viernes, 31 de julio de 2020

CARTA A MARIANA, CON CRISTALES LUMINOSOS




Querida Mariana: Sí, ya viste, Lupita Albores, destacada productora radiofónica, estuvo en el “Imaginá que te llamás”. Su profesionalismo la llevó a ocupar la gerencia general de Radio Brisas de Montebello, estación que trasmite desde La Trinitaria, Chiapas.
Muchos escuchas de Comitán y de la región escuchan con agrado la programación de aquella estación radiofónica. A mí siempre me ha encantado saber que las oficinas y cabinas de transmisión están ubicadas en el Parque Hundido. Imagen simpática. Es como un vientre de donde brota la palabra, la música y la reflexión. Y Lupita, con la música de sus palabras nos invitó a la reflexión en este juego que ahora todos jugamos.
A Lupita la invitamos a imaginar que se llamaba botella de cristal. ¿Mirás qué bonito juego? En estos tiempos tan plásticos, donde ya pocas sustancias se embotellan en cristal, imaginar un material tan lleno de historia permite juegos simpáticos.
La primera pregunta a Lupita fue: Imaginá que te llamás botella de cristal, ¿de qué estás llena? Quién, ¿te gustaría que te bebiera?
Lupita dejó su consistencia corpórea y, en juego bonito, se volvió de cristal y respondió:
“Yo creo que estoy llena de agua pura. Transparente y que no esconde nada a nadie. Creo que las personas que me conocen sabrán que me gusta ser muy sincera con todos; digo, habrá alguna que otra persona que no comparta esta opinión, pero, la mayoría sí puede decir que soy una persona muy transparente. Por eso me gustaría ser una botella de cristal llena de agua pura, sin colorantes artificiales; pero, para este juego, ¿qué les parece si mejor, en esta ocasión, estoy llena de comiteco. ¡Sí!, de ese licor que, cuando lo ingerimos, nos calienta la garganta y nos da un poquito de picardía; y me gustaría que me bebieran grandes escritores; me gustaría estar con ellos en los momentos de inspiración. Me hubiera encantado estar al lado de Charles Baudelaire, de Julio Verne, de Simone de Beauvoir, o, también, irme de viaje junto a Rosario Castellanos a la embajada y ser su compañera fiel a la hora de escribir uno que otro poema.”
Ah, qué traviesa la Lupita. Nos resultó muy bíblica, llena de agua siguió la enseñanza de Cristo y se volvió agüita espirituosa. ¡Qué bien!
La segunda pregunta fue: Imaginá que te llamás botella de cristal, ¿a qué hora te quebrás? ¿Quién puede quebrarse con tus cristales? Esta fue la respuesta de Lupita:
“Me rompo cuando siento una tristeza muy grande, cuando hay algo que está fuera de mis principios, cuando, por una u otra razón, no logro mis objetivos. Esos son los momentos en los que de verdad me rompo. Me rompo a veces poquito, pero, a veces, ¡muchísimo! Por desgracia, cuando me rompo, lastimo a las personas que están a mi alrededor, a mis seres queridos, a mis amigos, a mis familiares; a la familia biológica o a la familia del corazón. Son ellas a las personas que rompo, pero también son ellas las que van a reconstruirme y me van ayudar a juntar todos mis cristales para volver a ser esa botella de cristal. ¿Por qué los lastimo? Porque están cerca y sé que, al igual que ellos lo hacen conmigo, nunca los voy a dejar caer.”
Posdata: El juego permite mil juegos. La imaginación no tiene límites. Algunos por ahí dicen que la imaginación es lo único infinito en esta dimensión limitada.
Jugamos. Seguimos imaginando, porque la imaginación será la que permita descubrir nuevas ventanas, abrir caminos insospechados.