miércoles, 27 de abril de 2022

CARTA A MARIANA, CON UNA ESCULTURA EN EL AIRE

Querida Mariana: abrazo a Luis, con emoción, con alegría. Muchas personas lo abrazan, en su pueblo. Los organizadores del Quinto Festival Internacional de Arte, Literatura y Ecología Balún Canán realizan un homenaje a Luis Aguilar Castañeda, genial escultor comiteco. Los integrantes del Puente Cultural del Sur Sureste, con su director fundador, el poeta Arbey Rivera, reconocieron que la obra y vida de Luis está íntimamente ligada con la vida y obra de Rosario Castellanos. En la declaración de principios, el Festival sostiene que este acto anual reconoce la obra de Rosario, por ello, los organizadores, destacados promotores culturales, han delineado una escultura en el aire, hecha de sueños y no de bronce. Luis recibe ahora una lluvia de luz en su pueblo. Con estas iniciativas, Comitán cancela el dicho de que nadie es profeta en su tierra. A Luis lo abrazan en nombre de Comitán, en nombre de Rosario, en nombre de Balún Canán, en nombre de todos los que son sembradores y no taladores. Una escultura de aire ha formado Luis en su vida. Él, igual que Rosario, nació en Balún Canán, acá pepenó sus primeros gajos creativos, a la hora de gatear, a la hora de balbucear sus primeras palabras, a la hora de jugar con la tierra y con la plastilina, Luis inició este largo y luminoso camino que ha compartido con la gran escritora. El camino continúa, pero Luis ya ha ascendido tres escalones al lado de Rosario. Al principio, ella lo tomó de la mano y lo guio; hoy, en el tercer escalón, siguen tomados de la mano, pero ella no lo guía, lo acompaña. Luis subió al primer peldaño cuando tenía ocho o diez años de edad, en el instante luminoso que su papá le leyó unos poemas de Rosario. La palabra de su papá fue la línea sobre el aire, el ave que pasó de unos labios a sus oídos, ahí, en esa línea iba la palabra de Rosario, volaba como dulce tiuca, amoroso colibrí. Ese deslumbre definió a Luis. ¿Así que esa escritora era su paisana? Ella, igual que él, había crecido en este pueblo, caminado las mismas calles, visto los mismos cielos, respirado los mismos aires. Luis reconoció que Rosario escribía sobre el aire y sus palabras volaban a muchas partes, era un viento poderoso, poderosísimo. ¿Podía él hacer lo mismo con la escultura? Sí, algo similar, modelar la plastilina, hacerla bronce (a través de pase mágico) y abrir huecos para que sus imágenes fluyeran como papalotes. Ya Luis había aprendido lo que la nana dijo a la niña protagonista de la novela Balún Canán: el viento es uno de los guardianes de este pueblo. Decretó entonces que el bronce tuviera ventanas para que este guardián siguiera velando el sueño de los comitecos. Luego, Luis subió al segundo peldaño. Había hecho una escultura en cera de Rosario Castellanos, de tamaño pequeño, cuando el viento (el eterno guardián) abrió con ímpetu la puerta de su taller. La autoridad municipal de su pueblo le pidió el busto de Rosario, en grande, en bronce, para colocarlo contra esquina del Teatro de la Ciudad, lugar emblemático donde actualmente está. En el segundo peldaño, Rosario y Luis de la mano; la mano de Luis ya no es la titubeante de cuando fue niño, ya no, su mano le ha dado forma al aire y deja que el viento, uno de los nueve guardianes del pueblo, juegue por el rostro de la escritora. Y ahora, gracias al reconocimiento de intelectuales comitecos, Luis recibe un homenaje en el Festival Balún Canán, acto cultural que recuerda la presencia de Rosario en el mundo literario. Luis asciende un peldaño más en este acompañamiento sensacional. El arte es la cuerda luminosa que une espíritus sensibles, acá todo bendecido con la luz de comitecos geniales. Posdata: la vida y obra de Luis está íntimamente ligada a la vida y obra de Rosario. Quienes ven la escultura de Rosario hecha por Luis honran la palabra del papá de Luis. El mensaje sublime no llega a los oídos, llega a los ojos de los espectadores. Luis pepenó la palabra de Rosario a través de la voz de su papá; ahora envía el mensaje de Rosario a través de su obra escultórica. Los organizadores del Festival así lo advirtieron y ahora también han hecho una escultura en el cielo de Comitán, una escultura hecha con hilos de luz. Abrazo a Luis con emoción, con gratitud. Muchas personas lo hacen conmigo. Comitán reconoce, gracias a la iniciativa del Puente Cultural del Sur Sureste, a la mejor hierbabuena de esta parcela. ¡Bien! ¡Felicidades!