director de turismo, en la administración del licenciado Luis Ignacio) hizo favor de apoyarme en la distribución, se puso en contacto con Katherine Melody, directora de Síntesis, en ese momento, y esta empresa se encargó de distribuir el Kujchil en las ciudades de San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez.
Posdata: El Kujchil voló. Conozco a varios amigos que lo coleccionaron y lo encuadernaron. El Kujchil da constancia de un tiempo.
El Kujchil voló. Víctor Manuel nos ayudó a ponerle alas, alas que crecieron muy fuertes cuando el presidente municipal dijo que hiciéramos una edición de diez mil ejemplares, ¡diez mil!
Bendiciones a quienes apoyan la educación y la cultura de los pueblos. Bendiciones para vos, querida niña, bonita, corazón mero lek.