miércoles, 6 de abril de 2022

CARTA A MARIANA, DONDE SE PREGUNTA SI ES POSIBLE RECUPERAR EL PASADO

Querida Mariana: ¿se recupera el pasado? ¿Se puede enmendar? En este fabuloso ejercicio visual que hizo MIRA QUIÉN – Magazine, se recuperó. Es una genialidad. En un ensamble de una foto de los cuarenta del siglo XX o antes y de una fotografía de inicios de la segunda década del siglo XXI. La distancia temporal es de más de ochenta años. El ensamble permite que nosotros, los espectadores, presenciemos una imagen que nos trae el pasado en forma maravillosa. Es tan precisa la imagen que podemos tener una idea muy cercana de cómo era la Pila en aquellos años. La propuesta de los creadores de este ensamble es que nosotros podamos hacer un ejercicio comparativo y de apreciación. Así era, así es. ¿Qué elementos asoman para hacer el ejercicio de comparación? Bueno, lo más obvio es el burro de entonces y el auto de ahora. El empedrado de la calle se ha conservado. La ceiba ha crecido, en la fotografía antigua se ve la fronda más pequeña. Lo que más resalta es la presencia de la famosa pila. Esta pila ya no existe, fue demolida en la década de los cuarenta. Digamos que era lo que le daba nombre al barrio que se sigue llamando La Pila. ¿En dónde quedó el elemento que bautizó al barrio? Ya no existe. Una mañana la autoridad ordenó que usaran el pico y el marro y que la tumbaran. ¿Cuál fue el criterio para realizar tal propósito? ¿Fue una orden correcta o fue una orden sin fundamento? Acá está el ejercicio visual para que vos hagás tu lectura y digás si eso fue correcto. La orden no fue dictada porque la pila ya estuviera deteriorada, ¡no!, acá se ve que estaba en buenas condiciones. El remate superior, con celosías bien bonitas, se conservaba en estado aceptable. Otro fue el motivo para derribar este edificio que hoy sería orgullo de nuestra ciudad. La Pila se quedó sin pila. ¡Qué contradictorio! Mi amigo Magín Rafael Paredes, cuando vio este ejercicio visual, comentó: “Así como se pueden retirar monumentos, creo que también se pueden recolocar. Sería maravilloso volver a poner esa estructura”. ¿Mirás la sugerencia de Magín? ¡Que se restituya el pasado! ¡Que se construya una réplica en el lugar exacto donde estuvo ese bien material! ¿Se vale? ¿Es posible? No lo sé. ¿Quién se avienta ese trompo a la uña? ¿La autoridad municipal? ¿De verdad? ¿La sociedad? De la sugerencia de Magín sí extraigo un elemento que puede recuperar la historia local. Si no es posible volver a construir el edificio, lo que sí se puede hacer es colocar una placa con este ejercicio visual del grupo MIRA QUIÉN – Magazine, con un breve texto que explique que el barrio se llama La Pila, porque en los años cuarenta existió esta pila. Los visitantes y las nuevas generaciones de comitecos tendrán elementos para seguir bordando la identidad. De pasada podríamos colocar una placa en un extremo de los chorros que diga que la bajada se llama “calle del Resbalón” y que, en síntesis, explique el motivo de tal nombre, un nombre único, que nos otorga personalidad; y continuando con las sugerencias respetuosas, pero directas, que, por favor, algún grupo procure que se dignifique la base del puma que es parte del símbolo del barrio. ¡Dios mío, a quién se le ocurrió pintar la base con rojo! Posdata: por eso la insistencia de que exista un Consejo Municipal que vele por la integridad del patrimonio del pueblo de todos, para que nuestra identidad se mantenga eterna. Comitán es una ciudad para siempre, no debe estar en manos de ocurrentes poderosos. ¿Es posible recuperar el pasado? Las ciudades cultas lo preservan, lo cuidan; las ciudades cultas saben que nuestro mundo se construye a partir de la tradición. Vos ya estuviste en Florencia, Italia, y sabés cómo mis paisanos resguardan y protegen su patrimonio. ¿Para qué construye museos el mundo? Para que la historia del mundo siga dando luces a las demás generaciones. Si no podemos reconstruir la pila comiteca, cuando menos restituyamos la memoria. Una placa en el lugar donde estuvo que diga a las nuevas generaciones cómo se bordó la historia y sirva como ejemplo para que no permitamos que otros destrocen lo que es parte de nuestra identidad.